Los vientos soplaban mientras una aburrida Rachel veía como los pequeños copos de nieve caían sobre las ya amontonada nieve la vista no le parecía hermosa sino un poco cansada o al menos eso era lo que sentía tenía tan loo siete meses de embarazo y Garfiel no estaba con ella, no quería pasar lejos la Navidad sin el ¿pero qué podía hacer? Decirle deja toda tu responsabilidad y ven con tu familia ¿eso le diría? Ni siquiera se atrevía a desirselo en su propia mente menos en persona.

Aunque quisiera tenerlo antes de lo que él tenía permitido no lo lograría necesitaba de él y más en su estado actual pero tenía en claro que no podría sacarlo de esa torre de forma extrañamente de T él debía conseguir tener aquella pequeña cantidad y aparte tendría que desviar su recorrido para después llegar, era aburrido esperar, era aburrido el no tener a alguien a su lado, era aburrido simplemente ver cómo estaba "abandonada" en su casa, era aburrido simplemente ver cómo caía la nieve.

Gar le impedía trabajar y ella lo tuvo que apoyar, si no fuera por qué él se lo dijo de la forma más tierna del mundo, ahora estuviera trabajando en toda la casa, recogiendo, lavando, entre otras cosas. Él se encargaba de la mayoría de las tareas del hogar aunque era una de las personas más holgazanas por así decirlo haría cualquier cosa por ella.

Las luces del árbol parpadeaban aún ritmo lento mientras esperaba con ansias que ellos llegaran para dar comienzo a una Navidad en familia y esperar que todo salga a la perfección esta será la primera Navidad en la que estaban los tres y medio cachito aunque ya no era tan pequeño pero seguiría siendo un pequeño pedazo y se quedaría en su corazón como algo más grande que eso.

De su cara salió una pequeña sonrisa al recordar que no estaba sola que aunque Garfield estuviera lejos tenía un pedazo de él dentro suyo, era uno de los mucho lazos inquebrantables que los unía y si aquella chispa que los conecto no desapareció en todo el tiempo ¿cómo puede desaparecer un pedazo de ambos, un hijo... Su hijo?

Tocó su vientre cariñosamente y vio el reloj marcando las diez de la mañana, y ellos no llegarían hasta las doce para comer y pasar a la noche de deceso, amor, regalos, un dar y un recibir, eso es lo que se hace en Navidad... Y ser feliz, ser feliz con tu familia.

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Esta vez miraba la ventana pero no con aburrimiento una sonrisa era la que la delataba más que todo, eran ya las nueve de la noche y los veía jugar afuera su pequeña hija y su esposo compartían las últimas horas de diversión afuera las bolas de nieve en el rostro de su esposo la hacían reír y como si su pequeño pedacito entendiese de lo que se reía, él se movía con confianza, sacando una sonrisa aún más grande a su mama.

De repente dejaron de aventase mutuamente las bolas de nieve para ingresar a su casa a disfrutar de la primera Navidad de cachito, aunque siguiera en el vientre de su madre sería su primera Navidad en familia y eso logró sacar otra sonrisa a Rachel.

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-El deceo de Navidad siempre se cumple- comentaba el padre a su pequeña.

-¿Y a quien le toca pedir el deseo este año papa?- preguntó la oji verde con una pequeña sonrisa.

-Le toca a Mama- dijo pasándole una estrella dorada con brillos sobre ellos, la cual su esposa tomo.

-»Deseo que esto siga igual con mi familia es suficiente para que yo sea feliz«- fue el pensamiento de la chica mientras colocaba la estrella en la punta del árbol indicando el comienzo de la Navidad.