Capítulo 16: Fisuras
✟ La libertad consiste en el dominio absoluto de sí mismo ✟
El resto del día se fue en un abrir y cerrar de ojos.
La lucha final entre Todoroki y Bakugou fue algo inquietante, y bastante desprolija, si se puede añadir.
Seguido por la humillación de la pelinegra al retirarse de la pelea, le seguía la actitud del bicolor que se rehusaba a usar su lado izquierdo, lo que dio como resultado una gran explosión y la derrota del chico mitad-mitad, quedando fuera de los límites; con lo cual, Katsuki estaba al borde de las lágrimas reclamándole a un desmayado oponente sobre sus acciones y la victoria sin sentido; por lo que Midnight tuvo que dormirlo con su kosei.
Aunque Izuku había intentado animar a Shouto durante la pelea, éste se volvió indeciso y a último momento, sus recuerdos le impidieron seguir los ánimos de Midoriya.
Al despertar lo primero que sintió fue vergüenza, porque pensaba que el peliverde se entristecería con su derrota, y pensaría que no le importaron sus ánimos cuando claramente no fue así; pero, a la vez, cierta alegría asomaba porque se dio cuenta que prefería su victoria a la de su "amigo" de la infancia.
Lo prefería, o sea, que lo elegía a él en vez de la persona que llamaba con "afecto" Kacchan.
Sí, Todoroki se sentía egoístamente glorioso en ese momento. Tanto fue así, que se sonrojó y se tapó con las sábanas de la camilla donde estaba descansando. En eso oyó como Recovery Girl entraba al lugar para revisar si ya había despertado, y el chico se levantó para ir a la entrega de medallas. Tenía muchas cosas en su cabeza, ni siquiera se sorprendió al ver a Bakugou encadenado como loco en el primer puesto. Sólo quería descansar después de todo lo sucedido, y evitar a toda costa al viejo.
Así que ni bien pudieron retirarse, se dirigió a su casa.
Aracné estaba respirando profundamente; en medio del viento, inhalaba y exhalaba pausadamente, ya que había aprendido a relajarse utilizando el perfume natural de la arboleda y toda la flora que estuviera presente. Lo que había recordado y tan mal le había hecho, se esfumaba con las enseñanzas de la persona que más amaba.
Su presencia, sus palabras, su cariño. . .
Pero antes de seguir recordando frenó abruptamente su ejercicio, levantando de manera repentina sus párpados. No podía ir demasiado lejos.
Así que, asumiendo el final del festival, entró al lugar para buscar su bolso e irse. Sin embargo, a salida del estadio una chica de mejillas sonrosadas la detuvo, saltando para abrazarla y colgarse del cuello.
— ¡¡Aracné-chan estuviste increíble!! —
— ¡¡Aracné-chan!! —
Momo y Ashido imitaron la acción, haciendo que la chica de largos cabellos negros casi perdiera el equilibrio y se sintiera un poco asfixiada, y un poco asombrada de tan repentino encuentro.
— M-Muchas gracias ¿Pero no se molestaron por que haya decidido irme? —
En ese momento Aracné se mordió la lengua, por la poca delicadeza suya al decir las cosas, y Tsuyu tomó su mano para responderle
— Aracné-chan, si no querías seguir es tu decisión. Lo que tú quieras hacer está bien, tendrás tus razones para hacerlo, kero — ésta vez Asui no soltó a su amiga — Y tu mano esta fría ¿Vamos a un café juntas? —
— ¡Vamos todas! — Hagakure quería sumarse
— Pero es mediodía para ir a un café ¿Por qué no nos divertimos un poco? — Kyoka tenía una cara sonriente — Al parque de diversiones, por ejemplo —
— ¡Genial! ¡Vamos, Aracné-chan! —
Las chicas estaban tan entusiasmadas que Sarai no pudo negarse, aún si quisiera hacerse invisible y salir corriendo
— Muy bien, aunque sería mejor que nos cambiemos ¿No? —
— Bueno ¡Vamos a ponernos algo mejor! Siempre dejamos ropa de emergencia en los casilleros y yo puedo hacer la prenda que haga falta —
Momo estaba decidida, así que literalmente arrastraron a su nueva amiga a los vestidores.
Aracné tenía sus cosas también, con lo cual estaba agradecida por haber ido de compras con anterioridad. Optó por una remera larga color gris con capucha ligera y bolsillos, un short negro y botas media caña negras con hebillas. Guardó en los espacios del pantaloncito su colgante, cuidando que este bien resguardado.
Como las heroínas aún se vestían, salió para apoyar su espalda en un árbol, insegura y un poco preocupada de lo que iba a hacer.
¿En serio ella iba a ir a un parque de diversiones?
— Espero no arruinarlo —
— ¿Arruinar qué, Aracné-chan? —
Midoriya estaba frente suyo hacía unos segundos, pero se notaba que tenían la misma costumbre de perderse en sus pensamientos y no escuchar a los demás. Por lo cual no sintió al pecoso llegar.
— ¡Oh, Izuku-chan! — ella no pudo evitar mirar sus brazos vendados — ¿Te duelen? —
— ¿Eh? Ah, esto. . . n-no tanto. Ya casi estoy mejor — su risa era nerviosa — Pero Aracné-chan ¿En qué pensabas antes? —
— Eso, pues. . . las chicas me invitaron al parque de diversiones, pero yo. . . —
El peliverde se impresionó, porque por primera vez sonaba algo ¿Insegura? ¿Qué sucede?
— Estarás bien, sólo déjate llevar y diviértete —
Izuku le sonrió, tratando de animarla, aunque la pelinegra se divirtió por el parentesco que tenía con el héroe #1: tanto, que quiso "picarle" un poco
— ¡Hola All Might! ¿Cómo está? —
— ¡¿ALL MIGHT!? ¡¿DÓNDE?! —
Él miraba hacia todos lados, e hizo reír abiertamente a Aracné por primera vez
— Jajajajaja estoy bromeando, es que ya suenas como él —
Se tapó la boca para detener su risa, pero la carita del pecoso haciendo un puchero le pareció lo más gracioso y tierno del mundo; estaba molesto, tal como si le hubieran quitado una zanahoria a un conejito y éste se lanzara a golpearte con sus patitas, o bueno, era imposible definir esa dulce sensación de alguien tan inocentemente molesto
— No es gracioso, Aracné-chan —
— Igual, si vienes te regalo un peluche y te lo tiro a la cabeza —
— ¿EH? ¡¿Y ESO POR QUÉ?! —
— Para que entiendas de qué me río; te molestas y siento lo mismo que cuando me tiran un peluche a la cara jajajajaja —
Su risa era alegre, pero a la vez algo enternecedora, al tiempo que parecía querer acallarla tapándose la boca, aun si costara tanto que saliera a flote
¿Qué cosas guarda su amiga?
Eso es lo que se cuestionaba desde el primer día, y aun si quisiera convencerse de que tenía secretos como todo el mundo, junto al silencio que ahora se había instalado entre ellos también afloraba ésa incógnita.
Pero trató de olvidarla, buscando algún tema para seguir la conversación.
— Muy graciosa Aracné-chan, pero con los brazos así no podría ir aunque quisiera —
— ¿Tú quieres ir? —
— Sí —
Era increíble la sinceridad con la que el peliverde le había respondido, tanto que se avergonzó de tal firme afirmación, tartamudeando algo para. . . bueno, digamos que para quitarse tal sensación de encima.
No obstante, ella posó su dedo índice en los labios del menor, para luego apoyar sus manos en las vendas de Izuku; se sentía mal por él, por hacerle cargar con el secreto de su llegada y por no poder evitar que saliera herido en este evento, aún si hubiera deseado que el pecoso ganara.
Algo debía hacer, para ayudarlo.
— Izuku-chan. . . —
— Sí —
— Promete por favor que no dirás nada —
— ¿Sí. . .? —
Él se quedó mudo, y percibió un leve cosquilleo en su brazo. Vio cómo los hilos de su amiga se colaban entre sus vendas y su piel, los sintió correr por sus músculos y hacer un poco de presión; los últimos momentos fueron un poco dolorosos e incómodos porque sentía cómo acomodaban sus huesos, como si hubieran puesto piedras debajo de su carne.
— Aguanta por favor — ella se apiadaba del dolor que estaba sufriendo, pero aún era principiante en utilizar su kosei para sanar, por lo cual sólo pudo consolarlo con palabras para concentrarse al máximo — Ya queda poco —
— S-sí — sólo pudo responder eso mientras lo curaban; no era nada parecido a las curaciones de Recovery Girl, ya que dolían demasiado. Luego su amiga comenzó a retirar los vendajes con cuidado, ante la mirada atónita del peliverde — ¡E-espera, Aracné-chan! —
No siguió hablando, porque contempló muy asombrado sus brazos.
Estaban curados por completo; incluso su mano derecha la cual estaba torcida hace unos momentos y que poseía cicatrices, había sido regenerada por completo.
— Listo —
Sarai retiró sus hilos de los brazos de su amigo, quien comenzó a moverlos contento
— Es increíble Aracné-chan — tomó las manos de su amiga — ¡MUCHAS GRACIAS! ¡TE PROMETO QUE TE LO COMPENSARÉ! —
— Bueno, entonces ven al parque y diviértete un poco —
Hizo la propuesta sonriéndole, para convencerlo del todo, a lo cual el pecoso le afirmó con la cabeza.
En ese momento Ochako recorría la salida para buscar a su amiga, y la vio llegar con Deku a donde estaba.
— Mira Ochako, Recovery Girl terminó de sanar a Izuku. La cirugía fue un éxito —
La joven atribuyó la curación a otra persona, cosa que no agradó mucho al peliverde
— ¡OH~! ¡Es asombroso Deku-kun, estoy feliz por ti! — Uraraka tomó el brazo de Aracné — Vamos a ir al parque ¿Quieres venir? —
— ¡Sí, será bueno para relajarnos un poco! —
— ¡OH UN PARQUE! ¡¡YO QUIERO IR!! — Kaminari los escuchó y llamó al resto de sus amigos — ¡¡OE!! ¿Vamos al parque, amigos? —
— Sí ¿Por qué no? — Kirishima llegó con su gran sonrisa seguido de Tokoyami, Ojiro, Aoyama, Kouda, Mineta y Iida — ¡Vamos todos! —
— *¡¿EN QUÉ PUTO MOMENTO SE VOLVIÓ UNA SALIDA DE CURSO?!* —
Aracné suspiró, mientras llegaban el resto de las chicas y se enteraban de que los demás irían también.
Y ahí, incómoda entre tantas personas, comenzó la verdadera maratón de la "nueva estudiante".
La ida en colectivo fue algo tranquila. No iba mucha gente, y los que estaban sólo sacaron algunas fotos a la distancia.
A la hora de bajar Mineta quiso aparentar una caída y sostenerse en la parte trasera de alguna de las heroínas, con tanta mala suerte que Aracné las apuró a bajar y el enano en vez de caer sobre alguna de ellas, cayó sobre una anciana que le pegó con el carrito de las compras.
— Me duele todo, maldita vieja —
Minoru se acariciaba la cabeza, la cual parecía inflarse por los chichones
— Podrías verle el lado positivo, no se notarán los moretones —
— ¡QUÉ CRUEL, SARAI-CHAN! —
El enano comenzó a lloriquear, al tiempo que algunos reían por la observación de la pelinegra.
— Eso fue gracioso, Aracné-chan — Kaminari le pasó un ticket — Ya compramos las entradas, y entre todos te invitamos la tuya — le sonrió y en ese momento sintió como una pelota de goma golpeaba su cabeza — ¡ESO DUELE! —
— ¡¿KAMINARI, ESTAS BIEN!? —
Kirishima se acercó a auxiliar a su compañero, mientras los demás veían como un niño con gorra roja y una especie de "cuernitos" salía corriendo riéndose del chico eléctrico.
— Si serán malditos los mocosos — Kyoka de todas maneras sonreía — Aunque debo admitir que tiene una buena puntería —
— ¡Las chicas son malas hoy! —
— No tiene nada que ver la mala suerte de Kaminari-san con tus ocurrencias, Mineta-san — Momo se puso al lado de Aracné para tomarle de las manos — ¿A dónde vamos primero? —
La joven de largos cabellos negros había estado en parques con anterioridad, pero nunca pudo subirse a la atracción que más quería, por ser menor de edad. Y a pesar de que ella lo considerara una ridiculez, tenía algo de vergüenza el decir a dónde deseaba ir, por lo que su voz salió muy suave y tímida
— ¿Podemos ir a la montaña rusa? —
— Oe ¡Que no te dé vergüenza! ¿O le tienes un poco de miedo? —
Eijiro quiso darle un poco de ánimos a su compañera, por lo que Aracné desvió la mirada hacia el juego
— Ninguna de las dos, es que va a ser mi primera vez —
Eso sin querer, se escuchó muy inocente, demasiado. Los chicos no pudieron evitar sonrojarse, aunque ella no lo haya dicho con malas intenciones. Así que esperaron en la fila su turno, mientras sorteaban los lugares.
Aracné subió con Momo, Kirishima con Kaminari, Mineta con Aoyama, Iida con Kouda, Kyoka con Ashido, Tokoyami con Deku, Ojiro con Toru y Ochako con Tsuyu.
Sarai se sentía increíblemente emocionada, sentada en el primer vagón y subiendo de a poco veía el parque en su totalidad; era en ese momento más su emoción que el miedo que sentía, por la altura.
— ¿Aracné-chan, estás bien? — Momo en cambio se veía nerviosa
— Sí, muy entusiasmada, como hace tanto no lo estaba —
La sonrisa animada de ella hizo que Yaoyorozu se tranquilizara, y tomara su mano
— Bueno, perdóname pero me siento algo asustada ¿Está bien que sostenga tu mano? —
— Tranquila, todo estará bien —
La chica de largos cabellos negros le sostuvo la mano con fuerza, y casi llegando a la punta escucharon los murmullos nerviosos de todos
— ¡V-v-voy a morir! ¡Voy a morir! ¡Me arrepiento de subir! ¡Me quiero bajar! —
Kaminari estaba temblando como una hoja, y Kirishima sonreía nerviosamente, al tiempo que unas gotitas de sudor caían por su frente
— Hombre por favor, muestra un poco de valentía ja ja ja—
— ¡YO NO QUIERO MORIR SIN ANTES TENER UNA CHICA! —
Mineta lloriqueaba al lado de un Aoyama azulado por el pánico, con su típica sonrisa en v algo torcida de los nervios
— Y-Yo soy demasiado brillante y hermoso como para morir sin elegancia aquí arriba —
— Vamos chicos ¿Son hombres, no? Se escuchan como bebés —
Kyoka no los entendía, y Ashido se reía de sus amigos
— ¡Pero es gracioso escucharlos así! Jajajajaja —
Izuku temblaba un poco en su asiento, al lado de un sereno Fumikage que lo miraba cruzado de brazos
— ¿Midoriya, estás bien? —
— ¡S-sí, Tokoyami-kun! S-Sólo estoy demasiado emocionado —
Kouda estaba en silencio y con los ojos cerrados, Iida permanecía rígido como una estatua casi sin respirar, Ojiro tomaba a Toru por los hombros para darle confianza y Ochako con Tsuyu se tomaban de las manos temblando un poco.
Se podría decir que era el tren de la clase 1-A, porque sólo ellos ocupaban el juego en ese momento. Estaban tensos a segundos de llegar a la cima y a Aracné. . . se le ocurrió hacer una maldad
¿De dónde le salieron las ganas? No tenía idea, pero las locuras de las que uno se arrepiente son justamente las que no se hicieron en su momento. Así que le susurró a Momo algo al oído, causándole un poco de cosquillas
— Momo-chan, pase lo que pase no te asustes ¿Entendiste? —
— S-sí. . . —
En ese instante, ése segundo donde el tren comenzaba a bajar, Sarai puso una sonrisa similar a la del Gato de Cheshire; creó una pequeña tuerca con sus hilos, y la soltó bien al aire para que todos la vieran
— Ups, algo se cayó del vagón —
Comentó tapando su boca,
Y todo el mundo quedó blanco
— ¡¡¡NO PUEDE SER!!! —
La bajada fue espectacular.
Aoyama comenzó a gritar como un maldito soprano y Iida comenzó a hacer movimientos cortantes con los brazos como si fuera un robot. Momo y Aracné levantaron los brazos por la alegría que les daba aquella adrenalina y reían por los gritos de Yuga.
Kirishima y Kaminari se abrazaron como si sus vidas dependieran de ello, Deku y Tokoyami gritaban por lo que habían visto temiendo que en cualquier momento los rieles se vinieran abajo, Toru gritaba mientras Ojiro la abrazaba; Ochako, Tsuyu, Kyoka y Ashido se reían de Iida y de el canto de ópera de Aoyama, mientras que los demás estaban pálidos esperando que el paseo termine.
Para la mala suerte de Mineta, en un momento levantó los brazos, pero como no estaba asegurado y lo único que lo mantenía era agarrarse de su asiento, salió volando justo en una curva. Por lo que Aracné, con el apuro, apuntó con su brazo para crear telarañas y regresarlo a su asiento; con tal mala suerte que golpeó sin querer a Denki, el cual se desmayó en los brazos de su amigo pelirrojo
— ¡¡NO KAMINARI!! ¡NO TE MUERAS BRO! ¡YO TE AMO! —
Kirishima estaba tan desesperado que soltó una sutil confesión
— ¡¿EH?! —
Fue lo que exclamaron las chicas en el fondo, mientras Kyoka se desmayaba de la risa por el golpe que Aracné le dio al chico eléctrico
— ¡¡AYUDÉNME POR FAVOR!! —
Mineta gritaba y lloraba por el miedo, aunque por la sorpresa de las palabras de Eijiro Aracné aún llevaba a Minoru como una cometa por el parque
— ¡¡SA-SA-SA-SARAI-SAN!! ¡REGRESE A SU COMPAÑERO AL ASIENTO IN-ME-DIA-TA-MEN-TE! —
Iida sonaba serio pero por los nervios, y realmente parecía un robot hablando
— ¡CUIDADO~ CON LA CUEVA~! —
Aoyama seguía con su práctica de cantante soprano, por lo que cantó espléndidamente su advertencia. Todos miraron adelante, donde se aproximaba peligrosamente una decoración similar a una cueva
— ¡MINETA-KUN! —
— ¡Siéntate! —
Sarai lo ató a su asiento, ya que Minoru estaba a un paso del infarto.
El paseo terminó con las chicas riéndose de los jóvenes "héroes", quienes se paraban con dificultad.
Kirishima llevaba a Kaminari como un saco de papas, Iida parecía caminar como un robot, Mineta estaba siendo llevado por Tokoyami y Aoyama estaba con la boca alargada de tanto abrirla durante el trayecto.
— ¡Eso estuvo increíble! ¡Otra vez! —
Ochako estaba entusiasmada por el paseo, pero la mayoría respondió al unísono
— ¡NO! —
— M-Mucha emoción por hoy ¿Podríamos comer algo? —
Izuku estaba temblando un poco todavía
— Me parece bien ¿Comemos entonces? —
Todos se dirigieron a la hamburguesería, y estuvieron un buen rato hablando y riendo.
Aracné comió en silencio, observando a aquellos chicos tan felices. Era algo sorprendente poder verlos a centímetros suyo, compartiendo contentos los momentos del Festival y de su paseo en la atracción. Conversaban sobre la clase, y compartían opiniones sobre profesores y compañeros.
Sus familias también eran tema de charla, y la hora de volver a casa. Cómo algunos festejarían y otros se irían a dormir hasta el día siguiente.
Su hogar. . .
En ese momento y sin quererlo, un fuerte nudo se instaló en su vientre. Apenas había comenzado su hamburguesa, cuando aprovechando un perrito que pasaba y sin que nadie se diera cuenta, se la dio. Mientras ella bajaba su vista, el pequeño can negro comenzó a comer contento y moviendo su colita, terminó sentándose al lado de la chica de largos cabellos oscuros.
Izuku entonces notó su silencio; pudo percibir apenas un poco el extraño comportamiento del color de sus ojos. . . estaban cambiando, y ése momento pareciera haberlo llamado. Era muy atrapante ver, como una especie de neblina dentro de su iris, que confundía el negro con el ¿azul?, tomaba por completo su mirada; no obstante, se dio cuenta de algo más.
Al mirarlos fijamente, todo alrededor se silenciaba
Ella, con su mirada perdida, creando un color en soledad, como aislada de todo y de todos; perdiéndose en un abismo que parecía interminable, en una profunda fosa. Ese pensamiento lo llevó a tener una sensación de tristeza, y por consecuente intentó tocar el brazo de su compañera al notar que nadie se había dado cuenta.
Pero Aracné de inmediato se levantó y se despidió de todos, agradeciendo el día brindado.
— Volveremos a salir como hoy, Aracné-chan ¡Fue muy divertido! —
Uraraka se levantó para despedirse, al igual que las demás chicas
Notaron cierta lejanía en Sarai, pero supusieron que era normal por el cansancio, mientras Deku decía que iría al baño. Todos siguieron conversando animadamente, al tiempo que Izuku comenzaba a buscar con la vista a su amiga. La salida del parque estaba algo desierta, así que suponiendo que ella ya se había ido, pasó el resto de la tarde entre compañeros y luego cada uno se fue a su casa.
En el camino, el peliverde se desvió por la zona boscosa que había cerca del río, para poder reflexionar. Pensando vagamente en lo que había vivido ese día, no pudo quitarse de la cabeza que Aracné guardaba no sólo uno sino varios secretos, no conseguía pensar en otra cosa que no sean sus palabras, su silencio, y sus ojos.
Más que nada, el vacío en ellos. Incluso, podría decirse que le asustaba.
— Quizás sea parte de su vida, no creo que sea bueno meterme. . . Además ella se siente mal cuando sus ojos cambian. Tienen relación con su estado de ánimo según me dijo, pero ¿Qué pasó? ¿Hicimos sentir mal a Aracné-chan durante el almuerzo? ¿O es que, le habremos hecho pensar en algo? ¿Le hicimos. . . recordar algo? —
No podía ponerse de acuerdo, cuando escuchó algunos lamentos caninos.
Se dirigió a unos arbustos, y encontró al cachorro que había visto hoy; el cual estaba lloriqueando lastimosamente con las orejas bajas. Buscó con su mirada lo que afectaba al perrito, cuando a la distancia divisó una figura.
Parada en el límite casi llegando al agua, estaba quieta contemplando el anochecer. . . Se acercó un poco temeroso de ser escuchado, y sintió lo mismo que aquella tarde.
Una profunda tristeza, que esta vez lastimaba la parte superior de su nariz, acompañada de una opresión en el corazón, y una brisa gélida en su piel a pesar de estar entrando al verano que parecía querer hablarle. . . confesarle algo importante
¿Acaso, era la sensación de alguien, antes de llorar?
El viento sopló despacio, y aquella majestuosa cabellera negra se meció cual suaves telas de seda. Sintió su respiración tranquila pero inhalando un aire de nostalgia, sosteniendo delicadamente en sus manos un colgante plateado, que a la luz de la luna ahora presente brillaba como una pequeña estrella.
Su mente le decía que se acercara, pero su cuerpo no respondía. Estaba estático en el sitio desde donde observaba esa escena, y de a poco comenzaba a temblar. Lo atacaba la ansiedad y el desconcierto, llegando incluso a temer; lo que presentía, le generaba un inexplicable temor.
¿Qué hacía Aracné en ese lugar?
¿Qué estaba pasando?
¿Por qué sentía este ambiente?
Ni siquiera podía hablar, como si fuera un castigo por observar lo que no debía.
Sólo se escuchaba el frio aliento soplar entre los árboles, cuando una voz apenas audible y llena de dulzura llegó a sus oídos. Casi no entendía las palabras, era como un idioma extraño, pero el tono de una melodía estaba claro.
Era una canción, en la cual se notaba no sólo un sentimiento, sino varios. Sonaba como el canto bello de un ser fantástico, un inquebrantable himno, un sueño suave grabado en lo más profundo del corazón. . .
Izuku no podía hacer ni pensar nada, sólo seguía oyendo la canción sin poder comprenderla, hasta que distinguió una pequeña parte
But I won't cry for yesterday
There's an ordinary world
Somehow I have to find
And as I try to make my way
To the ordinary world
I will learn to survive
En el preciso momento que acabó esas oraciones, el pecoso sintió algo horrible.
Un sentimiento muy fuerte, que le hizo sentir dolor en todo su cuerpo, de golpe arrancaba su fuerza, de manera violenta y dolorosa; por instinto salió corriendo de aquel lugar, y no paró hasta llegar a su casa.
Ni siquiera se fijó si su madre estaba. Sólo se acomodó en su cama, tratando de recuperar el aire con la mano en su pecho.
¿Qué diablos fue eso?
— ¡Ah! Las palabras. . . —
Izuku tomó el primer papel que encontró y garabateó como pudo lo que había oído. Ya podría buscar el significado mañana, pero había quedado realmente mal.
Sus manos, no; su cuerpo entero estaba helado. Y no solo eso, además sentía un vacío enorme dentro suyo, como si esa canción hubiera arrancado de golpe toda su energía.
La inseguridad, la desconfianza, el miedo; le hicieron recordar:
¿Estaba seguro de quien era su nueva amiga realmente?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro