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Luna de miel.

Tras haber sido casados por Venti aquel día, y justo como lo veníamos pronosticando en la playa, Paimon y yo nos fuimos a vivir a casa de Lisa, algo que todo el gremio celebró bastante, tanto así que incluso Jean nos mandó un pequeño obsequio de bodas.

Era un escudo ceremonial, representando LA UNIÓN SOVIÉTICA!!! -Sojuz nerušimyj respublik svobodnyh
Splotila naveki velikaja Rusj!!! - (ok, no xd)

Era un escudo ceremonial, representando la unión en la que nos habíamos fundido yo y Lisa, puesto que un escudo necesita de un muy duro golpe para poder romperse, así como el que era nuestro matrimonio.

Los primeros días fueron especialmente dulces, era amanecer todos los días con un beso de lisa en mis labios, desayunar riendo, pasear por las calles en busca de distracciones, cocinar en la tarde los tres (no nos olvidemos de Paimon), bailar algún vals en la sala durante el ocaso para cenar un poco cansados, leernos acostados, dormir abrazados para repetir esa misma rutina que, definitivamente, no nos cansaba ni nos aburría.

Así fue mi vida durante esos días, donde supe que jamás dejaría de amar a Lisa por ningún motivo. Ella y Paimon se hicieron bastante unidas, y siempre jugaban juntas, incluso ella solía hacerle siempre las comidas favoritas a Paimon.

Comparando mi vida con la que vivía en la sierra...todo era tan diferente, pareciendo lejanos aquellos días donde dormía sobre raíces de árboles, comía lo que fuera (incluso tentado a comerme a Paimon con patatas...), y descansaba durante contados minutos al encontrarme con algún que otro enemigo.

Preparábamos sopa de verduras, lo que era nuestra comida favorita, yo cortaba los ingredientes y ella los ponía en la olla que hervía a fuego lento. Paimon tenía medio puño de sal en sus manos, echándolo todo. Nos sonreímos, ya nada más faltaba lo más difícil: esperar mientras olíamos aquel olor tan maravilloso.

Nos fuimos a sentar en la sala, que estaba decorada...de forma muy "brujil" por decirlo de alguna manera. Recosté mi cabeza en el regazo de Lisa mientras leía un libro y ella me acariciaba los cabellos. Paimon comía una manzana y miraba por la ventana.

-"A eso de las 10:30 se oyeron disparos aislados en la emboscada; dos soldados desarmados venían río arriba, Pacho creyó que era una vanguardia y los hirió en la pierna y a sedal en el vientre. Se les dijo que había disparado porque no se pararon ante el alto, ellos, naturalmente no escucharon nada. Todo el mundo estaba en tensión cuando llegaron, al parecer, 27 guardias."

-Ha pasado casi media hora, seguro ya estará lista la sopa. -Nos Levantamos a ver qué pasaba con la sopa, Lisa tomó una cuchara, tomó un poco de sopa y sopló. -Cariño, di "ahh".

-Ahh. -Con una sonrisa en nuestros labios, Lisa llevó la cuchara a mi boca, había quedado deliciosa, debido por supuesto a que la cocinó ella. -Está exquisita, mi amor. (Mueran de ternura >:3)

-Dile a Paimon que es hora de comer. -Sonrió ella, viéndome con sus ojos de Tsavorita.

Esa misma noche, Lisa se acostó a mi lado, abrazándome como era costumbre. Yo miraba fijamente al techo, sintiendo un beso suyo en mi mejilla. No tenía camisa.

-¿Cuánto falta para nuestra luna de miel?

-No lo sé, tú dime. No tengo una biblioteca a mi cargo. -Reí.

-Grosero. Pero no niego que tengas razón.

-Espero tu llamado para "entregarnos mutuamente" -Dije, sonrojado.

-Ahora que lo pienso, hemos mantenido secretismo en cuanto a nuestra desnudez, sé que somos casados de apenas días, pero ya habría que ir "tomando confianza".

-N-no entiendo...

Ella, sin decir palabra, se sentó en la cama, levantándose el camisón de dormir, yo abrí los ojos con un enorme sonrojo que me cubrió de arriba abajo. Tras dar una risita, Lisa se volvió a poner el camisón, abrazándome mientras yo seguía apenado.

-S-son lindas...

-Gracias. Ahora...quisiera conocer un poco de tu aparato. -Lisa llevó su mano a mi entrepierna, y se imaginarán que tenía a mi soldado en posición de firme.

El corazón me latía a mil por hora, la sangre se me desvió de la cabeza a la parte baja de mi cuerpo, y no precisamente a los pies, por lo que mi soldado se puso aún más firme.

No pude más y me llevé las manos a la cara, roja como el listón de Amber.

-Este aparato...me parece tan poco estético, incluso feo. (referencia :v) Debo reconocer que estoy impresionada. -Se sonrojó, soltando mi entrepierna, yo solté un pequeño gemido y respiré como si me hubieran soltado tras ahorcarme del cuello (del que tengo arriba). -Descansa, amor...

Dos días de eso, tuve que irme a Lyue por un rato, y me tardaría gran parte de la tarde, llegaría cuando Lisa estuviera dormida, y me iba apenas terminando de desayunar. Paimon se quedaría con ella.

Estábamos en la puerta de la casa, ella resistía el llanto al igual que yo. Nos separaríamos unas horas, pero parecería eterno. Como no podía ser de otra manera, me llevé su fotografía en el bolsillo, y ella sujetaba mi foto enmarcada en un pequeño cuadro que tenía forma de corazón.

Le di la espalda, comenzando a caminar hacía mi rumbo, pero no pasados ni diez segundos, regresé sobre mis pasos, corriendo a sus brazos para sujetarme a estos, besando sus labios con tanta desesperación que creí que se me detendría el corazón apenas lo dejara de hacer.

Paimon nos veía con una cara de inconformidad.

-Exagerados...

Ahora sí me retiré, Paimon abrazaba el brazo de Lisa para consolarla de mi partida, ambas entraron a la casa y yo ahora no regresé sobre mis pasos.

Iba en una carreta hacía un punto de teletransporte, bajándome apenas llegué, pensando en la ciudad de Lyue para dirigirme a su punto de teletransporte central.

Una vez ahí, observé todo con especial alegría, aspirando el aire con olor a sal que invadía el puerto.

Como compensación del tiempo que no pasaría con ella, compré tabaco de Lyue para que Lisa pudiera fumarlo. El tabaco de Lyue se caracteriza por su olor a sal y a mariscos (como experto en tabaco que no soy :V les puedo decir que un BUEN tabaco huele a sal y a mariscos y tendrá un LEVE sabor a ambos, por ejemplo el tabaco Cubano, que es el mejor de todos, tiene ese aroma, pues Cuba es una isla y tiene características únicas para su cosecha de tabaco), seguramente le gustará.

Compraría un perfume nuevo para enamorar mucho más Lisa, que no creo que sea posible ya que sé que me ama con locura...pero la chica de la perfumería me coqueteaba.

-Ah, viajero. Qué lindo que vengas a visitarme. -Exclamó Ying'er. -¿No quieres quedarte un rato a charlar y...probar la cama nueva que tengo?

-No puedo estoy casado. -A veces me da la sensación que todas quieren mi ganso...aunque no, ya tiene dueña...mi corazón, claro. Lisa es dueña de mi corazón.

Al regresar, me vi con la mala noticia de que algunas personas de la aldea Chingtse. pasaban por un problema, debido a que algunos cazadores de tesoros rondaban por la zona y, evidentemente, me iba a tocar hacerme cargo de ellos.

Caminaba por un largo tramo de camino en un bosque de bambú, pude ver a los ladrones de tesoros ocultos en un lago, así que, sin apenas esfuerzo, me libré de ellos.

El camino era sumamente tranquilo y muy poco transitado, incluso me encontré una casa que parecía abandonada, ya que toqué la puerta y nadie me abría, aunque no tenía seguro.

-Voy a pasar... -Dije, en voz alta, sin recibir respuesta. La casa era más bien pequeña, con algunos muebles, una cama matrimonial, y un curioso aroma a bambúes. -Eureka...

Había dado con el lugar ideal para la luna de miel.

Regresé con la buena noticia, eran casi las dos de la mañana, teniendo todo lo que necesitaba. Iba más que emocionado, pero tendría cuidado con Lisa, seguramente estará dormida.

Eso fue justo lo que hice, entré lo más cuidadosamente posible, dejando el tabaco y las demás cosas que compré en la mesa de la cocina, bostezando de manera pesada para entrar en el cuarto. La luz de los faros entraba tenuemente por la ventana, Paimon dormía como piedra en su pequeña cama mientras babeaba.

-Dame, dame pollo. Yo quiero pollo, dame pollito. -Balbuceaba mientras movía sus manos. Paimon es tan glotona que incluso sueña con comida...

La silueta de Lisa se marcaba en la cama, así que me fui acercando con intensión de besarle la cabeza, ya me quitaba los zapatos.

Al acércame lo suficiente, sentí un fuerte shock en todo el cuerpo, saliendo arrojado contra uno de los muebles.

-¡Ah! ¡Intruso, intruso, intruso! -Paimon voló de su cama, prendiendo algunas velas para luego verme...

-¡¿Quién te envía?! ¡¿La Orden del Abismo?! ¡¿Los Fatui?! ¡Habla ya o...! ¿C-cariño?

-Ho-hola... -Tenía los ojos cerrados, tallándome la cabeza del golpe que me había dado.

-¿Pe-pero? Estaba segura de que eras otra persona...hueles diferente.

-Es porque cambié de perfume...

-Ah. Eso explica todo. -Lisa se sonrojó, ayudando a levantarme. -Por favor, perdóname cariño, no era intensión mía.

-L-la culpa es mía. No tomé ese detalle en cuenta y no podías saber que era yo.

-¡Paimon piensa que eres un tonto! ¡Nos diste un enorme susto a ambas!

-Silencio, Paimon.

Dormí de forma excelente esa noche, no sólo por estar cansado hasta no poder más...sino por lo lastimado que quedé del golpe que no solo me dio el electro shock, sino por estamparme contra un mueble.

Vaya que la vida de casado es curiosa.

A la mañana siguiente, apenas podía moverme por el tremendo golpe que me di, Lisa estaba apenadísima por eso, y para compensármelo hizo uno de mis platillos favoritos: albóndigas de rábano fritas, lo que era ganancia.

-Encontré el lugar perfecto para la luna de miel: el olor es delicioso, la cabaña es perfecta, el ambiente es ideal por ser solitario y secreto, hay una cascada cerca y está lleno de naturaleza.

-Me gusta cómo suena, cariño. De verdad perdón por lo de ayer, no era mi intención.

-No te preocupes. Apuesto a que lo olvidaremos apenas lleguemos a la cabaña. Hemos aplazado mucho lo que no deberíamos aplazar más, de hecho...

-Bien. -Me dio un beso rápido en los labios. -Iré a hablar con Amber para que cuide de la pequeña Paimon. Quisiera que fuéramos cuanto antes.

-Yo también. -Respondí, emocionado.

***

Aether (ahora que ya tengo el nombre, a usarlo uwu), y yo nos preparamos para ir a la luna de miel en Lyue, según él el lugar es precioso, ya que queda cerca de la aldea de ... la que solo he oído hablar debido a que es el lugar más tranquilo de toda aquella región de Teyvat, así que valía la pena tomar el riesgo.

Me sentía muy emocionada, yo y Aether no podíamos dejar de sonreír cada que nos mirábamos, esa sería nuestra primera escapada romántica, y vaya que sería especial.

Amber nos miraba a ambos con mucha alegría, abrazando a Paimon como si fuera uno de sus peluches.

-Cuídense en su luna de miel. -Pidió con un leve sonrojo en sus mejillas. Claro que sabe a qué vamos.

-¿Cuándo regresarán? -Preguntó Paimon, un poco triste.

-En unos días, no lo sabemos exactamente. -Respondió Aether. -Amber, si te quedas sin comida, Paimon no aplica como comida de emergencia.

-¡Yei! Ya le estás teniendo más consideración a Paimon.

-No aplica contigo ya que ella es exclusivamente mi comida de emergencia. -Rió.

-¡Malvado! -Paimon le sacó la lengua, tirando su pómulo hacía bajo con su dedo índice.

-Ya, ya. Este salvaje de aquí no te cortará ni un solo cabello. -Dije, acariciándole los cabellos, ella hizo una especie de gesto de gato.

-Hora de irnos. -Aether me jaló de la cintura, sonriendo. Como lo dijo, nos despedimos de Paimon y de Amber para emprender rumbo al lugar que él tanto decía y yo tanto anhelaba.

Iríamos en un caballo, me sentía como una doncella que era robada por su caballero para que pudieran vivir felices para siempre. Yo y Aether ya éramos felices para siempre mientras estuviéramos juntos. Él galopaba el caballo a una buena velocidad a la vez que yo me abrazaba de su espalda, que era muy cálida para mí.

La calidez de su corazón irradia de una manera tal que la transmite al mío, dándome calor para los momentos de frío, y ese era uno de ellos. Parecía ser que vendría una gran tormenta durante la noche, aunque no nos preocupaba debido a que llegaríamos de forma segura antes de que el aguacero se soltara.

Tardaríamos unos dos días en llegar a la aldea, pero no teníamos prisa alguna y, aparte, eso haría más larga nuestra luna de miel. Puede que dormir casi a la intemperie y en el piso no sea lo que mejor suene para una luna de miel...pero con Aether suena a algo que ni yo misma me quisiera perder.

Ya era de noche y nos encontrábamos en un sitio después del Viñedo de Diluc, acamparíamos pasando el lago que se encuentra en sus cercanías. Habíamos prendido una fogata para calentarnos, estando los dos juntos, él tenía su cabeza en mi hombro.

-Mi corazón pide amarte, Lisa. Desde la primera vez que te vi, eso es lo que pide.

-No lo pongo en duda, cariño. Aunque me pregunto si seguirás diciéndolo cuando acabe la luna de miel.

-Claro que así será. Incluso me lo pedirá con más fuerza, lo aseguro. -Me dio un beso en la mejilla, uno bien cálido.

-Eso me tranquiliza. -Le regresé un beso en la cabeza, poniendo mi mentón sobre la misma. Cerré un poco mis ojos, sintiendo como Aether llevaba sus labios a mi cuello, comenzando a darle pequeños besos.

-Huelas delicioso...eres mi flor de lavanda.

-Tú eres mi cecilia. El color de tus aretes y tus pulseras son color azul claro...como una cecilia.

-Vaya coincidencia. -Nos dimos un beso en los labios que nos pareció bastante necesario, era como si nuestros subconcientes lo pidieran desesperadamente.

Terminamos cayendo al suelo mientras aumentábamos el tono de nuestros besos, yo di la vuelta a la situación quedado sobre Aether (Aether: así me gustan, altas para que me dominen 7u7), continuando con más besos.

Sin embargo, llegó un punto en donde nos detuvimos por igual.

-Sería mejor esperar a la luna de miel... -Mencionó él, con un sonrojo en sus mejillas y con su tierna voz (¿Ya escucharon la voz de Aether en japónes? Está bastante curiosa).

-Lo sé pero...¿Qué tal si hacemos el viaje rápido mañana por la mañana? Podríamos regresar a caballo, con tal de apresurar un poco ese momento tan especial. -Hice un puchero, pasando mi dedo índice por el pecho de Aether. Él alzó una ceja.

-Me gusta como suena.

Usamos un punto de teletransporte que nos dejó en uno de los puntos más altos de la Aldea y la vista que se miró a nuestros ojos fue imponente. Sus campos de flores son hermosos, así como las casas estilo chino y el gran molino de agua que se encuentra en el centro de la aldea.

-Viajero, ¿Qué te trae por aquí? Veo que trajiste a una linda chica contigo. -Preguntó una anciana.

-Es mi esposa. Se llama Lisa y nos casamos hace unas semanas.

-¡Oh, qué lindo! Se ven hermosos juntos, aunque son tan curiosos, el amarillo y el violeta son colores contrarios.

-En nuestro extraño caso seriamos complementarios. -Tomé a Aether del brazo, sonriendo.

-No lo dudo. Disfruten de la Aldea, es un muy buen lugar para pasar un momento en pareja. Todo es tan tranquilo y pacífico, no dudo que se la pasen maravilloso.

-Gracias. -Respondimos al mismo tiempo.

Fuimos a la famosa cabaña que Aether me llevaba diciendo desde el principio. Era muy bello todo, el río pasaba por la zona, desembocando en un largo muy hermoso. Ese era un bosque de bambú, el perfume de sus brotes olía delicioso, y del otro lado del lago había un bosque de árboles con hojas doradas, amarillas y anaranjadas.

Caminábamos del brazo para poner todo en orden, había un puente colgante de madera para pasar al lugar donde se encontraba la cabaña, y las escaleras que bajaban a la misma eran de piedra un poco musgosa.

Era uno de los lugares más bellos que hubiera visto sin duda alguna, era como un cuento de hadas, sin pensarlo mucho.

Entramos y desempacamos todo, la cama era especialmente...cómoda. Eso me daba cosas a pensar. Al notar que Aether se sonrojaba y miraba a otro lado al tiempo en que se agarraba la nuca me hizo caer en la cuenta que se dio cuenta de mi sorpresa.

-Es muy suave, ¿no?

-S-sí...

-Qué bien...creo.

Para despejarnos de esa leve incomodidad, daríamos una vuelta por la aldea de Chingtse. Todo el recorrido fue maravilloso, era una zona muy escondida de Lyue y con mucha razón. Miramos nuestros alrededores, parecía una cosa muy linda, sobre todo en centro de la pequeña aldea.

Había mesas en las cuales sentarnos, compramos té a un vendedor cercano junto con dos manzanas, una para cada quién y nos sentamos a pasar un rato, pero al poco tiempo nos interrumpiría una situación.

-Viajero, no quisiera molestarlo, pero usted es joven, y quisiera pedirle que nos ayudara a los ancianos a recolectar las flores de la cosecha.

-Me gustaría, pero...

-Pero no tiene problema. Él lo hará con gusto. -Recibí una mirada de sorpresa por parte de Aether, yo le guiñé el ojo.

-¡Muchas gracias! No tardaremos nada, será rápido.

Él se fue con los tres ancianos, yo reí para mis adentros, bebiendo un poco de té. El sol se ocultaba, la lluvia llegaría pronto. Mientras él cortaba las flores, yo paseaba a mis anchas por la zona, ganándome las miradas de los más jóvenes, aunque mi plan era especial.

Compré algunos inciensos, aparte de un ramo de rosas que se cosecharon hacía unas horas antes, por lo que estaban más frescas que el agua que corría de la cascada y alimentaba el molino. Fui a dejar todo a la cabaña, sonriendo para mí misma todavía.

Al regresar a la aldea, seguía viendo que Aether cortaba flores, aunque ya iba a acabar. Sudaba un poco y se notaba que respiraba de forma agitada, aunque nada que no pudiera controlar. Al entrar en contacto nuestros ojos, nos sonreímos de una forma genuina.

Una anciana que se encontraba a nuestro lado me sonrió cuando la miré a ella.

-¿Son la pareja de esposos que vinieron?

-Así es.

-Los ojos le brillan a tu marido cuando te ve. Podría jurar que esa especie de placa luminosa que tiene en su pecho se prendé más al verte.

-¿Y nota algo en mí?

-Se ilumina tu rostro. La sonrisa que le diste fue tan amplia que solo se puede sonreír así en una única situación: cuando se encuentra el más valioso de los tesoros.

-Sí. -Di un suspiro de adolecente enamorada de un caballero de cuento de hadas. -Él es el hombre más ideal en la tierra. Todos los que han tratado de enamorarme jamás lo consiguieron, y él se convirtió en el amor de mi vida a primera vista.

-Me gustaría preguntarte, ¿Qué es el para ti?

-¿Él? Él es mi Alibabá, el mítico Simbad, un poderoso sortilegio, él es Encantador; es Jacques Coustau, Nemo el capitán, es un batiscafo de mi abismo; él es un explorador, un ruiseñor, Lennon y McCartney, Garay, Violeta, Chico Buarque...él es mi trovador. (Referencia muy linda uwu). -Suspiré de nuevo de amor.

-Estás, no loca, sino desquiciada por él. -Rió la anciana.

-Y él por mí. Me lo dijo la misma noche que me pidió matrimonio.

Me perdí tanto en mi conversación que únicamente sentí que alguien me levantaba de mi asiento y me tomaba en sus brazos, cargándome como recién casados. Me sorprendí en un primer momento, pero al ver quién era el autor de tal hecho, no puede hacer otra cosa sino sonreír.

-¿Alguien pidió flores? -Dijo él, entre dientes. Aether tenía un pequeño ramo de flores en sus dientes.

-Cariño...que detalle tan lindo. -Le di un beso en la mejilla.

Nos despedimos de la anciana al instante, comenzaba a chispear y lo mejor era irnos lo antes posible. Fuimos casi corriendo tomados de la mano, riendo al tiempo en que las gruesas gotas de lluvia nos pegaban.

Poco nos mojamos al llegar pronto, Aether comenzó a hacer un poco de té mientras yo ponía las flores en un cántaro, eran tan hermosas y su olor era delicioso. Él no notaba nada raro...como bruja que soy, lo hice caer en un truco de ilusión...ya verán qué quiero decir con eso.

Le pedí, por sobre todas las cosas, que no se fuera a sentar o a acostar en la cama a pesar de lo cansado que se sentía.

En cambio, se sentó en una silla de la pequeña cocina que había, yo lo tomé de los hombros y le di un pequeño masaje en los mismos, dándole un beso en la mejilla.

-Este es uno de mis momentos favoritos: el sonido ligero de la lluvia, un té caliente y ningún trabajo que hacer. Aunque claro, estoy contigo y eso es más importante.

-Que me tenga cuidado el amor, que le puedo cantar su canción. Pareces un cuadro del Viejo Chagall: una mujer con sombrero.

-¿Llorarías por verme morir?

-No sólo lloraría si te veo morir, sino que mi corazón también moriría junto al tuyo.

-Pero eso no pasará pronto. Y si morimos, que sea juntos. -Lo abracé, cerrando mis ojos. La lluvia no parecía detenerse y ya caía la noche...por lo que chasqueé los dedos, preparando lo que se iba a venir.

Los ojos de Aether brillaron de nuevo tras el pequeño opaco que los cubría, los inciensos se prendieron, dejando a sus anchas al olor que empezaba a invadir todo el cuarto.

-Aunque no hablemos de esos temas. -Dije, en tono seductor.

-¿Lisa?

-Mejor hablemos el idioma del amor. -Susurré en su oído, mordiéndole suavemente la oreja y acariciando delicadamente su pecho.

Cuando volteó a ver, vio que la cama quedaba adornada con pétalos de rosa, las velas iluminaban lo justo y necesario ese momento, acompañado del olor del incienso, que era olor a lavanda, el olor de mi perfume.

-¿Tu corazón sigue pidiendo que me ames?...el mío lo pide a gritos, cariño.

-Li-Lisa...

-Dime...cariño. -Lo abracé muy fuerte, quería estar abrazado a él fuertemente por toda esa noche.

-Por supuesto que sí. Mi corazón siempre pedirá amarte.

Apenas dijo eso, Aether se volteó para verme a lo ojos, tomándome de la cintura para robarme un beso que respondí con mucha vehemencia. Me quitó el sombrero, caminamos hacía la cama sin dejar de besarnos, una de sus manos bajó a mi trasero para apretarlo fuerte, escapándoseme un gemido de los labios.

Yo caí de espaldas en la cama, respirando agitadamente, sonrosada de la cara, Aether comenzó a quitarse la ropa superior de forma rápida, yo hice lo mismo, y cuando mis prendas que cubrían mi torso cayeron al suelo, pude ver como él abrió los ojos, lanzandose contra mi cuello.

Le sujetaba los brazos, los hombros y tiraba mi cabeza hacía atrás ante el tacto suave de sus labios en mi cuello, sintiendo su piel contra mis pechos, seguramente él sentirá mis pezones contra sus pectorales.

Se escuchaba suavemente el ruido de la lluvia de afuera a pesar de que había aumentado su volumen conforme pasaban sus minutos. Parecía ser que esa lluvia representaba a la perfección la pasión y el amor que desbordábamos los dos juntos. Tenía mucho calor a pesar de que, seguramente, en realidad hace frío.

Nos despojamos de toda ropa, Aether estaba de pie yo acostada al borde de la cama, enredé mis piernas en su cadera a la vez que él me sujetaba de ambas manos.

-Ahí voy...prepárate.

-Hazme tu mujer, cariño.

Al entrar en contacto con mi pelvis inferior, de inmediato lancé un gemido y sentí como empezaba a desbordar un poco de electricidad que, es más que seguro, le traspaso a Aether, ya que apretó un poco su agarre.

Él fue entrando poco a poco en mí, y conforme más adentro de mi ser se encontraba él, más carga eléctrica transmitía y más gemía. Ya cuando tuve al amor de mi vida completamente dentro de mí, sentí mariposas en lo más hondo de mi alma, era una sensación maravillosa, un calor curioso que subía desde mis pies.

Los dos gemíamos suavemente (ya sabemos como gime Lisa 7u7), estando consientes de que hacíamos el amor en ese preciso momento. Sus movimientos eran como los de un péndulo, golpeando mi oquedad más femenina, y de poco en poco ese movimiento era más lento, pero llegaba más profundo.

-Cariño, te amo, te amo tanto. -Le gemí entrecortadamente.

-Te daré todo lo que tengo, y eso incluye mi propio cuerpo.

-¿Qu-qué sientes?

-No s-sé como describirlo...es como si me lo apretaran.

-Yo siento ¡Ah! -Se me escapó un gemido al sentir una embestida más adentro. -Mariposas que me recorren todo el cuerpo.

Al poco cambiamos de posición, él se arrodilló en la cama y yo quedé con los pies en el aire, sus manos quedaban al lado de mis cabellos. Nos centramos tanto que, de hecho, Aether me terminaba de quitar las medías, las que conservaba puestas hasta que me despojó de ellas.

Ahora sí podíamos besarnos, mis ojos lagrimeaban levemente de felicidad y de un leve dolor que sentía, pero era muy nulo en comparación de las sensaciones bellas que vibraban en mi ser.

Cerraba los ojos de manera fuerte por sentir el реле de Aether tocar más adentro de mí, y cuando tocó un punto muy en específico, me separé del beso acalorado que teníamos por gemir muy fuerte.

-¡Ahí, ahí! ¡Un poco más adentro!

Él acató lo que le pedí, incluso acomodándose de forma diferente en la cama para que pudiera entrar un poco más. Mis ojos estaban completamente desorbitados, las piernas no me respondían y tenía los dedos entumidos, lo que causaba que enterrara mis uñas en la espalda alta de Aether y en uno de sus brazos, que era el que sujetaba.

Sin duda alguna, esa sensación era lo mejor que había experimentado, o casi la mejor. El primer beso que Aether me dio fue lo mejor que me ha pasado, y lo recuerdo perfectamente.

Justo fue recordando esa sensación que quise repetirla, tomándolo de las mejillas para luego besarlo con suma desesperación, necesitaba de sus labios, de su calor, nuestros alientos nos golpeaban la cara, nuestras lenguas jugueteaban entre sí, siendo la primera vez que algo así nos pasaba.

Tenía la idea de que un beso de lengua era algo asqueroso...pero en ese momento de tanta pasión, de tanta desesperación romántica invadiéndome, no podía hacer nada más que ceder a lo que pedía la pasión y, por qué no decirlo, el corazón mismo.

Volvimos a cambiar de posición, él se sentó en la cama y yo me arrodillé frente a él. Aether sujetó mi cintura, tirando de ella para abajo mientras yo igual meneaba arriba y abajo mis caderas para que él descansara un poco.

De mis dedos salían pequeños chispazos, perdía el control total de mi cuerpo, Aether me besaba el cuello, lo que me dejaba casi la mente en blanco. Únicamente retorné cuando sentí que el реле de Aether se escapaba de mi oquedad. Suspiré de una forma desesperada, me faltaba el aire, quería seguir haciendo el amor, y casi de inmediato Aether volvió a adentrarse en mi ser, haciéndome su mujer nuevamente.

Sus caricias en mi espalda, en mi trasero, sus besos en mi cuello y clavículas me sacan de este mundo para llevarme a otro, a otro donde su amor por mí es completamente infinito. No había palabras, susurros de amor a lo mejor sí, mi mente no se encontraba presente en ese momento, únicamente tiré mi cuello y mi espalda para atrás cuando sentí como si una presa se rompiera, todos mis músculos se contraían, mis uñas se clavaban en los hombros de Aether sin que yo pudiera controlar mis gemidos.

-Tranquila. -Me abrazó, nos besamos desesperadamente, haciendo un poco más el amor, sintiendo como nuestros corazones latían al tener nuestros pechos pegados completamente. Mis pezones se sentían muy duros.

Me dejó boca abajo mientras él se encimaba sobre mí, haciéndome de nuevo el amor, yo gemía y retorcía mis pies al sentir de nuevo su cuerpo dentro de mí, el sonido curioso de su entrepierna chocando con mi trasero era perfectamente sonoro.

La espalda se me curveaba cada vez que entraba en mí, era algo que por el placer no podía evitar. Finalmente, dos embestidas más y él salió de mí, sentí unas gotas de un líquido caliente, mi respiración seguía sin ser normal, estaba muy agitada.

Aether cayó a mi lado, riendo un poco.

-Disculpa...no quise que te cayera. -Creo que lo dijo sonrojado.

-N-no te preocupes... -Nos volteamos a ver, besándonos con una enorme desesperación, me sujetaba suavemente de la nuca y de la cadera mientras que yo igual le tomaba de los cabellos, teniendo mi mano izquierda a un lado de su axila.

-Te amo infinitamente, cariño.

-Mi amor es exclusivamente para ti...Lisa.

Quedamos bastante cansados por el paseo a caballo, recolectar flores y hacer el amor...el día de hoy fue un día muy especial.

....

Para el día siguiente, desperté oliendo el cabello de Lisa y mirando su espalda desnuda. Sonreí para mí mismo, casi había olvidado por qué estaba en ese lugar, y más precisamente en esa cama.

Me vestí pronto, sin despertarla, salí a fumar de la pipa mientras iba a pescar, lo que no me tomaría mucho tiempo por el gran río que corre por la zona, y más abajo del camino quedaba el lago, así que no había pierde.

Me sorprendía lo feliz que me sentía, había hecho el amor (y con bastante amor), con Lisa, mi esposa, aquella mujer de la que me enamoré a primera vista al llegar a este curioso mundo.

No diré que las aventuras son pormenores, aunque en comparación de lo que he vivido con Lisa, la verdad es que mi tránsito por Teyvat parece una ridiculez en comparación de todas las sensaciones que he pasado con Lisa.

Regresé a la cabaña silbando del buenísimo animo que tenía ese día, algo que me seguía sorprendiendo. Aunque casi quedé como un tonto anoche, arruinando el momento más mágico que Lisa esperaba, ahora estaba tranquilo, con disposición de hacer cualquier cosa.

Apenas estuve frente a la cabaña, dejé los pescados colgados en un tendedero para carne.

En cuanto abrí la puerta, vi nuevamente a Lisa; ella estaba sentada en la cama, cubriendo su cuerpo de guitarra con la sábana, mirando a ambos lados, adormitada. Su cabello (de hecho, el de ambos), era una completa locura. Nos miramos y nos reímos un poco, sonrosados tiernamente de ambas mejillas.

-Buenos días, cariño.

-A pesar de la noche de ayer...no hace tanto fresco.

-Sonará tonto pero...aún y con el momento tan hermoso que vivimos juntos, tuve una horrible pesadilla. Y el no verte a mi lado al momento de despertar me hizo creer que era una verdad.

-¿Qué soñaste? -Fui, sentándome a su lado mientras la tomaba de la mano y le daba un beso en la frente.

-Que te ibas y no regresabas más...y aunque te buscara por todos los rincones no podía encontrarte. Tuve mucho miedo.

-Lisa...yo jamás te abandonaría. Si me separara de ti, sería como abrirme el pecho para sacarme el corazón y dejarlo abandonado sin más. No podría abandonarte ni aunque...

-Ni aunque... -Siguió ella, esperando alguna palabra, pero no podía pensar en nada.

-No sé. Simplemente no podría abandonarte ni aunque mi vida dependiera de dejarte atrás. Eres el amor de mi vida, lo más valioso que tengo después de mi hermana y de mi propia vida... -Pensé en algo más, tomando fuerte ambas manos de Lisa. -Olvida eso último, cuando me casé contigo te di mi vida, ¡mi vida te pertenece más que nunca desde anoche! Si volviera a olvidar quién soy, créeme que no haría falta volverme a enamorar de ti...siempre sería amor a primera vista por el simple hecho de que se trata de ti, que eres el amor de mi vida.

-Aether... -Ella me sonrió sin mostrar los dientes, aunque lo hacía de una manera tal que parecía haberse convertido en una ovejita inmaculada. Me abrazó muy fuerte, dejando sus senos al descubierto, incluso sentí los mismos apretarse levemente contra mi pecho. -Me encanta que seas así, siempre serás el hombre indicado pase el tiempo que pase. Cuando me propusiste matrimonio no me lo pensé un segundo, sabía que no podría errar tratándose de ti.

Nos miramos a los ojos, sus tsavoritas siempre me serán los ojos más hermosos que yo haya visto alguna vez. Tendría sentido de alguna manera, la tsavorita es el mineral más raro en Teyvat (ni existe en el juego :v), y por eso Lisa me ha enamorado: ella es una mujer única en Teyvat. Mi bella bruja, ¿qué sería mi vida sino la hubiera conocido? La amo con locura.

-Hora de levantarnos. -Dije, al romper el abrazo, estirándome y doliéndome un poco del cuerpo. Las costillas, hombros y espalda me dolían un poco.

-Cariño...¿me ayudas a levantarme? -Me pidió, sonrojada y mirando al suelo. -Me duele todo el cuerpo. -Sonreí con mucha ternura, ayudando a vestirla para luego cargarla entre mis brazos, sentándola en la mesa. Le di un beso en los labios antes de ir a cocinar el pescado que había traído.

**

Como no tengo una buena condición física por estar en la biblioteca gran parte del día, y con lo ajetreada que fue la noche de ayer, me apena decir que me duelen de forma endemoniada la cadera, las costillas, los hombros y los codos. La verdad es que ayer fue tan maravilloso (y no solo por el sentido sexual, sino por todos los sentimientos que tenía en ese momento), es lo que me hace pensar que este dolor no es nada comparado con lo que significa el que ahora lo tenga.

Leía en voz alta el libro que ambos teníamos mientras Aether cocinaba filete de pescado con un poco de prisa. Llegó un momento en donde lo vi, quedándome atontada.

Lo vi en cámara lenta, volvía a suceder, era exactamente igual a esa vez, exceptuando por el hecho de que su sonrisa ahora no era tímida, sino una sonrisa carismática, agraciada y llena de alegría. Sus cabellos se movían lentamente, no tenía sus guantes puestos por lo que miraba perfectamente sus manos; tersas, suaves, pero a su vez se notaban firmes y fuertes.

Cada aspecto de su rostro parecía iluminarse, por lo que se notaba más guapo todavía. Verlo a él era como ver el reflejo del sol en un río de agua cristalina, un río con corriente de mucha fuerza, aunque pasivo en su andar por su cauce.

Me enamoré más de él desde esta mañana en que llegó diciéndome cosas tan bellas como suele hacerlo, dándome sus besos como si fueran alimento para mi alma y mi corazón. Así como los peces necesitan del oxígeno del agua para vivir, yo necesito del amor que él emana en el aire para seguir viviendo.

No soy tonta, sé que él es atractivo, y que alguna que otra chica ya le ha puesto el ojo encima, y me parece que eso es por el hecho de que "despide amor" de tanto amor que tiene para dar. O mejor dicho, que tiene para darme...solo a mí, que es lo mejor. (esto suena curioso pero no lo malpiensen xd)

Terminando de desayunar, nos quedamos acostados en la cama por un rato más, yo estaba recostada en su pecho mientras él me acariciaba los cabellos, declamándome poemas, algo que me tomó por sorpresa pero no me importó: le dije que me declarara poemas cuando se lo pidiera su corazón, y el que así sea es lo que me llena de absoluta felicidad.

Mencionó algo como "bailar como olas" comenzando a reír un poco únicamente para levantarse de la cama.

-Lisa, ven. -Sonrió.

-No me puedo levantar, me duele todo el cuerpo. -Sin decir palabra, me cargó de forma nupcial, yo reí, golpeándole el pecho para que me soltara, y eso hizo, caí sobre mis pies, recargando mis manos en su pecho.

-Quisiera que bailáramos...

-Me gustaría, pero...

-Pero nada. No te estoy preguntando, estoy afirmándolo.

-Aether, no. -Me reí, aunque sí que quería bailar.

Él me tomó delicadamente de la cintura, levantando mi mano para ponernos en posición de vals, lo que fue especialmente doloroso para mí, pero no importaba. Comenzábamos a bailar "uno, dos".

Sentía los latidos tranquilos de su corazón, lo que era muy bello. Bailábamos sin música más que en nuestras cabezas, y quien sabe si era la misma, pero bailábamos con todo el gusto del mundo. Como no tenía mis tacones puestos, éramos más similares en la altura, así que nos vimos directo a los ojos.

-Te amo... -Fue lo que nos dijimos de todo corazón, dándonos un beso en los labios mientras bailábamos de forma suave y tranquila, sintiendo el viento leve que entraba por la ventana de la cabaña que guardaría el recuerdo más hermoso: mi luna de miel con Aether.

...mames

Cuando vi ese cosplay la verdad es que sí me quedé como el sr. del Bigote. Imagino que ustedes también D:

Rayos, creo que el lemmon me quedó muy sexual, y yo que quería hacerlo romántico 😂😂😂 Ni modo, solo espero que les haya gustado y sonrojado n//.//n

Dos cosas: primera, la verdad es que se me secó el cerebro, puede que explorando el nuevo mapa encuentre alguna buena idea para capítulo, aunque será tambien tardado :c si gustan darme ideas, son más que bienvenidas :3 !!

Segunda, a petición de un camarada haré un fic donde hay más ships (puede que escriba un LisaxAether o incluir uno de aquí), que será básicamente un capítulo romántico y luego un capítulo lemmon :v o viceversa, ya tengo una que otra idea. El tiempo de publicación de ambos es, a ciencia cierta, un misterio, ya acabé el semestre y ya no estoy enfermo, pero paso por momentos muy difíciles que prefiero no compartir, es algo que entre me parte el corazón y me lo llena de mucho rencor...demasiado rencor.

Sin más, nos vemos en un tiempo indefinido, cuando tenga publicada la nueva historia haré un aviso por aquí...o pueden votar y seguirme para que les avisa wattpad de forma automática :D

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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