Capítulo VI
Noviembre 13 de 1942
11 y 12 años.
La chica nueva, todos hablaban de un Ella y de la forma en como su piel tersa destacaba entre tantas pieles infantiles. ¿Por qué era tan interesante un Ella? ¿Qué tan especial podría ser como para que todos hablasen de ella? ¿Era igual de especial que Taehyung? ¿Lo sería como para llamar su atención también? ¿Por qué? ¿Por qué es tan especial?
¿Por qué Taehyung la miraba de aquella forma?
¿Por qué la miraba como si frente a un simple Ella encontró el universo entero?
¿Por qué un Ella y no un Él?
Jungkook solo observa con detenimiento como la sonrisa de Taehyung se extiende a medida que aquella niña le compartía de su lonchera, siendo Taehyung igual de colaborador a darle de probar también de su almuerzo. Por su parte, solo los observaba de lejos, con su codo apoyado en la mesa del comedor, con su barbilla recargada en su mano, la mirada simplemente confusa, buscando alguna respuesta al revuelo que hubo esta mañana solo por la presencia de un simple Ella.
Ella.
Ella.
Ella.
Solo Ella.
Como le disgustaba.
Su cabello castaño corto no le llegaba al hombro, podría confundirse con un niño por su falta de crecimiento, pero sus largas pestañas y mejillas rosas solo indicaban que era una niña. Su piel era muy pálida, bastante delgada, muy fina, delicada podría definir. Bastante baja para tener la misma edad de Taehyung, incluso la de él mismo. Los dedos de sus manos eran finos, uñas muy cuadradas. Sus aretes pequeños apenas y se notaban, por eso la confundió con un niño, pero si miras su uniforme con falda, la idea de que fuera niño desaparece de inmediato. Era.. bonita.
El suspiro largo que soltó solo fue el comienzo de su gran aburrimiento y seguramente tristeza, tal vez un poco de celos, porque ese Ella le había quitado la atención de quien más la necesitaba. Claramente esto era inconforme para él, que puesto a ser uno de los niños más lindos de la escuela, era uno de los más solitarios, con su única amistad que era Taehyung.
Taehyung, por su gran lado, sí tenía amigos, siempre trataba de conseguirlos, porque claro, quién no se haría amigo del encantador niño con sonrisa de corazón.
Era por eso que ella le estaba sonriendo de esa forma tan dulce, como si también hubiese encontrado la galaxia en los ojos de Taehyung, pero el problema era que esa galaxia la había descubierto primero Jungkook.
Jungkook miró su lonchera, seguía completa, con frutas dobles, bolitas de arroz: cuatro porciones grandes y dos cajitas de jugo. Y todo era porque Taehyung le había prometido almorzar juntos aquel especial día, nombrado así solo por un tonto juego, que desde entonces ha marcado esta fecha como especial.
Suponía que para Taehyung no era tan especial como Jungkook lo consideraba, de hecho, podría jurar que siquiera se acordaba. Se le veía feliz, tan natural, tan él, tan único.
¿Por qué su pecho se oprimía tanto? ¿Eran celos? ¿Eran esas sensaciones raras que hacían retorcer su estómago? No, claro que no, era algo más.
Era tristeza.
Se sentía triste, tan triste por no tenerlo a su lado, compartiendo con él como le había jurado por la garra de oso. Su mente, tan ocupada y obstruida por la imagen, su corazón, sintiéndose cada vez más pequeño, sus ojos brillantes opacandose con cada brillo ajeno, y su cuerpo sintiéndose frío, rígido de repente.
¿Querer a Kim Taehyung se sentía así de frío? ¿No se supone que querer era cálido? ¿No se suponía que todo esto debía ser lindo?
¿Por qué debería de serlo?
Solo eran amigos.
Amigos.
Amigos.
"Amigos."
《 "Me estoy riendo irónicamente de esto ahora, porque justamente en ese instante me di cuenta de la gravedad de esa simple palabra y todo lo que afectaba en mí, que de forma ignorante no comprendí el porqué del dolor en mi pecho y del como lo volvió frío con solo susurrar esas palabras.
Amigos, solo éramos amigos. Y estaba ese algo que no cuadraba en mi interior, que aún no comprendía que esas palabras desbordaron la creatividad de mi imaginación hasta hacerme recordar simples memorias que consideraba únicas que no pueden ser de amigos, pero yo, Jeon Jungkook ¿cómo tenía idea de ello?, ¿cómo podría comprender tan rápido que sus ojos brillantes y sus sonrisas puras no eran más allá que solo las que regala un amigo?
Siempre lo supe, siempre supe mi destino con Kim Taehyung, pero nunca abrí los ojos, y cuando lo hice, fue muy tarde." 》
Observó sus pies, estaban firmes en la tierra, la punta de estos se encontraba llena de un poco de tierra, le hubiese importado si no se encontrase de pie, con sus manos cruzadas en su pecho sosteniendo su lonchera, tratando de reprimir aquellas lágrimas que amenazaban en desbordarse. No quería llorar en la escuela y mucho menos a solo pasos de Taehyung. Quería llamar su atención, quería acercarse, tomar su mano y correr juntos detrás de la escuela, alejarlo de ese Ella, pero sabía que él se encontraba muy contento con su presencia.
"No me siento celoso" Fue lo que se dijo a sí mismo, fijando su mirada ahora en dirección a ella. "Solo me siento dolido" Y esta vez su mirada se fijó en Taehyung. Una sonrisa amarga se dibujó en sus pequeños labios. Con posterioridad se giró en sus talones y se marchó simplemente, entendiendo que no siempre Taehyung sería de él y que su cariño por su mejor amigo no era solo una amistad.
Jungkook lo sabía, más no lo asimilaba.
El mundo era muy pequeño, como los pasos cortos de Jungkook, que estrictamente caminaban alineados, sin ninguna separación, como un juego suyo para matar el tiempo, aquel que mucho le sobraba al haberse saltado una clase por el mero hecho de su tristeza. Le gustaba columpiarse. Y no era de menos que detrás de su escuela yacía un pequeño escondite que se ocultaba tras una pared con un gran agujero negro que nadie se atrevía a atravesar por lo que se pudieran encontrar al otro lado. Lo había descubierto él solo, un día bastante nublado cuando Taehyung faltó a la escuela por haberse resfriado, de lo contrario ya le hubiese contado. No fue hace mucho que lo notó, pero se comprometió en mantenerlo limpio para cuando se sintiese listo para enseñárselo a Taehyung.
Como se supone que seria aquel especial día.
Fue agotador llevar un neumático averiado al escondite y colgarlo a unas cuerdas en aquel frondoso árbol que muy deteriorado estaba, y obviamente se mantuvo al tanto con él. Era inexperto en cuidados sobre las plantas, pero muy perfeccionista si se lo preguntan, así que no le costaba para nada reparar un lugar que sabía perfectamente que a Taehyung le encantaría.
"Taehyung" su nombre sonaba en su cabeza con ecos suaves que bailaban con la tristeza de su corazón. No estaba celoso, eso era claro. Solo se sentía tal vez decepcionado del poco esfuerzo que Taehyung a veces intercalaba en su amistad. Tal vez es erróneo lo que piensa, porque solo fue hoy el desinterés de Taehyung hacia Jungkook. Taehyung era muy despistado, tal vez no notó su presencia o tal vez la cuestión era que simplemente no recordaba su fecha especial.
Que triste se sentía su corazón.
Para Jungkook cada día era un nuevo descubrimiento. Se conocía a sí mismo al pasar de los días. Cambiaba de gustos todo el tiempo y a veces le gustaba lo que detestaba con anterioridad, algo que a veces no comprendia pero lo disfrutaba porque era parte de sí mismo. Ahora con sus emociones se sentía inconforme, porque a veces no comprendia ninguno de ellos, pero su estómago realmente pagaba las consecuencias de sus malas emociones: como hoy.
Aquella rama sirvió como cuchilla para comenzar a podar el pasto seco y viejo, comenzando así una tarde llena de arreglos a un lugar maravillosamente triste, solo le faltaba color, un brillo, una estrella; le faltaba un Jeon Jungkook que lo salvase.
Y cuando el resultado estuvo a su vista, no hizo más que sonreír encantado por un lugar que con anterioridad era una cueva, donde nadie se acercaba por el simple hecho a temer. Pero ahora.. era un lugar mágico donde quería permanecer el resto de su vida. El neumático como columpio en medio de aquel árbol se llevaba la primera impresión, era inevitable no querer subir a el y sentir la brisa en tu rostro con cada columpiada.
"Le encantará" fue lo primero que pensó, andando alegremente fuera del escondite cuando el timbre de salida sonó. Rápidamente corrió en dirección a su aula, donde seguramente Taehyung saldría en su búsqueda, la idea le emocionaba. Necesitaba que Taehyung supiera del lugar, quería columpiarlo y escuchar su risa.
Le encantaba su risa.
La emoción palpable en su pecho, le sacudía el corazón con un cosquilleo que se derretía en su estómago y despertaba una sensación divina. La sonrisa en su rostro adornaba sus fracciones inocentes. El pequeño aire tras correr peinaba su flequillo y sin duda sus pies no paraban de correr. Sus manos se agitaban en sus costados y sus manos echas puños lo incitaban a correr más rápido, sin dejar de imaginarse aquella galaxia en los ojos de Taehyung.
Su Taehyung.
Sus pies se tensaron cuando se detuvo abruptamente, su sonrisa se desvaneció lentamente y su ceño se volvió a fruncir de una manera que llegó a doler. ¿Por qué Taehyung seguía con ella? ¿De verdad no había notado su ausencia? La pregunta se quedó en el aire, un eco de dolor y confusión que resonaba en su cabeza.
De nuevo, sintió algo en su estómago, esa sensación de que algo no estaba bien en sí mismo, en Taehyung, en su amistad, como si algo se estuviera desprendiendo.
¿Se sentía reemplazado? Abandonado tal vez.
"No estoy celoso, solo un poco.."
No.. tampoco sabía cómo llamarle a ese sentimiento que le estrujaba el estómago. De pronto, sintió su pecho arder y la yema de sus dedos encogerse, volverse tensas. El sudor comenzó a bajar por su cien y la inquietud en sus pies lo obligaron a correr en dirección contraria. Era como si su cuerpo estuviera tratando de escapar de algo que no podía ver, algo que no podía explicar. La ansiedad se apoderó de él, una sensación de pánico que lo envolvía por completo. Su respiración se volvió agitada, sus pulmones se sentían como si estuvieran atrapados en una trampa. No podía parar de correr, no podía parar de sentir ese miedo que lo consumía por dentro. ¿Qué era lo que lo estaba persiguiendo? ¿Qué era lo que lo estaba haciendo sentir así? La incertidumbre era abrumadora, y él no sabía cómo escapar de ella.
¿Por qué aquella escena la había afectado tanto? Suponía que era normal los besos en la mejilla de despedida entre amigos..
¿Pero entre Taehyung y ella era normal?
¿Para una mujer y un hombre era normal?
Para él no era extraño cuando Taehyung o él lo hacían, pero ahora le resultaba tan molesto, tan.. prohibido.
Taehyung era prohibido para todos, menos para él, porque ambos tenían su propia forma de apoyarse, su propia forma de quererse, y el que él le esté regalando este afecto a alguien más se siente como una traición.
Su corazón se llena de ansiedad, hasta el punto donde se aferra a la tela de metal que cubre cada esquina de la escuela. Lleva su mano derecha a su pecho y en el proceso su uniforme se arruga bajo sus dedos. Su respiración hiperventila y le asusta el hecho de quedarse sin aire, sin su único amigo, sin su cariño, sin él mismo.
¿Qué le sucedía?
Jungkook no tenía idea, pero estaba descubriendo por primera vez la ansiedad, la cual carcomía sus huesos y los volvía pólvora.
Ella.
Un Ella.
Un Ella le había arrebatado su galaxia entera.
—¿No crees que es genial?
—¿Quién?
—Joonsell.
Jungkook se abstuvo de rodar los ojos.
—Es solo una niña.
—¡Es una gran niña! No te imaginas, fui a su casa y su hermano tiene una rampa de autos gigantes.
—¿Fuiste a su casa? ¿Cuándo? — Jungkook para en seco su andar y mira a Taehyung con el ceño fruncido.
—¿No te dije? ¡Waah, se me olvidó! — también paró, mirandolo con vergüenza.
—Ultimamente todo se te olvida. Estás más despistado que de costumbre. — volvió a caminar, bastante obstinado con el tema.
—¿Tú crees? Supongo que es por la llegada de Joon. — se escuchaba soñado, como si realmente le hiciera bastante bien la llegada de ella, como un nuevo cambio a su pequeño mundo.
Jungkook enarca una ceja.
—¿Desde cuándo te crees amigo de ella?
—¿Creerme? Realmente lo soy.
—¿Cómo puedes estar tan seguro de que ella también lo considera así? — se encontraba muy molesto, la sola idea de que Taehyung se vincule tanto con ella no le agradaba, sentía que su hilo con él poco a poco se desprendía y tenía miedo de perder esa calidez amistosa que Taehyung siempre le regalaba solo a él.
—¿Qué sucede contigo? — Taehyung también paró su andar, mirando a Jungkook con confusión. Estaban ya frente a la escuela, no quedaba lejos de sus casas, al menos unas diez cuadras que con charlas y risas se puede ir tranquilamente, pero para el castaño fue una tortura escuchar a Taehyung hablar de su gran amistad con su nueva mejor amiga: Joonsell.
—¿Qué sucede de qué? — sí, muy a la defensiva respondió y Taehyung entre abre los labios incrédulo.
—Has sido muy grosero conmigo estos días, siempre te alejas cuando intento integrar a Joon a nuestro almuerzo y siempre que te hablo de ella me respondes de una forma que hace doler mi corazón.
Jungkook ablandó su entrecejo.
—No entiendo de qué hablas.
—¿Te incómoda que también sea su amigo?
Jungkook siempre fue sincero con Taehyung en absolutamente todo lo que le molestase, pero ahora no entendía porqué las palabras se atotaban en su garganta, como si temiera a la respuesta de Taehyung si confesaba que realmente no quería que estuviera cerca de ella.
Ella se lo estaba arrebatando.
—No. —"Sí".
—¿Entonces por qué estás tan distante de mí, Kook?
"¿Yo?"
Su rostro se disfiguró en una mueca dolorosa, capaz un poco ofendida.
—Desde que ella llegó..
—¿Estás celoso? —se notaba divertido- ¡Kookie celoso de nuevo! — para un inocente Taehyung era divertido, porque no sabía la gravedad que Jungkook sentía en su interior.
—No es divertido, Tae.
Kim dejó de reír.
—Oye, lo siento, creí que era como la última vez.
—Esto es diferente. No siendo celos. El único que se ha distanciado has sido tú, y solo por ella.
—Kookie, ¿no crees que exageras un poco? Solo trato de hacerla sentir cómoda.
—¿Pero alejarte de mí? — aunque no quisiera, las lágrimas se acumularon en sus ojos como una ola golpeando violentamente una caja de cristal.
Taehyung enmudeció de inmediato y miró con preocupación a Jungkook.
—Kook, no me he..
—Claro que sí. Me dejaste a un lado desde que ella llegó. Mi mamá nos hizo almuerzo hace una semana para nuestro día especial y simplemente me ignoraste.
Taehyung cayó en cuenta y abrió los ojos inmensamente.
—¡Lo olvidé! ¡Perdón, kook!
El rostro de Jungkook se empapó en decepción.
—Nada nuevo.— se secó las lágrimas y giró en sus talones, comenzando a caminar en dirección a la entrada. Taehyung lo persiguió.
—¡Kookie! ¡En serio perdóname! ¡Joon no tenía amigos el primer día y quería ser amistoso con ella! — mas Jungkook seguía ignorandolo. Le dolía claramente ignorar a su mejor amigo, pero la decepción y el dolor intercalar cada fibra de su pecho como si fuera una daga envenenada era mucho peor.
—Amistoso dejándome de lado, eso es una basura.
—¡No seas grosero! ¡Intenté ayudar!
—¡Entonces hazlo menos! -ambos mejores amigos se miraron mutuamente en silencio, una mirada que decía más de mil palabras. - No siento celos, porque me enseñaste como se sentían y realmente no siento que mi pecho arda por eso. Siento como pierdo a mi mejor amigo y tengo miedo de que me olvides complementamente.
Taehyung dió un paso al frente, en busca del tacto de la mejilla de Jungkook, acariciándola con ese cariño y aprecio que solo Jungkook sabía detectar en él. Se sintió perderse en ese tacto, aún con las lágrimas cayendo de sus ojos, se mantuvo tan quieto, llorando quedito como si de verdad le estuvieran quitando una parte de sí mismo.
Taehyung ya era parte de él.
—No hay barrera que me impida alejarme de ti. No hay persona que te reemplace, tomar tu lugar y hacerme olvidar de ti. Jungkook, ¿si entiendes mi lealtad hacia ti? — sonreía, sin dejar de ver fijamente a los ojos marrones de Jungkook, encantado por esa corta distancia que lo hacía sentir calentito.
—Tae, juro que no son celos. — entre hipidos fórmula, secando de forma tosca sus lágrimas con los ojos cerrados y cabeza gacha, bastante apenado.
El mayor soltó una risa encantadora que hizo revolotear aquellas mariposas en el estómago del menor.
—Sea lo que sea, puedo ayudarte a descifrarlo, solo perdóname.
Y aunque Jungkook deseaba ser fuerte ante esos ojos grises que lo observaban con adoración, cayó rendido en un asentimiento y envolvió sus flacos brazos al cuerpo del contrario, quien con gusto también lo envolvió con una sonrisa inmensa.
—¿Mejores amigos por siempre?
—Mejores amigos por siempre.
Y como mayormente era, ambos entrelazaron sus meñiques en un juramento de garra de oso, afianzando su unión de nuevo.
⟨ "Una unión que, aunque lo quisiera, no siempre iba a ser eterna. Porque no sabemos del mañana, solo sabemos el ayer y el hoy, ¿pero el mañana?, siempre traía sorpresas que nos hacían cambiar de opinión, de lugar, de persona, hasta de vida. Los juramentos siempre eran fieles para nosotros, pero el mañana siempre será nuestro mayor obstáculo. Era cierto que nosotros somos dueños de nuestra vida y con ella podemos cambiar su curso si quisiéramos.. pero el mañana trae sorpresas que no sabrás manejar.
Y Taehyung y yo no supimos manejarlo"⟩
—¡Nos van a sermonear si nos descubren! — agitado, siguió el paso rápido de Jungkook, ambas manos entrelazadas mientras corrían en dirección tras la escuela.
—¡No te preocupes por eso, TaeTae, tengo todo manejado!
—¡No parece! — Taehyung ya estaba agotado de correr sin alguna dirección que le pareciera familiar. No sabía que la escuela era tan grande, llevaban al menos corriendo cinco minutos como si sus vidas dependieran de ello— ¡Ya! ¿¡A dónde vamos!?
—¡Ya casi! — la fuerte risotada de Jungkook hizo ruborizar a Taehyung, contagiandolo también con ese cantar.
Cuando el mayor de ambos pudo visualizar perfectamente donde habían llegado, poco a poco detuvo sus pasos, frenando de golpe a Jungkook, el cual aún mantenía su mano entrelazada a la suya.
—¿Qué pasa?
—No entraré ahí. -—apuntó aquel agujero negro en la pared. Jungkook rodó los ojos divertidos, sabiendo que aquel lugar tras aquel agujero: había una casita de hadas hecha por él mismo.
—¿Por qué no?
—Hay mounstros. —susurró con cautela, como si aquellas criaturas que dice jurar haber lo oyeran. El castaño se volvió a carcajear.
—No los hay. Hay hadas.
—¿Las vistes?
—Solo una.
—¿En serio? ¿¡Dónde!? — sus ojos se iluminaron y para Jungkook fue inevitable no soltar un suspiro mientras sus ojos se suavizaban en pura ternura.
—La estoy observando.
Y nuevamente Taehyung se ruborizó.
—¡Qué tonto! — le golpeó el hombro y correteó cerca del agujero— ¿Seguro no hay mounstros?
—¡Que no!
—¿Cómo estás tan seguro? — entre cerró sus ojos, no creyéndole mucho.
—Mira por ti mismo. — le invita a ir con un ademan de manos. Taehyung duda mucho.
—Ven conmigo, ¿si? — extiende su mano, en busca de la de su amigo. Jungkook quedó fascinado por su petición, que se echó a correr con rapidez, asintiendo y tomando con fuerza la mano de su mejor amigo. Ambos se miraron con sonrisas, una más asustada que la otra. Y con ojos cerrados Taehyung y Jungkook entraron al agujero, pasando así al otro lado.
—Ya estás aquí, abre los ojos. — Taehyung negó con un sonido de garganta — Juro por la garra de oso que no hay nada aquí.
—¿Lo juras?
—Lo juro. — y con el temor aún presente, sus ojos grises se abrieron lentamente, quedando cada vez más perplejos ante el reflejo de una vista gloriosamente mágica. Parecían los cuentos de hadas, verdaderamente era uno.
El verde contrastaba con el amarillo del sol, el reflejo del mismo dando con fuerza y luz a un columpio que gracias al viento se mecía con suavidad. El gran árbol en medio le daba ese toque encanto. Era verde por todos lados. Algunas plantas bien cuidadas en una que otra esquina, un camino de piedras hasta el gran árbol con alguna que otra flor de cinco pétalos color blanco, otras rosadas e incluso moradas. Habían muchas hojas verdes frescas, incluso el pequeño frío que hacía por la recién temporada nueva le daba ese toque mágico, como si una hada verdaderamente viviera ahí.
Taehyung se sumergió en su propio mundo, donde la fascinación lo envolvía por completo. Sus ojos grises brillaban con una admiración tan intensa y profunda, como si estuviera viendo algo que lo dejaba sin aliento. Su sonrisa se desplegó en su rostro, y sus labios se entreabrieron, revelando una emoción que parecía estar a punto de estallar. Estaba tan quieto, tan inmóvil, que parecía que el tiempo se había detenido en ese momento. Su mirada se clavó en Jungkook, y su corazón latió con una emoción que no podía contener.
—¿Lo hiciste tú, Kookie? — preguntó Taehyung, su voz temblorosa de emoción. Jungkook sonrió más grande y asintió, sintiendo un calor en su pecho: algo bastante nuevo, al ver la felicidad en los ojos de Taehyung.
—¿Te gusta? — la felicidad de Taehyung se desbordaba y Jungkook tomó eso como una afirmación.
—¡Es increíble! — corrió, separando ambas manos juntas y recorrió todo el lugar, soltando sonidos sorpresivos, hasta risas al tocar alguna textura de las plantas y flores. Saltaba, gritaba feliz y seguía fascinado, creyéndose una verdadera hada, cosa que causó una gran carcajada en Jungkook, quien le seguía el paso imitandolo.
"¿Cómo podría describir este momento?" - se preguntó a sí mismo, sintiendo que sus emociones estaban a punto de explotar. La emoción que sentía era nueva para él, pero a la vez familiar, como si hubiera estado esperando toda su vida para sentirse de esta manera. Su corazón latía con fuerza, y su alma se sentía completa. "Esto es lo que he estado buscando", pensó, mirando a Taehyung con ojos llenos de adoración.
Se detuvo de repente, con la mente en blanco. ¿Realmente era eso lo que había estado buscando toda su vida? La respuesta parecía obvia, pero no podía creerlo. Claro, no tenía muy en claro su futuro y lo que pasaría mañana, pero eso era algo que aún no entendía y su cerebro era muy pequeño para capacitarlo. Pero si lo veía por otro lado, podía afirmar que Taehyung era la pieza perfecta para su rompecabezas. Era como si hubiera encontrado la llave que encajaba en la cerradura que había estado intentando abrir durante tanto tiempo. Su corazón latía con fuerza, y su alma se sentía completa. De repente, todo tenía sentido. Todo encajaba. Y en ese momento, supo que Taehyung era el complemento perfecto para él. La persona que había estado buscando toda su vida.
⟨"Sonaba exagerado para un corazón tan joven y pequeño, pero la mente de un niño puede abarcar más información de lo que parece, simplemente no saben expresarlo, darle alguna interpretación. Por mi lado, sabía perfectamente lo que estaba llegando a sentir, pero no tenía una palabra fija para definirlo, no sabía cómo. No entendía hasta donde iba a llegar, porque tenía entendido que así era nuestra amistad y solo así debía expresarse, como un amor más allá de un beso en la mejilla. Era tan diferente que solo lo confundia, pero en el fondo sabía qué estaba sucediendo. No me asustaba, me invitaba a seguir adelante y descubrir la fascinación de los orbes de mi mejor amigo.
Y ahí estaba, con el corazón acelerado, mientras su carcajada revoloteaba con el viento que daba de lleno en su cara con el balanceo del neumático siendo empujado por mis brazos. Y yo, con el alma llena de su encanto, me rendí ante él y solo pude fijarme en su felicidad, sin dejar de columpiarlo, perdidos en un mundo diferente al nuestro, a nuestra realidad gris y ocupada por la pólvora de cenizas y tristeza. Qué hermoso era ser niño, libre de preocupaciones y limitaciones, solo disfrutando del momento, del aire fresco en mi cara y del sol en mi piel. Mi mente se despejó y mi corazón se llenó de alegría, y en ese momento, todo parecía posible. La vida era un neumático que se balanceaba en el viento, y yo estaba a punto de saltar y disfrutar del viaje. Y en medio de todo eso, estaba Taehyung, sonriendo y riendo, y yo no podía evitar sentir que era el centro de mi universo. ¿Qué significaba eso? No lo sabía en aquel entonces, pero estaba dispuesto a descubrirlo.
Y vaya que descubrí muchas cosas en ese entonces, pero la decepción..
La decepción fue el mayor quiebre de nuestra amistad, porque desde que lo vi a él columpiarla y tomar mi lugar como si yo no fuera nada, como si aquel lugar únicamente nuestro fuera ahora de ella. De ellos dos. Me sentí como si estuviera mirando a un reflejo de mí mismo, pero distorsionado y retorcido. La tristeza se apoderó de mí, y mi corazón se rompió en mil pedazos. Me sentí como si estuviera viviendo en un sueño, y que nada de lo que sucedía era real. La profundidad de mi dolor era abrumadora, y me sentí como si estuviera sumergiéndome en un abismo sin fondo. No podía entender por qué ella, de todos las chicas del mundo, tenía que ser la que me quitara lo que más quería. La amistad que teníamos era como un edificio que se derrumbaba, y yo estaba atrapado en el escombrio.
No eran celos, simplemente era el miedo a perder a alguien que me costó poder encontrar. No quería perder a alguien más. Perdí la parte más importante de mi madre, su integridad. Y perder a Taehyung era perder absolutamente todo de mí mismo, porque mi alma era de Taehyung, mi sonrisa, mis ojos, mis manos, mi piel, mis labios. Todo era de Taehyung.
Mi corazón era suyo y sabía perfectamente que él lo sabía.
Y esconderme tras la pared del agujero para no ser tomado como un fisgón dramático por mis lágrimas que se acumularon como una cascada hasta desbordarse fuertemente, mientras mi pecho volvía a sentir esa presión. La ansiedad me consumió, me ahogaba. Mi pecho se sentía como un invernadero que se vuelve más estrecho con cada respiración. Las lágrimas se acumulaban nuevamente, una cascada de emociones que no pude contener por más que quisiera. Me sentía como si estuviera atrapado en un laberinto sin salida, sin saber cómo escapar de esta sensación de miedo y desesperación. Mi corazón latió con fuerza, como un tambor que no para de sonar.
Pero eso no marcó una diferencia, porque mientras ellos disfrutaban del lugar que le regalé únicamente a Kim Taehyung como nuestro refugio, él la compartía con una Ella que con cada suspiro le robaba una sonrisa única, una sonrisa que solo yo había visto antes, una sonrisa que solo yo había tenido la oportunidad de ver brillar en su rostro. Y con cada vez que lo veía sonreírle a ella, sentía como si me estuvieran clavando un cuchillo en el corazón, como si me estuvieran quitando un pedazo de mi alma. La traición era cruel, y yo no podía hacer nada para detenerla. Yo solo podía observar, impotente, mientras él se alejaba de mí, mientras él se perdía en los ojos de ella. Y con cada momento que pasaba con ella, sentía como si mi corazón se fuera muriendo un poco más, como si mi vida se fuera desvaneciendo en la nada.
La ansiedad desde ese día comenzó a circular cada parte de mi sistema hasta que encontró el lugar más débil de mi cuerpo y se instaló un nuevo hogar ahí: mi corazón."⟩
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