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Capítulo # 31 [El jefe secuestrador(?]

Narra Flash.

Miré mi reloj de muñeca por cuarta vez, apuntaba las seis y cincuenta de la mañana.

-¿Ya ha de haber llegado? -Pregunté para mi mismo mientras golpeaba constantemente el escritorio con las llemas de mis dedos. -De seguro que se olvidó de avisarme.

No esperé más y agarré el teléfono que estaba sobre el escritorio. Marqué el número, y a los pocos segundos me contestó Caramel.

-No señor. -Se adelantó en hablar. -Dusk aún no llega a trabajar.

-Pero ya era hora de que esté aquí.

-No, señor. -Dijo con un tono de irritado. -Su hora fija de entrada es a la siete de la mañana.

-Pero faltan diez minutos.

-Sí, señor. Pero aún no llega.

-Ok, ok, pero me avisas apenas se acerque a la puerta.

-Le avisaré... Y por favor, no vuelva llamar. Interrumpe mi trabajo.

-Apenas te he llamado una vez.

Claramente logré escuchar un pesado suspiró de parte de él mientras murmuraba cosas que no lograba entender.

-Jefe, esta es la décima vez me llama en menos de treinta minutos... No entiendo por qué la exigencia suya de saber que Dusk llega al trabajo o no.

-Es porque no quiero a atrasados en mi empresa. Merecen un castigo si demoran al menos un minuto.

-Y ¿Eso que que tiene que ver con Dusk? Ni siquiera está atrasado.

-Tiene que ver mucho... Ya no preguntes más. >:v

-Sándwich aún no se presenta. Se supone que su hora de entrada era hace más de veinte minutos.

-¿Acaso pregunté por él?

-No, pero está muy atrasado, demasiado diría yo.

-Ya ha de estar en camino. -Dije indiferente. -Bueno, me avisas apenas llegue... Si se retrasa un minuto, no demores en llamar al número de su casa.

-Sí, jefe.

Volví a poner el teléfono en su sitio, froté mis sienes con las llemas de mi dedos; no tenía los ánimos muy arriba, sentía un poco de ardor en mis ojos. El insomnio me atacó en la noche por el simple hecho de tener el vivo retrato de Twilight en mi mente. Me enamoré de ella, ¿qué más podía esperar?

Después de haberle dado la dirección a Sunset, nunca me hubiera imaginado lo arrepentido que me sentí por haberlo hecho. Sabía muy bien que esa mujer iría a la casa de Twilight, y eso provocaba que varias ideas locas maten mi cabeza... Lo único que quiero es que ese teléfono suene y ver a Twilight en este lugar.

Cinco largos minutos pasaron cuando el teléfono empieza a sonar.

-¿Ya está aquí? -Está vez yo fui quien se adelanto en hablar.

-Aún no...

-¡¿No?! -Lo interrumpí. -¡¿Cómo que aún no?! Ahora mismo quiero que lo llames. >:v

-Aún no cruza la puerta. Lo acabo de ver por la cámara de seguridad que está cruzando la garita del guardia.

-Ah. :v

-Y su...

Tiré el teléfono desesperadamente sin dejar que Caramel terminara de hablar. Salí de mi oficina. Sentía la necesidad de ver el rostro de Twilight y hablar con ella... y bueno, también sacar un poco de información de lo que había sucedido con Sunset ayer que fue a su casa.

Ya estaba a pocos metros de llegar a la puerta principal de la farmacéutica, a lo lejos podía divisar el escritorio de Caramel. En eso una señora salvaje aparece :v. Enseguida me apego a la pared al darme cuenta que esa señora era mi querida abuela. De seguro vino a darme sus típicos sermones de mujer preocupada por el miedo de que yo quede soltero y sin heredero.

-¿Está mi nieto?

Caramel me logró ver milagrosamente antes de que contestara, le hice varias señas con las manos para que siga distrayendo a mi abuela y le diga que no estoy.

Twilight aún no aparecía, eso me parecía raro pero también era algo bueno. Caminé sigilosamente sin separarme de la pared. Caramel buscaba cualquier tema de conversación para darme el tiempo suficiente de salir. No quería que mi abuela me viera y me obligará a regresar a la oficina para empezar a escuchar sus sermones. Ya fue suficiente con el día de ayer.

La puerta es abierta por Twilight. Antes de que pusiera un pie suyo en el interior, agarré su mano con rapidez impidiendole la entrada y alejándola de la puerta. Sus ojos los tenía completamente abiertos por la impresión, ni siquiera sabía cómo reaccionar.

-Vámonos.

-¿A-A dónde?

-Lejos de mi abuela.

Nos dirigimos hacia mi auto. En eso Cheese aparece.

-¡Jefecito! -Muy nerviosos, corrió hacia nosotros. -Perdón por llegar... oigan... -Apoyó su mirada sobre nuestras manos.-Se los ve raro agarrados de las manos.

Twilight se sobresalto queriendo zafarse de mi agarre. Pero lo único que lograba era que yo aún más apretara su mano.

-Sueltame. -Susurró entre dientes con un pequeño enrojecimiento en sus pómulos.

-Eso a ti no te incumbe, Sándwich. -Ignorando lo que dijo Twilight. -Y ni creas que te salvarás en ésta, ya es la cuarta vez que llegas demasiado tarde a trabajar. Recibirás una notificación por eso.

Dicho eso, los dos seguimos nuestro camino.

-¡No sea malo jefecito! -Cheese me gritaba desde lejos.

Nos subimos al carro.

-¿Dónde me llevarás? -Me preguntó con su ceño fruncido.

-Ya te dije, lejos de mi abuela.

-Pero ¿Por qué no te vas tú solo? ¿Por qué tengo que ir contigo? ¿Por qué yo también tengo que escapar de tu abuela? ¿A dónde me llevarás?

-Haces muchas preguntas. -Encendí el auto. -Abrochate el cinturón.

-No, debo ir a trabajar. -Replicó tratando de abrir la puerta.

-No vas a ningún lado. -Interrumpí su escapada. -Yo soy el jefe, yo digo lo que debes y no debes hacer, yo pongo las reglas, debes obedecerme. Así que, tú, como MI empleado; y yo, como TU jefe, te exijo a que te quedes en este auto.

-Pero debo trabajar.

-No repito más. Ah, y ponte el cinturón.

-Pero...

-No repito más. -La interrumpí. -Ella hizo un puchero, se cruzó de brazos, mirando hacia la ventana. -Y si no quieres ponerte el cinturo, pues yo me encargaré de hacerlo.

Me acerqué a Twilight para poder alcanzar el cinturón de su asiento. Ella se empezó a poner nerviosa debido a la gran cercanía que había entre los dos. No me moví, quedándome muy cerca de ella. Su respiración llegaba a mi oído. En eso, giro mi cabeza para que nuestros rostros estén frente a frente. Twilight evitaba mirarme mientras se le ruborizaban sus mejillas; me la quedé observando, admirando su belleza natural, su cabello corto le daba el aspecto masculino, pero a traves de sus ojos violeta y labios finos podía ver a una hermosa mujer. Sonreí de lado para finalmente terminar de colocarle el cinturón.

Ella aclaró su garganta para volver a mirar a la ventana, queriendo ocultar lo incomoda que se sentía.

Arranqué el auto y, finalmente, nos alejamos de la farmaceutica.

-Esto parece más un secuestro. -Dijo. -El jefe secuestrando a su empleado.

Reí a lo bajo. -Pues... hace el ambiente más intenso.

Twilight soltó una pequeña risa después de lo que dije.

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