Narra Twilight.

-Buenos días, Caramel. ¿Flash está en su oficina? -Le pregunté a mi compañero que estaba en su escritorio.

-Buenos días, Dusk. Lo siento, pero el jefe no está aquí. Apenas llegó, recibió un llamado de unos gerentes de otras compañías, así que tuvo que irse a una reunión. -Me informó.

-Oh, ya veo... Gracias por la información. -Me aleje de su lugar de trabajo.

Me iba a dirigir a mi área, pero una voz me termina deteniendo.

-Buen día, me dirijo a la oficina de mi nieto.

Era la abuela de Flash quien caminaba hacia la oficina.

-Disculpe Sra. Sentry, pero el jefe no se encuentra. -Caramel la detuvo. -Lo llamaron para una reunión.

-¿No está? Y ahora como podre llevar mis compras. -Agachó su cabeza. -¿Estás ocupado? -Le preguntó.

-Eeemm... Sí. -Le respondió de inmediato.

La señora suspiró desanimada y luego puso su mirada sobre mí. Yo enseguida volteé y empecé a caminar. No quiero que crea que estuve curiosa escuchando su conversación o que sé yo.

-¡Detente! -Exclamó.

Respiré profundo para luego voltear nerviosa. De algún modo la abuela de Flash me produce miedo. ¿A quién no? Esa señora tiene fama de ser bien estricta y de muy mal carácter.

-Eh, ¿Si? -Me rascaba mi cabeza nerviosa.

-Necesito que me ayudes con las compras que voy a realizar. -Me exigió.

-Pero Sra. Sentry, tengo trabajo que hacer. -Me apresuré en decir. -Además, no creo que el jefe le guste que uno de sus empleados falte al trabajo.

-Por eso no te preocupes. Flash es mi nieto y él entenderá por que faltaste hoy... Sigueme. -Volteó y caminó hacia la salida.

-Pero, pero, yo... -Suspire rendida.

Ya qué, debía obedecer a la Sra. Sentry. No creo que me va a ir bien si le digo un "no" como respuesta.

La seguí hasta llegar al auto. Su chofer corrió a abrirle la puerta. Yo entré después que ella.

-Disculpe... ¿Qué tipo de compras va a realizar? -Le pregunté.

-Adornos para la casa, claro. -Me respondió como si fuera la cosa más normal que hace.

-Ah, ya veo.

-Ya me aburrí de las cortinas que tenemos, también necesitamos nuevas lámparas, alfombras... Ah, también quiero cambiar la decoración de la habitación de Flash, la siento muy rustica y apagada. Debo hacer muchos cambios en su habitación. -Terminó soltando una risita. -Tal vez no le guste, pero no tiene otra opción.

Yo fingí una sonrisa. De verdad la abuela es muy exigente y lo que ella quiere, se tiene que hacer sí o sí. Se nota con su forma de hablar con los demás.

-¿Tu nombre?

-Me llamo Dusk Shine.

Ella asintió lentamente después de haberle contestado.

Llegamos a un almacén donde sólo venden objetos de decoración para el hogar. La señora se la veía muy emocionada.

-Mi nieto siempre me acompaña en hacer las compras para el hogar. -Me dijo. -Él me ayuda con las opciones.

-Espero yo servirle de ayuda.

-Claro que lo serás. Me ayudarás a cargar las cosas que voy a escoger. -Me mostró una enorme sonrisa. -Eres hombre, podrás soportar el peso.

-Jejeje... Sí, lo soportaré.

En el colegio no fui la chica amante a los deportes. No soy de trabajos que incluya esfuerzo físico o recurrir a la fuerza. Solo espero que la señora Sentry no se exceda y no abuse de la poca fuerza que poseo. ;-;

Primero fuimos al pasillo donde se encuentran las cortinas.

La señora miraba con detalle cada cortina que había. Murmuraba cualquier que cosa que le agradaba o no. Parecía indecisa, y eso ya me estaba cansando, ya que habíamos pasado casi dos horas en el mismo pasillo y todavía no elegía que cortina llevar.

-Y qué tal si lleva la cortina que tiene bordes dorados. -Le sugerí.

-¿Estas seguro? El otro tiene costura francesa, siento que ésta tiene más detalles. -Miraba dudosa aquella cortina.

-Eemm... Bueno, sólo decía, usted será la que comprara, ¿no?

Quedo mirando las dos cortinas por un largo tiempo.

-¿Sabes? Escogeré la que tu sugerirte. -Me sonrió. -Me gusta más esa.

Aleluya.

-Me alegra.

-Bien, llevare seis de estas.

Agarró seis paquetes de éstas para luego dármelas.

Luego fuimos al pasillo de las alfombras, sucedió lo mismo de hace un rato. Demoró más de dos horas en elegir cual llevar.

Cuando al fin se decidió, escogió tres diseños diferentes de éstas. Y lo peor fue cuando me las dio en mis manos, eran LAS alfombras, mis brazos temblaban del gran peso que llevaba. Y eso aún no terminaba. Mientras más pasaba el tiempo y más cosas escogía la señora, menos sentía mi cuerpo, y la señora Sentry ni siquiera se daba cuenta de mi sufrimiento debido a lo concentrada que estaba en elegir la decoración para su nieto.

Luego de ocho horas en el almacén. Al fin acabó con las compras. Sentí un gran alivio al saber eso.

Llegamos a la casa, bueno, mejor dicho mansión. Era muy enorme y lujosa; eso era obvio, son una familia adinerada.

-Muchísimas gracias por acompañarme. -Me dijo la señora agradecida.

-De nada. -Puse la ultima alfombra sobre el suelo.

-Te ves muy cansado, mejor quedate a almorzar. Estuvimos ocho horas en el almacén sin probar ni un bocado.

-Eh, bueno. Está bien. -Me encogí de hombros.

En sí, moría de hambre... Esperé a que el almuerzo este listo. Luego de unos minutos, la señora Sentry me llamó para sentarme en la mesa junto a ella.

(...)

Luego de haber almorzado y sentirme satisfecha, ya debía irme. La señora me volvió a agradecer y yo a ella.

-Espero algún día volvernos a ver, Dusk. -Me dijo.

-Igualmente.

Me encaminé hacia la puerta, pero ésta es abierta por otra persona.

-¡Estoy en casa! -Era Flash quien había llegado. Al verme, abrió sus ojos como plato. -Twi... Dusk... ¿Qué haces aquí? -Me preguntó sorprendido.

-No, no, no. ¿Qué haces tú aquí? -La abuela lo regañó cruzándose de brazos.

-Bueno. Acabó la reunión que asistí y sólo quise pasar por la casa. De igual manera si voy a la empresa. -Flash le respondió nervioso. -Pero lo que no entiendo es ¿qué hace uno de mis empleados aquí?

-Le pedí que me ayudará con las compras que acabé de realizar ya que tú no estabas. -Le explicó.

-Ya veo.

-Pero ahora mismo me dirijo a la farmacéutica a hacer mi trabajo. -Dije caminando hacia la puerta.

-Cómo se te ocurre ir a trabajar después de haber cargado demasiado peso. -Repuso la abuela. -Estás muy cansado. Además, en dos o tres horas la farmacéutica dejará de trabajar.

-En eso tiene razón la abuela. -Dijo Flash.

-Flash, lleva a Dusk a su casa. -Su abuela le exigió.

-No creo que sea...

-Está bien. -Me interrumpió Flash. -Vamos Dusk. -Me sonrió.

-Jejeje... Ok.

Me quede embobada por unos segundos ante su hermosa sonrisa. *-*

Seguí a Flash hasta que entramos a su auto.

-Lo siento si mi abuela abuso de tu poca fuerza que tienes.

-No, no te preocupes. -Dije de inmediato. -Estoy bien.

-Enserio, lo siento. Sé muy bien que es cargar una larga columna de cosas durante varias horas. Así es mi abuela. -Rió. -Se excede en las compras.

-Eso parece. -Me encogí de hombros. -Pero la mayoría de cosas que compró son para tu habitación.

-No me digas, ¿Hara cambios? -Frunció su ceño.

-Sí. -Afirme.

Suspire. -Todos los meses hace lo mismo. No sé hasta cuando se cansara de eso.

-Yo creo que nunca. -Empecé a reír.

Luego de eso siento que él se me queda mirando por unos segundos. Eso me empezó a incomodar un poco.

-¿Qué?

-No, nada. -Volvió su vista al frente. -Solo que...

-¿Solo que qué?

-Tu risa. Se escucha bien. -Sonrió.
-Ah. Jejeje... Creo que mi risa se escucha normal. -Eso de algún modo me hizo sonrojar.

-Para mí no lo es. Es muy diferente a las varias risas que he escuchado.

-¿Qué acaso eres experto en las risas? -Me crucé de brazos burlona.

-Claro que sí. Bv -Respondió presumido. -Yo soy expertos en varias cosas. Y sé que tu risa es especial. Y no estoy mintiendo, Twilight.

Yo enseguida agache mi rostro avergonzada. Escuchar eso de Flash hace que me ponga nerviosa y me sonroje. Él... es muy lindo.