HERMIONE despertó, la cabeza le daba vueltas. De nuevo, tuvo una pesadilla. Ansiosa se levantó de la cama, era casi las tres de la madrugada, suspiro cansada. Bajo para tomar un vaso de agua y escucho un sollozo. Al aproximarse, su madre, Gretel Granger apretaba con manos temblorosas una fotografía.
— ¿Mamá?
— Cariño, ¿Pasa algo?
— Tuve una pesadilla.
— Ven.
Hermione tomo asiento junto a su madre. Ambas contemplaron una fotografía, sin evitarlo, las lágrimas inundaron sus ojos, Hermione contemplo a su hermana cerca de la ventana de un cunero con una sonrisa señalando a una pequeña niña de rosada piel.
— Es preciosa ¿Quién la tomo?
— Un enfermero, creo su nombre es Lyall o algo parecido.
— ¿Lyall?
— ¿Sucede algo?
— Creo, pero no estoy segura — resto importancia — Sera mejor ir a dormir mamá, este año será duro.
— Lo sé, vamos.
La guerra termino, el último año de Hogwarts iniciaba pronto para aquellos estudiantes que deseaba concretar sus EXTASIS, Hermione era una de ellas. Ron y Harry no parecían interesados en lo más mínimo, después de la guerra el ministerio les otorgo una vacante que enseguida tomaron. Ese par no tenían remedio. Por su lado, deseaba llegar a un alto cargo en el Ministerio, deseaba poder controlar los registros de aquellos nacidos como Squib, era una aberración que no se llevara a cabo, como si no fueran de importancia. Aprendió de su hermana que descubrir la verdad de la peor manera, echa abajo la vida misma.
Aún tenía mucho tiempo por delante, apenas y contaba con dieciocho años. Era tía, e iniciaba a tener una relación con Ronald Weasley, todo iba bien. Salvo, una cosa.
Hermione acudió el 1 de septiembre acompañados por sus padres y sobrina, la pequeña al verle movió sus manitas evitando que atravesara el muro para tomar su prueba.
— Vamos pequeña, debo irme, tía Hermione vuelve pronto.
— Jajaja, te quiere mucho tesoro — rio su madre.
— Si, es un poco irónico ¿No crees?
— Algo, algo — colaboro su padre — Toma cielo — le entregó una carta.
— ¿De quién es?
— Es de Amelia.
Abrió los ojos. Debía ser una especie de broma, pero sus padres le vieron seria. Sacudió la cabeza aligerando el sentimiento que se formaba en su pecho, atravesó el muro para presenciar el andes 9 ¾ los estudiantes corrían apresurados a subir sus pertenencias al vagón. Los padres preocupados se despedían, no tenían por qué estarlo. Lord Voldemort ya no era una amenaza. Hermione subió, busco algún compartimento solo, pero era poca su suerte. Encontró uno, ocupado por su amiga Luna Lovegood.
— Luna.
— Hermione, es un gusto verte.
Ambas se abrazaron. Hermione recordó que Luna aun le faltaba por tomar su último año, por ello se encontraba en el Expreso.
— ¿A qué vas a Hogwarts?
— Tomar las EXTASIS, ni Harry o Ron se dignaron a hacerlo, son unos irresponsables.
— Tal vez, o no desean revivir los recuerdos.
Luna tenía la característica de ser muy observadora con las personas, por ello con llevaba a que dijera frases al azar como aquella y cambiara de tema, Hermione le enseñaría a tener un poco de tacto con sus palabras. El resto del camino hablaron poco, Luna partió al baño a cambiarse de ropas mientras ella esperaba. Faltaban unos minutos para llegar al colegio, tenía tiempo. Busco la carta que estaba en su bolso, ¿Debía abrirla? Hermione dudo, pero lo hizo de todos modos.
2 de mayo de 1998
Hola cara de sapo. Sabes, desde el primer día que descubrí que eras una bruja sentí asco, un real asco, me pregunté ¿Por qué ella? ¿Por qué no yo? Digo, era mejor en todo, bonita, talentosa, me metía en problemas y nadie se daba cuenta; y tú eras una bruja, una maldita bruja, esas criaturas repugnantes que habitan los cuentos de horror, seres que solo son presenciados en Halloween, criaturas extintas.
Eras una de ellas Hermione ¿Qué tenía de bueno? Nada.
Te odiaba por eso, odiaba el día en que apareció ese maldito chiflado anunciando la maravillosa noticia de que eras una bruja. Ver el orgullo de mis padres por algo tan horrible como eso, me hizo odiarte. Sentía asco, un total asco a mi persona.
Hermione estaba furiosa, pero al ver las últimas líneas dejo de apretar con fuerza el papel ¿Amelia sentía asco de sí misma? Continúo leyendo.
Descubrí que no te odiaba, que el sentimiento, el rencor que sentía en mi interior era envidia pura. Una envidia que me estaba consumiendo. ¿Sabías que mamá y papá hicieron que Remus y yo fuéramos amigos? Después de dos años me lo confeso, me dijo que mamá deseaba que yo entendiera el mundo al que pertenecías, para un día, sentirme orgullosa de ti. Ese día llore Hermione, llore en el hombro de Remus y le confesé todo. Mi envidia a ti, el dolor que te causaba con mis comentarios, el daño que siempre te hacía, todo por lo que sentía.
Creo que tener un mago como amigo me hizo mucho bien, le estoy agradecía a Remus por su enorme y digo ENORME paciencia conmigo.
Con el paso del tiempo mi envidia fue creciendo, tu actitud alegre, tus amigos. Por dios ¡tus amigos! Un par de ineptos que seguramente estaban ciegos al ser tus amigos, pero esos inútiles se ganaron tu corazón. Debo decir que era sorprenderte verte sonreír con ellos, me lleve más de una sorpresa cuando estuve ese año en Hogwarts. Recordaba en la escuela de muggles que siempre estabas sola, tus pocas amistades no eran reales. Y me sentí feliz que Ronald y Harry fueran amigos tuyos.
Remus me conto que en su tiempo él fue una persona solitaria, que tenía dificultades para integrarse al mundo por su pequeño problema peludo. Dice que el padre de Harry, Sirius y un tal Peter lo aceptaron como era, sin prejuicio alguno. Tal vez, yo debía hacer lo mismo contigo, aceptarte, y aceptar el hecho que tú, eras la bruja de la familia y yo no.
Hermione aguantaba las ganas de llorar. Escucho la puerta abrirse y Luna entro, curiosa observo a su compañera, por costumbre se sentó a su lado para leer junto con ella.
Pero el destino es cruel Hermione, te odie más después del ataque que recibí y la noche que mis mejores amigos murieron en manos de ese mago. Odie cada parte de ti con todo mi ser, te culpaba por lo que paso y cuando Remus me acogió no me importo dejar a mi familia con la angustia porque ellos, tenían a la hija perfecta sana y salva. Fue en ese momento que pensé que no era normal, que tal vez era una bruja después de todo. Cuando vi al elfo de Sirius recoger los platos.
Ese desgraciado enano me llamo Squib, no sabía que era y Remus no me respondía cuando le preguntaba. Incluso acorralé a Sirius para que me dijera, pero el muy patán me puso nerviosa con sus descarados coqueteos y no obtuve respuesta.
Por primera vez hermana, me sentía perdida.
Después todo empeoro, tu cambiaste, te veías angustiada y decaída, no sabía que pasaba, pero seguro era malo. Y paso cuando les borraste la memoria a nuestros padres, cuando sin el menor tacto soltaste lo que era una squib cuando Remus lo intentaba decir con el mayor cuidado. Juro que en ese momento odie a todos, odie a Remus, te odie, odie a mis padres, odie el día que me adoptaron e incluso...odie el haber nacido.
La vida para mí se acabó en ese instante. Desee con todas mis fuerzas despertar y que todo fuera un sueño, un desgraciado sueño, pero no lo era. Seguía viva, caminando por un bosque, esperando que un mago acabara con mi existencia y me rompí. Hermione me rompí como nunca.
Luna paso su brazo por los hombres de Hermione, la castaña temblaba soportando el dolor que trasmitía la carta. Lovegood tomo las hojas de papel para leer en voz alta.
Si no fuera por Remus, yo, no sé qué hubiera pasado. Tal vez estuviera en otro país intentando vivir de nuevo, tal vez en el cementerio o en las drogas. La verdad no tenía cabeza para pensar, me sentía una muñeca de trapo, un cascaron. Le debo la vida a Remus, Hermione. Mi vida a su lado fue mejor, pero yo era egoísta. Lo deseaba solo para mí, su atención, sus cariños, su amor. Todo lo que me ofrecía lo deseaba solo para mí. Y por un tiempo eso me basto.
Nuestros padres aceptaron lo que era, mamá me abrazo por horas llorando conmigo. Papá me volvió a leer cuentos, como si fuera una niña pequeña. Me dieron todo su apoyo y amor Hermione, y tú también lo hiciste.
La menor de las Granger abrió los ojos, vio a su rubia compañera detenerse ante el movimiento.
— Re...repítelo Luna, lo último.
— "...tú también lo hiciste." Eso dice, que tú le diste tu apoyo.
— ¿Cómo se enteró?
— Yo no lo sé — Hermione sonrió por el comentario.
¿Crees que soy estúpida? ¿Idiota? ¿Tarada? Vamos Hermione, soy más INTELIGENTE de lo que tú serás algún día. Te escuchaba por la madrugada, oía tus SONOROS pasos por el cuarto y como con cuidado te colocaba de rodillas para verme. Podía sentir tu presencia, tus manos acariciar mi cabello, murmurando palabras como "lo siento" "perdón" "te apoyare" "buscare la forma de ayudarte" cosas como esas me daban ganas de vomitar y abrazarte.
No te merezco Hermione, no merezco tu cariño, todo lo que hiciste por mí. Mi envidia me cegó, mi odio, mis celos, todo me impidió ver la maravillosa hermana que tenía a mi lado y me brindaba todo su apoyo. Los Squib sufren Hermione, no conocí a otro, pero seguramente deben estar sufriendo, expresando su amargura y tristeza con enojo y odio. O tal vez con amor, quien sabe.
Ambas chicas recordaron a Argus Filch y su constante odio hacia los alumnos, su deseo de castigarlos como en años atrás. Y a Arabella Figg, una buena mujer que vivía sola, con sus gatos mitad-kneazle.
Tal vez no fui la mejor hermana mayor que tuviste, pero espero que lo seas para mi hija. Si Hermione tengo una hija, espero te enteres por la carta y no por nuestros padres porque odiaría no ver tu cara de idiota en estos momentos. Su nombre, bueno, la verdad aún no tiene, no se me ha ocurrido nada la verdad, le decimos "retoño" porque floreció en mi letargo.
Es un encanto de niña, bueno, siendo su madre todo lo que haga ella será adorable y encantador para mí.
Hermione, si algo me llega a pasar, deseo que seas su madre, su confidente, su amiga y sobre todo su tía. Cuéntale de mí, dile lo loca que estaba, lo impulsiva que era, lo amorosa que resulte ser (sarcasmo), todo, no omitas detalle. No deseo que ella sufra, prefiero que reciba una verdad cruda a una horrible mentira.
En este preciso momento me alisto para un viaje. El orate...Albus Dumbledore me dejo como su legado un relicario, no sé a dónde va o que hace. Según el hombre que vino, me dijo que era un traslador. De acuerdo con la nota que dejo Albus, debo tocar el relicario precisamente el 2 de mayo a las 20:00 horas, no sé qué planeara ese viejo chiflado, pero estoy por averiguarlo.
Una última cosa hermanita, por favor, si vuelves a ver a Remus entregarle una carta (seguro la debe tener papá). Solo, y solo si llega a saber del paradero de la niña. Deseo que conozca la verdad, que sepa que tiene una hija. Espero esto no arruine su matrimonio, la niña no tiene la culpa de los errores que cometí con el mejor hombre que una vez conocí.
Te amo.
No lo olvides, espero no decirlo mucho cuando vuelvas de donde sea que estés.
Tu hermana mayor,
Amelia Granger.
⤜℘↠
Con el dolor de mi corazón alargue cada capitulo antes de lo inevitable. Lo tenia pensando una vez se inicio la historia, la muerte de mi preciada Amelia Granger, sin duda fue lo mas difícil. No deseaba llegar a ese final, incluía un capitulo y otro, pero debía enfrentar las cosas y darle el final a mi querida Amelia.
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