Narra Twilight.

Como todos las mañanas. Llegue a mi trabajo, pero antes de llegar a la puerta de entrada, choco con alguien haciendo que aquella persona caiga al suelo.

Enseguida le extiendo la mano. Pero la persona, que por cierto era una chica, recoge sus piernas para luego abrazarlas y empezar a llorar.

-Lo siento, no creí que fuera tan grave la caída. -Me agache de inmediato. -No fue mi intensión hacerte caer ¿Qué te duele?... Si quieres, llamo a la ambulancia.

-¿Qué? -Me miró extrañada con lágrimas que no cesaban. -¿Para qué quiero yo una ambulancia?

Lo que la hacía muy peculiar era su cabello multicolor.

-Eemm... No sé, ¿Te duele algo? -Volví a preguntar.

Los sollozos aumentaron enseguida.

-¡Lo odio! -Gritó. -¡Es un idiota!

-Pero... ¿A quién?

-¿Acaso te conozco? ¿Por que debería decírtelo?... ¡Déjame sola!

-Ok, entiendo. Solo creí que tal vez podría ayudarte.

-¡Ja! ¿Ayudarme? -Rió sarcástica. -Eres hombre, todos son unos idiotas al igual que el pendejo de... Soarin. -Agachó su cabeza. -Lo veo imposible que me ayudes, peormente entenderme.

-¿Soarin? ¿Eres su novia? -Pregunté sorprendida.

-ERA su novia... Ya no lo quiero ver ni en pintura.

-Mira, yo soy amigo de Soarin. Y sé que él te ama, pues él siempre lo dice.  Y... sea lo que sea que te haya hecho, no creo que lo hizo con el fin de lastimarte.

-¡No lo defiendas! -Me gritó. -Sé que estás mintiendo... Es más, estoy segura que eres igual a él.

-Solo digo la verdad y no, no soy como él. -Le dije lo más calmada posible. La chica se empezó a desesperar cada vez más. -Sé que estoy seguro de eso.

-¿Qué se puede esperar de los amigos pendejos que tiene Soarin? -Me miraba con cólera. -Mejor me largo de aquí. Pendejos es con lo que menos me quiero topar.

Se puso de pie para finalmente irse corriendo.

Yo me quedé más confundida de lo que ya estaba después de aquella ¿indirecta?

-¿Qué habrá pasado? -Me pregunté a mí misma.

Entré a la farmacéutica. Veo a Caramel sentándose en su escritorio mientras daba un largo suspiro.

-¿Sucedió algo? -Le pregunté.

-Ni te imaginas... La novia de Soarin, Rainbow, llegó y empezó a gritarle y él también lo hizo, y finalmente terminó en un completo relajo. -Me respondió. -Lo poco que llegué a entender, fue qué al parecer Soarin engaño a Rainbow.

-¡¿Qué?! No creo que Soarin sea capaz de engañarla.

-Bueno... La chica vino muy enojada por eso. -Se encogió de hombros.

-Debo ir a verlo. -Enseguida corrí a mi área.

Al primero que veo es a Cheese, que llevaba un expresión desanimada mientras se dedicaba en su trabajo.

-Cheese y ¿Soarin? -Movía mi cabeza por todos lados buscándolo.

-¡Todo es mi culpa! -Gritó de improviso.

-¿Tu culpa? No entiendo. ¡¿Qué mismo sucedió?! -Exclamé ya harta de tanto suspenso.

-¡Es mi culpa! -Volvió a gritar. -¡Soy tan cobarde!

-¡¿Alguien que me explique a qué se refiere?! -Pregunté a los cuatro vientos. Los demás chicos me miraban mientras se encogían de hombros. Suspire. -Creo que nadie. -Rodeé mis ojos.

Salí de ahí para dirigirme a los vestidores. Pero al salir veo a Flash apoyado sobre la pared

-Te perdiste de un gran espectáculo. -Me dijo algo burlón.
-No creo que en una situación como esta, sea necesario añadirle la burla. -Me cruce de brazos. Él mostró una sonrisa de lado. -A pesar de no saber casi nada del asunto... ¿Tú lo sabes?

-Mmm... Digamos que sí. -Se encogió de hombro.

Inicio de Flasback.

Narra Flash.

-Jefecito, no creo poder hacerlo. -Dijo Cheese al borde de la desesperación. -Soy muy cobarde.

-Tú lo puedes hacer. -Le di ánimos.

-Es fácil. -Añadió Soarin. -Entra al establecimiento, acercate a la chica y dale la caja de chocolates que tanto ella ama. Y ahí le pides ir a una cita contigo. ¡Es fácil!

-¡No es fácil! D: me da cosita hacer eso. -Exclamó. -Mejor me voy. -Dio vuelta con la intensión de irse.

-¡No! -Gritamos los dos agarrándolo de su brazo.

-Cheese, ve, esta es tu oportunidad. -Agarré sus hombros con la intensión de agitarlo y alejar su cobardía, supuestamente.

-¡No puedo jefecito! -Alejó mis manos. -Tenga, ayúdeme. Usted entréguele y dígale que es de mi parte.

-¡Estás loco! Yo no lo voy a hacer. Conozco a esa chica, siempre me toma la orden. -Oculté mis manos detrás de mi espalda.

-¡¿Y?!

-¡¿Cómo que "y"?! No lo voy hacer. Tú eres quien va ir a la cita, no yo.

Cheese indignado, pasó su vista hacia el rostro de Soarin con la esperanza de que él terminara aceptando.

-¡Yo no lo voy a hacer! -Negó de inmediato mientras retrocedía. -Cheese, deja de ser marica y ve tú.

Tanto problema sólo por una chica del cual Cheese está completamente enamorado.

-Pero se el gran amigo que eres y dale mi regalo y ahí mismo le dices que Cheese Sándwich quiere tener una cita con ella. -Le explicó como si nada.

-No creo que lo acepte si no eres tú quien se lo pida.

-¡¡Por favor!! -Le suplicó en llanto.

-¡Es muy ridículo hacer eso! -Exclamó.

-¡Por fis! Tu mismo dijiste que es fácil. ¡Por favor!...

Empezó a repetir varias veces la palabra "por favor"

-Ok, ok, lo haré. Aunque no creo que terminé bien. -Agarró la caja de chocolates para finalmente entrar a Sugarcube Corner. -No aceptara, te lo aseguro.

Fin de Flashback.

-Y la vida tanto lo odia que justo en el momento donde Soarin le dio la caja a la chica, Rainbow aparece. -Terminó explicando Flash.

Yo golpeé la frente con la palma de mi mano.

-Su grado de estupidez es tan grande que... -Suspire. -ya ni sé que pensar de ustedes. Se les ocurre hacer cosas... ridículas.

-Así somos. -Se encogió de hombros como única respuesta.

-¿Dónde está?

-En los vestidores lloriqueando. -Señaló hacia la dirección de mi próximo destino.

Me dirigí hacia allá, Flash detrás de mí.

-¿Soarin? -Entré lentamente mientras lo estaba buscando.

Cuando lo hallé, él enseguida se puso de pie mientras secaba unas cuantas lágrimas. Pues estaba sentado en un rincón abrazando sus piernas.

Él aclaró su garganta. -¿Si, Dusk?

-Me enteré de lo sucedido.

-Ya sé lo que estarás pensando. Fue muy estúpido haber hecho eso. -Agachó su cabeza.

-Sí, y demasiado. -Afirmé. -Pero sé que lo hiciste por ayudar a Cheese.

-Dusk, yo no engañe a Rainbow. -Dijo entre sollozos. -Ella ni siquiera me dejó explicarle... ¡La amo! Nunca sería capaz de hacerle eso. -Tapó su rostro con sus manos evitando que sus lágrimas sean visibles.

-Estoy seguro que ella te va a perdonar.

-¡No! -Negó. -Ella es muy terca, es difícil de convencer. ¡Ay, mi Dashie! ¡Ya no me ama!

Se tiró al suelo para seguir llorando con más intensidad... Soarin en realidad sí estaba sufriendo.

-Mira Soarin. -Dijo Flash. -Te doy el día libre para que arregles las cosas con Rainbow.

-Pero jefe...

-Nada de peros. -Lo interrumpió. -Sé cuan importante es Rainbow para ti. No soportaré verte el día entero actuando de esa manera, sabiendo de que yo también soy culpable de que esto pasara.

-Gracias jefesito. -Se tiro a darle un fuerte abrazo. -Usted es el mejor.

-Lo sé. Bv. -Dijo presumido.

Yo reí mientras rodaba los ojos.

-Ahora a arreglar las cosas con mi Dashie.

-Soarin, si las cosas se ponen feas. Muestrale tu tatuaje. -Flash aconsejó.

-Lo tendré en cuenta... Rainbow siempre cae rendida cuando le muestro mi sensual tatuaje. -Sin decir más, Soarin se terminó yendo.

-Aquel tatuaje, ¿se refiere al de la otra vez? -Pregunté. -Cuando casi mis ojos pierden su virginidad.

-Sí, ese tatuaje. -Respondió.

-¿Qué fue lo que se tatuó para que diga que Rainbow cae rendida?

-Se tatuó el nombre de ella con los mismos colores que lleva su cabello.

-Pero ¿Tuvo que ser en su trasero?

Flash rió.

-Lo hizo ahí. Porque según él, su trasero es solo propiedad de Rainbow, solo ella lo puede tocar.

Yo lo miré con cara de "¿Es enserio?"

-Ustedes los hombres son raros.

-Supongo que sí... Si llegara a amar a una chica como lo hace Soarin, yo también sería capaz de hacer cualquier cosa con el fin de demostrar mi amor por ella. -Me miró serio.

-Ya dices. -Sonreí burlona.

-¿No me crees capaz? -Se cruzó de brazos.

Yo negué con la cabeza. -Usted mismo ha dicho que no le interesa las mujeres. Es más, hasta huye del matrimonio.

-Tal vez las cosas cambien.

Mi rostro enseguida cambio al de uno serio.

-¿Acaso se enamoró? -Me atreví a preguntar.

-No lo sé -Me respondió dudoso. -No sé si en realidad me estoy enamorando. -Desvió su mirada. -Mejor iré a mi oficina a seguir con mi trabajo. -Se fue antes de que yo pudiera decir una palabra.

Me quedé preguntándome por unos momentos quien podría ser esa chica que está enamorando al jefe.

Suspire desanimada ante la idea de que Sunset podría ser aquella chica.