(T/n) no se caracterizaba por ser bueno con las mujeres, principalmente para hablarles con tranquilidad. Tenía amigas, si, pero no sé atrevía a hablarle a una chica de curso mayor al suyo.

Era un día normal, las clases habían empezado nuevamente. ¿La diferencia? (T/n) empezó el tercer año de secundaria en la "Escuela de Educación Técnica Número 6 (E.E.T.N°6)".
Parecía ser un año normal, con nuevos profesores y un nuevo salón.

-¡Terrible enfermo!- entre risas, (T/n) exclamaba y bromeaba con uno de sus compañeros.

Un grito bajo y femenino lo saco de sus risas.
-¡(T/n)..!- la suave y avergonzada voz de una chica llamó al chico.

Una suave sonrisa se formó en el rostro de (T/n) cuando, al darse la vuelta con su rostro fruncido para ver quién lo estaba llamando, se encontró con su amiga Elizabeth.

Ella era... Extraña. Sus piernas estaban inclinadas hacia adentro, sus rodillas parecían querer chocar. Su postura era ligeramente encorvada, denotaba vergüenza y nerviosismo. Parecía estar preocupada, sus manos apretaban fuertemente los pliegues finales de su pulober.

Elizabeth tiene cabello rubio atado en una coleta alta que le cae sobre el hombro derecho. Lleva anteojos redondos. Su vestimenta es un suéter rojo holgado con un pantalon oscuro suelto, ajustados con un cinturón blanco, con calcetas enrolladas y zapatos marrones.

Sus rodillas muestran algunas heridas cubiertas con curitas, también lleva una riñonera marrón.

Con una reservada sonrisa que dejaba ver sus aparatos dentales, ella emitió un pequeño murmuro.
-Hola...- ella saludo vergonzosamente con la mano derecha.

-¡Eh!- (T/n) parecia contento de verla. Rápidamente se acerco a ella, dándole un delicado pero suave abrazo. -Hola..-

Elizabeth envolvío sus brazos alrededor de él, cerrando los ojos y disfrutando del tacto. Luego, ambos separaron sus cuerpos.

-¿Que tienen ahora?- preguntó el chico, intentando sacar tema de conversación.

-Eeehh... Historia.- respondió rápidamente la chica. Ella miraba los ojos de (T/n) con admiración, analizando cómo él siempre tenía la mirada fruncida. -¿Y tú??-

-Tengoo... Matemática.- respondió el muchacho. -es medio difícil, pero bueno.-

-hehe..- ella río ligeramente.
-¿Vamos a biblioteca?-

-Si.-

Tras esto, ambos marcharon hacia la biblioteca, entrando lentamente. El lugar estaba poco lleno, casi vacío. Ambos se pusieron enfrente de una de las dos estanterías.

-(recogiendo el primer libro que vio) "Libro de lengua primer año", mhm..- murmuró (T/n), para luego dejar el libro en su lugar con negación.

-A mí mamá le gustaría estar aquí... Siempre quiso estar en una biblioteca.-

-¿Ah si? ¿Pero no podía ir a una biblioteca?-

-N-no, le daba vergüenza que la vieran leyendo. Le gustaba leer sola..-

-Bestia...- murmuró el chico, mirando a Elizabeth de forma suave, con su mirada fruncida como siempre por "verse mejor".
-¿Como se llamaba? Me olvidé-

-S-se llamaba 'Pilar'..-

-Ahh, 'Pilar'. Pensé que se llamaba 'agilar' o algo así, jsjs-

-Mhm..- Elizabeth sonrió, aguantando su risa mientras se peinaba un mechón detrás de la oreja. «Siempre sonríe asi... Me da la sensación de que es un asesino pero también es tierno con esa sonrisa..» Pensaba Elizabeth, sumergida en otro mundo.

-Un día... Mí abuela estaba limpiando una esquina de la pared, y yo le di un rodillazo en la cola y se estampó la cara contra la pared- (T/n) no pudo evitar sonreír al recordar ese momento, soltando su gran sonrisa característica.

Elizabeth soltó una carcajada, sonriendo y riendo a su manera.

[Esa misma noche]

"Tus papás te dejan salir?" Un nuevo mensaje sonó en el celular de Elizabeth. Al ver qué (T/n) le había escrito, ella rápidamente le respondio.

"No 😩" escribió de regreso Elizabeth.

"Mal ahí" respondió (T/n), acompañado de un Sticker de un perro triste.

"Ayyy me da ternura jsjs" ella reacciono al Sticker de aquel perro.

"A mí también jsjjs" replicó el muchacho.

"¿q hacess?" Preguntó Elizabeth, ansiosa.

"Nd, ando acostado" respondió
(T/n).

"Yo tmb jshs" replicó la chica.

"Mañana vas?" Preguntó el hombre.

"Si 😅" contesto ella. "¿Y usted?"

"También tristemente".

"Jsjsssj". Secretamente, a Elizabeth gustaba saber de (T/n), no quería que hablen solo en la secundaria.

"Bueno, me voy a practicar boxeo" cortó el hombre. "Te escribo después".

"Okk, nos vemoss".

"Sisi" luego, (T/n) envío un Sticker del protagonista de American Psycho haciendo el famoso gesto del Sigma.

Elizabeth apagó su celular, empezó a pensar en (T/n). Su extraña sonrisa, la diferencia de tamaño tan notable entre ambos, y esos saludos de cada día.
Ella se sentía feliz de tener un amigo.

-¡Elizabeeeth!- el grito de su padre llamo a la niña detrás de la puerta.

-¿Q-que paso pa'?-

-¿Vas a comer..? Hay carne con pasta-

-Uhm... Si, ahí voy.-

Elizabeth suspiro, escuchando los pasos de su padre marchandose lejos. Se levantó con esfuerzo, sentía un extraño dolor en sus piernas.

[Mas tarde, durante la cena]

-mmhm, ¿que te pasa? Estás muy pensativa.-

-¿E-eh?- Elizabeth reaccióno, saliendo de su propio mundo. -N-no me pasa nada pa'..-

-Mas vale.- replicó humoristo el hombre, para luego tomar un largo sorbo de su bebida. -Ojo con andar pensando en chicos, hija mía.-

«¡¿Sera posible que por una maldita vez, él no me diga que tengo que tener cuidado con los chicos?!» maldijo Elizabeth dentro de su mente.

-Pa'... Como reaccionarias si.. un día te presento a mí novio..? en-en en caso de que yo tuviera uno, claro..- preguntó inocentemente Elizabeth, mirando avergonzada su plato de comida.

-¿Si tuvieras un novio..?- replicó el padre. -Para empezar... Hablaría muyyy seriamente con él. Y si después me cae bien, lo dejaría venir a casa de vez en cuando.- el padre parecía estar hablando en serio, haciendo que Elizabeth se desmotivara, hasta que el hombre miro suavemente a su hija. -Pero ya en serio... Si trajeras un novio acá en casa, no me enojaría. Lo único que te pido es que tengas cuidado, nada más.-

Elizabeth sonrió ligeramente, ya imaginando un escena como esa. Su novio y ella, cenando en la misma mesa, junto con su padre. Sería algo incómodo, aunque dependía de qué tan bien se llevarán los dos hombres.

[Al día siguiente, en la escuela]

-Es que.. no se si me va a quedar bien..- Elizabeth reprochaba, teniendo miedo de su idea de cambiar su peinado y teñir su cabello.

-Nah, te va a quedar bien. Si ya sos linda imaginate como vas a quedar con todo eso.- admitió
(T/n), con un dejo de vergüenza en sus palabras.

Elizabeth sonrió de forma avergonzada, con un color rojo entendiéndose en sus mejillas. Sintió calor, mucho calor.

-ayy...- ella murmuró para sí misma, mirando de forma avergonzada al suelo. -¡Gra-gracias..!- con una sonrisa nerviosa, ella intento agradecerle.

-De nada- respondió suavemente el chico, mirándola de forma gentil. A pesar de que su mirada daba un aire de mucha seriedad, al conocerlo mejor era todo lo contrario.

-¿Y su guardapolvo, jovencita?- la voz de la directora hizo que Elizabeth se diera vuelta enseguida, con miedo y una mirada baja.

-¿Mmh?- murmuró (T/n), confundido.

-Disculpe, le estoy hablando a ella- la mujer señaló a Elizabeth, con una mirada severa-¿DONDE está su guardapolvo?-.

(T/n) tenia confianza con la directora. Sabia que ella podía ser estricta a veces, pero también amable y carismática.

-Mmh... me siento ma-mas cómoda así..- la voz de Elizabeth apenas era un murmuró silencioso. Se estaba muriendo de vergüenza.

-¿Qué dice?- preguntó la señora, sin escuchar bien a Elizabeth.

-Dice que se siente más cómoda sin el guardapolvo- (T/n) habló por Elizabeth.

-Pero no importa si se siente cómoda o no, es (señala a Elizabeth ligeramente) SU obligación traerlo puesto como estudiante de una institución.-
La directora, como en todos los casos como estos, parecía enojada.

-Mm..- un ligero gimoteo imperceptible salió de los labios de Elizabeth, quien estaba más encorvada y con las extremidades intentando esconderse.

-La voy a dejar pasar, pero que sea la última vez que la veo sin guardapolvo.- la directora recreto, antes de marcharse.

Elizabeth tenía mucha vergüenza en este momento. La sensación de ser mirada por tanta gente en el recreo la hacía temblar, quería irse corriendo o simplemente hacerse una bolita en el suelo.

-(poniéndole suavemente la mano en el hombro) hey, estas bien?- cuestiono (T/n) al ver a Elizabeth tan enrojecida y tan quieta.

-S-si...- murmuró Elizabeth, todavía avergonzada y con las mejillas hirviendo como teteras.

Gente, por fin tengo tiempo libre para escribir.

La escuela me mataba :(

Esta historia es una nueva versión de mí historia "Una esposa un poco extraña". Esa historia tiene muchos fallos, fue una de las primeras historias que escribí y me da mucha vergüenza leer cualquier capitulo de esa historia. Sinceramente, tenía mucho tiempo queriendo hacer esta nueva versión. Espero sea de su agrado.

Bueno, nos vemos ;3