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~🍷Uno: Encuentro

El latido de la música electrónica resonaba en las paredes del club, mezclándose con las luces estroboscópicas que hacían parpadear la oscuridad. Felix, con su delicada apariencia y ojos curiosos, se movía a través de la multitud, sintiéndose a la vez fuera de lugar y extrañamente cautivado por el caos a su alrededor. No era su tipo de ambiente, pero había algo en la atmósfera que lo atraía, un magnetismo oscuro y peligroso que no podía ignorar.

Sus amigos lo habían convencido de ir, prometiéndole una noche inolvidable. Y hasta ese momento, la promesa parecía cumplirse, pero de una manera que Felix no esperaba. Desde el instante en que entró, había sentido una presencia, una energía que lo seguía a cada paso, una fuerza invisible que parecía observándolo desde las sombras.

Finalmente, en un rincón apartado del club, lo vio. Hyunjin. La figura alta y elegante, rodeada por un grupo de personas que parecían gravitaban a su alrededor como satélites a un sol oscuro. Hyunjin no era solo una persona, era una fuerza. Su mirada era intensa, casi desafiante, y cuando sus ojos se encontraron con los de Felix, algo en su interior se encendió.

Felix intentó apartar la vista, pero era demasiado tarde. Hyunjin había percibido su interés, y en ese mismo instante, Felix supo que ya no había vuelta atrás. La sonrisa que curvó los labios de Hyunjin fue un desafío y una invitación. Y aunque una parte de Felix quería huir, la otra, la más profunda y oculta, quería saber hasta dónde lo llevaría esa sonrisa.

Hyunjin no se acercó de inmediato. Dejó que la anticipación se cociera a fuego lento, disfrutando del juego que estaba a punto de comenzar. Felix sintió cómo el aire a su alrededor se volvía más pesado, más denso. Finalmente, cuando la espera se hizo insoportable, Hyunjin se movió, deslizándose entre la multitud con una gracia depredadora hasta quedar frente a Felix.

-Eres nuevo aquí, ¿verdad? -La voz de Hyunjin era suave, casi un susurro, pero tenía un peso que la hacía resonar en los oídos de Felix, silenciando el ruido del club.

Felix asintió, incapaz de encontrar palabras. La cercanía de Hyunjin lo desarmaba, cada fibra de su ser reaccionando a esa presencia arrolladora.

-Hyunjin -se presentó, extendiendo una mano.

Felix la tomó, y en el momento en que lo hizo, sintió un escalofrío recorriendo su columna. Había algo en el contacto, una corriente que se movía entre ellos, cargada de promesas no dichas y peligros desconocidos.

-Felix -logró decir, su voz temblando ligeramente.

Hyunjin sonrió de nuevo, esa sonrisa que parecía esconder tanto. Con un ligero tirón, lo guió hacia un área más privada del club, lejos de las miradas indiscretas. El espacio era íntimo, con asientos de cuero rojo y luces tenues que daban al lugar un aire de clandestinidad.

Se sentaron uno frente al otro, y Felix sintió que el mundo se reducía a ese momento, a esa conexión que ya no podía negar. Hyunjin lo miraba con una intensidad que lo desnudaba, que veía más allá de la superficie, explorando cada rincón de su ser. Y, por primera vez, Felix sintió el deseo de dejarse ver, de dejar que Hyunjin sacara lo mejor de él, incluso si eso significaba perder una parte de sí mismo.

-Dime, Felix, ¿qué estás buscando esta noche? -La pregunta de Hyunjin fue directa, pero cargada de subtextos que Felix aún no comprendía del todo.

Felix no respondió de inmediato. ¿Qué estaba buscando? Aventura, tal vez. Algo diferente a la rutina que lo ahogaba. Pero lo que sentía en ese momento era más que una simple búsqueda de emoción; era una necesidad de conectarse con algo que lo hiciera sentir vivo.

-No lo sé -dijo finalmente, con una honestidad que lo sorprendió-. Algo... diferente.

Hyunjin asintió, como si esa fuera la respuesta que esperaba.

-¿Confías en mí, Felix? -La pregunta lo tomó por sorpresa, pero había algo en los ojos de Hyunjin, en la manera en que lo miraba, que hizo que Felix asintiera sin dudar.

-Sí.

Hyunjin sonrió, esta vez con una mezcla de satisfacción y algo más oscuro, algo que Felix no pudo identificar pero que lo atrajo aún más.

-Entonces, sígueme.

Felix lo siguió, sin preguntar a dónde iban. Hyunjin lo condujo a través de un pasillo apenas iluminado, hasta una puerta al final. La abrió, revelando una habitación pequeña, decorada con lujo pero de manera sobria. Era un espacio privado, lejos del ruido y la energía del club. Una habitación para los secretos, pensó Felix.

Hyunjin cerró la puerta detrás de ellos y se acercó a Felix, eliminando la distancia entre ambos. Se inclinó y susurró en su oído:

-Enciérrate en mí, Felix. Deja que tire la llave. Te prometo que sacaré lo mejor de ti.

La voz de Hyunjin era una mezcla de dulzura y autoridad, y Felix sintió cómo su cuerpo respondía a esas palabras. Sin pensarlo, se dejó llevar, permitiendo que Hyunjin tomara el control.

Los siguientes momentos fueron un borrón de sensaciones. Hyunjin lo guió, lo manipuló, llevándolo a un lugar donde el placer y el dolor se mezclaban en una sinfonía que Felix nunca había experimentado. Hyunjin no solo lo tocaba físicamente; estaba desnudando su alma, explorando cada rincón de su ser, sacando a la luz deseos que Felix ni siquiera sabía que tenía.

Cada caricia, cada palabra susurrada en su oído, lo acercaba más al borde. Hyunjin sabía exactamente cómo llevarlo al límite, cómo romperlo solo para reconstruirlo, poseyéndolo en cuerpo y alma. Felix se dio cuenta de que estaba cambiando, moldeándose a la imagen que Hyunjin tenía de él, y en ese momento, no le importó. Solo quería ser una de sus chicas, al menos por esa noche.

Hyunjin lo empujó al borde una y otra vez, llevándolo a un lugar donde el dolor se convertía en placer y el placer en sumisión. Y cuando finalmente Felix alcanzó el clímax, sintió que una parte de él se rompía, pero otra, la más oscura, se sentía satisfecha.

Y así, en esa pequeña habitación, Felix comenzó a entender el tipo de amor que Hyunjin ofrecía. Un amor duro, que lo dejaba sin nada cuando todo terminaba, pero que en ese instante, lo hacía sentir más vivo que nunca.

Cuando todo acabó, Felix quedó tendido, jadeando, con el corazón latiendo con fuerza. Hyunjin lo observó con una expresión de satisfacción tranquila, como si todo hubiera salido exactamente como había planeado.

-No tenemos que estar enamorados -susurró Hyunjin, acariciando el cabello de Felix-. No tienes que ser el indicado. Esta noche, solo quiero que seas mío.

Y en ese momento, mientras sus fuerzas lo abandonaban, Felix supo que, aunque no tenía las respuestas a lo que había sucedido, esa noche estaba dispuesto a ser lo que Hyunjin necesitaba. Uno de los secretos de Hyunjin. "Una de las chicas", al menos por esa noche.

Read you soon...
-Mimi 🦋

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