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Albus despierta de madrugada con la respiración agitada. El sol no ha salido del todo y Scorpius aún duerme en la cama de al lado.

El chico da un par de vueltas en la cama durante 3 minutos, hasta que asqueado aparta las sábanas de una patada y se queda sentado en la orilla de la cama.

No puede dormir, y Scorpius es el motivo, se mete en sus pensamientos y en sus sueños, en formas que hacen a Albus sonrojarse.

Lo mira de reojo, Scorpius duerme ajeno a los pensamientos y problemas de Albus. Su pecho sube y baja de forma pausada, y mechones sudados caen en cascada por la frente del muchacho. El hijo de los Potter siente un terrible deseo, casi irrefrenable de acomodarle el pelo y acariciarle suavemente el rostro, porque es perfecto, se da cuenta Albus.

Se permite mirarlo durante un par de minutos más, hasta que de un brinco se levanta de la cama y se dirige al balcón, porque necesita con urgencia que le del aire. Nunca se ha sentido así, ten emocionado, tan horrorizado y excitado al mismo tiempo.

- ¿Te has cansado ya de mirarme? - dice Scorpius a su espalda. Y Albus Siente con certeza cómo se detiene su corazón, no se gira para encararlo, porque sabe que de hacerlo podría desmayarse. Scorpius tampoco se mueve, se queda detrás de Albus a una distancia prudente.

-No te estaba mirando- dice al final con un hilo de voz

-Si lo hacías- contesta riendo, Albus siente la respiración de Scorpius sobre su cuello y no puede evitar estremecerse. De repente siente la necesidad de que Scorpius se acerque más, y ya es inevitable obviar lo mucho que le atrae. Sin ni siquiera tocarse, Albus siente más cosas que cuando se dio aquel beso con Gio

-No puedo dormir...

-Eso he visto

Ninguno dice nada durante un tiempo, parecen disfrutar de aquel momento íntimo, hasta que Albus reúne valor y se gira hacía Scorpius, pero está mucho mucho más cerca de lo que imaginaba, solo los separan un par de centímetros y la altura, porque Scorpius es levemente más alto.

-Tienes los ojos muy grises- necesita decir algo

-Y tú muy verdes

Parece que los dos quieren hablar, pero ninguno lo hace. Albus mira a Scorpius con anhelo e inevitablemente acaba mirando con descaro sus labios.

Entonces el berrido de un gallo se escucha a lo lejos y Albus pierde toda la seguridad que una milésima de segundo antes juraría que tenía.

-¿Desde cuándo hay gallos en esta casa?- intenta dar dos pasos hacía atrás pero se encuentra atrapado entre la barandilla del balcón. Entonces es Scorpius quien sale de su estado y aparta sus ojos del otro chico. Como si Albus quemase, Scorpius retrocede a zancadas.

-¿Gallos? Desde siempre, supongo

Ninguno sabe qué ha pasado y ninguno pretende preguntarlo.

El día pasa tranquilo y ambos chicos disfrutan de la compañía del otro. Parece que nada ha cambiado entre ellos y a la vez que algo distinto florece entre ambos. Albus no puede dejar de pensar en Scoirpus, en lo que le ha dicho Zabini y en que ha estado a nada de besar sus labios. El sentimiento de cariño que Albus piensa que sintió por él ahora cambia por un sentimiento de deseo que amenaza con ponerlo a prueba a cada segundo del día.

Deciden organizar un picnic y ver juntos el atardecer. Todo es perfecto, la comida, el clima, el paisaje y sobre todo, la compañía. Como es costumbre entre ellos hablan con facilidad durante horas y horas, a veces Scorpius habla sobre algo que le entusiasma mientras Albus realiza una de sus pinturas. En otra oportunidad, Albus se acuesta sobre las piernas del rubio y este le masajea la cabeza mientras charlan de cualquier tontería.

-Dos semanas

-¿Qué?

-Que te vas en dos semanas

Albus sigue recostado sobre las piernas de Scorpius y lo observa desde abajo, con la luz del atardecer piensa que es hermoso.

-Vendrás a visitarme, ya lo hablamos

-¿Hasta Londres?

-¿Se te ocurre otra cosa? Además, prefiero no pensar en eso y disfrutar del tiempo que me queda

-Te echare de menos...

-No voy a morirme Scorpius

-Lo se pero

-Scorpius mírame -dice el Albus, y Scorpius lo mira, con unos ojos tan grandes, tan grises, tan bonitos -Disfrutemos del tiempo que queda

El chico asiente, deja de acariciarle el pelo y cambia de posición para acostarse a su lado. Podría aprovechar mejor el tiempo sin tan solo le dijera a Albus lo que siente por él. Escucha las chicharras, con los ojos cerrados le es muy fácil imaginarse a Albus a su lado y lo fácil que sería confesarle lo que siente por él. Recuerda la tarde de ayer y suelta un

— Mamá ayer me leyó una historia de un apuesto joven caballero y una princesa

—mmm— escucha que susurra Albus

—Ambos están enamorados del otro pero ninguno de los dos es capaz de sacar el tema del amor

—Eso es horrible...

—Pero un día le pregunta a la princesa: ¿Es mejor amar o morir?

—Yo nunca tendría el valor de preguntar algo así

Scorpius abre los ojos y le dedica una sonrisa

—¿Y lo hace o no?—pregunta Albus con impaciencia

—Es mejor amar, contesta ella, pero está alerta porque presiente que es una trampa

—¿Y él habla?

-No

—Es una lástima

—Lo es

Los chicos se miran un tiempo pero luego Scorpius desvía la atención a un pajarito que pelea con una hoja que flota en el riachuelo y luego Albus recuerda que debe recoger unas cosas del pueblo que su madre le ha encargado.

Scorpius respira profundo y se promete que pronto, se lo dirá pronto.

Es en la hora de irse a dormir, que todo da un vuelco inesperado. Fuera se ha desatado una escandalosa tormenta y la charla nocturna en el balcón se ha desplazado a la cama de Scorpius.

-Opino que la cebolla no está del todo mal, pero no entiendo cómo hay personas que son capaces de comérselas a bocados.

Ninguno entiende como han acabado hablando de cebollas, solo saben que son las tres de la madrugada y que el sueño ha pasado a segundo plano

-¿Te comerías una cebolla si te pagaran? - pregunta divertido Scorpius

-Por supuesto que sí- Scorpius le mira horrorizado - ¿Tú no?

-¡Qué asco!

-Tú das asco y estoy aquí a tu lado

Estallan en carcajadas y ninguno entiende como es que nadie ha venido a exigirles que se callen.

-Oye Al

-¿si?

-¿Qué pasó con Giorgia?- le pregunta el rubio. Albus puede ver miedo en sus ojos

-Descubrí que no es ella la persona que me gusta- suelta demasiado rápido, al instante se arrepiente. Scorpius se pone tenso a su lado y Albus lleva una mano a su brazo para acariciarle. La cara de Scorpius ha pasado de alegría absoluta a una de melancolía. -Oye

-mmm

Y entonces Albus se cansa de los malentendidos y de que Scorpius pueda sentirse triste por su culpa y decide hacer algo de lo que no se arrepentirá nunca en su vida. Agarra la mejilla de Scorpius con una mano, este le mira enseguida, sin comprender nada. Albus se acerca hacia él y le besa.

Le besa suave, pasando con delicadeza su lengua por los labios de Scorpius. Siente como la electricidad recorre el cuerpo de ambos y como el rubio agarra a Albus y lo empuja en la cama colocándose encima suyo. Con Scopius encima, el beso se profundiza al instante y se convierte en un algo de lenguas, saliva y ganas, muchas ganas.

-Me gustas tú- dice Albus parando el beso - Por si no lo habías notado

Scorpius se rie, y Albus siente su risa en todo su cuerpo. Vuelven a besarse y esta vez Scorpius comienza a restregarse sobre Albus.

-Tu também me gustas - dice por fin Scorpius

-¿Y cuándo esperas decírmelo? - dice Albus ente jadeos

-¿Lo sabías?-

-Zabinni me lo dijo

Scorpius arruga la nariz en señal de desagrado pero continuan besándose durante varios minutos más, finalmente Scorpius se vuelve a colocar al lado de Albus.

-Deberíamos hablar esto bien -dice Scorpius serio -Tu me gustas mucho, en serio, y no quiero cagarla o no se.

Albus se ríe con cariño

-¿Qué te parece si lo hablamos mañana?

Scorpius asiente y los chicos terminan durmiéndose en la cama de Albus, no sin antes darse un ardiente beso de buenas noches.


Ea y se hizo el amor

Hasta la semana que viene!!!!!

Drasly :)

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