Narra Twilight.

Abrí mis ojos. Sonreí al darme cuenta de la persona quien me tenía completamente apegada a él, sus brazos rodeaban mi cintura y mi mejilla sobre su pecho. Lance un pequeño suspiro al sentirme en un hermoso sueño junto a la persona que amo. Traté de alejarme de Flash lo más sigilosa posible, ya era de día y tenía que preparar el desayuno.

-¿A dónde piensas ir? -Me tomó de sorpresa su pregunta, creí que estaba profundamente dormido. Iba a responder, pero no tardó en apretarme contra él, impidiendome a que yo escapara de sus brazos. -No dejaré que te vayas tan fácilmente.

Lo miré, sus ojos estaban cerrados mientras llevaba una enorme sonrisa.

-Pero tengo que hacer el desayuno. -Repliqué sin hacer fuerza alguna.

-No vas a ir, te quedaras aquí.

-Tengo hambre. >:'u

-Me tienes a mí, yo muy gustoso te quito el hambre. e.e -Dijo con una sonrisa de picardía.

Apreté mis dientes ante su insinuación.

-¿Acaso no fue suficiente con lo de anoche? -Fruncí mi ceño.

-Nunca es suficiente cuando se trata de ti, cariño. ewe

-¡Pero quiero comer! -Exclamé, teniendo un pequeño sonrojo en mis pómulos. Le pellizque su brazo, se quejó a lo bajo mientras quitó sus manos de mí para luego sobarse el lugar donde le agredí.

-¡Salvaje! >:'u

-Eso te pasa por pervertido y no dejarme ir. -Le di la espalda para luego cruzarme de brazos.

-Ahhh, pero ayer, bien que no me parabas de decir...

-¡Flash! -Le interrumpí con un tono amenazante.

-Ok ya, ya paro. ;-;

No me moví, seguí con mi ceño fruncido y de brazos cruzados. No estaba enojada, simplemente estaba un poco incómoda, aún me sentía algo nueva en este tipo de cosas, por así decirlo. De pronto lentamente sentí como Flash me iba abrazando por detrás, una pequeña electricidad sentí por aquella sensación. 

-No quiero que cocines. -Me dijo con calma. -Te traje a este lugar para que disfrutes, no para que andes en la cocina.

-Pero...

-Ya he dicho. -Me interrumpió. -Sabes muy bien que tus peros no me harán cambiar de opinión. Así que te alistas ahora mismo que te llevaré a un lugar donde te puedo asegurar que hacen el mejor desayuno que puede existir por este lugar.

Flash me soltó, salió de la cama para luego dirigirse a la puerta con el fin de salir, pero sin antes darme una última mirada junto con una enorme sonrisa.

-Te estaré esperando. 

Narro yo.

En la ciudad, específicamente en la casa de la familia Sentry; estaba desayunando la familia completa, bueno, casi completa.

-¿Alguien sabe dónde fue Flash? -La persona quien era la mayor de todos los presentes preguntó en tono de preocupación. Veía el asiento vacío en el que su único nieto suele sentarse.

-Fue a hacer un viaje a otra ciudad con algunos de sus amigos. -Le respondió una señora sin dejar de leer una revista que llevaba en sus manos, ella era la madre de Flash. -Regresará el día de mañana.

-Este insolente, ¿Cómo fue capaz de no avisarme? -Se quejó la abuela. -Ni siquiera se pone a pensar lo preocupada que me dejó.

-Mamá... -El hombre deja de tomar su café para mirar con determinación a la señora que llevaba su ceño fruncido. -Flash ya no es un niño pequeño para que sigas preocupandote por cada cosa que él realiza, él ya es lo suficientemente maduro que haga las cosas sin la necesidad de avisarnos.

-¡Bah! Boberías. -Reaccionó con enojo. -A diferencia de ustedes, yo sí me preocupo por el bien de mi nieto. Siempre me aseguro de que él haga las cosas bien.

-Pero yo confío en que mi hijo hace las cosas bien sin la necesidad de que alguien le diga que hacer.

-¡Aún no sé cómo ustedes pueden hacerse llamar padres cuando está más que claro que no les interesa ni lo más mínimo su hijo! -Gritó con mucha cólera mientras movía sus manos con desesperación.

La madre de Flash rodó los ojos ante lo que dijo la señora. No quería meterse en la discusión, pero sí le había molestado lo que su suegra había insinuado; pues pensaba en lo muy equivocada que estaba al haber dicho eso.

-Mamá, claro que nos interesa nuestro hijo. -Aclaró mientras veía a su esposa. -Lo que quiero decir es que él ya no tiene edad para que lo sigamos tratando como un niño. Hay que dejar que Flash tome sus propias decisiones.

-Si te refieres a mi búsqueda de una esposa para Flash, no creas que desistiré. -Negó con su dedo.

-No me refería a eso. -Aclaró su hijo. La anciana iba responder, pero es detenida después de que su nuera tira la revista sobre la mesa, provocando un sonido que logró ser escuchado.

-Mire señora Sentry. -Esta vez la mujer sintió la necesidad de meterse en la discusión. -Con todo respeto, pero lo único que quiero para mi hijo es que él encuentre a la mujer indicada, que él sea feliz con la persona que él haya escogido. Ya no quisiera que usted siga entrometiendose en aquel asunto, eso sólo es decisión de Flash.

-¿Y que luego llegue una cualquiera a arruinarle la vida a mi nieto? No gracias. Yo sabré quien será la mujer indicada para mi nieto.

-Deja de luchar en una causa perdida, mamá. Flash no se casará por obligación.

-¡Digan lo quieran! Yo no me rendire. -La señora Sentry se paró de golpe de su asiento. -Deberían estar agradecidos al saber que tienen una persona como yo que ¡sí! se preocupa por su hijo.

Sin más que decir, giró sobre sus  talones para desaparecer lo más pronto posible de ahí.

-Es tan insistente. -Comentó el señor mientras negaba con su cabeza.

-No me sorprende, tú sueles ser igual a ella. -Le dijo su esposa, que agarró la revista para continuar con su lectura. Su esposo la fulminó con la mirada. -Es al verdad.

-Apartando aquel tema. Estoy  seguro de que Flash no fue a un viaje con sus amigos. Pude darme cuenta que le habías mentido a mamá.

-Odio cuando me conoces muy bien. -La mujer sonrió para luego ver a su esposo. -En realidad, no sé dónde ni con quién fue; a penas recibí un mensaje de él diciéndome que no estará en casa hasta el domingo en la noche... Mentí para no alborotar tu madre más de lo que ya estaba.

-Hiciste bien. Sea donde sea que haya ido Flash, estoy seguro que la está pasando bien. -Dijo para finalmente darle el último sorbo a la taza de café.