Capítulo 15: Humillación
☣ Nuestras convicciones más arraigadas, más indubitables, son las más sospechosas. Ellas constituyen nuestro límite, nuestros confines, y nuestra prisión ☣
— Por fin nos vemos las caras en este lugar. . . Perra —
Bakugou tenía una amplia sonrisa.
Era consciente de que el poder de Aracné era inmenso, no obstante tuvo también el tiempo suficiente como para reflexionar ampliamente sobre él: por lo tanto, tenía una conclusión previa como un as bajo la manga.
No dejaría que una "extraña y prodigiosa belleza" le quitara su lugar en el puesto. Tampoco podía dejar pasar la chance de ajustar cuentas por las veces que lo insultó, que le ha dejado en ridículo y las tantas veces que más le molestaron fueron sus encuentros con el maldito nerd
¿QUÉ DEMONIOS TIENE QUE HACER ELLA CON ÉL? ¡¿CÓMO PUDO SER TAN DESCARADA PARA INVITARLO A SU CASA?! Eso sí que se lo haría pagar caro.
En cambio, la joven no sabía con exactitud qué hacer. Ella no quería ni ganaba nada con la ironía de quedarse con el Festival, sería egoísta por su parte; pero de cierto modo, algo en el chico explosivo no le cerraba del todo, y su instinto impedía ignorar este hecho. No le era ningún problema su afán de ser el #1 y superar a All Might, ser el más fuerte, su ideal de que "un héroe siempre gana en todas las circunstancias", ya que eso parecía recurrente entre ellos. El tema estaba en otra cuestión, una sencilla y mera interrogante, lo más importante de todo aquello.
¿Para qué?
En ese enfrentamiento le daría la oportunidad a Katsuki de responder, pero si fallaba, ella no tendría más remedio que darle una lección; por su propio bien.
Aunque de alguna manera esperaba no tener que hacerlo.
— ¡START! —
Bakugou sin mediar palabra atacó de frente a Aracné. Sobrecargó bien su brazo y dio un puñetazo diestro con toda su fuerza, esperando que la chica ya haya sacado sus telarañas para defenderse. Pero en lugar de eso, luego de la explosión sintió como la mano de ella aferraba su muñeca firmemente y lo jalaba para de una patada enviarlo a la otra punta de la arena, dando el golpe en el centro de su hombro derecho.
— ¡Esa patada fue muy rápida! —
— ¡No jodas, le dio de lleno a Bakugou! —
Denki y los compañeros se sorprendieron de la fuerza de ese golpe, mientras el público gritaba eufórico. La chica de cabellos negros permanecía en su sitio sin rasguño alguno.
Fue certera y él cayó justo al lado del límite, con un dolor agudo donde había sido golpeado. Sin embargo, procedió a atacar rápidamente. Esta vez, dirigió sus puños sin explosiones de por medio a la zona torácica, y la respuesta fue un bloqueo simple a cada golpe; aumentando cada vez más la velocidad y la potencia de los mismos, esperaba ver una señal de cansancio o descuido en la rival. No obstante, Sarai aumentaba también la velocidad del bloqueo, y aun así no sudaba ni se agitaba.
En las gradas todos miraban en silencio, incluso Aizawa estaba tan concentrado que Present Mic cuando le cedía la palabra no abría la boca.
— Oe Cabeza de Borrador ¿No tienes aunque sea un comentario? —
— Sí, que te calles Mic —
— Okey~ —
Hubo unos minutos en el que el silencio reinaba por completo junto a la tensión, acompañados de miradas asombradas que guardaban incertidumbre acerca de éste encuentro; sólo se oían los golpes secos de Bakugou contra Aracné, la cual seguía sin inmutarse. Hasta que Kacchan perdió la paciencia, y comenzó a alternar una que otra explosión. Asimismo, la pelinegra en vez de bloquear sus golpes con las manos pasó a hacerlo con los brazos, retrocediendo un poco para finalmente esquivar por completo el golpe de un salto, quedando detrás de éste. Los reflejos de ambos eran tan rápidos que era difícil seguir la lucha, y en un instante con una patada limpia, Sarai mando otra vez al oponente al filo del límite opuesto.
La multitud había comenzado a alentar la pelea con gritos, algunos alentándola a usar su arma y otros a acabarlo con su quirk.
— Aracné-chan es impresionante. . . —
Izuku pudo comentar algo para quitar un poco la atmósfera helada que había a su alrededor, producto de sus compañeros concentrados (y algunos shockeados) a causa del encuentro entre "el explosivo" y la "nueva".
— ¡D-Deku-kun, Bakugou puede perder el encuentro! ¡E-Es muy increíble Aracné-chan!— Ochako tampoco estaba cómoda con el tenso ambiente donde estaba — ¿N-No crees, Tsuyu-chan? ¿Tú qué opinas?—
— Aracné-chan se está conteniendo, kero. Todas sabemos que Bakugou-chan ya estaría eliminado de usar su kosei — Tsuyu se llevó el dedo índice a la boca — Puede que esté midiendo a Bakugou-chan, pobrecito, lo va a dejar mal parado —
— T-Tsuyu-chan, creo que es demasiado decir eso de Bakugou, a lo mejor está ideando alguna estrategia al pelear de frente con ella. Sólo está siendo precavido— Kirishima trató de salvar un poco el nombre de su amigo — Quizás Sarai ya no pueda recurrir a su kosei. . . —
— Es probable: aunque no lo ha usado demasiado en todo el día, está la posibilidad de que al crear su arma haya desgastado su energía. Al menos, eso aparenta ser —
Fumikage de brazos cruzados tampoco estaba seguro de su teoría.
— Bueno, pero a mí me da la sensación de que ella está muy tranquila de todos modos. Después de todo, ella no es una presumida: si lo fuera, ya le hubiera atestado un mal golpe a Bakugou —
Kyoka miraba como si fuera un espectáculo, en compañía de Yaoyorozu y Ashido.
— ¡VAMOS, ARACNÉ-CHAN! ¡DALE CON TODO! —
Más bien, Mina y Toru gritaban alegres, saltando en sus asientos
— ¡Por supuesto! Aracné-chan es muy lista. Puede ganarle a Bakugou-san si quiere —
Momo estaba convencida de que su nueva amiga podía ganar el Festival si se lo proponía, y eso hizo reflexionar al pecoso.
— *Es cierto. Si quiere, puede ganar, pero ella. . .* —
Izuku no podía evitar recordar las palabras, y el brusco comentario de su amiga. De dónde vino, su fuerza, sus enigmáticos ojos. . .
La última frase que supone, se le había escapado. . .
"No todo lo que se ve hermoso tiene un origen de igual índole"
¿Quiere decir que la causa de que existan aquellos ojos cambiantes es algo malo?
¿Le sucedió algo antes de llegar a su mundo?
¿Por qué lo ocultaba?
No pudo seguir pensando porque una inmensa explosión surgió de la nada., levantando algo de humo.
Todos observaron cómo Katsuki arremetía contra Aracné, con rápidos y explosivos golpes que la empujaban cada vez más cerca de la línea límite. Perdieron un poco el aliento cuando estaba muy cerca del final, y se levantó una enorme columna de humo.
Entonces frenó sus golpes para darse cuenta de que la chica ya no estaba ahí. Pasó su brazo para dispersar el humo, y divisó a su oponente del otro lado del escenario ¿En qué momento?
— Oe, Chica Araña ¿Qué es lo que pasa? — ésta vez Bakugou estaba más seguro de su teoría — ¿Acaso tu escudo invisible necesita recargarse? ¿O es que tienes miedo de romperte una uña al golpearme? Debo admitir que huyes bastante rápido, pero sin tu kosei cubriendo tus brazos es imposible que resistas las quemaduras —
Ella no cambió la mirada seria que tenía, y eso hizo que Katsuki dibujara una enorme sonrisa en su cara.
— Así que es eso, Perra ¡AHORA NO ME DETENDRÉ POR NADA! — Volvió a atacar con rapidez, mientras la chica esquivaba sus explosivos golpes — ¡OE! ¡ME ESTOY ABURRIENDO MALDITA, MUEVE UN POCO ESAS MANOS! ¡DEFIÉNDETE CON TODO ESCORIA! ¡MUÉSTRAME TU KOSEI!—
— Bakugou ¿Por qué haces todo esto? ¿Para qué quieres ser el héroe #1? —Mientras evitaba sus golpes, ella soltó esa pregunta de repente, dejando un momento tenso al oponente — ¿Qué es lo que deseas conseguir? —
— Es obvio maldita ¡PARA REFREGÁRSELO A TODOS, Y MÁS AÚN AL INÚTIL DE DEKU! ¡LE DEMOSTRARÉ, QUE UN MALDITO NERD JAMÁS LLEGARÁ A NADA! — la cara de satisfacción de Katsuki, esa clara expresión, era tan evidente que incluso Present Mic quedó sin comentarios — Hace mucho tiempo no puedes alejarme de ti, con lo que no tendrás suficiente poder para resguardarte con tus malditas telarañas ¡AHORA SI PERRA, TE LLEGÓ LA HORA! —
Saltó para colocarse detrás de ella, y utilizar la máxima explosión posible
— ¡ARACNÉ-CHAN! —
Varios compañeros gritaron su nombre, al ver que la joven recibió todo el impacto, dejando parte del escenario destruido
Kacchan estaba convencido de que esa particularidad necesitaba de descansos, y la chica mantenía una lucha simple y rápida para cuidar lo que le quedaba de poder. Además, viendo que parecía muy orgullosa como para admitirlo, lo notó las veces que retrocedía y que lo golpeaba para mantener distancia. Era una muy buena conjetura.
Sarai estaba fuera de combate: él había ganado.
— Aracné-chan. . . — Momo susurró su nombre, preocupada, al no poder verla en el escenario
— Quizás quieras aparentar, pero todo tiene un límite ¡Incluido tu kosei, Perra! —
Bakugou sonreía triunfante, aunque una repentina sensación lo puso en alerta
— No todo tiene un límite — de la nada, esa voz serena y con tintes serios hizo que el chico explosivo abriera los ojos a más no poder. De inmediato y sin poder reaccionar, recibió un duro golpe en su espalda que lo dejó en el piso, y vio como ella se ponía frente suyo, cruzada de brazos — Por ejemplo, la estupidez —
. . .
Eso sí que no lo soportó.
Lo volvió a hacer, lo había humillado. Había utilizado su propia conjetura en su contra, y lo peor de todo, es que ella estaba actuando en la pelea cuerpo a cuerpo. No tenía ni un mísero rasguño, y por si fuera poco, detrás de su cabellera se veían danzantes miles y miles de hilos brillosos, haciendo notar que su kosei estaba impecable.
En la tribuna los gritos de aliento y sorpresa eran ensordecedores.
Los varones de ambas clases miraban perplejos la situación: cómo la señorita que parecía defenderse tranquila, en realidad estaba lista para atacar en cualquier momento de manera brutal. En cambio, las chicas ya se habían imaginado que su amiga estaba controlándose; y el pecoso también lo había hecho.
— *¿Pero por qué? ¿De qué hablaban hace unos momentos? ¿Qué le dijiste, Aracné-chan?* —
Izuku estaba pensativo, mirando a su compañera. Fue muy impresionante el momento en el que ella apareció detrás de Kacchan, para dejarlo en el piso de un puñetazo ¿Pero qué pretendía al provocar a su oponente?
Katsuki estaba realmente enojado. Las explosiones no tardaron en aparecer para golpearla sin piedad alguna, utilizando toda su fuerza y agilidad. Pero Aracné respondió con la misma intensidad, sus golpes eran certeros para desviar sus explosiones y a la vez atacar al chico explosivo quien comenzaba a cansarse. Sin embargo, él cada vez estaba más al borde de reventar de ira: peleaba a la par, lo hacía con fuerza y gracia a la vez, pero esa chica aún no utilizaba su particularidad en la lucha
— ¡¿Que pasa Perra?! ¡¿Acaso no soy lo suficiente para que luches con tu kosei?! —
— No —
Aracné sabía muy bien que Bakugou, en plena furia, daría todo lo que tuviera para ganar, pero no estaba contenta con su respuesta.
¿Para qué tienes una meta en la vida si carece de propósito? O peor aún ¿Si el propósito es tan superficial, tiene valor alguno la victoria?
Claro que no.
Y ella lo entendía mejor que nadie. . .
Entonces, sabiendo que el chico no es una mala persona, todo lo que le quedaba por hacer era abordar el tema en algún otro momento; por ahora, lo mejor era aplicar una corrección.
— ¡NO ME JODAS! ¡NO QUIERO UNA VICTORIA DONDE ME HAYAN SUBESTIMADO! ¡¡PELEA CON TODO LO QUE TIENES!! — Katsuki estaba sudando tanto por los ataques, que aprovechó y saltó para crear un gran golpe acompañado de una importante carga explosiva —¡¡UNA VICTORIA SIN QUE YO LA CONSIDERE COMO TAL ES UNA BASURA!! —
— No quieres una victoria vacía, pero tienes una meta carente de propósito; en serio eres el rey de la ironía —
Ella se alejó un poco cuando Kacchan saltó, y supuso que el fin del encuentro había llegado.
Bakugou, con los ojos blancos por la adrenalina, apuntó directamente donde estaba Aracné la cual mantenía una mirada seria y tranquila.
— ¡¡¡MUERE!!! —
En ese instante la explosión fue tal, que pedazos de cemento y tierra volaron por los aires, dejando impactados a los espectadores. Algunos tosían por el polvo, mientras los alumnos y profesores de UA buscaban dispersar el humo, hasta que alguien gritó
— ¡OE, NO PUEDE SER. . .! —
Katsuki había quedado en el suelo, mirando a unos centímetros de dónde estaba, sin poder responder a la situación.
Aracné había esquivado el ataque, con total facilidad, sin inmutarse siquiera.
Y no sólo eso; a continuación, y sin mediar palabra, saltó fuera de los límites del escenario, con las palabras que quedarían pesando en el chico explosivo por un largo tiempo.
— Bakugou Katsuki, no eres capaz de ser mi oponente. Esto termina aquí —
Todos quedaron con la boca abierta. El silencio era general, la mayoría no terminaba de entender qué había sucedido; entonces Midnight habló
— ¡Sarai-san está fuera de los límites! ¡Bakugou gana! —
— ¡¡NO ME JODAS MALDITA PERRA!! —
Ése grito salió desde la profundidad de su rival. Su ira, su rabia, su frustración. . . hacían que tuviera un aura negra y una cara deformada, irradiando un deseo asesino, incapaz de contenerse.
— ¡ODIO QUE ME SUBESTIMES! ¡ODIO QUE TE CREAS SUPERIOR A MÍ! ¡NI SUEÑES QUE DEJARÉ ESTE ENCUENTRO ASÍ, NO PERMITIRÉ QUE TE BURLES DE MÍ! ¡¡ESTO NO HA TERMINADO!! ¡¡QUIERO UN PRIMER LUGAR INDISCUTIBLE!! —
Katsuki quiso atacarla otra vez, y su profesora intentó dormirlo con su kosei, pero no fue necesario; las telarañas lo dejaron inmóvil en su lugar.
— ¿Acaso no escuchaste? Se terminó. No seas caprichoso y ve a esperar tu próximo encuentro —
Aracné se retiró, dejando a Bakugou soltando unas cuántas maldiciones sin liberarlo para que no la siguiera. Entonces Midnight recurrió a dejarlo inconsciente, y llevarlo a la sala de espera para su encuentro final. Mientras todo esto pasaba, la gente aplaudía el encuentro y seguía expectante de los resultados;
Al fin y al cabo, el gran Festival Deportivo era entretenimiento para ellos.
En cambio, los alumnos de 1-A estaban en lo que se llamaría una disputa.
Algunos desaprobaban la idea de que Sarai haya perdido a propósito para molestar a Bakugou, mientras que otras defendían la idea, justificando que si ella no consideraba aquella una verdadera lucha tenía todo el derecho de elegir cómo y cuándo terminar el encuentro.
Nadie se dio cuenta de que algunos estudiantes estaban ausentes en ese lugar.
Aracné caminaba sin prisa alguna, en silencio.
Al fin todo eso había terminado, y no se podía decir que no había llegado lejos. Ya era lo suficientemente madura como para tener que justificar sus acciones, y además había quedado con cierto mal humor, si se lo podía llamar así.
Porque, sin quererlo, estaba recordado dónde había comprendido muy bien el lugar del más fuerte y el del más débil, ésa jerarquía generalmente injusta, y a veces inevitable. Su flequillo recto le ayudaba a ocultar un poco su mirada, la cual seguramente tendría los efectos secundarios que le había mencionado a Izuku, ya que no era capaz de sentir cuando sus ojos se tornaban de otro color.
Cuando eran la ventana hacia otros lugares.
Ya estaba en el tramo final para llegar a las afueras del estadio, la zona arbolada, donde deseaba descansar.
De repente, frenó en aquel solitario lugar, ya que unas figuras familiares salieron a su encuentro.
— Me siento decepcionado, Sarai-san. . . — Hitoshi Shinso estaba en medio del pasillo, acompañado de Monoma y Tetsutetsu — ¿Nos desprecias a tal punto de ocultar tu kosei y decidir quién está a tu altura? ¿No eres muy arrogante? —
— Pero eso es normal, en la clase 1-A — Monoma la miraba con cierto interés — Se creen superiores por pertenecer a la mejor posición de UA, y si tienen cualidades no dudan en refregar lo mejor de ellas en la cara de los demás; no les importa a quienes dejan detrás, olvidando que entre más alto subes, más duele la caída. . . —
Aracné no cambió ni un poco su semblante; sus ojos por suerte habían regresado a un color negro opaco y era capaz de atenuar su estado emocional, pero no tenía ánimos para explicar todo a aquellos niños. Así que hizo un movimiento para irse.
— ¡OE OE! ¡NO CREAS QUE VAMOS A DEJAR ESTO ASÍ! ¡NOS ESTARÍAS HUMILLANDO SI DEJAMOS QUE HAGAS LO QUE QUIERAS, OE! ¡POR SER UNA CHICA TAMPOCO TENDREMOS CONTEMPLACIONES, OE! —
Tetsutetsu también estaba molesto, ya que todos habían llegado a la conclusión de que con su peculiaridad pudo haber ganado totalmente cada reto del festival; consideraban un insulto su falta de "sinceridad".
— Sólo queremos una oportunidad de medir el potencial de tu kosei, ya que no eres la única con el privilegio de juzgar a otros. Los demás tenemos el mismo derecho de observar y saber de qué somos capaces. . . No tienes opción, Sarai. No conseguirás quitarnos de tu camino —
Shinso hablaba muy en serio, y estaba listo para pelear.
— ¿No es raro? La señorita aún no nos ha dirigido la palabra — Monona se acercó un poco a ella — Pero si la valoramos bien a simple vista, podemos decir que sabe manejarse sin su quirk; su cuerpo está bien formado, se nota que tiene experiencia en lucha y es bastante ágil. Además que su piel parece muy tersa, y el cabello muy suave como para decir que haya recibido muchos golpes en el pasado ¿Acaso la jovencita, además de ser bonita, es una ojou-sama? —
Aunque el chico lo haya dicho en tono de burla, no causó cambio alguno en la joven de cabellos negros, pero sí en sus compañeros los cuales lo malinterpretaron.
— ¡OE OE MONOMA! ¡¿VIENES A LUCHAR O A COQUETEAR CON ELLA, OE?! —
Tetsutetsu estaba molesto con su amigo, porque después de todo, se había pasado un poco con la estudiante.
— ¿Qué? ¿Es mentira lo que digo? —
Pero, el chico copiador levantó sus hombros en respuesta, con la misma expresión burlona de siempre.
— Como sea, el punto es enseñarle algunas cosas a la señorita presente. Así que di algo Sarai ¿O te ofendemos con nuestra presencia? —
Hitoshi estaba perdiendo la paciencia. No obstante, Aracné suspiró pesadamente, para finalmente contestar. Sin embargo, en ese momento se dieron cuenta de que llegaban más personas.
— Ella ni siquiera presta atención a tus palabras, Hitoshi-san — Shoji le contestó al chico de poderes mentales. Detrás de él estaban Sato y Sero — Nosotros también pensamos como ustedes, sus acciones son una clara burla hacia todos —
— ¡Queremos que nos tome en serio de una buena vez! — Sato parecía molesto también
— Así que decidimos enfrentarla una vez más en privado, pero siempre hay lugar para todos — Sero sacó sus cintas para atacar
— Oe, Sarai ¿Qué respondes? —
— ¿A ti en particular, o a todos? —
Aracné se cruzó de brazos, conteniéndose.
— *Eso es, veamos qué tan fuerte eres ahora* Vamos, utiliza tu particularidad con nosotros —
Hitoshi utilizó su kosei, esperando en cualquier momento la manifestación de las famosas telarañas.
— No me des órdenes, y respondiéndole a los presentes. . . —
— *No puede ser ¡¿No le afectó mi control mental?!* —
En ese momento todos cayeron abruptamente al piso, amarrados con hilos blancos; y luchando por liberarse, escucharon pasos aproximándose hasta quedar bien cerca de ellos.
— Dejen de comportarse como idiotas y tengan un poco de dignidad, por favor. Maduren. —
Aracné los tenía a todos en el suelo, sin poder moverse o escapar; pero lo que más llamó la atención de los jóvenes héroes era la atmósfera que generaba la chica. Se sentía una pesadez increíble, y un tenso escalofrío surgió en cada uno de ellos, impidiéndoles reaccionar o dejar de temblar.
¿Por qué temblaban?
Sarai desprendía un aura de superioridad y firmeza sorprendente; esa sensación los reprimía, y a la vez dejaba claro la distancia entre su poder y el de ellos, como si fueran visiones críticas en caso de luchar en serio con la pelinegra.
Ella caminó entre los caídos hasta la salida de aquel lugar, donde los liberó y despejó el ambiente de su pesada energía. Ninguno emitió palabra alguna, aún presos de esa horrible sensación, hasta que una sutil voz les llegó.
— Pido disculpas si he hecho que se sintieran de ese modo, pero tengo mis propias razones. Además, fuerte o no, todos tenemos un punto débil; los demás no deberían importarles. El límite son y lo deciden ustedes mismos —
Aquello los tomó por sorpresa.
Lo dijo de una manera tan serena y amable, que era imposible pensar en esas palabras como una simple respuesta. Fue sincera, y de alguna forma buscaba compensar el supuesto daño que ellos reclamaron.
No les dio tiempo a contestar, porque se perdió entre los árboles, los cuales se mecían suavemente por el viento de aquel día primaveral.
Después de todo,
La naturaleza parecía llamarla a sus brazos,
Cada vez que eso ocurría.
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