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Capítulo 47: Venganza

—Darkness... —Escucho una voz susurrante.

No siento mi cuerpo, no puedo moverme. Todo está oscuro, mi mente está nublada.

—Darkness... —Se oye cada vez más cerca.

Mis memorias son borrosas y confusas. No veo nada a mi alrededor. ¿Acaso estoy...?

—¡Darkness! —El estruendo de la voz que suena como una tormenta me despierta.

6:37 am.

Miro la hora en mi despertador. Todo parece estar en orden. Estoy cubierto por varias sábanas como de costumbre.

—¿Qué fue todo eso? —Sostengo mi frente con mi mano derecha— No logro recordar nada... Debió ser sólo una pesadilla.

Miro al frente y al ver mi espejo me impacta lo que observo.

—¿Ese... Ese soy yo? —Mi apariencia había cambiado repentinamente. Mis ojos eran de color morado, mi cabello plateado y mi piel blanca— ¿Qué es esto...? Seguro aún no termino de despertarme.

Me froto los ojos con las manos, pero al volver a ver mi reflejo me veo igual de diferente.

—No importa, debe ser alguna broma de mi subconsciente. Quizá incluso sigo dormido —Golpeo mi brazo izquierdo para comprobar si sigo dormido— Ay. Sí estoy despierto.

Me levanto y me visto para ir al instituto pensando aún que todo es producto de mi mente.

Al llegar al instituto entro con el temor de que resulte real el cambio de mi aspecto, pero nadie me mira diferente, por lo cual avanzo sin miedo. Al terminar de entrar veo a OGRO sentado con Piña y Pinkie conversando y me acerco para saludarlos.

—Hola, bro, ¿Cómo estás? —Saludo primero a OGRO.

—Ah, hola, ¿En qué te puedo ayudar? —Responde.

—Ah, estoy bien, sólo... Espera, ¿Qué? —Él nunca me había saludado de esa forma. En él eso sería algo cortante.

—Desde que entraste parecías perdido. Eres el nuevo, ¿No?

—¿Qué? Ah, ya entendí. Qué buen chiste, OGRO. Me dio bastante risa —En realidad no.

—¿Chiste? Espera, ¿Cómo sabes mi nombre? —Me miró confundido.

—Bro, en serio ya no da risa.

—Oye, no sé quién eres pero esa no es la forma de conocer a alguien siendo nuevo en un instituto —Se levantó y tomó su bolso para irse.

—Espera... ¿Qué? No me digas que ahora no sabes quién soy jajaja, en serio; ya me estás asustando.

—Oye, es la primera vez que te veo en mi vida. De hecho es la primera vez que veo a alguien de cabello plateado y ojos morados. Si tienes alguna duda te recomiendo que vayas a la dirección —Dirige su mirada hacia los demás— Vamos, chicos, ya debe estar por llegar Darkness.

Quedé en shock. No entendía qué acababa de suceder. ¿Acaso es algún tipo de broma? No... Él no jugaría con algo así... Habló de mi apariencia. Esto... Esto es real.

Reviso mi celular y tengo todos mis contactos y conversaciones. También verifico mi cédula de identidad y está todo en orden, mi foto es igual que antes, diferente de como me veo ahora.

—¿Qué está sucediendo...? ¿Por qué... No me reconocen?

De repente tengo un fuerte dolor de cabeza y mi vista se nubla. Mi entorno se vuelve tenue y oscuro.

—Darkness... Darkness...  —Escucho una voz vacía y lejana.

—Pero... ¡¿Quién está ahí?!

—¿Ya no me recuerdas? Soy yo, tu... AMIGO. ¡JAJAJAJA!

—¡Lo sabía, eres tú! ¡MIGO, eres el único que puede jugar con mi mente de esta forma, ya quiero despertar!

—Jajaja... Jamás saldrás de esta pesadilla. Esta es tu realidad...

—Lo que dices no tiene sentido. ¡Nadie me reconoce! ¡¿Qué otra explicación puede haber para este cambio en mi apariencia?!

—Chico... No estás dormido. Simplemente estás exteriorizando lo que hay en tu interior. Has logrado conectar mente y corazón y tu inconsciente ha despertado...

—Mi inconsciente... —De un momento a otro recuerdo todo lo que había pasado— ¡Zono! ¡¿Qué me hizo?!

—¡Jajajaja, hasta que lo recuerdas! Él me liberó... Nos liberó... A ambos. Ahora somos uno, mucho más que antes. Al verte todos me verán a mí. Al actuar todos verán que actúo yo. Al hablar escucharán mi voz. Este es el futuro. Esta... Es la consecuencia por haber desobedecido y no prestar atención a mi advertencia...

—¡¿De qué advertencia hablas?!

—Yo te lo dije, Darkness... Te dije que deshacerte de tus otras personalidades sería terrible para ti...

—Mis... Otros lados.

—Ya no sientes ira... No sientes miedo... No sientes dudas... No sientes amor... Sólo sientes odio... E insatisfacción.

—Hablas de ti e intelectual...

—De hecho, somos lo mismo. Es una variante ínfima de mí que nació al haber un vacío tras eliminar a tus otros lados.

—Todo esto... ¡Es tu culpa! ¡Ahora no seré capaz de controlar mis acciones, todo será como tú dictes!

—¡Te equivocas! ¡Todo esto es tu culpa, pequeño tonto, tú fuiste quien quizo en primer lugar ser libre de tus emociones y dejar de sentir y amar, yo simplemente te lo concedí, para eso estoy hecho, para cumplir tus caprichos! ¡¿Acaso crees que un simple sentimiento tiene el control de la mente humana? Pues eres más inútil de lo que creía! ¡Nada sucede si tú no haces que sea así, todo esto, tú lo causaste, pudiste haberlo evitado, pero no lo hiciste! Y ahora... Ahora... ¡Buscas a quién retribuirle la culpa, eres un cobarde!

—¡Silencio, no quiero escucharte más! —Comienzo a correr desesperado.

—¡Por más que lo intentes, jamás escaparás de ti mismo, Darkness!

El ambiente se disipa y todo vuelve a la normalidad. Al parecer todo ha pasado en mi mente. De hecho... Todo ha pasado mientras seguía consciente. Al recobrar la conciencia estoy sentado frente al pizarrón en mi salón clases. Eso me basta para saber que el tiempo siguió su curso mientras tenía una lucha interna en mi mente.

—Hoy tenemos un nuevo estudiante —Anuncia el profesor—, por favor sean amables con él —Se dirige a mí ahora—. Por favor preséntate.

—Ah... Sí claro —Me levanto y camino hasta quedar frente a todos los asiento. Al parecer nadie sabe quién soy. Tendré que dar una buena impresión supongo— Mucho gusto, mi nombre es Darkness, tengo 16 años y vengo de... ¿Mi casa?

—¡JAJAJAJAJA! —La mayoría se ríe. Sin saber que no sabía qué decir.

—Muy buen sentido del humor, Essen. Gracias, ya puedes sentarte.

—Ah, gracias... Un momento, ¿Cómo me llamó? —Le pregunté confundido.

—Essen, ese es tu nombre, lo acabas de decir —Responde el profesor extrañado.

—No, yo dije que me llamo Darkness... ¿Qué rayos pasa?

—Bueno, eso fue lo que dije: Essen.

—¿Qué...? ¿Qué es lo que escucha cuando digo Darkness?

—Obviamente escucho Essen. ¿Qué más podría oír cuando dices "Essen" en vez de "Essen"?

—¿Qué está... Pasando aquí? —Me devuelvo a mi asiento consternado por lo que acaba de pasar.

Cuando me siento todos me observan. Me observan como si vieran a un alienígena. ¿Y con estos ojos y cabello cómo no?

Al finalizar la clase es la hora del receso. Todos se acercan a mi asiento sin dejarme salir, sobretodo las chicas.

—¡Hola, mucho gusto, soy Pinkie! —Pinkie me saluda alegre, algo normal en ella— ¡Me encanta tu cabello, ¿Es natural?!

—No, es un producto de mi subconsciente —Respondo sincero.

Todos se ríen sin control. Al parecer lo tomaron como un chiste.

—¡Jajajaja, que gracioso eres, me caes bien! —Pinkie se ríe sin medida— Tu nombre es Essen, ¿Cierto? ¿Es extranjero?

—Ah... No lo sé. Ni siquiera sé si eso es un nombre real...

—¡Jajajaja! —Todos se ríen de nuevo.

—¡Olle, ¿Komo ez pozyvle ke tuz ojoz zean morradoz?! —Pregunta gramática.

—Ah... ¿Podrías repetirlo? Es que no te entendí ni media letra.

—¡Jajajaja! —Vuelven a reír... En serio me está cansando eso.

—Bueno, ya me tengo que ir —Tomo mi bolso y me levanto.

—¡Espera! —Pinkie me toma del brazo con sus dos manos— ¿Qué harás esta tarde?

—Ah, no lo sé... Iba a buscar al científico que liberó mi inconsciente causando mi cambio físico y mental.

—¡Jajajaja, que gracioso! —Se vuelve a carcajear. Y eso que le decía la verdad— ¡Salgamos hoy a las 3pm! ¿Qué dices?

—Ah, no lo sé... Quizá pueda, no puedo asegurar nada.

—¡Toma mi número de teléfono! —Anota en mi mano el número— ¡Llámame para confirmar, porfis! ¡Byee, cuídate! —Me suelta y se va corriendo por la puerta.

—Ah... Ok —Quedo completamente impactado.

OGRO y piña me observan fijamente.

—¿Ya viste? La conquistó sólo con existir —Dijo OGRO— Me pintaré el cabello de blanco.

—Yo creo que es el perfume —Afirma Piña— Huele a Garnier.

—Bro... ¿Te fijas en el perfume de un hombre? Tienes problemas...

Al salir del aula de clases, me encuentro con Luna. Iba saliendo de su salón, el cual está al lado del mío. La miro por un momento deteniéndome. Ella me corresponde la mirada. Se detiene y me observa de pies a cabeza y se acerca a mí.

—¿Eres el chico nuevo? —Me pregunta.

Pienso en mi respuesta un instante —Así es, me llamo Darkness— Soporto el impulso de decirle cuanta cosa estoy pensando de ella ahora mismo.

—Mucho gusto, Essen, soy Luna. Llevemónos bien —Me dedica una sonrisa forzada.

Al parecer su vida no es tan alegre ahora. En fin, al menos también escucha "Essen" cuando digo mi nombre. Me despido y sigo mi camino.

Hospital
9:30 am.

Entro al hospital y me dirijo al consultorio del doctor Zono. Toco a la puerta y oigo una voz desde dentro que me invita a pasar. Al entrar, hay un doctor, pero no es Zono. Es un hombre normal de cabello marrón corto y barba.

—¿En qué puedo ayudarte... Joven? —Me mira extrañado. Al parecer le impresiona mi aspecto.

—Estoy buscando al doctor Zono.

—¿Zono? No hay ningún doctor llamado así en este hospital, chico —Se levanta y toma una planilla— Creo que te has equivocado de hospital.

—No lo creo. Él me ha estado atendiendo varias veces desde la semana pasada.

—¿Seguro no venías al psiquiatra? —Me pregunta el doctor.

—No. Gracias por su tiempo —Salgo de allí antes de que me internen en el manicomio.

¿Qué está pasando? ¿Cómo es que no conocen a Zono...? Espera. ¿Y si...? ¿Y si todo fue una ilusión, un producto de mi imaginación? Sí, es eso. Seguro sigo soñando. Bueno, si ese es el caso me acostumbraré a él. Dicen que hay sueños que duran años y en la realidad es menos de una hora.

Me devuelvo a mi casa. Debería haber vuelto al instituto pero no importa lo que haga en mi sueño.

Se hacen las 2:30 pm y marco en mi celular el número que me dio Pinkie.

—¿Hola? —Responde Pinkie desde el otro lado.

—Hola, soy Darkness —Contesto.

—¡Oh, hola, Essen! ¿Cómo estás?

—Bien, bien. Oye, ya son las 2:30, ¿Dónde nos vamos a ver?

—¿Te parece bien en la cafetería que está cerca del instituto?

—Ah, claro. Voy en camino.

—Bueno, allí nos vemos, ¡Byee!

Cuelga la llamada.

Me visto y salgo a encontrarme con ella. No sé en qué resulte pero da igual, es mi sueño y puedo tomarme esa libertad.

Al llegar a la cafetería allí estaba Pinkie sentada dentro esperando. Entro, ella voltea y al verme se levanta de su asiento saludándome moviendo la mano gentilmente. Me acerco hasta los bancos y me siento frente a ella.

—¡Hola, Essen, que bueno que viniste! —Me regala una sonrisa amable.

—¿Esperaste mucho tiempo? —Indago.

—No, no. Llegué hace poco.

—Los 3 vasos de café a tu lado dicen lo contrario —Respondo.

—Ah, jeje. Bueno, sólo fue media hora, ¡Pero oye, sólo llegaste 10 minutos tarde!

—¿Ya estabas aquí cuando te llamé?

—Bueno... Sí, jaja. Creo que me olvidé decirte dónde nos veríamos.

—Bueno, está bien, lo importante es que ya estamos aquí. ¿Pedimos un postre? —Tomo el menú y observo los diferentes postres disponibles.

—Ah, sí, por supuesto —Toma su menú y comienza a leer también— ¡Oh, este me gusta, pidamos este! —Me enseña en su menú la tarta de fresas.

—¿Te gustan las fresas?

—Sí, jeje. Todo lo que sea rosado me gusta de hecho.

—Sabía que debía traer mi suéter rosa.

—Ah, jaja —Se sonroja levemente— Bueno, ya sabes para la próxima.

Hacemos el pedido y nos traen la tarta en menos de 15 minutos.

—Bueno, cuéntame más de ti —Pinkie toma su tenedor y corta con él un trozo pequeño del postre.

—Bueno, ¿Qué quieres saber? —Tomo un pedazo de tarta y lo como.

—Absolutamente todo —Posa su cabeza sobre sus dos muñecas apoyadas en la mesa de forma coqueta.

—Bueno, ya sabes mi nombre... Ah, tengo 16 años, mido 1.60 metros y mi color favorito sería el rojo.

—¡Guau, somos muy parecidos!

—¿En serio?

—¡Sí, ambos tenemos 17 años, a los dos nos gusta el color morado y bueno, eres más alto que yo con 1.80, yo mido 1.75! ¡Somos muy parecidos! —Responde alegre.

—¿Qué? Pero... Si dije que me gusta el color rojo... Y... Espera... —Es cierto, todo lo que digo sobre mí los demás lo oyen diferente, comenzando por mi nombre— Tengo que ir al baño, ya vuelvo...

—Ah, bien, aquí te espero.

Me levanto y entro al baño de hombres. Al menos mi género no cambió.

Dentro del baño hay un espejo grande, en el cual me observo.

—Es cierto, soy más alto... Antes no llegaba tan arriba del espejo. Todo es distinto...

—Darkness, tenemos problemas —Aparece de repente mi lado intelectual.

—¿Qué sucede? —Volteo a verlo de inmediato.

—Zono está aquí.

—¿Qué? ¿Cómo lo sabes?

—Sal y observa por ti mismo.

Salgo hacia el comedor y allí estaba... Zono, sentado frente a Pinkie. Me acerco hasta ellos despacio.

—Así que eres la novia de Darkness, que afortunada —Zono parece tener una agradable plática con Pinkie.

—Bueno, somos amigos en realidad. ¿Usted quién es, de dónde lo conoce? —Pinkie parece desconfiar de él.

—Ah, yo soy el científico que le dio la habilidad de personalidad disociativa y control de inconsciente —Contesta relajado.

—Ah... ¿Qué?

—Zono... ¿Qué haces aquí? —Llego hasta la mesa y me dirijo al demente que parece haber sido arrollado por un camión.

—¡Darkness, amigo! ¡Te estuve buscando por todos lados pero no te encontré! —Se levanta y me abraza.

—¿Quién es él, Essen? —Me pregunta Pinkie.

—Ah, sólo... Un conocido. Dame un minuto por favor.

—Bueno, aquí espero.

Me llevo a Zono del brazo y salgo con él fuera de la cafetería.

—¿Qué sucede, vienes a explicarme por qué casi me matas el otro día? —Le pregunté enojado.

—Escúchame, Darkness, no hay mucho tiempo de explicarlo, tu corazón...

—¿Qué tiene?

—Pues... En pocas palabras, estás muriendo, Darkness —Zono contesta con un tono de preocupación.

—¿Qué? ¿Esta es otra de tus bromas? Primero explícame por qué en el hospital nadie sabe quién eres.

—Bueno, tuve que borrarles la memoria con este artefacto que creé para protegerme —Muestra una clase de pistola de metal extraña— Pero ese no es el punto.

—Vaya, no me digas. ¿Ahora me dirás que esto no es un sueño?

—Bueno... Sí... Y no. Es complicado —Se rasca la cabeza.

—Bueno, explícate.

—Primero que nada debes saber que estás en coma.

—¿Qué?

—Sí, algo parecido, pero no del todo. Digamos que... Tu yo interno está fuera, y tú yo real dentro, dormido... Medio muerto, osea en coma. Y básicamente si no despiertas lo antes posible a tu yo externo que está en coma, morirás por una sobrecarga emocional y mental generada por tu inconsciente como sistema de autodestrucción para evitar seguir sufriendo.

—¿Qué...? Espera, esto es mucho para procesar... ¿Por qué en primer lugar activaste mi inconsciente esa vez que me ahorcaste sin razón?

—Creeme, hubiera sido peor que MIGO siguiera dentro. Al reprimir tus emociones sólo te haces daño a ti mismo y con el tiempo igual morirías. Yo evite tu muerte en ese momento, pero ahora depende de ti.

—Espera, espera... ¿Me dices que mis únicas opciones son morir o... Morir?

—Básicamente sí, pero puedes sobrevivir aún, usando un método que he usado por mucho tiempo para seguir con vida llamado supresión.

—¿Y eso qué hace?

—Tómalo así, si intentas liberar una emoción, se liberaría de manera descontrolada. Usando la supresión lo que harías es minimizar el impacto de esa emoción para poder liberarla sin dolor y que tu corazón no se vea afectado.

—¿Por qué no mejor me cambian el corazón con una operación?

—¡Estamos hablando del corazón figurativo, todo esto es parecido a una película de ficción, entiéndelo, a mí aún me cuesta entenderlo, la mente y el corazón son muy complejos!

—Bueno... ¿Y por qué me ayudas, por qué apareces de repente para esto?

—Darkness, no me creerás pero llevo años buscándote, y ahora que te hallé quiero que vivas.

—¿Qué? No entiendo...

—Hay muchas cosas que ahora no te puedo explicar, pero te enseñaré a usar la supresión. Llámame a este número mañana y nos veremos aquí —Me entrega una tarjeta con su número telefónico— Cuídate, Darkness. Recuerda que no es un sueño así que piensa bien antes de hacer cualquier cosa.

—Bien, gracias por todo, Zono.

Zono se va y yo vuelvo a entrar a la cafetería. Todo esto me ha caído como un balde de agua fría... Son muchas cosas en qué pensar y analizar. Sin embargo, si de ello depende mi vida, no tengo más opción que confiar en él.

No hay tiempo que perder.

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