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12. Histeria.


"Un gran error es arruinar el presente, recordando un pasado que ya no tiene futuro"


Apenas he subido al auto y ya tengo ganas de bajarme. Logan no deja de hablar y hablar muy emocionado por lo que ha pasado hace momentos. Quiero mantenerme borde pero a veces no puedo, hasta a mí se me escapa una sonrisita de idiota. He ganado.

—¡Y tú, "toma esa"! Y Britanny, "¿¡Quéeeee?!" —exclama con sus manos en el volante.

Me río sin poder evitarlo. Logan es de esos chicos que pueden crecer y madurar pero nunca abandonar su ser infantil. Siempre es bueno tener a alguien como él cerca, que te pueda recordar que por más problemas que haya, no hay que dejar de bromear con ellos.

—A veces pienso que tienes seis años, luego recuerdo que estuviste con mitad de la escuela y se me pasa—me giro a verlo.

—Que... ¿Linda? —intenta sonreír mientras gira para entrar al garaje.

—Sí, eso.

Bajamos del auto en silencio, al parecer fuimos los últimos en llegar. Han dejado la puerta abierta para nosotros así que mientras la puerta del garaje se cierra, nos metemos a la casa.

Mi celular vibra y esperando que sea un mensaje de Travis, lo saco rápidamente de mi bolsillo. Quiero bufar cuando veo que es de Hanna, pero me lo ahorro. No quiero preguntas. Su mensaje dice que tendría que quedarme el viernes, es decir mañana, para la primera junta oficial del consejo. ¿¡Después de clases!? Esto debe ser una maldita broma...

Ya me estoy arrepintiendo... Bueno, no.

Ignoro la punzante y amenazadora mirada de Sean mientras camino rumbo a las escaleras. Tatareo una canción para intentar relajarme y cuando estoy a punto de pisar el primer escalón, alguien tira de mi brazo.

Me preparo para cantarle las cuarenta a Sean, pero me sorprendo cuando veo a mi hermano. Tiene su cabello oscuro desordenado y me mira con cara de pocos amigos. ¿Ahora él también?

—Tenemos que hablar —dice como si no quisiera decirlo. Subo la mirada, buscando a Sean, pero están los seis sentados en los sillones de la sala de estar.

Suspiro y asiento con la cabeza. ¿Qué iba a hacer? ¿Correr? Aunque eso de escaparme de los problemas se me da bastante bien, esta no era la oportunidad. Además, aunque apesta problemas, no tenía la certeza de que era uno.

Me encuentro con que todos están algo serios, menos Logan. El cual les frunce el ceño a todos sin entender. Así que armaron un complot... Solo Sean se muestra enojado, los demás simplemente no sonríen.  Me siento en la mesa ratonera, bajo la mirada de todos. No podía creer que son expresiones serias y todo, podían seguir viéndose bien. Ya veo lo que les ven todas. Nadie se podría resistir, estoy más que segura que reciben miles de miradas a diario. Incluida la mía.

Pero esta vez siento como si fuese una niña y ellos mis padres.

—¿Dónde estuviste anoche?—pregunta mi hermano rompiendo mi burbuja de incertidumbre. Le lanzo una rápida mirada fulminante a Sean. Sabía que no demoraría en contarles, ni que fuésemos amigos.

—En casa —miento mirando a mi mellizo. 

—Ya escuchamos la mentira, ahora la verdad —me sorprende escuchar la decidida voz de Thomas al lado de mi hermano.

Los miro a todos con nerviosismo. ¿Qué se supone que debo hacer ahora? Nadie me preparó mentalmente para esto, nadie nunca me ha controlado en mi vida y que lo empiecen a hacer ahora cuando ya soy incorregible me enoja.  De todas formas, decido ir con la verdad. A juzgar por los rostros de los chicos, saben de sobra que sucedió, solo quieren escucharme diciéndolo.

—Bien —suspiro en rendición—. Estuve en una fiesta.

—¿Qué fiesta?—pregunta Logan intrigado, al parecer, Cameron ya lo había puesto a la corriente de la situación y adoptó el mismo rostro de los demás.

—¿Qué es esto, un puto interrogatorio? —pregunto perdiendo un poco las casillas. Me miran sorprendidos. Respira, Alex, respira. No tienen la culpa de nada...

—Una de por ahí...—respondo más calmada.

—¿Con quién fuiste?—pregunta Sean, claro que sabe la respuesta.

—¿Y eso que les inte...? —Me callo al darme cuenta de que no es la mejor contestación—. Con Abby Johnson.

Asienten.

—Quiero la verdad —Drake se pone firme—. ¿Cómo era tu vida en Londres?

Me quedo estupefacta. ¿Debería contarles lo que realmente pasó? Mi vida en Inglaterra no es algo que quiero olvidar, si no algo que quiero enterrar y no volver a hablar de ello. Me propuse cambiar y con la salida de ayer, no he dado ningún paso aunque he conocido a Travis, eso es bueno. Ellos me conocieron de una manera, la mejor versión de mí. Me da miedo que cuando les cuente todo, me juzguen, todos lo han hecho.  Me asusta que dejen de mirarme como lo han estado haciendo durante estas semanas. Estos idiotas enserio que me caen bien, logré adaptarme a ellos en poco tiempo y son muy graciosos aunque llevan personalidades diferentes. No quiero perderlos así, que me vean diferente por lo que me pasó. No soy así, ellos me conocieron verdaderamente y eso me gusta, hasta comencé a sentirme cómoda... Además, se me rompe el corazón si no les digo... Nah, ¿qué hablo? No se rompe nada. Pero...sí, me molesta ocultarles la verdad.

No es fácil dejar de ser alguien en tan poco tiempo. Siempre habrá algo de mi "viejo yo"  que quiere seguir reluciendo.

— Tendrás que ser un poco mas especifico, he vivido diecisiete años en Londres —intento sonreírle con diversión, pero estoy segura que solo salió una mueca.

—Alex, esto es muy importante —Sean interrumpe a mi hermano—. No cualquiera se anda vinculando con gente como Travis o Abby Johnson.

—Me cayeron bien ¿qué mas quieren saber?—bufo molesta. ¿Por quién los toman? Pueden que no sean perfectos, pero son divertidos, graciosos, algo bordes a veces pero no le quita el hecho que sean buenas personas. Estos chicos juzgan demasiado sin saber.

—Escucha —Luke nota la incomodidad que siento e intenta suavizar la mirada, cosa que agradezco internamente—. Necesitamos saber con quién estamos viviendo.

—Soy la hermana de Drake —contesto como si fuese la cosa más obvia del mundo además de que la lluvia puede mojarte.

—Sí, la hermana de Drake, de la cual ninguno de nosotros sabía hasta el día que llegaste —corrige Shane.

Los miro a todos, ¿Por qué es tan importante?

—Ni que fuese una asesina en serie —bufo.

Drake eleva una ceja y sus ojos me miran suplicantes. Suspiro y asiento.

—Yo les iba a contar todo esto —comienzo—. Pero cuando me sienta mas cómoda, ustedes me están presionando y solo quiero advertirles algo: No me pongo nada linda cuando cuento esta historia.

Asienten con impaciencia mientras intento ignorar todas las miradas curiosas e organizar mi cabeza.

—Cuando tenía doce, trece, mi madre, comenzó con problemas con el alcohol —mi hermano intenta no parecer sorprendido—. En realidad, ya los tenia —les resto importancia, me molesta la manera en que las personas me miran cada vez que cuento esto—.  Pero volvieron con intensidad luego de un tiempo. Se culpaba porque mi... Porque Michael, nos dejó. Recuerdo cuando era niña le prometía que él iba a volver para sacarnos de esta mierda, pero bueno, no volvió —la mirada que le doy a Drake puede prender fuego—.  A mi madre le diagnosticaron cáncer de pulmón cuando pensé que no podía fumar mas cigarrillos, me sentí una mierda cuando me lo dijo...Tenía casi quince para entonces —tomo una profunda respiración—. De casualidad, conocí a unas chicas Ana y Lexi, eran dos años mayor que yo pero no quita el hecho que me ayudaran mucho. Quizá no de la mejor manera pero funcionaba y era divertida —intento que una sonrisa no se escape de mis labios—. Me llevaron a bares, empecé a beber, vincularme con gente, algunos eran medio idiotas pero otros, como James y Seth eran bastantes buenos.

—No tendrías que haber hecho eso—dice mi hermano apenas me callo—. Ese camino no es el único.

—¿Crees que no lo es? —digo intentando controlar las ganas de matarlo—. ¡Pero no entiendes! ¡Ni tu ni nadie entiende! ¡Mientras tú tenías una vida genial, eras rico, tenías amigos, y te querían, yo tenía que lidiar con todo, con mi madre enferma diciéndome que me odiaba, con no poder adaptarme en ningún lado, con todo, joder! ¡Con lo que hacía, me podía olvidar aunque sea una noche, de la vida de mierda que llevaba! ¿¡Feliz?! Ya sabes la verdad—le espeto con furia y me levanto de la mesa, intentando regular mi respiración—. Cuando llegué, no te saqué en cara nada. Por más que me dolía saber como estabas viviendo aquí mientras yo me pudría en casa. No dije nada porque sé que no tienes la culpa de las decisiones que tomaron nuestros padres. Así que es injusto que tú estés haciendo esto. Juzgándome sin siquiera poder ponerte en mi lugar por dos segundos. 

No voy a llorar, no lloraré. Demasiadas lagrimas he derramado por este tema para seguir haciéndolo.  Drake me mira, intentando entenderme y algo sorprendido por mi arrebato de furia. Thomas intenta acercase a mí pero lo empujo.

—Déjenme sola ¿Sí? —pido más calmada, lo último que necesito era gritarle al resto, los cuales no tienen la culpa de nada.

Subo las escaleras rápidamente y cuando llego a mi habitación, la cierro con tanta fuerza que el estruendo es muy ruidoso ¿Por qué acepte venir aquí? Debería haber luchado más... Mi tía y yo éramos muy felices en Londres. Pero no, el idiota de mi padre tenía que venir a joderme la vida. Sé que la que había armado no era la más correcta, ni de cerca la mejor de todas, pero me sentía bien con ella. 

El fuego me quema hace tanto pero con el tiempo te acostumbras a su ardor.

¿Y ahora? ¡Pero miren ahora! Soy la estúpida vicepresidenta de una mierda, vivo en una casa con seis tipos que no me puedo tirar porque sé que algo mala pasara si hago eso, me llevo mal con mi padre, mi madre sigue muerta y mi tía no me ha llamado en días.

Suspiro y me pongo a pensar en que estarán haciendo los siete chicos abajo. Ahora saben mi verdad. ¿Qué harán con ella? Ya no me interesa.

Me siento abrumada de pensamientos y por más que de vueltas por la habitación, no parecen parar así que hago algo que hasta a mi me sorprende. Busco en mi mochila mis libros y me pongo hacer mis deberes. Que eran para ayer, pero nadie es perfecto. Además, al hombre de física casi se le sale una vena mientras me regañaba.

Termino y me doy cuenta de que literalmente, me he perdido en los números. Doy un gran suspiro cuando termino y alejo las hojas de mí. Esto es muy nuevo, he logrado descargarme sin ninguna bebida ardiente. Mi estomago ruge del hambre y decida a satisfacerlo, salgo de mi habitación

Llego a la sala de estar mucho más relajada.  No me importaba verlos, no soy una persona orgullosa ni rencorosa, solo que mi enojo dura.

Me sorprendo al encontrarlos en la misma posición de antes en los sillones. Logan y Shane cortan su conversación cuando me ven, Cameron tiene la mirada perdida en el suelo al igual que Luke, no soy capaz de ver a Drake y a Thomas ya que están de espaldas.

Ruedo mis ojos con fastidio, ignorándolos, me meto en la cocina. Veo que hay un plato con dos sándwiches que dicen: «Propiedad de Cameron. Tocar y te mato»

Que se joda, lo tomo sin cuidado y busco un plato para ponerlo. Me siento en la mesa de la cocina y en silencio lo cómo. Una pizca de culpa me agarra, después de todo no es mío. Pero repito, que se joda.

Cuando paso por la sala de estar para volver a mi habitación, donde espero no ser molestada, una voz me detiene.

—Alex —llama Cameron desde el sillón y se gira. Observo su rostro, parece estar apenado.

¿Qué hago? ¿Me doy la vuelta y hago como si nada hubiera pasado? No tengo ganas de disculpas ahora mismo.

—¿Sí?—pregunto.

Hay un momento de silencio en el que ninguno de los dos dice nada, yo espero su respuesta y al parecer los demás también porque nos miran curiosos.

—¿Ese es mi sándwich?

Tiene que estar jodiendo. Volteo furiosa para volver a mi habitación. Drake logra frenarme.

—¡Alex, espera! —exclama. Su tono se suaviza—. Nosotros... Lo sentimos. Te juzgamos mal.

Entrecierro mis ojos. Claro que me juzgaron mal, pero ¿lo dicen enserio o es porque saben que no quieren estar peleados conmigo?

—Yo... No sé qué decirles.

Tampoco que sea muy rencorosa.

—Nosotros te queremos —Luke parece tomar la iniciativa entre todos—. Pero no puedes culparnos por querer saber.

Asiento. No lo hicieron de la mejor manera, pero tienen razón.

—Chicos, no fue de la mejor manera y Drake tú...

—¡Alex!—me veo interrumpida por el grito de Logan, se para y viene corriendo a mí—. Drake no sabe lo que hace ¿Sí? Cuando nació primero el doctor lo tiro a la mierda cuando vio salir a esta belleza.

Pasa una mano suavemente por mi cabello y me mira como si fuese una joya preciosa aunque dudo que me asemeje a una.  Largo una carcajada.

—¿Nos perdonas?—pregunta Shane viendo que aflojé un poco mi postura.

Los miro a todos e intento entenderlos. Supongo que haría lo mismo si fuese ellos y con mi carácter, probablemente peor. Pero sé cuáles eran sus intenciones y aunque no me entendieron y quise golpear a Drake en la cabeza cuando me dijo que no era el único camino, creo que las entiendo. Además, esto de ir resentida con la gente no me va.

—Depende... —comienzo a jugar con ellos mientras los veo con diversión.

—¿Qué quieres? ¿Helado, una pizza quizás? —Cameron se levanta del sillón y camina hacia mi suplicante—. Todo menos mis cremas.

Frunzo el ceño al oír eso. ¿Sus cremas?

—Tengo una piel de la puta madre, Foster —dice con arrogancia.

Pongo mis ojos en blanco con diversión.

—Un helado no vendría mal —digo alzándome de hombros.

—¿Entonces, estamos perdonados? —me sorprende oír la voz de Sean.

—No creo que haya algo para perdonar —me sincero y en un parpadeo, los tengo a los siete ahogándome en abrazos.

Me tambaleo por su fuerza y caigo al suelo de espaldas. Ellos comienzan a reírse y quiero enojarme porque me tiraron pero en vez de eso, la risa parece querer salir más que mi enojo.

Luego de un rato, comienzo a quejarme por su peso. No parecían querer quitarse por más que amenazara a matarlos. ¿Pero que ya no me tienen miedo?  Al final, termino por sacármelos de encima y todos nos sentamos en el suelo.

—Enserio, Alex—dice Luke mirándome a los ojos—. Quiero que sepas que ahora estamos contigo, y que seremos tu familia. Pase lo que pase estaremos juntos.

Una sonrisa verdadera se me escapa pero termino cediendo. Se siente bien escuchar esas palabras.

—De ahora en mas, te amaremos para siempre. Tal y como eres. No nos importa nada más. —Logan me vuelve a abrazar.



***


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