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Capítulo 14.

20 de febrero de 2020.

Estaba agotada, pero tenía que ver a Astrid, había evitado tener nuestra conversación por teléfono porque quería contarle cada mínimo detalle de lo que pasó con John hace unas noches. Desde que me dejó en mi casa y se despidió de mi con un pequeño roce de labios no hemos dejado de charlar por las noches. Su tiempo libre en la cocina es limitado y mi jefe puede que sufra un aneurisma cada vez que nota que uso mi teléfono en horario de trabajo.

Anthony Walker era un idiota, todos en la editorial le llamamos Sherk, el apodo le quedaba bien ya que nunca dejaba de gritarnos y gruñirnos. Hoy estuvo especialmente irritable y yo siendo su asistente tuve que soportar sus ataques de ira. Sin embargo, el trabajo me gustaba, había estudiado marketing en la universidad y era el área donde trabajaba en estos momentos. Sí, era una asistente, pero todos en una gran empresa van subiendo escalones de a poco, solo que a mí me había llevado dos años y aún no recibía un puesto decente. Al principio pensaba que Sherk vería mi talento, pero el tipo a veces era un poco... imbécil.

Ya llegará tu momento, Makayla, era lo que me repetía siempre.

Tomé mi refresco bajo la mirada extrañada del bartender al otro lado de la barra, pero no le presté mucha atención, después de mi madrugada borracha con John no quería tomar una gota de alcohol si no era necesario.

Sentí como el teléfono sonaba en mi bolsa, lo busqué y al encontrarlo lo desbloqueé encontrándome con ochenta y cinco mensajes todos de mi mamá, siete de Rossie y dos de papá, estaban silenciados por lo que el teléfono no sonó por ellos sino por John, como tonta sonreí.

Es oficial, Mureau ya no trabajará con tu hermana.

No me sorprendía aquel dato, el mismo lunes que John me dejó en casa tenía que trabajar y a la primera que vio al llegar al restaurante fue a Rossie. John me comentó que hizo un berrinche y amenazó al chef diciendo que si no echaba a John entonces no estaría en su boda. El chef Mureau quiso dialogar y el trato había sido que John no sería parte del equipo que cocinaría. Supongo que Rossie cambió de opinión.

¿Rossie armó otro berrinche?

Mensajeé de vuelta y de inmediato respondió.

Peor, la fecha de la boda fue cambiada y Mureau odia los cambios de planes. Como bonus le pidió cambiar dos de los platillos que ser servirían en la boda porque según ahora le dan náuseas los tomates.

Me congelé, ¿a Rossie le dan náuseas los tomates? Eso es imposible, Rossie adora el tomate como yo amo el chocolate.

¿Tomates? ¿Estás seguro de eso?

Lo estoy, Ela. También me extrañó, según es una amante de la ensalada de tomate. Eso era parte del menú escogido por ella, pero quiso eliminarlo.

Uh, si es bastante extraño. Sin embargo, Mureau estará contento, ya no tendrá que trabajar con la fille gâtée.

Estoy orgulloso, lo escribiste bien.

La verdad es que lo Googleé antes de enviárselo, pero por supuesto no se lo diría.

Intercambiamos un par de mensajes más hasta que Astrid llegó y me tuve que obligar a despedirme.

Hablamos luego, cariño. Ten cuidado con el alcohol, te pones peligrosa cuando estás bajo sus efectos. Cualquier cosa estoy atento al teléfono.

¿Por qué estuve tanto tiempo sumergida en Tinder si pude haber encontrado a un tipo como este en la cocina de un restaurante?

—Es la primera vez que te veo brillando de esa manera.

—¿De qué hablas?—me hice la desentendida, pero la sonrisa imborrable de mi rostro y mis mejillas sonrojadas conocían bien de lo que hablaba mi mejor amiga.

—Estás brillando, Makayla, nunca había visto este brillo en tus ojos, ni siquiera con Levi.

Levi, me removí en mi asiento y tomé un sorbo de mi refresco.

—John me hizo ver las cosas diferentes, no solo por las cosas que me dijo, ya te comenté que tuvimos una charla sobre la persona indicada.

—Lo hiciste y podría besar a ese hombre solo porque te hizo abrir los ojos.

—Esas son las palabras adecuadas, John me hizo abrir los ojos, pero no por las cosas que dijo sino porque... porque...

Me cuesta decirlo, porque los sentimientos son tan grandes que me nublan la mente.

—¿Makayla?

—Porque me hace sentir diferente, Astrid, me hace feliz, nunca había sonreído tanto en la presencia de una persona.

—Aww creo que voy a llorar—lo hizo, dos lágrimas se escaparon de sus ojos por lo que me levanté del asiento y la abracé—. Estoy tan feliz por ti, Maky.

—¡Astrid!—me quejé a la vez que me separaba de ella—. ¿Que habíamos dicho sobre ese apodo?

—Sí, sí, no te gusta. Ahora, cuéntame cada sucio detalle de lo que pasó el domingo.

Así iniciamos nuestra noche de chismes, lo conté lo que había pasado en casa de mis padres y como John me había defendido. Astrid podría hacer unas camisas con el estampado de equipo John al salir de aquí, mi amiga estaba maravillada con el hombre incluso más que yo. Hablamos sobre nuestra visita nocturna a la casa de sus padres y como terminé vomitando la papelera de su habitación vistiendo nada más que una de sus camisas. Astrid se carcajeó a más no poder cuando le hablé sobre el baile sensual que había hecho borracha y que aún no recordaba.

—Él tuvo que estar tan caliente, Makayla—mordió su labio inferior después de hablarme sobre mí estando en ropa interior y portando sus tacones—. Creo que iniciaré una rutina en el gimnasio como tú.

—Mañana me toca jornada, puedes venir y ver las instalaciones.

—Dije creo, amiga, no soy lo suficientemente fuerte para entrar en una rutina de ejercicios, aún si me quiero poner caliente.

Para las diez de la noche ya estaba subiendo las escaleras hasta mi apartamento. Mi cabeza dolía un poco, la música estaba muy alta en el bar y tanto Astrid como yo tuvimos que lidiar con unos tipos insoportables que se nos insinuaron hasta que Astrid amenazó a uno de ellos de rosearlos con gas pimienta si no nos dejaban en paz, fue ahí que entendieron y finalmente se alejaron.

Quizás el dolor de cabeza me hacía ver cosas porque era imposible que Roselle, mi hermana malvada estuviera recostada en mi puerta con el maquillaje corrido y las lágrimas humedeciendo sus mejillas.

—¿Rossie?

Se levantó del suelo de inmediato al escucharme llegar y se abrazó así misma buscando protegerse.

—Makayla—me estremecí al escucharla decir mi nombre, no fue burlón, tampoco dijo Maky. ¿Qué estaba pasando?—. Makayla, necesito... Yo...

Rompió a llorar y por más que fuera una mala hermana, me humillara y fuera una perra, al final era mi hermana. Por lo que la abracé y dejé que llorara en mi hombro. Sin embargo, pude ver como John se detenía incrédulo detrás de nosotras como si estuviese viendo la cosa más surrealista del mundo.

Incluso para mí era así, era extraño y me mataba no saber lo que le había pasado a Rossie.

Rossie se percató de la nueva presencia y se tensó, no estaba a gusto viendo a John aquí.

—Uh, debí llamar antes de venir.

—Igual ella no sabía que venía, era una sorpresa—John se acercó y picoteo mis labios, luego me extendió una bolsa—. Es comida del restaurante, la cociné para ti.

Aunque Rossie estuviera triste frente a nosotros no pude evitar sonreír como tonta. John condujo hasta aquí para traerme comida.

—Será mejor que me vaya.

—No, Rossie, no puedes irte así.

—Solo fui una estúpida en pensar en venir aquí, Maky. Ya resolveré mis problemas de otra manera.

El apodo ardió, pero podía ver como una coraza se estaba creando en mi hermana.

—Si viniste a mí es porque estas tan jodida que no pudiste ir con alguien más. Así que mete tu jodido trasero en el apartamento, Rossie.

Estaba sorprendida por hablarle así, Rossie también lo estaba, incluso John.

Al final ella acató la orden y entró al apartamento luego de que abriera la puerta, procedí a entrecerrarla y miré con anhelo a John. Me hubiese encantado pasar la noche con él.

—No me mires así porque sino me quedaré esperando en el auto hasta que tú hermana se vaya—me tomó de la cintura y me acercó a él—. No puedo dejar de pensar en ti, Makayla Fox.

—Yo tampoco puedo hacerlo John Ralston y de verdad, quiero que te quedes, pero...

—Lo sé, eres demasiado noble para tu propio bien.

Nos miramos por un largo rato, pero recordé que tenía que entrar con Rossie, así que besé a John profundamente hasta que mis pulmones pidieron a gritos un poco de oxígeno.

—Hay cosas que quiero hablar contigo, Ela.

—Nunca es bueno cuando dicen el clásico tenemos que hablar.

—Sera una charla... fructífera, estoy seguro.

Me costó dejarlo ir, pero tuve que hacerlo. Entré al apartamento y Puffy salto en mis piernas emocionado por mi llegada, aunque sabía que estaba pidiendo alimento. Llevé las bolsas a la cocina y saqué una lata de sardinas para Puffy colocándolo en su plato y luego llevándolo al suelo, de inmediato Puffy empezó a devorar su comida.

Rossie estaba estática en mi sofá, mirando fijamente sus manos, como si ahí estuvieran las soluciones a sus problemas. Me senté a su lado y eso la hizo despertar, se veía tan rota.

—John no me cae bien.

Me molesté, pero me atraganté las ganas de gritarle.

—No me interesa que te caiga bien, Rossie. No estamos aquí para hablar de mi vida privada.

—No te recordaba tan insolente.

—Y yo no recordaba verte tan destrozada, así que es una primera vez para ambas.

Se encogió y no puedo decir que no me dolió, sin embargo, ver a Rossie en esa situación me hizo sentir más poderosa, con más seguridad de mí misma. Porque la Rossie que tenía frente a mí no era la Rossie perra que me humillaba, está Rossie estaba rota.

—Estoy embarazada, Makayla.

Me sorprendí, pero quizás no demasiado, aquí estaba la respuesta sobre su aversión al tomate.

—Wow, eso es... Genial. ¡Felicidades! Estoy segura de que Levi estará feliz.

Fue el detonante para que Rossie empezara a sollozar.

¡Mierda!

Me puse nerviosa y la volví a abrazar, acaricié su espalda y solo murmuraba palabras de aliento.

No entendía nada. ¿No quería ser mamá? ¿Levi se había tomado mal noticia?

—¿Rossie? Háblame, porque no estoy entendiendo nada.

—Siempre tan lenta, Maky.

—No me hables así, estoy tratando de ayudarte, Roselle. ¿Puedes por un minuto dejar ser una perra?

—Perra infiel—masculla secándose con rabia las lágrimas.

—¿Qué?

—Soy una perra infiel, Makayla, eso es lo que soy.

Oh mierda.

—¿Rossie... el bebé...?

—No es de Levi.

Chan chan chaaaaaaaaan

¿Cómo terminara este asunto con Rossie? :O

Capitulo dedicado a camilatores30 :) Espero te haya gustado jijijiji

Nos leemos el lunes de festividades con doble actualización ;)

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