
No por miedo a errar...
Todo listo, todo planeado. La presentación del juego de los "Sapos peleadores" era el escenario perfecto para hundir a la impostora hasta el fondo.
Luego de los ensayos y las prácticas, improvisadas, claramente, me dirigí hacia la estación de sonido, en el cual se habla a toda la secundaria por medio de un micrófono.
Al estar frente a la ventanilla, toque con suavidad y la chica que se encontraba detrás de la ventanilla levantó su cabeza y abrió la ventanilla.
- ¿Si? - dijo en tono aburrido.
Su loock era horrendo y su cabello, era desastroso. Ella cría que se veía bien, pero el estilo emo no es lo mío.
- Ah... Austín va a venir tarde hoy, y me pidió que te diera esto. Leelo en el micrófono. - le sugerí y le extendí el papel que Shellby me había dado.
Ella tomó el papel y presiono el botón de "al aire"...
- Cenicienta, si estás escuchando tu príncipe quiere verte. Después de la presentación del juego de fútbol... Nada mejor que hacer feliz a tu príncipe. - dijo en forma picarezca.
Esta chica sabía lo que hacía.
Sam POV's.
«Cenicienta, si estás escuchado, tu príncipe quiere verte. Después de la presentación del juego de fútbol. Nada mejor que hacer feliz a tu príncipe ».
El sonido llegó a mi y todos seguían con la misma incógnita de siempre ¿Quien sería Cenicienta?
Pues si amigo soy yo, y nadie más lo sabe, además de Cárter.
Las palabras de esa chica me dieron ánimo para decirle a Austín que yo soy Cenicienta. Desde el día anterior eso me dio valor.
Corrí hasta llegar al salón donde se encontraba Cárter y cuando salió lo tomé por sorpresa. Se estaba colocando un sobrero de vaquero, bueno, estaba vestido de vaquero.
- ¡¡Cárter ¿Que creés? Ya le hablé y no como Cenicienta, sino como Sam. Y no me rechazó!! - dije con mucha emoción.
- ¿En serio y que te dijo? ¿Le dijiste la verdad, que tu eres... - expresó emocionado también.
- No. Sh... - hablé más bajo ya que estábamos rodeados de personas y podían oírnos, no era seguro que nos oyeran pero si podían hacerlo. - Aún no le he dicho la verdad, y menos que yo soy Cenicienta... Pero voy a verlo esta tarde después de la presentación del juego. ¿Vienes conmigo vaquero? - espere feliz.
- ¿En serio parezco un vaquero? - preguntó con más felicidad.
- Claro.
***********
Llegamos al campo y la banda estaba a todo dar. Era hermoso. Los jugadores estaban en primeras filas. Ahí estaba Austín. Es algo impresionante que Austín siga buscando a Cenicienta.
El entrenador se levantó cuando la banda acabó. Fue emocionante.
Se dirigió hacia el micrófono. Él estaba entusiasmado.
- Muy bien, muy bien. Esta tarde queremos celebrar la apertura del juego de fútbol que tendremos el viernes, osea mañana, y para animarnos a todos, las porristas nos han preparado algo muy especial. Un aplauso para ellas. - dijo y dio un grito. Todos comenzaron a aplaudir y otros comenzaron a gritar y a silbar.
Detras de un telón salió Shellby y unas cuantas porristas más. Ella se dirigió hacia el micrófono y tenía un folder en sus manos. Las otras chicas se colocaron en sus lugares y ahí estaba.... ¿Briana? ¿Que hacia ella ahi? Bueno supongo que es parte del show.
- Había una vez. En un estanque muy lejano, vivía un hermoso y grande príncipe, sapo peleador - comenzó Shellby. - era el más guapo de todos y su padre era el dueño de todo el estanque. Pero a pesar de tenerlo todo, el príncipe no era feliz. - dijo, fingiendo tristeza. Todos se quejaron o algo así. Y Briana solamente actuaba.
- Una noche, después que el príncipe hizo a un lado a su novia, la chica más popular del lugar... Conoció a una bella princesa. - dijo ella y salió, de detrás del telón, Gabriela con un vestido frondoso y grande. No sabía que sucedía y ellas hacían el ridículo.
- El tiempo pasó y el príncipe, se mantenía en contacto con esa princesa. - y dos chicas simularon una división en el escenario. En el lado derecho se encontraba Briana vestida como un jugador del equipo, y del lado izquierdo se encontraba Gabriela con el vestido.
- Chica Prinston. No puedo esperar para vernos mañana. - dijo Briana con voz ronca simulando ser un chico - sólo contigo puedo ser yo mismo, contarte cómo me siento y decirte que no quiero ir a la universidad de California sino a la universidad de Prinston contigo. - y guardo su celular en el bolsillo del short.
- Querido Nómada. Me gustaría decirte quien soy pero... Me aterra. Me aterra que sepas quien soy y Me aterra que me rechaces; además... Jamás he besado a ningún chico. - dijo Gabriela haciendo burla a lo que yo había escrito en los e-mails, en las conversaciones con Austín.
Era evidente habían robado mis e-mails. Pero ¿por qué?
Un vuelco se formó en mi estómago, eso me llenó de desesperación. Todo literalmente todo lo que ellas interpretaban yo lo había conversado con Austín, y ahora ellas lo sacan a la luz. Sin más ni menos, Austín ya ha de saber que están hablando de nosotros.
- No puedo creer que robaran mis e-mails - susurre a Cárter, quien se encontraba a mi lado.
- ...pero la princesa tenía un secreto, ella no era de la realeza, no era nada más que una inutil, una chica sin sentido, una mesera, una fracasada - continuó Shellby. Y de pronto salió Gabriela con un delantal y patines en los pies, representandome, y cayendo sobre un pastel, embarrando toda su cara. En ese momento me sentía de lo peor.
- Y apuesto que quieren saber quién es la impostora. - dijo ella en burla. - Pues bien. Conozcan a la chica que trato de ser Cenicienta: Sam Mongomeri - hasta grito mi nombre. Y me señaló.
Todos voltearon a verme.
- ¿Tu princesa? - y comenzaron a reír, vi a Austín, quien volteó también y me venía decepcionado. Yo no tenía nada que ver con eso. Y me dolió. Todos se burlaban de mí y Shellby había tomado venganza de algo que no hice.
Austín volteó, no quería verme, y yo corrí hasta mi auto. No tenía porque estar ahí. Y pude comprender que todo eso fue una simple trampa de parte de Shellby.
Austín POV's
La apertura del juego comenzó y mucha gente estaba ahí. Todos con banderines y trompetines. La banda sonaba hasta ya no poder, era un día especial para el equipo, mi equipo.
Mi padre llegó y se sentó detrás de mí.
-Hijo. Ya hablé con Robert. Juega bien el viernes y tu futuro estará asegurado. - dijo poniendo su mano sobre mi hombro izquierdo.
Simplemente asentí mientras veía al entrenador subir al escenario.
- Muy bien, muy bien. Esta tarde, queremos celebrar la apertura del juego de fútbol que tendremos el viernes, o sean, mañana. Y para animarnos a todos, las porristas han preparado, algo muy especial. Un aplauso para ellas. - y gritó. Todos comenzaron a gritar e a silbar mientras que otros aplaudíamos.
Detrás el telón salió Shellby con un folder en sus manos y otras porristas se ubicaban en sus posiciones. Ella se acercó al micrófono y comenzó a hablar.
- Había una vez. En un lejano Estanque, vivía un hermosa y grande príncipe, sapo peleador. - dijo levantando su vista de la lectura, y detrás del telón salió una de las chicas Olsen que llegaron al lavado de autos de mi padre. Ella estaba vestida con un uniforme de los jugadores del equipo, mi equipo de fútbol - Era el más guapo de todos, y su padre era el dueño de todo ese estanque. Pero a pesar de que el príncipe tenía todo, él, aún no era feliz. - dijo Shellby, con "tristeza".
Es algo muy extraño, lo que Shellby decía.
- Una noche, después de que el príncipe hiciera a un lado. Su novia, la chica más popular del lugar... - dijo viendome sacatonamente. Estaba molesta u su mirada penetraba con furia. - Conoció a una bella princesa - y detrás del telón, apareció una de las hermanas "Olsen" vestida de princesa. Así como... No. No puede ser Cenicienta.
- Majestad. - se inclinó la chica vestida de jugador y saludo a la "princesa".
¿Les pagaban para hacer el ridículo?
- El tiempo pasó, y el príncipe se mantenía en contacto con la princesa - se hizo una división en el escenario y el príncipe permanecía en un lugar del escenario y la " princesa" en el otro.
- Chica Prinston, no puedo esperar para vernos mañana - dijo la chica simulando una voz ronca - sólo contigo puedo ser yo mismo, contarte como me siento y decirte que no quiero ir a la universidad de California sino a la universidad de Prinston, contigo - dijo ella y terminó guardando el móvil en su bolsillo.
La "princesa" saco su teléfono y tecleó.
- Querido Nómada. Me gustaría decirte quien soy. Pero...me aterra. Me aterra que sepas quien soy en realidad, me aterra que me rechaces y además... Jamás he besado a un chico - hizo burla a la chica... Cenicienta.
Esto olía muy mal. Esas conversaciones eran exactamente las que yo había tenido en el chat con "Cenicienta".
Claro que si todo encajaba.
- Austín ¿que significa esto? - susurro mi padre detrás de mí.
- Nada - dije molesto. Esto me molesto tanto. ¿Como pidieron archivar esto e-mail?
- ...pero la princesa tenía un secreto, ella no era de la realeza, no erq as que una inutil, una chica sin sentido, una mesera, una fracasada. - continuó Shellby. De detrás del telón salió una chica con patines y un delantal. Y cayó sobre un pastel, embarrando su cara.
- Y apuesto que todos quieren saber ¿quien es la impostora? - dijo Shellby en burla - Pues bien. Conozcan a la chica que trato ser Cenicienta: Sam Mongomeri - y señaló a alguien atrás. Señaló a Sam, a la chica que conocí el día anterior en la cafetería.
Volteé para ver a Sam, no podía creer lo que mis ojos veían. Ella me veía con los ojos llorosos, le devolví la mirada con decepción. ¿No pido decírmelo antes? Ayer hablé con ella y no fue capaz de decírmelo.
Volteé, no quería verla.
No piedo creer que no lo dijo y me tope con ella y nunca pudo decírmelo. ¿Porqué no me lo había dicho? ¿Porqué lo ocultó cuando sabía que yo la buscaba como un loko busca una aguja en un pajar?
Volteé de nuevo para ver qué sucedía atrás, ya que muchos la abucheaban y se burlaban de ella, pero cuando vi, ella ya no estaba. Se fue.
Vi a Shellby, quien seguía en el escenario y ella me veía con mirada triunfante.
Ella consiguió lo que quería. Se metió con la suya.
Sam POV's
Corrí a mi auto u condiciones lo más rápido posible a casa. Ya no podía aguantar más la burla de todos ellos.
¿Como pueden ser tan crueles? ¿Como pudieron robar mis e-mails? No puedo creerlo, sino sin creerlo. Briana y Gabriela no se detendrán hasta destruirme totalmente y Shellby... Ella es de lo peor.
Llegue a casa con los ojos llorosos y sin más ni menos subí a mi habitación t cerré la puerta con fuerza. Esto no podía estarme pasando. Me tire sobre la cama y comencé a llorar. Todo este tiempo pude haberme evitado este sufrimiento pero... No hice nada. Todo por culpa del miedo... Por culpa de... Ah...
De pronto, tocaron la puerta
- No quiero ver a nadie - grité entre sollozos y llanto.
Se abrió la puerta aunque había dejado claro de que no quería ver a nadie. ¿Que parte de que no quiero ver a nadie no entienden? Y detrás e la puerta que se abría apareció Fiona, con una bandeja de galletas.
- Pero Sam, te llegó carta de Prinston - dijo extendiéndome la carta y sentándose en mi cama.
Me senté y la tome. La vi y luego a Fiona y comencé a abrirla.
Señorita Mongomeri. Lamento decirle que su solicitud de ingresar en nuestra universidad ha sido rechazada.
Eso decía la carta. Me quedé impresionada.
- No logré entrar - dije aún más decepcionada.
Fiona simplemente me vio, fingiendo tristeza. Conocía como era Fiona.
- Oh. Linda. Y tanto que te esforzaste - dijo apesadumbrada, o eso fingía. - pero ve el lado bueno, puedes quedarte a trabajar en el cafetería por el resto de tu vida - dijo socarronamente.
La vi con desánimo pero en ese momento me di cuenta ya de que se alegraba de que yo no pudiera entrar en la Universidad.
- ¿Quieres una galleta? - tomo una y la mordió, mientras me ofrecía la bandeja llena de galletas, pero ella sonreía - Mmmm. Están bien ricas
Fiona se levantó y dejó las galletas sobre mi cama. Ella desde un comienzo supo de que yo quería que fuera a estudiar a Prinston.
Vi esas tontas galletas y tire la carta lejos de mi. Mi día no podía empeorar. Primero Shellby, Gabriela y Briana, Austín y ahora Fiona esto no podría empeorar.
Solamente quería desaparecer o al menos que todo desapareciera.
Sólo si mi padre estuviera aquí todo fuera diferente. Cuanto extraño a mi padre.
Después de una horas, me resigne a levantarme de la cama y saque de debajo de la cama la maleta en donde tenía muchas cosas que me hacían recordar a mi padre. La abrí y.. Encontré una fotografía de él cuando estaba pequeña. También encontré su guante de softball. Recuerdo que no encantaba jugar y correr por todo el campo de juego. Era mi mejor amigo y ahora no...no esta conmigo para abonar como lo hacía antes. Con una simple sonrisa y un fuerte abrazo todo volvía a la normalidad.
Seguí revisando los recuerdo, buscando hasta lo más profundo de mi las cosas que me harían feliz. En la maleta también encontré el libro de cuentos de princesas que mi padre me leía cada noche. Mi padre tenía razón. Nada de los cuentos de princesas era realidad. Nada.
Y ahora seré realista, mi vida no es un cuento de hadas.
Tomé el libro en mis manos, lo contemple por unos segundos y luego lo tire lo más lejos de mi. Ya no me complacía recordar cada uno de los cientos que estaban escritos ahí. No valía la pena. Este es el presente. Mi presente y debo enfrentarlo con la poca fuerza que me queda.
*****
Al día siguiente, todo fue empeorando. Burlas y abucheos me rodearon todo el día en la secundaria. Todos se reían de lo que Shellby había hecho el día anterior.
¿No podía empeorar? ¿Dónde esta Cárter cuando lo necesitas?
*******
En. La cafetería todo fue igual, todo sin sentido, rutina aburrida. Pero algo era diferente. Mi ánimo de hacer las cosas.
Vi una mancha en el suelo y me agache a limpiarla. Comencé a limpiar y esa tonta mancha no salia, no quería desaparecer. Ahora tengo algo en común con. Esa mancha. Mi tristeza y desánimo no querían desaparecer.
Intenté levantarme del suelo pero... Poff. Al suelo de nuevo. Los benditos patines no me lo permitieron y me hicieron caer. De la cólera me quite los patines y me quedé en calcetines en el suelo y seguí limpiando esa mancha que ya la sentía parte de mi.
- ¿Sam, que estás haciendo? - me preguntó Ronda detrás de mí.
¿A que horas llegó?
- Estoy tratando de limpiar esta mancha - conteste con desánimo, mientras seguí restregando el piso de la cafetería para que la mancha desapareciera.
-No. Me refiero a ¿qué estas haciendo con tu vida - me dijo que tras le tomaba del brazo y me levantaba. Ya estaba frente a ella y sus ojos mostraban valor.
¿Que estoy haciendo con mi vida? Es más que obvio.
- Ronda. Soy mesera, eso es lo que soy. No podré ir a Prinston, así que estaré aquí por un largo tiempo. - dije sin rodeos.
Me sentí un poco mejor, pero algo me impedía estar totalmente segura de mi misma.
Por la puerta, exactamente en ese momento, entraron Briana y Gabriela, pero cuando Gabriela cerró la puerta se cayó la guitarra que estaba colgada en la pared al lado de la puerta y rompió el papel tapiz q forraba la pared.
Volteé al escuchar el sonido de la guitarra al caerse, y pude ver en la pared escrito:
No por miedo a errar vas a dejar de jugar.
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