Capítulo 10.
La cena estaba siendo decente cuando pensaba que iba a ser un fracaso total. Mi hermana controló su boca y fue dulce y amable, también pude notar a John moverse incómodo varias veces en su asiento, casi se me salen los ojos cuando vi unos tacones pasándose por las piernas de mi acompañante provocativamente. Estuve a punto de protestar, pero John me había tomado de la mano y me había pedido discretamente un cambio de asiento. Nadie preguntó por aquella escena, sin embargo, mi hermana había sonreído victoriosa.
Levi cruzo varias palabras con John, se había sorprendido cuando se enteró de que mi acompañante era un chef. Los jadeos de sorpresa no se hicieron esperar cuando John confesó que era parte de Le Mureau.
—¡No puede ser! Comimos ahí hace unas semanas—dijo mi mamá emocionada—. Quedamos tan encantados con la comida que hablamos con el chef y estará en la boda de Rossie y Levi.
—El chef nos lo comunicó, estamos encantados de poder cocinar para ustedes—mintió muy bien, ni el viejo Mureau ni él estaban contentos, pero supongo que el dinero iba a ser bueno.
—No entiendo, ¿por qué no nos dijiste que John trabajaba ahí esa noche?—cuestionó mi hermana mirándome con sospecha, tocó improvisar.
—Ni siquiera creyeron que iba a llevar una cita para la fiesta de San Valentín. Además, John no estaba esa noche en el restaurante, era su día libre
John sonrío y me miró con reconocimiento por lo bien que había mentido.
—Estoy intrigado, ¿cuál es tu cargo en la cocina? Espero que no solo seas el que hace las salsas.
No fue conmigo y me ofendí, era la primera vez que veía a Levi con mala cara. No pude controlar mis palabras.
—¿Qué hay de malo con preparar salsas? Es un arte, ¿lo sabías?
—¿Bromeas, Maky? No creo que sea tan difícil.
—Al contrario, sin el Saucier jamás hubieses comido un cannoli de la calidad con la que lo comiste la otra noche.
Todos se quedan en silencio, Levi me miró impresionado, mientras que podía sentir los cuchillos de mi hermana con su mirada.
—Makayla tiene razón, cada miembro es importante en una cocina, nadie puede faltar, ni siquiera el plongeur—Todos lo miraron confundidos con esa última palabra, rodé los ojos.
—El lavaplatos, eso es lo que significa plongeur.
—Con el respeto que se merece tu familia, tengo que decir que tus conocimientos sobre los miembros en mi cocina me están volviendo loco, señorita Fox. Estoy orgulloso de ti—Pude escuchar a mi mamá suspirar en su asiento, pero no la miré, porque no tenía ojos para nadie más que mi Ferrero Rocher—. Respondiendo a tu pregunta, soy el el sous chef, me encargo de reemplazar al chef cuando se amerita.
—¡Vaya! Es impresionante que tan joven obtengas tal puesto.
—Soy el aprendiz que más tiempo lleva junto al Chef Mureau, empecé a trabajar en su cocina cuando tenía doce años. Mi madre siempre fue alguien muy permisiva, pero odiaba que no fuera a clases para escaparme al restaurante—me sorprendí por aquello, aún no conocía esa historia—. Mureau me castigaba con lavar platos y exigía excelencia con respecto a mis notas. No fui el mejor en el instituto, pero aprobé todas mis materias, mamá estaba feliz, el chef estaba lo más cercano a feliz y cuando cumplí los dieciocho mi vida se sumergió en esa cocina.
—El chef Mureau te aprecia mucho—susurré llamando su atención, él sonrió.
—A él no le gusta admitirlo, pero sé que soy como el hijo que nunca tuvo. Funcionamos bien juntos, Makayla pudo verlo el viernes.
En ese momento las señoras de servicio retiraron nuestros platos vacíos y sirvieron el postre. John dio un bocado y de inmediato arrugó la nariz, estuve a punto de escupir el vino que previamente me había llevado a la boca.
—Caroll es nefasta en los postres—susurré llamando su atención—. Por lo general los pasteles siempre quedan así de duros.
—¿Estuviste en el restaurante el viernes?—cuestionó mi madre llevándose un bocado del duro pastel a la boca, también formó una mueca.
—Uh si, por eso nos fuimos rápido de la fiesta. John tuvo una emergencia y acepté ir con él.
—Como recompensa cociné para ella.
—Estuvo delicioso—les aseguré.
—Dime que sabes de repostería, John, no entiendo cómo mamá aún no ha despedido a Caroll, ¿ya probaste esto, amor?
—Bastante duro, cada vez es peor—le respondió Levi a su novia.
—Puedo prepararles algo.
—Oh Dios, no John, tú eres el invitado.
—De verdad, quiero hacerlo, no hay problema—John se levantó de su silla con lentitud y me extendió la mano—. Llévame a la cocina, por favor.
—¿Qué? ¿No vas a...?
—Por favor.
Mis padres estaban avergonzados, pero puedo jurar que mamá estaba ansiosa por probar algo de John. Cuando llegamos a la cocina Caroll no estaba feliz, no le gustaba tener a más nadie en la cocina. A duras penas le cedió un mandil de florecitas a John para cubrirse de la suciedad, no pude evitar reírme de él. John se movía en la cocina como si fuera la suya, solo en algunos momentos se detenía y le preguntaba Caroll en dónde podía encontrar algún instrumento e ingrediente y esta de mala gana se lo hacía saber.
Volví al comedor dejando a John con Caroll en una larga conversación de como debes mezclar la preparación de un pastel correctamente, mi corazón se derritió al ver como éste le explicaba a la mujer, aunque esta lo mirara de mala manera. Caminé hasta la sala puesto a que en el comedor solo quedaban los platos con los restos del pastel no comido. En la sala, Rossie se sentaba sobre el regazo de Levi y al verme llegar me dio una mirada victoriosa, pero esta vez no dolió. John tenía razón, Levi no era mi persona indicada, no podía luchar por alguien que no recordaba mi nombre, finalmente abrí los ojos en el día de San Valentín y luego de aquella charla con mi cita falsa.
Mamá al verme llegar se levantó de su asiento y me tomó de las manos.
—Cariño, ese hombre es perfecto, Maky.
—Mama, es Makayla, por favor, deja de decirme Maky, lo odio.
—Mama tiene razón, Maky—Acentuó Rossie el apodo que hace segundo había dicho que odiaba—. Si le dejas ir serás oficialmente una tonta.
—Es un gran chico, me gusta la pasión con la que habla sobre su profesión—intervino papá sentado en el sofá—. Estoy ansioso por probar lo que está prestando.
—A mí me cayó muy bien—aseguró Levi acariciando el brazo de su novia.
—¿No es esto curioso? Maky de verdad tiene novio.
—John no es mi novio, solo estamos saliendo.
—Bueno, eso tiene sentido. Sigue actuando de la manera en la que lo haces, no vaya a ser que aburras a ese hombre—Rossie rio como si lo que hubiese dicho fuera muy gracioso—. Aunque debiste ponerte el labial rojo, el rosa te queda horrible.
—Cariño.
—¿Qué? Solo digo la verdad, Levi. ¡Mírala! Ni siquiera sabe caminar bien en esos zapatos—miré los zapatos de Astrid con lágrimas en los ojos, empezando a sentir como mi autoestima otra vez empezaba a disminuir—. Hombres como esos solo salen con mujeres elegantes, que siempre están perfectas. La imitación de mí te salió bien en la fiesta de San Valentín, aunque te seguías viendo como una copia.
—No traté de verme como tú—mentí.
—¿En serio, Maky? Usaste un labial rojo, mamá te compró cientos y nunca los usaste, incluso no estás usando uno hoy, pero tranquila, no te juzgo, cuando quieras podemos ir de compras, puedo ayudarte a escoger mejores prendas para el estilo tu cuerpo.
—Tampoco seas así, Rossie, tu hermana se ve más delgada. Se nota que el gimnasio está haciendo su trabajo.
Mi padre y Levi no dijeron nada, solo escuchaban parlotear a las mujeres sobre mí. Mamá apoyaba a Rossie con sus opiniones mordaces: caminas como un pato con los tacones, debes arreglarlo; no Maky, usar sombra de ojos de ese color te hace ver qué tienes ojeras; y la mejor, no puedas descuidar tus días en el gimnasio, no quieres verte como la bola de masa que eras hace unos meses.
—¡Bueno es suficiente! —John se adentró en la sala y arrojó su mandil en el suelo con enojo, las mujeres se quedaron en silencio mientras que mi padre y Levi lo miraron con los ojos muy abiertos—. En la fiesta me diste una probada de lo perra que puedes ser, sin embargo, no juzgo a las personas solo por un mal momento.
—¿Disculpa?
—Hey, hermano, no te permito que...
—No soy tu hermano, jodido idiota poco hombre—escupió enojado John hacia Levi quien se había levantado de su asiento para defender a Rossie—. Empezaré contigo ya que fuiste tan amable de levantarte. Primero, quiero que pronuncies después de mi: Ma-kay-la, no Maky, no Macarena, es Makayla. Al parecer eres tan idiota que tienes años conociéndola y no puedes aprendértelo.
» Tu junto a ese señor—señaló a mi papá quien dejó caer su barbilla—, son hombres despreciables que solo dejan que dos mujeres hablen de esa manera de Makayla. Usted señor Fox, debería defender a su hija de estos ataques tan viles. Ella no se lo merece.
El silencio era aterrador, la mirada de todos estaba impresionada, pero John no había terminado con si discurso.
—Usted señora Fox, Catrina, es una madre horrible. Gracias a Dios no me tocó tener una madre como usted, mi madre es maravillosa, si ella tuviera algo malo que decir de mí no lo haría de esa manera tan burlona y desagradable como en la que usted se expresa de su hija—luego miró a mi hermana— ¿Y tú? No te bastó con tratar de tocarme de manera indecente en la misma mesa que estaba sentado junto a tu prometido, tus padres y junto a mi cita, sino que de nuevo sacaste las garras y te comportaste como una niña mimada estúpida que se siente superior con solo desprestigiar a su hermana mayor.
» Esa chica, Makayla, no Maky, apodo estúpido, por cierto. Esa chica es increíble, solo me bastó tener minutos con ella para saber que no es ni de cerca como ustedes. No la merecen en su familia. Ustedes, señor y señora Fox no merecen tener una hija como ella. Tú, Levi, no mereces ni de cerca tener el amor de alguien como ella. Y tú, niña mimada, no mereces tener a una hermana como Makayla.
John tomó mi mano, me ayudó a levantarme y me arrastró fuera de la casa bajo las miradas atónitas de todos. Cuando nos adentramos al auto John temblaba y yo... Bueno, yo todavía estaba tratando de asimilar todo lo que acaba de pasar.
Lo miré, él encendió el auto y me miró.
—¿Quieres unos donuts?
Alabado seas John Ralston, te rezo jajajajajaja
Como le comente a alguien en el anterior capitulo, Makayla es una chica fuerte, solo necesitaba de un empujoncito de alguien, en este caso John, para encarar a los demás. Después de esto ella lo hará :)
Este capitulo esta dedicado a pandicito <3 Espero que te haya gustado :)
Nos estamos leyendo el viernes de festividades <3
Se les quiere, chau x
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