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41. Bebé desaparecido.


"Nunca te olvides de una persona que vino a ti con una antorcha en la oscuridad"


NARRA CAMERON HOLT.

—¿¡Esta chica es estúpida o qué?!—exclamo con frustración al entrar a la sala de estar y ver a Alex en el suelo en una pose demasiado dramática y exagerada como para que sea real.

—Ya, déjale su tiempo a la reina del drama —farfulla Drake, con su mano hace un gesto para restarle importancia.

—Llamando la atención como siempre —Britanny, la nueva integrante de la casa arruga su nariz y se cruza de brazos. Si eso no es resentimiento, díganme que es. Logan alza a Alex del suelo y la lleva hacia uno de los sillones. Puedo jurar que guiño un ojo.

La pelirroja pisotea el suelo con sus tacones molesta de que hayamos dejado de ayudarla para prestarle atención a Alex. La misma Britanny Nelson de siempre, la misma que siempre conoceremos.

Dejamos a Alex "inconsciente" y continuamos ayudando a Britanny con las cajas hacia su nueva habitación la cual que está al lado de la nueva habitación de Ashley. Son dos habitaciones pequeñas, que honestamente, nadie les prestaba atención antes de esto. Las usábamos para guardar cosas inútiles como una pelota inflable gigante y una bici fija para cuando alguno se sentía con ganas de sentarse, pedalear y no llegar a ningún lado.

Increíble cómo cambian las cosas en tan poco tiempo. Han dado vuelta la vida de todos con tal solo mudarse aquí. Con Ashley no tengo problemas, la pequeña es tan adorable que por mí, puede dormir hasta en mi cama. ¿Britanny? Oh, ese parte del combo es la más fea.

Me canso de ayudar a mover sus cosas y bajo para la cocina. Tengo sed. Abro el refrigerador y observo las botellas de agua y luego una botella pequeña de cerveza que ha sido olvidada en el transcurso de este fin de semana. Ya que. Le quito la tapa metálica con ayuda de un cuchillo, me siento en una de las banquetas de la isla de la cocina y le doy un tragó.

Luke llega a la cocina, a juzgar por su rostro, quiere escaparse de la locura de Britanny tal como yo.

—¿Eres consciente de que son las cuatro de la tarde?—eleva sus cejas al verme.

—Lo soy —respondo alzándome de hombros y vuelvo a beber.

Se ríe y niega con la cabeza. Se sienta a mi frente y deja un libro sobre la mesa. Lo observo de reojo y lo acerco hacia mí. Leo entre luces violetas y amarillas, "Champion" de Marie Lu.

—¿Cómo va? —le pregunto señalando el libro. Es necesario para mi bienestar que me anticipe de la catástrofe que se me viene encima si el libro termina mal o uno de sus personajes favoritos muere. No es fácil ser el mejor amigo de Luke McQueen, como no debe ser fácil ser mi mejor amigo. Entre nosotros nos entendemos mejor que nadie.

—Nada bien, a decir verdad. —revela frustrado y golpea el libro contra el mármol. ¿Cuándo uno de los libros que lee va "bien"? Debería considerar seriamente cambiar su mentalidad a la hora de comprarlos.

—¿Te tendré esta noche golpeando cosas?—pregunto riendo al ver que su separador marcaba que le quedaban unas quizás, cien páginas. Eso para Luke es como leer un poema.

—Probablemente.

—¿Cómo van las cosas con Alex?—le pregunto interesado. No habíamos tenido tiempo de hablarlo aun.

—Completamente genial, ¿Sabes? Tiene un novio, que probablemente es cien veces mejor que yo, ahora piensa que no me gusta y para rematar fingirá ser mi novia por una noche y eso apesta —pasa una mano por su cabello castaño y lo desordena.

—Supongo que mal —concluyo arrepintiéndome de haber mencionado el tema, no es lindo cuando Luke sufre por este tipo de cosas. Drake, bueno está bien, Shane lo supera muy fácil, pero ¿Luke? Oh, Luke es un dilema.

Siente mucho y se deja llevar por sus sentimientos muy rápido. La culpa que siento yo, Luke la siente el doble, la angustia, la alegría y todas las otras emociones también.

—Y lo que más me dolió fue decirle que ella no me importaba por el idiota de Drake —masculla.

—Así de complicado es el amor, por eso nunca me enamorare —alzo mi botella a manera de brindis y le guiño un ojo. Tomo un sorbo.

—Cameron, ¿recuerdas a Katherine? —inquiere en un tono que me sugiere que se ha olvidado de Alex. Casi me ahogo. Me atrapó —. ¿Crees que nadie oyó como le suplicabas a Alex?

—¿¡Hablas enserio?! ¿Quién más me escucho? —exclamo avergonzado. Quiero guardar mi gran flechazo por la chica que me odia mientras pueda. La gente no puede saber que Cameron Holt, el chico que nunca es rechazado, fue rechazado.

—Creo que Sean lo tiene en Blue Ray —se encoje de hombros burlón. Gruño—. Fue taaan tierno.

Pongo mis ojos en blanco.

—Aun así, Alex no ha hecho demasiado.

—Oh, vamos. Tienes que entenderla, está pasando por un momento... Intenso.

¿Cómo puede ser tan bueno y comprensivo con la chica que lo rechazó? Si todos fuésemos como él...

—Solo espero que Kath me perdone —confieso. Tengo miedo de que no lo haga y yo termine con un arrepentimiento de por vida. Me pasa por imbécil y lo tengo bien merecido, eso sí.

—Lo hará —me asegura pero sé que Luke me está diciendo lo que quiero oír.

***


NARRA ALEX FOSTER.

Ya ha pasado mucho tiempo. Sí, definitivamente ha pasado mucho tiempo. Pero eh, por lo menos ha sido una buena siesta. Me reincorporo en el sofá y observo a mí alrededor. Las cajas han desaparecido y ya no estorban como antes. Sin embargo, no veo a nadie.

—¡¿Hola?! —vocifero en busca de una respuesta.

—¡Hola! —exclama una voz chillona desde las escaleras.

Ah, Britanny.

La madera suena a medida que unos tacones pisan fuerte. Elevo la mirada para observar a la pelirroja bajar las escaleras con una sonrisa tonta en el rostro. ¿Por qué estar aquí la pone de buen humor? ¿Es que nadie le ha dicho los letales que son los pedos de Cameron?

—Mhh, hola —murmuro.

—¡Qué bien que hayas despertado! —estira una sonrisa de emoción. Tengo que contenerme para que mi mandíbula no caiga al piso. ¿Britanny siendo amable? ¿Esto es un sueño?

—Sí que bien —murmuro. Me desperté, ¿y qué? No es una hazaña. ¿Acaso esperaba que no lo haga?

—Te prepare unos sándwiches, están en la cocina.

—¿Los envenenaste? —le pregunto automáticamente. Repito en mi cabeza sus palabras. Me ha preparado unos sándwiches, están en la cocina. Dificultosamente captado.

Rueda sus ojos.

—¿Cara de qué me ves, estúpida? —cuestiona con un gesto que lo dice todo. Oh, ahí está la Britanny sin corazón que todos conocemos. Un poco más y comenzaba a extrañarla—. Pensé que sería un lindo gesto, ya que ahora viviremos juntas, es mejor llevarnos bien —sonríe recuperando la compostura. Asiento, intentando asimilar la idea—. Como sea, iré a la casa de unas amigas. ¿Podrías cuidar a Ashley? Esta durmiendo en su habitación y ya ha comido. No demoraré, pero por las dudas.

—Sí, claro —murmuro aún confundida.

Ash está dormida. ¿Qué mal puede hacer un bebé de un año?

La despido y se va por la puerta, cerrando tras ella. Me levanto del sofá sintiendo un dolor en el cuello. ¿Demasiado era pedir que me dejaran en el bueno?

Recuerdo los sándwiches que dejó Britanny. No me hago muchas emociones en el trayecto, seguramente son de queso y con un pan libre de gluten o una de esas cosas que ahora tanto están de moda.

En la casa reina el silencio, tanto que parece perturbador. Falta ese to...

—¡LOGAN HA LLEGADO! —se oye un estruendo desde la puerta.

Ese toque.

Giro sobre mis talones para ir a la entrada.

—Cállate, tonto. Cameron también llegó —el moreno empuja a mi mejor amigo con un movimiento de caderas.

—¿De donde vienen?

—Maldición, casi sueño con que te quedaras dormida para siempre —Shane pone una mueca.

Solo son ellos tres, pero son los tres más ruidosos y escandalosos de toda la casa.

—Fuimos a comprar unas cosas. —Contesta Cameron esbozando una sonrisa picara—. ¡Johnny!

Un chico, que aparenta unos veinte y tantos, aparece en la puerta. Es alto, pero no tanto como Cameron, tiene el cabello color rubio ceniza y ojos cafés. Para variar, es un tipo alto y flaco como palo. ¿Lo han comprado?

—Venga, Johnny. Trae las cosas —Logan palmea su hombro como si fuesen viejos amigos.

Este asiente con la cabeza y se va por donde vino. Miro a los tres problemáticos con mis ojos entrecerrados.

Vuelve con la ayuda de otro hombre más, este siendo ya, mayor que Johnny. Cargan en carritos verticales, tres cajas cada uno. Las dejan en el suelo y retroceden. Logan se acerca a firmarles una planilla y pronto se han ido.

—¿Qué es esto? —pregunto observando las cajas marrones y selladas, lo cual no me decían mucho. Aunque viniendo de ellos, puedo esperarme cualquier cosa.

—Hemos hecho el papel de tíos mal —habla Shane abriendo una de las cajas tras cortar la cinta adhesiva que la cubría—. Vamos a recompensarlo todo.

Me inclino para ver el interior. Muñecas, balones, ropa de bebé, vasos con dibujos, autitos de carreras y muchos más juguetes se encuentran en tan solo la primera caja.

Suelto un suspiro de admiración. Me parece tan tierno que hayan tenido ese detalle.

—¿Dónde está? —pregunta Logan.

—¿Quién?

—Ashley, mi pequeña preciosa, ¿quién más?

Bien, tienen todo el derecho a llamarme estúpida, pero me siento celosa. Celosa de que ahora Ash será la niña de la casa y mi reinado de mimos y regalos se ha acabado. De todas formas, sigo molesta con ella por el mensaje que le envió a Luke.

—Ehm... Arriba, durmiendo.

—¿La podrías traer? —inquiere Shane abriendo las otras cajas.

—Bien —mascullo poniendo mis ojos en blanco. No pienso esconder mi furia.

Subo los escalones de dos en dos, mientras recuerdo a los sándwiches en la heladera. Ya los he perdido, Cameron es un tragón olímpico.

Entro a la habitación de mi pequeña sobrina. Las paredes son de color rosa chillón que te provoca mareos, pero claro, fue elegido por Britanny. En el centro hay una cuna color blanco, cuadros con fotografías de Ashley cuando recién había nacido decoran las paredes, era obvio que su madre mando a hacerle sesión fotográfica apenas nació. Su armario, esta lleno de ropa. Literalmente, lleno. Se nota a kilómetros que es hija de Britanny Nelson.

—Pequeña Fosteeer —canto acercándome hacia donde supuestamente Ashley duerme.

¿Supuestamente? Sí.

—¡ASHLEY NO ESTA!—grito sintiendo mi garganta arder.

Oigo fuertes pisadas viniendo a la habitación, en segundos, Cameron, Logan y Shane abren la puerta empujándose unos a otros.

—¡¿QUÉ?!—suelta Shane. Señalo con mis manos la cuna donde Britanny me había dicho que estaba.

Comienzo a entrar en pánico. ¡Drake y Britanny me van a matar!

—No, esto debe ser una broma—aclara Logan llegando a mi lado. Me mira como diciendo "Tú le has hecho algo por celosa". Niego con la cabeza.

—Quizá... Quizá esté bajo la cuna. —balbuceo buscando alguna señal por la habitación

Logan me mira incrédulo, a lo que me alzo de hombros. Me mira por unos momentos y frunce el ceño, sin poder resistirse, se tira al suelo para comprobar mi teoría.

Los tengo en la palma de mi mano.

—¿Está ahí, Logan? —pregunta Shane sarcásticamente.

—No, pero fíjense del otro lado, hay una almohada.

Rodeo la cuna de Ashley y compruebo que Log tiene razón, una almohada descansa en el suelo.

—¿Creen que la tiró y bajó por ahí? —inquiere Cameron agachándose en la escena del crimen.

—Es la hija de Britanny, no de Einstein.

Shane me lanza una mirada acusadora.

—No puede ser, tan solo tiene un año. —Habla Logan y se cruza de brazos. Todos estamos demasiados tranquilos para lo que realmente deberíamos estar.

—Como sea, hay que encontrarla antes de que los demás lleguen —declaro Shane y todos asentimos.

—O llamamos a la policía. —agrega Logan alzándose de hombros.

—Déjame decirte que reportar a una persona perdida es todo un trámite.

—¿Alguna vez lo hiciste? —inquiere Cameron juntando sus cejas mientras me observa.

—Tal vez...—murmuro ladeando mi cabeza—. ¡Pero ese no es el tema, vamos a encontrar a esa niña!

Los tres asienten. Me dedico a escanear la con la mirada la habitación. Miles de probabilidades pasan por mi mente. ¿Secuestro, muerte, huida, Britanny me engañó para luego decirles que yo perdí el bebe? Es probable. Muy, probable.

—¡Chicos! —los llamo cuando algo llama mi atención

—¿Qué? —pregunta Logan bruscamente entrando. Al parecer, no hubo mucho éxito buscando en otras habitaciones.

—Miren, la ventana está abierta —apunto creyéndome detective—. Y los cajones de su cómoda están abiertos y llevan a la ventana.

—No creen que... Haya cometido suicidio ¿Verdad?

La pregunta tan estúpida de Cameron termina por sorprenderme. Y sorprenderme ante una cosa tan tonta con ellos ya me parecía extraño. Los bebés no se suicidan.

Me asomo a la ventana. Dejo escapar un suspiro de frustración.

—El puto trampolín de Sean está ahí abajo, perfecto para que ella salte y caiga en el.

—¿Seguros que tiene un año? —murmura Logan a nadie en particular mientras mira por la ventana. Va a ser toda una problemática cuando crezca. La sangre Foster corre por sus venas, indica solo problemas.

—¿Nunca viste "La Huérfana"? —Shane decide bromear. Siempre pero siempre aligerando el ambiente.

—¡Cállate idiota! —lo golpeo en el hombro provocando que se tambaleara un poco—. ¡Tuve pesadillas tres días seguidos!

Él me enseña su lengua.

—Como sea —pone un fin Cameron—. Hay que buscarla.

Los cuatros salimos de la habitación, caminamos por el largo y ancho pasillo hasta llegar a las escaleras. Al bajar las mismas, salimos al patio trasero. A simple vista, no hay rastro del bebe.

—¡Ashleeey! —vocifero en un intento porque se asome por las plantas y me conteste "aquí estoy".

Reviso la pileta, a la cual, el martes vendrán a cubrirla ya que la bebe podría caerse. No hay rastros de ella por suerte. Finalmente, me acerco al trampolín de Sean que no deja que nadie toque, pero todos lo hacemos cuando él no está.

—¡Chicos! —los llamo extendiendo mi brazo para alcanzarla—. Mira, una media.

El pequeño calcetín rosa le pertenece a Ashley.

—Debemos apresurarnos, no debe estar muy lejos —murmura Shane.

Asiento con tranquilidad pero por mi cabeza hay un torbellino. Diablos, diablos y más mierda es lo único en lo que pienso. ¿¡QUÉ SI LA PERDEMOS PARA SIEMPRE!?

Ashley podrá tener nombre de fresa, tener una madre que me cae mal, casi joderme la relación con Travis, pero tampoco le deseo todo esto.

—¡POR DIOS, YA LA PERDIMOS! —llora Logan desde el otro extremo del patio—. ¡NO VA A APARECER, DRAKE NOS MATARÁ! ¡YO TENGO SUEÑOS POR CUMPLIR AUN!

—¡Cállate! La encontraremos —Cameron intenta sonar positivo.

—Repítelo hasta creértelo —murmuro por lo bajo. Me mira mal. Luego de otros minutos de búsqueda, hablo: — Hay que superarlo, no está. Vamos adentro, tengo sándwiches esperadme.

—Debe estar en la casa del vecino —sugiere Shane.

—¿Del arrugado Peyton? —inquiere Logan. Frunzo el ceño, no conozco al vecino aún. Él parece notarlo porque me explica—. Es un viejo, estúpido, amargado y asocial. Dudo que este con Ashley. Y del otro lado solo hay un terreno sin ocupar.

Mejor hagamos esto rápido. Estando al lado de la cerca, aprovecho para treparla y saltar. Aterrizo en un césped muerto y arrugo mi nariz al observar el panorama.

—Iugh, peor de lo que recordaba —dice Shane con una mueca.

El jardín es tan grande como el nuestro, solo que se nota que no lo riegan hace un par de meses o siglos por su color amarillento. Un montón de mesas, sillas y acumulación de cosas que no funcionan o que son inútiles estaban esparcidas en todos lados. Parece escenario de película de terror.

—Solo busquemos a la bebé —murmuro asqueada. Todos asienten. Damos con la única puerta que vemos, la de la cocina. Intento abrirla, pero no lo hace—. Abre, Cameron.

—¿Por qué yo?—protesta.

—Porque parece estar atascada.

—Pero Shane lo puede hacer... —

—¡Cameron! —exclamo exasperada. Si Ashley está ahí... Oh mierda.

—No, yo no —se echa hacia atrás con una mueca.

Pongo mis ojos en blanco y empujo la puerta con todas mis fuerzas, esta termina cediendo.

—Entren —ordeno con una mirada autoritaria.

—No, yo no —repite Cameron.

Empujo a los tres para que pasen primero y yo lo hago después de ellos.

La cocina está limpia, podría decirse. Sin embargo, su aspecto de los años ochenta hace que de miedo. Además, tiene platos con caras de mujeres colgados en toda la pared izquierda y muchas bananas en la mesa.

—¿Qué rayos le sucede a este hombre? —Logan pone una mueca de terror.

—¿¡QUIÉN ANDA AHI?!—una voz vieja, gruesa y rasposa hace que mis pelos se pongan de punta—. ¡TENGO EL BATE QUE USO TIMMY MILTON EN EL 79 Y NO TENGO MIEDO A USARLO!

Créame, nosotros tenemos más miedo.

Un anciano enano, lleno de arrugas y calvo aparece en la puerta de la cocina. Y no mentía, trae un bate de béisbol. Lo agarra con fuerzas.

—Ahg, ustedes —bufa bajando el bate.

—Bu... Bue... Buenos días —balbucea Logan, aún asustado.

—Ya son como las siete, buenas tardes. —le corrige el viejo. ¿Será que hará buena pareja con la señora Podds?—. ¿Qué hacen en mi cocina?

—No... Noso...—

—Estamos buscando a una niña, de un año, pelirroja de ojos marrones. ¿La ha visto? —pregunto rápidamente al ver que Logan no iba a llegar a ningún lado.

—¿Y tú quién eres? —Pregunto.

—Soy Alex. Pero eso no importa, ¿Vio a la niña?

—¿La niña? —se pregunta a si mismo tocándose en mentón con sus dos dedos—. ¿Que niña? ¡Ah, Daisy! No, no está.

¿Quién se supone que es Daisy?

—Mire, viejo demacrado adicto al viagra —Cameron pone una cara de perro enojado y se acerca amenazante al señor Peyton. Me coloco entre los dos antes de que ocasione problemas.

—Usted la ha visto, ¿verdad? —inquiero elevando mis cejas.

—¿A la bebé en la sala de estar? ¡Claro que no!

Lo hago a un lado y abandono la rara cocina para adentrarme a la casa, aun más loca y extraña. Sin embargo, eso es lo menos que me preocupa ahora.

¿Qué le habrá hecho este idiota a Ashley?

Me paralizo al verla, esto es lo último que mi mente proyectaba en el camino hasta la sala de estar. Ashely esta en el sofá más grande, rodeaba de mantas rosadas mientras duerme plácidamente.

—¿¡QUÉ LE HIZO!?—grito logrando que Ash despierte—. ¿¡La drogó?!

—No—El viejo Peyton aparece junto a los chicos—. Le di de comer, jugamos un poco y luego se durmió. Es buena oyente —al ver como lo miro, agrega—. No miento. Fue agradable tener compañía después de tantos años. Ya pueden llevársela.

Asiento, sin mucho más para decir. De repente me siento mal por haberlo juzgado así.

—Gracias —respondo. Cameron y Shane me envían miradas de sorpresa—. Y lo siento.

El señor asiente como si todo estuviese disculpado. Vuelvo mi atención a Ashley cuando estira sus manos-

—Alec —me llama Ashley. La tomo en mis brazos.

—Vamos a casa.


***

N/A'

Esto fue tan capitulo de relleno y pido perdon.

Pero esta semana empece las clases y fue un cambio muy brusco, ya le estoy agarrando el ritmo.

Edit 2022: qué empecé? preescolar?

Por eso decidi que los dias de actualización van a ser los dias Lunes. Asi para alegrarles un poco la semana.

edit 2022: aww aca empezaron mis #lunesdeproblemas que después se convirtieron en #lunesdeheartbreakers y finalmente en #lunesdesecretos 


En el proximo capitulo, la cita con June...

Nos vemos el Lunes, pimpollos❤


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