Capítulo 41: Alunizaje 🤍🖤
— ¡Hola, Darkness! ¿Cómo...? —Luna se acerca a mí para saludarme con un abrazo cómo de costumbre, pero se detiene al ver mi rostro— Darkness... ¿Qué sucede? —Ahora parece preocupada por mí... Vaya cambio.
Levanto la vista para observarla y al ver mis ojeras y las lágrimas en mis ojos logra comprenderlo todo sin yo haberle dicho nada.
— Guaripete... Se fue. Para siempre...
[...]
Ya era la hora del recreo. Tomo mi bolso y salgo del salón para bajar por las escaleras y dirigirme al patio central del instituto.
Después de lo anterior, Luna me abrazó y me consoló sin decir una palabra. Luego cada uno entró a su aula de clases.
Me siento en una de las bancas rodeadas de árboles y saco mi almuerzo de mi bolso. Al verlo tengo tan poco apetito que simplemente lo vuelvo a guardar. No hacía más que lamentarme por cómo iba empeorando cada vez más mi vida, día a día. Lo peor es que no había nada que pudiera hacer. ¿,Con quién podía hablar? ¿A quién podía decirle cómo me sentía? ¿A Star? No... Ella está muy ocupada en sus cosas como para darle cargas extra. Además, le había escrito hace dos días y me había dejado en visto. Y no era la primera vez que pasaba. Quizá no quería hablar conmigo... O con nadie en general. Pero siempre veía en sus estados cómo se la pasaba de maravilla con sus amigos saliendo a lugares geniales y chateando. Creo que tenía un poco de envidia... Ojalá mi vida fuera así de emocionante y alegre... Ojalá la conociera en persona.
— Ojalá fuera parte de su vida.
— ¿De quién hablas, Darkness? —Luna apareció de repente a mi lado. ¿Cuánto tiempo lleva ahí?
— Luna... ¿Qué haces aquí?
— ¡Que pregunta más tonta jsjsj. Obviamente quiero estar contigo! —Respondió sonriente.
— ¿Cómo? —Estaba totalmente confundido.
— Es que te vi tan solito y triste que no podía dejarte sin más. Dime, ¿Es por Guaripete?
Volteé la mirada ignorándola.
— Ya sabía yo que era ella. Darkness...
— No quiero hablar de eso.
Me levanté y tomé mi bolso para largarme de allí.
— ¡Espera! - Luna me tomó de la mano —¡No te vayas, sólo quiero ayudarte¡
— Ni tú ni nadie puede ayudarme con esto. Suéltame.
Luna me soltó la mano y me fui a mi salón de clases.
Cuando entré al salón me encontré con algo inesperado.
— ¡Oh, hola, Darkness! —La chica, alta de piel blanca y cabello rosa corto me saludó.
— Pinkie... ¿Qué haces aquí? —Seguí y coloqué mi bolso en mi asiento.
— Buena pregunta. Tendrás que averiguaron jajaja —Su risa fue más coqueta y pícara que de costumbre.
¡Algo malo debe haber! ¡¿Por qué está aquí?! Otro problema más seguramente... Pero no. No debe afectar en mi vida. Ella no, por piedad. Definitivamente voy a ignorarla.
¡Pinkie venía directamente a mi asiento!
— Darkness... —Se acercó a mí hablándome con tono bajo —Podrías...
¡Esto no puede estar pasando, aléjate!
— ¿Podrías prestarme un borrador? —Pinkie sonrió inocente.
— ¿Ah?
— ¡Un borrador! ¿No sabes qué es? Lo que usas para borrar el lápiz y en ocaciones lo usas como muñeco de tortura. No me digas que nunca la has usado.
— Sí... Ya voy.
Esa chica no tiene que ir a un psiquiatra, ¡tiene que ir a 5 psiquiatras!
— Ten —. Le entregué el borrador en sus manos.
— ¡Muchas gracias, ya te lo traigo! —Sonrió emocionada y se marchó a su asiento.
— ¿Quién se entusiasma tanto por un borrador? Está demente...
— Pero es bonita, ¿Cierto? —Lanzó OGRO, quien estaba sentado detrás de mí.
— Ah, OGRO —Me coloqué frente a él sin moverme de mi silla—. ¿Cuánto tiempo llevas ahí?
— El suficiente para saber la talla de sus bra...
— ¡Cállate, te va a oír!
— ¡¿Pero es que no viste el diámetro de semejante majestuosidad?!
— ¡Claro que sí,no soy idiota! ¡Pero no lo andes diciendo!
— ¡Pues si tú no se lo dices, yo sí! —¡OGRO estaba más decidido que nunca!
— ¡Ni lo pienses, no lo harás!
— ¡¿Quién me va a detener, tú?! —Se levantó de su asiento determinado a cumplir su objetivo.
— ¡Aunque me cueste la vida! —Me levanté frente a él dándome cuenta una vez más de lo enano que era delante de OGRO.
— Oye, Dark... Creciste un poco.
— ¿Qué, en serio? —Comencé a medirme mentalmente con todo lo que me rodeaba.
— ¡No, era una trampa! —¡Cuando me di cuenta OGRO ya se había ido de su sitio corriendo!— ¡Sigues igual de enano!
— ¡¿Cómo?! —¡corrí detrás de él para detenerlo, pero ya se me había adelantado demasiado!
¡Apenas pude llegar a acercarme cuando él ya estaba en el asiento de Pinkie!
Pero al llegar se detuvo... Mirando fijamente su mesa. Su mirada era terrorífica. Parecía que hubiese visto un espanto.
— OGRO, ¿Qué pasa? —Me acerqué hasta el asiento de Pinkie.
— Pony... Muerto —Fue lo único que dijo mientras tenía la vista perdida en la mesa.
— ¿Qué? —Miré al pupitre de Pinkie para entender qué estaba mirando... Y me arrepentí m— No... Puede... Ser...
¡ERA EL DIBUJO DE UN PONY CORTADO A LA MITAD CON LAS TRIPAS Y ORGANOS FUERA EN UN CHARCO DE SANGRE DIBUJADO CON BLANCO, NEGRO Y ROJO!
— ¡Darkness! ¿Te gusta mi dibujo? —Me preguntó Pinkie sonriente— Está bonito, ¿Verdad?
— Ah... ¿Para qué era el borrador?
— Para borrar el dibujo. Por algún motivo los profesores me dicen que les da miedo las cosas que dibujo y me mandan a borrarlo. ¡Pero quería mostrárselo a todos primero!
— Ah. Bueno... Ya lo vimos, ya se puede borrar... ¿Cierto?
— ¿Qué, tan pronto? No me digas que... No te gusta mi dibujo... —Su rostro estaba enrojecido, se veía tan triste y tierna que casi logra conmoverme... PERO NO PUDO.
— ¡No, no me gusta, hay que borrarlo! —¡Le arrebaté el borrador de las manos y comencé a pasarlo con ímpetu por la mesa borrando esa abominación!
— ¡Nooo, detente! ¡Darkness! —¡Luchaba por quitarme el borrador pero se le hacía imposible, nada me detendría de acabar con esa cosa!
— ¡Jamás, debe morir!
Y así... El pony tétrico fue eliminado por completo.
— Mi pony muerto... ¿Por qué lo hiciste, Darkness? ¡¿Por qué lo mataste?! —Pinkie lloraba desconsolada observando el manchón negro que había quedado en lo que antes fue su espantoso dibujo.
— Iba a pasar tarde o temprano. Las personas no aprecian el arte de otros... Iba a terminar siendo exterminado por los trabajadores de limpieza o por algún profesor. Incluso pudo llegar a ser modificado y profanado por otro alumno dibujandole pompis.
— ¡Noo, eso sería lo peor!
— Por eso debía ser borrado por un compañero artista... Como yo. De esa forma protejo tu arte y lo envío a un lugar mejor. ¡Al Valhalla de los dibujos incomprendidos! ¡Donde descansará eternamente...! Sin ser corrompido jamás. Era la única forma... De preservar la esencia de tu arte...
— No puede ser... ¡Darkness! —¡Se acercó a mí y me abrazó con ternura!
Pude darme cuenta de nuestra diferencia de altura, y de hecho... No era tan malo. La posición en la que quedaba tenía la mejor vista y ángulo. No podía pedir más, el universo era generoso conmigo por primera vez.
Se separó de mí y se secó las lágrimas con su mano derecha.
— Oye, pero... Sí estaba feo, ¿Verdad? - me preguntó.
— SÍ.
— ¡Darkness! ¿Cómo pudiste? —¡OGRO saltó encima de mí tomándome del cuello de repente! —¡Era un arte hermoso y lo destruiste!
— ¡¿Qué? Creí que lo odiabas igual que yo!
— ¡Claro que no, era lo más bello que había visto en mi vida!
— ¿En serio? —Pinkie estaba sorprendida y alegre.
— Así es. Me has atrapado por completo con tu arte. "Kekoshio" (Casémonos en japonés) —. OGRO se arrodilló frente a ella sin dejar de apretar mi cuello.
— ¡Sii, vámonos de aquí! —Pinkie tomó a OGRO de la mano, quien dejó de ahorcarme para irse con ella fuera del aula.
— ¿Qué... Acaba de pasar? —Estaba más confundido y perdido que de costumbre.
La profesora de educación física entró sin avisar por la puerta del salón y lo primero que hizo fue mirar el asiento de Pinkie con el manchón de lápiz.
— ¡¿Quién manchó esta mesa?!
¡Todos me señalaron!
— ¡Profesora, yo...!
— ¡Silencio, si crees que es divertido darle trabajo a los conserjes, veamos si es tan divertido hacer su trabajo, limpiarás todas las mesas del edificio con agua, cloro y desinfectante!
— ¡Pero, profesora, yo no...!
— ¡Silencio, y que queden más blancas que la nieve!
— ¡Profesora, yo no fui! —Insistí.
— ¡Por mentir ahora tendrás que hacerlo hoy mismo. Si para el final del día no has terminado estarás suspendido una semana, he dicho!
— ¡Profesora!
— ¡He dicho! —Salió por la puerta y la cerró con fuerza haciéndola sonar estruendosamente.
— Que desgracia...
[...]
Me había pasado el resto del día limpiando cada asiento de cada salón del edificio viendo como el tonto de OGRO coqueteaba con Pinkie. ¡Y lo peor es que lo hacía bien! Que envidia... Me molestaba tanto tener que pagar por algo que no era culpa mía... ¡Era el dibujo de Pinkie!
— Pero tú fuiste quien lo borró y dejó aquella mancha —. Dijo lado dramaturgo después de aparecer frente a mí en una bola de humo rosa.
— ¡¿Quién te pidió tu opinión?!
— La voz no necesita motivo ni razón de ser. Es libre y magistral. Simplemente actúa por instinto, dejándose llevar por su pasión. Es tan enigmática que nadie la entiende, y aunque lo obligues no puedes silenciarlo...
— ¿Qué?
— Es decir, no es tu problema —. Respondió.
— ¡¿Cómo te atreves, idiota?!
— ¿Te das cuenta de que te llamas idiota a ti mismo? —Lado dramaturgo sonrió descaradamente.
— ¡¿Cómo?!
A lo lejos me observaban sentados en una cancha Luna y piña mientras limpiaba las mesas fuera del edifico.
— Oye... Darkness no está muy bien de la cabeza, ¿Verdad? —Le preguntó Luna a Piña.
— Pues no. Creo que tiene un síndrome de personalidad múltiple.
— ¿En serio? ¿Qué es eso?
— No lo sé, según él es como si hubiera más de una persona en su mente que le dice qué decir y hacer.
— Ah... Eso explica mucho.
— Sí, pero no es sólo eso. Hay algo incluso peor.
— ¿Peor? ¿Qué cosa?
— Su contraparte. La representación de su odio y tristeza. Es lo que él llama... "MIGO".
— ¿MIGO? ¿Qué clase de nombre es ese?
— Es algo que él se inventó. Pero créeme, es muy real. Cuando está en ese estado es impredecible, actúa sin coherencia y sin pensar y puede ser muy cruel e hiriente. Por eso es mejor no hacerlo molestar. De hecho puede llegar a olvidar parte de lo que dice o hace en ese estado. Es como si perdiera parte de sí mismo para solo dejar su odio y rencor únicamente.
— Y... ¿Tú ya lo has visto cuando es MIGO? —Preguntó Luna un poco asustada.
— Una sola vez. Hace mucho tiempo, desde entonces Darkness dice que MIGO está muerto, gracias a una chica llamada Star que le devolvió la alegría un poco.
— ¿Un poco?
— Darkness se ha distanciado de Star por varios motivos. Cuando desaparezca por completo de su vida o sufra alguna experiencia que lo marque fuertemente... MIGO va a revivir. Y no será como aquella vez, será incluso peor.
— ¿Y qué pasará... Con Darkness?
— Será irreconocible para nosotros. No será ni la sombra de la buena y alegre persona que alguna vez fue. Será solo ira y venganza.
— Darkness... —Luna se veía asustada y preocupada. Y no era para menos.
— Pero tranquila, podemos evitar que suceda. Sólo tenemos que ser pacientes con él, tratarlo bien y animarlo a juntarse con Star de nuevo —. Dijo Piña confiado.
— Está bien. Lo intentaré. Le daré todo mi cariño y afecto.
— Así se habla —. Piña sonrió gentilmente.
— ¡Oigan, ¿No les duele quedarse allí viéndome trabajar? Denme una mano! —Grité desde lejos fingiendo no haber oído toda su conversación.
— ¡Yo estoy muy cansado, Luna irá a darte apoyo emocional, holgazán! - Piña le dio un empujón a Luna, quien se dejó llevar por aquel impulso caminando hacia Darkness.
Luna se acercó a mí y me abrazó por detrás pues estaba agachado recogiendo un trapo sucio con el que estaba limpiando las mesas.
— Darkness-sama... —Luna entonó mi nombre con dulzura.
— Dime.
— Te quiero...
Dos simples palabras que tocaron mi corazón. No sabía lo que sentía en ese momento, pero quería seguir sintiéndolo. Aquella paz, aquella atención, el buen trato, sus palabras y sus palabras y que me llenara de amor incluso cuando yo no lo merecía... Me hacía sentir vivo. Sin embargo no podía evitar preocuparme por algo demasiado importante e inevitable...
¿Qué pasará cuando MIGO reviva?
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