Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

17. Una cita poco convencional.


El viento da de lleno mi cara y disfruto la extraña sensación que no sentía hace un largo tiempo, esa sensación de cierta libertad, pues hacia tanto que no montaba una moto que casi olvido lo que se siente. Y créanme, no quiero olvidarme... Tengo mis brazos aferrados a el torso de Travis, lo cual al principio me hizo sentir un poco incomoda pero me acostumbré al tiempo.

El trayecto se esta volviendo extrañamente largo y si bien me pase más de la mitad de este con los ojos cerrados, los abro cuando veo hacia donde estamos yendo. Me sorprende y bastante. Estábamos por la costa, lo que me permitía tener una privilegiada vista al océano y cada vez nos acercábamos más a las casas de la alta sociedad de Los Ángeles.

No logro captar a donde me está llevando, de seguro esto nos queda de pasada. No obstante, Travis comienza a disminuir la velocidad y me permite apreciar el silencio que hay en la zona. Todas las casas —no sé si llamarlas así o "mansiones"— son de muy buen porte, elegantes y excéntricas. Césped bien podado, apariencia de limpio y sofisticado. El tipo de casa en la que solía vivir en Londres cuando tenía cuatro años, antes de que todo se fuera a la mierda. Damos vuelta por una gran fuente de agua y nos internamos bosque casi escondido, por el final, los altos árboles con sus grandes copas, tapan un poco la entrada del sol, pero se puede apreciar muy bien la vista.

¿A dónde nos dirigimos?

—¡Travis! —lo llamo—. ¿A dónde estamos yendo?

—Sólo disfruta el viaje hermosa, pronto llegaremos —es lo único que dice, bueno gracias por la información, eh. Aunque bueno, no estaba de sobra decirlo, el "hermosa" me derritió Asiento y hago lo que me dice, disfruto el viaje que viene incluido en el paquete de "abraza a Travis y disfruta las vistas"

No pasa mucho tiempo hasta que estaciona su moto frente a un hermoso y extenso lago. Que no había visto antes debido a mi limitada visión de izquierda-derecha. Me quedo con la boca abierta mientras observo la preciosidad que se extiende en frente mío. Esto sí que es digno de portarretrato.

—Es increíble —digo bajándome  de la moto sin esperar a Travis y asomándome a la orilla para ver mejor.

—Sabía que te gustaría —volteo unos instantes y lo veo sonreír mientras me mira—. El lago siempre está muy solitario ya que... Bueno, muchos no saben llegar o no saben su existencia.

Observo con detenimiento el fantástico lugar que me rodeaba, la manera en la que los grandes pinos envolvían el cristalino lago dándole una sensación de soledad que estaba empezando a amar. Generalmente eso era lo malo de lugares como estos, siempre llenos de gente, no se puede apreciar un momento a solas y en silencio.

—Pero eso no es todo —agrega a mis espaldas cuando ya comienzo a aburrirme de la vista, uhm, a mi defensa, las cosas me pasan rápido.

Me giro con las cejas alzadas, listo para cualquier cosa que esté dispuesto a ofrecer. Deja de apoyarse en su moto y dejando los cascos a un lado, se acerca a mí.

—Sígueme —dice mientras toma de mi mano. El tacto entre nuestras manos provoca algo raro en mi, algo inusual que nunca había experimentado antes.

Travis me guía por los arboles y las hojas que adornan el suelo. El constante "crunch" de nuestras zapatillas chocar contra estas era muy ruidoso. Travis se detiene y es cuando creo que algo está mal, no hay absolutamente nada a nuestro alrededor excepto... nada.

—No entiendo...

—Mira hacia arriba—solo dice eso. Una orden bastante tentadora. Elevo mi cabeza y parpadeo un par de veces al notar el haz de luz que entra por entre las hojas y cuando mi vista se acostumbra lo veo. Es una casita de madera en la copa del gigantesco árbol. Es la primera vez que veo una en vivo y en directo. Mis ojos se iluminan de la emoción.

—Oh por Dios... ¡Siempre soñé con tener una!

—Mis hermanos y yo decidimos construirla cuando éramos niños pero con el tiempo la dejamos de usar. Aunque cada tanto vengo, es un lugar muy agradable —explica mientras observamos la casa de madera. Mi mente no puede evitar imaginarse a un Travis de niño jugando por el mismo lugar en el que estoy parada. Sin motos o chaquetas de cuero, simplemente un niño siendo feliz y libre de preocupaciones.

Damos la vuelta al árbol, donde puedo ver una vieja y gastada escalera con trozos de madera atados a una soga. Eso definitivamente podría romperse en cualquier momento.

—Divas primero—me dice Travis haciéndose a un lado, incitando a que suba.

—Gracias, Travesti—le digo un poco cansada de que me diga "diva" y a subo las escaleras

—Estoy ciento quince por ciento seguro de que no soy travesti—contradice desde abajo.

Aunque creo que con ese tono estaba dudando de sí mismo. Sí, sin duda dudaba.  Sonrío aun así, sabiendo que él no me ve. El árbol no es muy alto, así que cuando termino de subir, me meto por la entrada Espero encontrarme el lugar todo sucio y lleno de tierra ya que según Travis, no viene hace tiempo pero en vez de eso, me encuentro a una canasta de mimbre sobre un mantel naranja chillón. Me doy tiempo para observar el lugar, no era para nada grande aunque entro cómodamente sentada. Las paredes están pintada por, lo que parecen ser niños de cinco años y había un par de fotografías pegadas.

—Bienvenida a mi humilde morada—dice Travis extendiendo los brazos apenas llega—Pero... Uff, huele a mierda aquí.

Pone una mueca y me río.

— Se nota, pero no importa —me alzo de hombros.

—Por favor, damisela, toma asiento —dice en su tono de voz más formal. Su mejor esfuerzo, cabe aclarar.

—Sera un honor... Damiselo.

—¿Damiselo? En serio Alex, ¿En qué rayos piensas cuando inventas apodos? —

—Ya, déjame en paz, caballero —me corrijo sintiéndome orgullosa.

Me muevo hasta que quedamos sentados uno al frente del otro sobre el mantel naranja. En el medio, la canasta y a decir verdad, me moría de curiosidad de saber que hay en ella.

—A ver, que tenemos...—digo trayendo hacia mí la canasta cuando veo que Travis no pensaba moverla.

La abro con cuidado y la primera impresión es un montón de cosas apiladas cuidadosamente.

—Tenemos... Jugo de frutas —a medida que sacos las cosas voy poniéndolas en el mantel—.Vasos, uvas, una... Banana, okey, manzanas, oh Jesús, pastel de chocolate, sándwiches y... Vodka. ¿Vodka?

—Ian —masculla por lo bajo como si estuviera enojado, pero al mismo tiempo divertido.

—¿Quién es Ian?

—Mi hermano mayor—responde al instante quitando la mirada de la bebida—. Le pedí que dejara todo aquí hace unos minutos y el muy estúpido puso esto...

Todo Los Ángeles sabía que Travis O'Connell no es ningún santo, no sé porque finge que le afecta una botella de vodka.

—Tranquilo —le guiño un ojo provocativamente. Resulta que todo Londres sabía que Alex Foster no es ninguna santa—.  Utilizaremos ese vodka.

—Pareces más tuerta que sexy cuando guiñas un ojo —gracias por arruinar mi momento.

Ahogo un grito  y me toco el pecho fingiendo estar ofendida. Se ríe.

—Ya, empecemos con este picnic—digo hambrienta El día de hoy había sido estresante y lo único que quería era comer. Tomo la canasta y pongo lejos de nosotros.

—Oh, mira nota —me percato del post it que está pegado en el tupper con sándwiches—. Por favor Travis, no quiero sobrinos aun. Te quiere, Ian.

—Dios mío, ese chico es un caso perdido —comenta Travis riendo.

Empezamos con el jugo y la torta, la torta esta hecha por su mamá según Travis y diablos, esa mujer es una maga. Luego de eso, mientras comemos las uvas, charlamos de diversos temas como Brittany, mis siete compañeros de casa, mi vida en Londres, Alice, sus hermanos, y recordando cómo nos conocimos.

—Recuerdo que desconfiabas de mí —Travis juega con mi pelo. Ya nos habíamos desacomodado, él esta apoyado en una pared y yo con mi cabeza acostada en sus muslos—. Pero terminaste abrazándome en la playa.

—Estaba algo borracha —le recuerdo intentando excusarme—. Pero por alguna rara razón, confié en ti.

—Y está bien que confíes en mi Diva, siempre estaré para ti —sus palabras suenan sinceras, pero más que eso suenan serias y seguras.

—Palabras muy fuertes para no ser nada ¿No crees?

—¿Qué no somos nada?—ríe—.  ¿Y los besos y las palabras? ¿Solo conocidos?

—Está bien, somos algo —acepto recordando todo eso. A veces me parecía algo medio estúpido que todo tenga que oficializarse, creo que las acciones valen más que las palabras.

—Así me gusta —murmura cerca de mi rostro. Se acerca aún más y dejo un beso en mis labios.

No lo detuve para nada, es más comencé a bailar mis labios en los suyos. Sus labios —al principio— se movían con delicadeza y tiernamente, luego de unos momentos a lo que me gusta llamar "período de adaptación" todo se convirtió en algo brusco y salvaje.

La intensidad me obligo a sentarme y empezar a besarlo. Travis me toma por la cintura haciendo que nuestros cuerpos chocaran. Travis me deja en la dura madera y se sienta de horcajadas arriba de mí, haciéndome recordar hoy al mediodía, con Luke.

Mierda, olvídate de Luke.





***


Redes sociales:
•Instagram: hcandela_
•Twitter: isnotcandy

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro