Una semana antes
Todo iba de maravilla, Luna y yo nos hacíamos cada vez más cercanos. Estaba decidido a decirle lo que sentía por ella pues esta vez estaba seguro de que el sentimiento era mutuo, a diferencia de las otras veces. Esto no sólo había mejorado mi autoestima y confianza sino que también había mejorado mis notas en los trabajos del instituto quedando como el segundo mejor alumno de mi salón sólo después de OGRO, y mi trato con mis amistades y familia también había mejorado. Parecía que todo iba muy bien.
Pero no todo es color de Rosas.
Después de la "cita" que tuve con Luna en el centro comercial y llegar a mi casa me acosté en mi cama a descansar. En eso mi celular sonó avisando que me había llegado un mensaje, y era de Luna, una nota de voz. Decidí escucharla de inmediato.
— Darkness-sama, buenas noches. ¿Cómo estás? Me divertí mucho hoy —Su voz se oía un poco eufórica—. Sabes, desde hace tiempo quería agradecerte por siempre estar ahí para mí, sé que a veces puedo ser algo mandona, despistada, celosa, olvidadiza... Pero con todo y eso tú te has fijado en las cosas buenas y me has demostrado que me quieres. Por eso quiero que sepas cuándo te aprecio y que estos meses que he pasado contigo han sido únicos y nunca los olvidaré. Has estado en cada momento importante en todo este tiempo, y quiero que sean muchos años más los que pasemos juntos, y sé que siempre estarás ahí —Hizo una pausa—. Te amo. Mucho... 🤍
Así terminó el audio.
— ¿Cómo? ¿Qué acaba de pasar?
Estaba sorprendido. No esperaba esa declaración de parte de ella. Es decir... Que te digan "Te amo" es como decir "Quiero ser tu novia", ¿No?
No, seguro que no. Son cosas muy diferentes. No sabía qué hacer, quería preguntarle si era en serio o era sólo una broma pero podría molestarse. En ese momento sólo hubo una cosa que se me ocurrió hacer... Llamar a Star.
— ¿Aló? —Se escuchó su suave voz desde el auricular del celular.
— Hola, ¿Cómo estás? —Contesté.
— ¡Holaaaa, cuánto tiempo, Darkness! ¿Cómo estás, cómo te has sentido?
— Bastante bien... Pero confundido.
— ¿Eso por qué? Puedes contarme si quieres.
— Bien...
Le conté sobre Luna y todo lo que me había dicho en el audio.
— ¿Queee? Darkness, eso es una declaración directa. ¿Qué piensas hacer?
— No lo sé, por eso te estoy llamando.
— Bueno, ¿Tú la amas a ella?
— No estoy seguro. Es decir, sí la quiero mucho, pero... No sé si la amo en verdad. Puede que sólo sea un capricho pasajero.
— Ya, comprendo. Entonces lo que quieres es que te ayude a rechazarla de una forma no tan hiriente, ¿Correcto?
— Así es.
— Bien, ¿Tienes dónde anotar? Escribe lo que te voy a decir.
Comenzó a dictarme mientras yo tomaba nota de lo que decía.
— Listo —Dije cuando terminé de escribir.
— Bien, léela por favor para ver cómo suena.
— Dice: "Hola, Luna, ¿Cómo estás? Espero que bien. Aprecio mucho tu valor al haberme dicho tus sentimientos hacia mí, no es algo que cualquiera hace. Te quiero mucho y te tengo mucho aprecio, eres muy importante para mí y te valoro, pero no siento lo mismo por ti, espero puedas entenderlo y sigamos siendo buenos amigos." Yo lo veo bien.
— Muy bien, ¿Se lo vas a enviar ahorita? —Preguntó.
— No, se lo diré mañana en el instituto.
— Perfecto, bueno, Darkness, me mantienes al tanto de todo, ¿Ok? Cuídate y descansa, ¡Buenas noches!
— Igualmente. Y gracias.
— No hay de qué, para eso están los amigos, jiji.
No pude dormir esa noche pensando en lo que diría el día siguiente.
Al día siguiente...
Esta parte ya se la saben, Luna me dijo que podíamos volver a vernos, luego me llamó por teléfono llorando porque su padre había destruido los regalos que le había dado, al día siguiente le insistí, básicamente le rogué que no dejara de hablarme y fue en vano. Ahora sí, es momento de continuar la historia.
Actualidad.
Entré al instituto confiado y preparado para volver a encarar a Luna, estaba decidido a no rendirme fácilmente. Sin embargo cuando la vi... Ella volteó y me miró, pero no como lo hacía antes con cariño y afecto, sino... Con desprecio. Siguió su camino entrando al edificio principal donde estaban las aulas de clase. Yo sólo me quedé perplejo sin moverme contemplando la escena.
— Bro, ¿Todo bien? —Oí la voz de OGRO detrás de mí.
— Sí, todo perfecto —Respondí girándome hacia él.
— Amigo, tu cara dice lo contrario. ¿Qué pasó con Luna?
— Vale, te contaré. Pero no le digas a nadie.
Cambiamos hasta unas bancas en el patio exterior y allí nos sentamos a conversar. Le conté todo con lujo de detalles, duramos ahí unos 20 minutos hablando. Podía tomarme ese lujo pues varios profesores habían faltado ese día.
— Y ahora te ignora... —Dijo OGRO preocupado.
— Sí. No sé qué hice mal...
— Bro, lo único que hiciste fue enamorarte y eso no está mal. El padre de esa niña es un psicópata en verdad.
— Ah, ya lo sé. Pero no hay nada que pueda hacer.
— Oye, ¿Al final te declaraste o nunca supo que estabas enamorado de ella?
— Nunca le dije, pero ella a mí sí como ya te conté —Me acosté sobre mis brazos encima de la mesa.
— En ese caso deberías hacerlo.
— ¿Qué cosa, declararme? Sí claro... —Respondí con sarcasmo— No voy a quedar en ridículo aún más. Sólo está jugando conmigo.
— Bro... Lo sé. Pero es el último intento, ¿No crees que vale la pena?
— Quizá. Pero es 95% seguro que me diga que no.
— No lo sabrás hasta que lo hagas, puede que al saber lo que sientes por ella cambie de opinión y luche por ti —Usó un tono firme y seguro que me molestaba en gran manera.
— Ella nunca lucharía por mí. Pero igual... Haré mi último esfuerzo. Gracias por escucharme y aconsejarme.
— Cuando quieras, hermano.
Ese día no hice lo que OGRO me aconsejó. Lo dejé para el día siguiente. Y así fue, apenas llegué al instituto lo primero que hice fue buscar a Luna. Pero no recordaba que ese día se celebraba el aniversario del instituto, por lo que había el doble de personas.
Una vez entré al edificio secundario busqué en los salones pero no estaba en ninguno. Hasta que recordé su hobby por la música y me dirigí al salón de instrumentos musicales. Y cuando entré, allí estaba tocando la guitarra melódicamente.
— Darkness... —Levantó la vista para verme con desánimo.
— Luna, necesito decirte algo importante —En ese momento recordé las palabras que Star me había recomendado usar para rechazar a Luna, no podía creer que haría a un lado su consejo. Tanto las palabras de OGRO como las de Star luchaban en mi cabeza para decidir cuál usar.
— Darkness, ya deja de...
— No —Me senté en una silla a su lado—. Tienes que escucharme.
— Darkness... No sigas. ¿No ves que te haces daño a ti mismo?
— Luna... Te extraño demasiado. No me digas que tú a mí no pues sé que es mentira.
— Pues sí... Sabes que sí. Pero no puedo hacer nada al respecto —Agachó la cabeza soltando su guitarra en la mesa.
— Luna... Lo nuestro es especial. Tú lo sabes, es más que una simple amistad.
— ¿De qué hablas? —Preguntó con intriga.
— Luna, sabes bien de lo que hablo. Dime, ¿Me ves como un amigo nada más? —Ataqué de inmediato a lo que ella guardo un momento de silencio mientras estaba sonrojada.
— Darkness, sé de qué me estás hablando, pero estás equivocado.
— ¿Cómo? —Estaba realmente confundido.
— Darkness... Me gusta otro chico.
— ¿Qué? —Estaba más que perdido— ¿De qué estás hablando?
— Tú ya lo conoces, es Ferrari.
— ¡¿Ferrari, ese desgraciado?! —Ferrari era un compañero de clase con el que había estado desde el primer año en el instituto. Al principio nos llevábamos bien, pero desde el tercer año se dedicó a hacerme la vida imposible siendo un Bullyng de pacotilla que no podía hablar sin insultarme y dejarme en ridículo. Y no era sólo conmigo, era con todos, pero en mi caso era más insultante y molesto, y sin razón alguna. Luna sabía que lo odiaba, y ella nunca había dado señales de que le gustará él. Me pareció que era otro de sus trucos mentales para persuadirme y entramparme.
— Sí, él mismo. Se me declaró ayer.
— ¿Ayer...? —Había desperdiciado el tiempo. Si lo hubiera hecho ayer tendría ventaja sobre él— ¿Y qué significó ese audio que me enviaste diciendo que me amabas?
— Era un "Te amo" de amigos —Respondió.
— ¿De amigos? Luna, un "Te amo" no se le dice a un amigo. Estás mal de la cabeza.
— Pues así son las cosas, y hay algo más.
— ¿Algo más? —¿Qué podría ser peor que eso?
— Desde el año pasado también... Tengo una novia.
— ¿Novia? Espera, eso significa que eres...
— Sí, ya deberías haberlo sabido.
— ¡¿Cómo iba a saber si no me habías dicho, por qué no me dijiste eso?!
— Darkness, creí que te darías cuenta.
— ¡Obvio que no, soy muy despistado a veces! —No podía creer todo lo que estaba pasando en ese momento, era increíble— ¿Tus padres saben que tienes novia?
— No, y tampoco quiero que sepan.
— No puedo creerlo... Y pensar que me gustabas.
— ¿Yo te gustaba? —Me miró con intriga— osea que ya no...
— No, ya no me gustas, ni un poco. Me usaste, Luna. Todos piensan que somos novios, tienes una novia a escondidas de tus padres y te gusta otro chico. ¿Sabes los problemas que me has causado con eso? Quedé como el blanco de todas las miradas gracias a ti.
— ¿Qué problemas te causé?
— Ayer tu padre me llamó por teléfono y me amenazó de muerte si llegaba a acercarme a ti de nuevo. Me dijo que me tenía vigilado, y no es casualidad que ahora hallan policías en la puerta todos los días.
— Estás exagerando, Darkness —Dijo despreocupada.
— ¡No estoy exagerando, tú eres una loca que sólo busca su propio interés, persuades a quien sea para usarlo como un títere, pero yo ya me cansé de eso, y respondiendo a tu estúpida declaración, no me interesas, no te amo, te odio y me da igual lo que te pase de ahora en adelante, ahora soy yo quien te dice a ti "aléjate de mí!" —Estaba lleno de indignación, rabia y frustración, emociones que había contenido por mucho tiempo y al fin había liberado. Luna sólo se molestó y se quedó callada un momento.
— Haz lo que quieras, Darkness.
En ese momento entraron OGRO, Piña y Pinkie al salón de música gritando y bailando festejando por el aniversario del instituto. Al ver nuestras caras se detuvieron y se quedaron perplejos viendo nuestros rostros de muertos.
— Dark, ¿Qué pasó, todo bien? —Preguntó OGRO.
— De maravilla —Me levanté de mi asiento y salí de allí.
— ¡Darkness, no seas aguafiestas! —Gritó Pinkie.
Me senté en una silla al frente de uno de los salones mientras veía todo el festejo que armaban el medio millón de personas en el edificio.
— Ellos celebrando y yo queriendo morir. Típico...
Después de un rato OGRO se acercó a mí, tomó una silla de dentro del aula y se sentó a mi lado.
— Oye, bro, ¿Cómo te fue? —Preguntó.
— Me quiero suicidar.
— Ya veo que no muy bien. Bueno, cuéntame con detalle.
Le conté todo y ante cada cosa que le decía sus ojos se abrían más de la sorpresa.
— ¡Guau, esa chica está demente, ¿Qué le pasa?!
— Ah, no sé. Ya no me interesa. ¿Sabías que va a estudiar psicología? Me preocupan los pacientes y lo que les pueda aconsejar... Pobre gente.
— Bueno, Dar... Ya no hay más nada que hacer, Luna no vale la pena —OGRO puso su mano izquierda sobre mi hombro derecho.
En un instante todos los demás, Sol, Girasol, Gramática, Diva, Pinkie, Piña, Luna, e incluso Ferrari (quien apareció de repente) se sentaron a nuestro alrededor.
Luna volteó a verme con frialdad y sólo le respondí mirándola con desprecio.
— ¿Saben que pasó hoy? —Dijo Luna en voz alta, todos voltearon a verla— Darkness se me declaró... Y lo rechacé. El tonto sólo se molestó y se puso a llorar, jaja.
Todos voltearon a verme, quería que me tragara la tierra.
— Darkness, ¿Eso es verdad? —Preguntó Pinkie. No respondí nada.
— Darkness siempre ha sido un estúpido, ¿Qué se podía esperar de alguien tan ridículo como él? —Comentó Ferrari.
Me levanté de mi asiento, tomé a Luna del brazo y la halé lejos del grupo que estaban sentados.
— ¿Qué te pasa, por qué dijiste eso? Eso no fue lo que pasó, estás mintiendo y lo sabes —Le dije molesto pero sin perder la calma.
— Tú te lo buscaste. Y apenas es el comienzo.
— En serio eres una manipuladora. Anda, di lo que quieras de mí, yo sé cuál es la verdad y tú también. Mientras eso sea así estaré tranquilo sabiendo que la única razón por la que dices cosas malas de mí es que te carcomen la ira e impotencia por no haber logrado lo que querías conmigo: Controlarme a tu antojo. Y nunca lo lograrás.
Sólo me miró con ira y se marchó.
— Bien, así que así serán las cosas ahora... Ya sentiste todo mi amor, Luna... Pero ahora sentías mi odio.
Un aura morada empezó a impregnar el ambiente. Todo a mi alrededor se desvaneció y sólo quedó una profunda oscuridad rodeándome. En mi mente, el sarcófago de MIGO se estremecía sin descanso con una fuerza intensa, mi corazón latía a una velocidad incalculable y mi respiración se hacía cada vez más entrecortada. Un fuerte sentimiento de ira, rencor y odio comenzó a invadir mi cuerpo entero. En eso sentí como mi corazón se empezó a quebrar y de repente... ¡Se rompió, al instante que se rompió el sello en el ataúd de MIGO!
Caí al suelo pudiendo sostenerme sólo con mis brazos. Cuando levanté la vista vi una silueta oscura con ojos morados que salía desde mi corazón. Pronto tomó forma completa y allí estaba frente a mí. Su voz era más grave y tenue, su cabello... Blanco como la nieve. Y su mirada fría y penetrante.
— Hola, Darkness... ¿Me extrañaste? —Dijo con tono de burla.
— MIGO... —Apenas pude articular.
— Darkness... Nos vamos a divertir. ¡Es hora de nuestra venganza, jajajaja!
Extendió su mano para ayudarme a levantarme. La tomé y sentí como su cuerpo se funcionó con mi el mío.
— Es hora... Se arrepentirán... De todo. ¡No tendré piedad con nadie!
Continuará...
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