Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo V

1942
11 y 12 años

Ahí estaba de nuevo, esos movimientos en seco, esas voces pequeñas y esos chillidos de su madre en una noche de verano, donde el viento en un vapor caluroso peinaba sus hebras, que muy pegadas a su frente por el sudor yacían, muy quietas sin querer danzar con el viento, ante la angustia y confusión de su pecho pequeño, que muy quieto subía y bajaba con cada respiración, aunque tratase de ahogar ese jadeo temeroso con ojos expectantes ante una imagen que se volvía a repetir pero con protagonistas diferentes.

Su madre le había explicado sobre este tipo de situaciones, cosa que exigió Jungkook una vez estuvo un poco más grande. Era inocente más no un tonto, sabía perfectamente que esto no se trataba de una prueba de amor como Jiwon le había explicado. ¿El amor era así de doloroso? ¿Y era correcto amar a dos personas o incluso a tres?

No sabía nada del amor, no tenía siquiera una plantilla a la cual adaptarse y generar un poco de este sentimiento, no tenía idea de nada. Pero esto, definitivamente esto no era lo que se imaginaba como algo mágico.

Suspiró, aferrado a los barrotes de madera de las escaleras, con un rostro lastimero y casi que decepcionado al tener una idea de lo que se tratase. Tenia once años, era hora o nunca de que al menos supiese la verdad, una verdad que él mismo ha estado descubriendo al paso del año. Siempre a la misma hora su madre se encontraba rodeada de tres hombres que ante sus ojos inocentes, la atacaban.

Ahora ya no piensa eso.

Es amor ¿no? ¿Así de malo era?

¿No era mágico como en las películas?

Se ven horrible..

Ahora se ve horrible.

El amor suele ser contado como el sentimiento más divino, pulcro y lleno de unas mariposas que revolotean en tu estómago, siendo incómodo al inicio, pero terminando de una forma mágica. Su proceso suele ser extraño, doloroso en parte, abrumante cuando te lo guardas por mucho tiempo y no sabes a quien contarselo. Pero a la final, resulta ser tan perfecto, suave, cálido, lleno de ese algo que expande tu corazón para que ese amante lo envuelva. Cuando amas a alguien, sientes todos tus huesos temblar, todas tus neuronas vibrar y la piel quemar hasta el punto de que una ráfaga de carmesí se instale en tus mejillas y pertenezca ahí, algo que jamás se irá. Amar va más allá de lo que podemos imaginar.

Jungkook nunca supo diferenciar entre un te quiero y un te amo, oía a muchas personas decir esta última, de sus labios sonaba tan fogoso y lleno de ese algo, de un dulce relato que lo hacía ladear la cabeza ante una duda pequeña. ¿Por qué era tan diferente estas dos palabras? ¿No significaban lo mismo? ¿Qué tan importante podría ser?

"Es todo una mentira" fue lo que pensó en ese instante, cuando la ropa cayó al suelo y de nuevo tuvo que desviar la mirada, apretando sus labios ante la posible mentira de un egoísmo ajeno, siendo Jiwon una mentirosa.

"Amar es mágico"

—Mentira.

"Así le demuestras a alguien que lo amas"

—Es feo..

"Pero eso que has visto es un amor diferente"

—¿Hay más tipos?

"Solo que por amar, recibo dinero"

—¿Y eso es bueno?

"Con duda lo mira, pensando en una respuesta que no confunda más a su pequeño hijo— Lo malo a veces puede ser bueno, Jungkook, y esto que yo hago resultará bueno para tu futuro."

—No me gusta.

"Cuando escuches esos ruidos, tapa tus oídos con fuerza y tararea una canción. Mamá estará bien, solo es amor.. Amar es así de fuerte."

—¿También yo amaré así?

"No, será diferente para ti, porque sé que tomarás mejores decisiones que yo."

—¿Por qué es diferente?

"Baja la mirada y muerde su labio— Solo lo sé."

Jiwon había sobre explotado las dudas y confusiones de Jungkook de una manera que más adelante podría afectarle, hasta el punto de creerse aquella mentira y temer amar solo por el mero hecho de que su pequeña imaginación estaba maquinando todo de una forma tan horrorosa y desagradable. Jungkook temía amar aunque aún no lo entendiese.

Temía querer.

Temía que amar a alguien resultara herido, así como su madre ahora se veía últimamente.

Vacía.

Triste.

Y sola..

Jungkook solía detallarla mucho cuando no jugaba con Taehyung y yacía dibujando en el piso de la sala, se detenía en seguida cuando su madre se sentaba frente a él en el sofá para pulir sus uñas con una sonrisa, mientras a su lado conversaba con alguna de sus visitas. Podría verla por horas y jamás se cansaría. Jiwon era hermosa, tanto como para llamar la atención de todos los solteros codiciados e incluso casados de pensilvania, pero en ella había una grieta que poco a poco iba extendiéndose en su felicidad, en su belleza y se la estaba consumiendo, con ella el brillo de sus ojos, la sinceridad de su sonrisa, su color de piel, el brillo en su cabello y su alma.

Dejando solo un cuerpo roto y desolado.

Ella estaba sola, se sentía sola pese a tenerlo a él; a Jungkook, a su hijo, al niño por el que daría todo.

Lo estaba dando todo.

Y Jungkook se sentía culpable.

Culpable de que su madre ame para recibir dinero.

Si amar era tan malo, si así se sentía, él jamás amaría.

Porque causaría daño y él mismo podría dañarse.

La felicidad no depende del amor.

Y si su madre se sentía sola, no debería estarlo, si cada madrugada hay hombres que..

Hombres que siempre la acompañan.

《 "Quizás siempre lo supe. Quizás siempre estuve informado, que sabía con exactitud lo que mi madre luchaba día a día para mantenerse de pie y no caer rendida. Rendida a la muerte quizás, rendida a dejarme solo. Rendida ante las palabras de fraude de su familia y la de mi padre, al no creerle que ella misma iba a saberse valer sola y sin un hombre a su lado.

Lo peor es que sí dependía de ellos, ¿irónico no?

Y tal vez fue por su inconsciencia, por su falta de comunicación que jugó con mi inocencia y me hizo creer cosas que eran ciertamente incorrectas de contar para un niño como algo bueno, queriendo reemplazarlo con algo tan dolorosamente hermoso como el amor.

Ahora que lo pienso, nunca fue una buena madre, pero hizo lo que pudo y se lo agradezco.

Le agradezco por lo poco y me disculpo por no haberla entendido." 》

—¿De qué te vas a disfrazar, Kookie?

—Aún no lo sé. —cabizbajo respondió. Sentados en un sofá con galletas en una pequeña mesa frente a ellos mientras su programa de televisión se reproducía con pequeños sonidos de música y cantos profundos de la protagonista, ambos mejores amigos conversaban, aunque Taehyung era quien más hablaba ante la emoción de ir a pedir dulces al anochecer, claramente emocionado de usar su disfraz que desde hace una semana había preparado. Jungkook, por su parte, solo se hallaba con la cabeza gacha, mirando la punta de sus zapatos pulcramente limpios, que con vagos pensamientos estaba perdido entre ellos, sin siquiera prestarle una mínima de atención a Taehyung.

—Creí que lo habías preparado como acordamos hace una semana.—Taehyung, pese a ser el más animado de los dos, bajó sus hombros en desaliento al escuchar las palabras sin mucho interés de Jungkook.—Kookie, ¿te sientes bien?

—Sí. —lo miró en seguida, afirmando rápidamente que se encontraba de maravillas, con el propósito de no preocupar a Taehyung y dañarle la noche de brujas que ambos tendrían esta noche. Sonrió, ocultando lo que en su interior sentía y en la pequeña opresión que en su pecho le carcomía.

No sabía porqué se sentía así.

Tal vez porque Jiwon lo confundió con su padre de nuevo y..

Le recordaba lo miserable que se sentía el que su hijo se parezca más a su padre que a ella misma.

¿Desde cuando su madre dejó de ser una madre?

Él no lo entendía.

Pero no quería volver a casa.

—¿P-puedo quedarme hoy aquí, Taetae?

—¡Pero claro que sí! Es más, me vas a ayudar a hacer tu disfraz que ya sé cual será. —con bastantes ánimos se levanta del sofá, llevando una de las galletas a su boca y masticando de forma ruidosa y molesta, logrando que Jungkook solo ruede los ojos con asco y una pizca de diversión.

Si otros llegan a hacer eso, a Jungkook le repudia de inmediato, pero se trataba de Taehyung, todo en él se veía de alguna forma.. bonito.

—Será un disfraz a juego.

—¿A juego? —Jungkook también se levanta, muy curioso ante las palabras de un Taehyung enérgico que camina hacia las escaleras.

—Como pareja, Kookie. —y se gira, quedando frente a frente a un Jungkook que tras su reflejo e impulso, se echa un escalón hacia atrás y así no mirar de más las pequeñas pecas de Taehyung. Tragó saliva y agachó la mirada.

Taehyung ríe pequeño.

—¡Que no te asustes! Te gustará el disfraz. ¡Ven! —lo toma de la mano y juntos entre tropiezos y risas tontas van corriendo a la habitación de Taehyung, donde la magia de ambas manos creativas armaban un disfraz para Jungkook.

Y aunque Jungkook aún tenía ese malestar en su pecho, por alguna razón escuchar la risa de Taehyung lo relajaba hasta el punto de olvidarse de las palabras de su madre y derramar toda la pintura amarilla en el cartón junto a la brillantina.

Un poco de brillo y amarillo cala en su alma.

Como lo estaba haciendo Taehyung.

Y tenía miedo.

—¿Qué se supone que soy?—era la quinta vez que Jungkook se miraba al espejo tratando de descifrar de qué estaba disfrazado. El traje picaba por la brillantina y habían conos por varios lados que le resultaba incómodo. Taehyung desde el baño de su habitación rueda los ojos, mientras también se ocupaba en colocarse su disfraz.

—Espera a que veas el mío y lo vas a entender.

Jungkook era impaciente y Taehyung bastante paciente.

—Esto pica.

—No debería.

—Usaste mucha brillantina.

—¡Pero el que le puso fuiste tú!

—¡No es cierto!

—¡Que sí!

Silencio.

—¡Qué horror, te lo pudiste al revés! —Taehyung aparece detrás de él, Jungkook lo ve por el espejo y ladea la cabeza al ver de lo que se supone que Taehyung estaba disfrazado.—Déjame arreglarlo.

Después de luchar con el disfraz por diez minutos, al fin Jungkook pudo entender de lo que estaba vestido. Se veía agradable, cosa que lo hizo sonreír.

"Estoy vestido de un disfraz que fueron hechas por las manos de TaeTae."

Era lo que más le hacía sonreír.

Saber que Taehyung se tomó el tiempo en hacer algo tan sencillo pero significativo para él era de alguna forma reconfortante.

¿Se preocupará por él?

—¿Una estrella?

—¡Sí!

—¿De qué se supone que vamos a juego?

—De filoaster.

—¿Filoaster? ¿Qué es eso?—Jungkook se mira a sí mismo. Su disfraz era grande con cinco conos, la simulación de una gran estrella amarilla y brillante, mientras que Taehyung solo portaba unas gafas de lectura falsas, una bata blanca, pantalones oscuros y un pequeño telescopio de cartón que guinda en su cuello.

Amantes de las estrellas.

Jungkook entre abrió los labios ante la sonrisa dulce y animada de Taehyung, que alzando su telescopio de cartón miraba a Jungkook como si él realmente fuera la estrella más bonita que alguna vez pudo haber visto.

—Oh.

"¿Me ama?"

No quería que Taehyung lo amara.

《 "Irónico."》

—¿Ahora lo entiendes?

—Creo que sí.

—No te ves muy animado.

—Tal vez no lo entienda. —Taehyung relajó la mirada y sonríe de forma cerrada y comprensiva, acercándose a Jungkook y tomandolo de los hombros.

—No hace falta entenderlo mucho, Kookie, es más sencillo de lo que parece. Yo amo las estrellas, tú eres una estrella, eso me hace amarte.. bueno, no sé qué significa amar, pero suena lindo, ¿no?

"N-no."

—¿A-amarme? ¿Eso no es malo?

—¿Malo?

—S-sí, amar es.. doloroso.

—No lo sé. Pero mamá dice que es un sentimiento muy lindo y que amar solo lo sientes por la persona más cercana. Dijo que cuando sientes tu estómago revolotear con mariposas es porque comienzas a amar.

—¿Es.. eso cierto? —lo miró fijamente, queriendo encontrar alguna mentira.

—No lo sé, Kookie—suelta una risita—Supongo que cuando seamos grandes vamos a comprobarlo. Pero no le temas al amor, creo que es lindo. Yo amo las estrellas, se siente lindo amarlas.

—¿Y me amas a mí ahora que soy una estrella? —los ojos de Taehyung también se fijaron en los de Jungkook, tan directo, siendo esos ojos grises las puertas del amor hacia los ojos cafés de Jungkook, que muy brillantes le sonreían a los de Taehyung. Las pequeñas pecas de Taehyung se colorearon en carmesí y los labios de Jungkook se entre abrieron, queriendo formular alguna palabra, pero solo tragó, tragó sus palabras y su corazón bombeó con tanta fuerza que él pudo sentir esos revoloteos en su estómago de lo que hace rato Taehyung le contó.

"¿Yo lo amaba a él?"

Taehyung parpadeó perdido en las lumbreras de la mirada de Jungkook, analizando esa mirada que ante él era.. preciosa.

Tan preciosa como una estrella.

Tan rápida como una estrella fugaz.

Y tan perdido como un cometa.

Ambas miradas de los niños se perdieron entre sí, admirando desde cerca los rostros niñatos del otro. Jungkook perdido en las pecas de Taehyung y Taehyung perdido en los ojos de Jungkook.

Uno veía luciérnagas pequeñas y el otro veía las constelaciones.

Y Taehyung no sabía qué responder.

Y Jungkook no sabía como parar el bombeo rápido de su corazón.

—¡Niños, es hora del dulce o truco!

Y si no fuese por Heejin, tal vez ellos hubiesen pasado horas admiradose.

Creo que para ellos era primera vez que se detallaban tanto.

Y les agradó.

Especialmente a Jungkook.


—¡Dulce o truco! —gritó Taehyung con energía y una gran sonrisa cuadrada cuando la puerta de una de las casas que tanto habían tocado fue abierta por una mujer de cabello corto que con la misma energía de Taehyung le llenaba su calabaza de dulces, lo mismo hizo con Jungkook para a la final observar el disfraz a juego de ambos niños y felicitarlos por tan ingeniosa idea.

El problema era, que pese a estar en un ambiente tan feliz y enérgico como lo era halloween y los dulces, Jungkook aún mantenía el tema de hace rato en su cabeza.

Sí apreció el momento lleno de mariposas con Taehyung.

Pero se dio cuenta que su madre le mintió.

Eso no era amar.

Y ella le mintió.

¿Por qué le afectaba tanto la mentira de su madre?

¿Por qué no le confesaba de una buena vez todos los secretos que la mantienen tan alejada de él?

Él iba a entenderla, jamás la juzgaria y nunca iba a dejarla sola.

Pero ella misma hace que él se aleje de ella.

Taehyung camina frente a él, en sí, saltando en grandes zancadas, hablando de lo que posiblemente haría al llegar a su casa con tantos dulces y golosinas, Jungkook admiraba su forma de siempre mantenerse feliz y nunca darse cuenta de lo malo que puede llegar a ser su alrededor. Sonrió con pena, cabizbajo pateando las piedras, sin ánimos de llegar a su propia casa y presenciar de nueva cuenta lo que hace un mes vio, escuchó y preguntó, recibiendo solo mentiras.

Odiaba las mentiras desde ahora.

—Te dije que nuestros disfraces le iba a gustar a todos.— feliz, Taehyung estaba feliz y era lo único que le podría importar a Jungkook ahora, su felicidad y no su miserable alma que se encuentra abarrotada de mentiras. Corrompida.

"Todo es una mentira."

—Supongo que sí.

¿Cómo es que Taehyung no notaba este cambio de actitud tan rápido en Jungkook? Supone que es la euforia del momento o el hecho de que ni siquiera se ha girado a ver los ojos cristalinos de su mejor amigo. Jungkook lo prefería así. Prefería que Taehyung jamás lo viera triste, que siempre note felicidad en Jungkook, porque sabe que si él está feliz, Taehyung también lo estará.

Debía fingir.

Fingir estar bien para que todos estén bien.

—¿Podemos seguir paseando? No quiero volver aún a casa.—sabiendo que se iba a quedar en casa de Taehyung, sabía que su madre estaría compartiendo un rato agradable con Heejin y no quería verla. No hoy.

Taehyung se detuvo y se quedó mirando fijamente a Jungkook, sin mover siquiera un hueso.

Sonrió.

—¡Claro que sí! ¡Vamos a explorar! —y tomando de su mano, lo obligó a correr entre casas, matorrales y carreteras solitarias, sin tomarse el tiempo de saber en donde estaban, solo disfrutando del tiempo de libertad que tenían antes de que las doce de la noche llegara.

Jungkook sintió el viento resoplando en su cara, bailando con su flequillo castaño y logrando que sus pestañas revolotearan felices ante la calidez de una noche llena de estrellas.

Estrellas así como él.

Aspira aquel aire, sintiéndose libre al correr de la mano con Taehyung en medio de una nada que podría ser un todo para ellos dos.

Sintiéndose libre y aferrado a él, se dio el honor de sonreír un poco y elevar la cara de lleno a todo lo que la noche les proponía, a todo lo que la luna les cantara y a todo lo que aquel bosque frente a ellos les ocultara.

—Entremos.—Jungkook se suelta de su agarre, caminando a las sombras del bosque, a sus espesos árboles importandole poco si se llegasen a perder en la penumbra.  No importaba, realmente no importaba, porque él no quería volver más a casa. Porque su casa era todo lo que lo hacía especial junto a Taehyung.

—Estamos perdidos. —es la quinta vez que Taehyung lo dice de forma temerosa sin despegar sus ojos de los alrededores del lugar, en busca de algún camino diferente que los lleve a sus casas, pero al contrario, solo habían más árboles.

—Tal vez. —con mucha indiferencia Jungkook le responde, caminando a un rumbo que ni él mismo sabia.

Pero Jungkook sí sabía donde estaban y como regresar, más no sabía a donde los llevaría este espeso bosque.

—Deberíamos volver a casa, Kookie.

—¿No te da curiosidad explorar esto?

—De noche no. —Jungkook suelta una risa.

—Cobarde.

—¿¡Yo!?

—¡Sí!

—¡Veremos quien es el cobarde, Jeon Jungkook! —y entre una carcajada llena de malicia y diversión, Jungkook tuvo que seguir el rastro rápido de su mejor amigo, que corriendo reía retandolo con que si no lo atrapaba le debía dar todas sus golosinas.

Jungkook adoraba las golosinas.

Como también a Kim Taehyung.

A lo lejos, pudo verse el reflejo de la luna, alumbrando lo que sería el final del bosque, y ambos amigos, aunque agotados por el recorrido, respiraron una vez se detuvieron al final, y fue inevitable para ellos no abrir sus labios ante el asombro.

Una colina, llena de césped largo y verde, con luciérnagas alumbrando junto a la luna, siendo la luna protagonista del baile fugaz de dorado de las luciérnagas.

—Es como en el lago. —susurró Taehyung, fascinado por lo que sus ojos admiraban en ese momento.

Mientras Jungkook solo lo admiraba a él.

—¿Sabías de este lugar?—Jungkook negó ante la pregunta de él.

—Es nuestro.

—¿En serio?

—No hay un cartel que diga que es de alguien más. —Jungkook se encoge de hombros y toma de la mano a Taehyung de nuevo, esta vez él tomando el mando y caminando al medio de la colina, donde toda la cuidad iluminada se aprecia en pequeños pixels.

—¡Woah! ¡Allá está mi casa! —Taehyung señala y Jungkook sonríe al verlo, también detallando a lo lejos que la suya también se veía a esta altura.

—Te atrapé—después de un rato Jungkook dijo, dando fin al juego de atrapadas de hace rato.—Tus golosinas son mías.

—¿Qué tal si las compartimos?

—Es justo.—ambos se sentaron y se quedaron en silencio, siendo los envoltorios de las golosinas el único ruido que se presencia.

Jungkook al fin respira, al fin olvida aquello que tanto lo ha mantenido fuera de sí mismo. La tranquilidad, la paz, la suavidad del viento y de la calidez de Taehyung a su lado, como el remedio que cura todo aquello malo, todo aquello que agrieta el alma y la vuelve nada. Nada para el mundo, nada para la vida, nada para sí mismo.

Él era su cura.

《 "La tranquilidad de la noche puede ser un bálsamo para el alma cansada."

Y a veces, la soledad puede ser reconfortante, pero la compañía también tiene su valor.

Como Taehyung tenía su valor en mi vida.

Y gracias a él, tal vez no me perdí tan pronto, siendo mi cura, mi bálsamo, mi héroe y aquel que hizo girar mi vida en sus manos y guardó cada una de mis reacciones y acciones en su pecho, en su alma para después devolverme lo mismo y mejor.

Porque cada acto sencillo de él, era mejor que el otro y se me dificultaba respirar.

Soy su filoaster.

Y él mi luciérnaga." 》

—Taehyung, ¿entonces amar no es malo?

—¿Todavía con eso? —come uno de los caramelos, girandose a verlo microsegundos  y volver la mirada al cielo.—No, Kookie, no es malo amar.

—¿Entonces por qué duele?—Taehyung dudó en responder, porque él tampoco sabía la respuesta, tenía doce años, cómo lo sabría, también era igual de inexperto que Jungkook.

—No sabría responder eso. Creo que hay muchas razones para que duela. ¿Por qué te preocupa tanto eso?—ambos se miraron, Jungkook se encogió de hombros y fue el primero en romper el contacto visual.

—Porque me da miedo amar.

—No sabes como se siente, entonces no debes temer. Deberías temerle más a quien debes amar. Kookie, mamá dijo que el mundo está rodeado de personas buenas, pero como hay buenas también hay malas, supongo yo que es mejor temerle a quien vas a amar, porque no sabes como esa persona va a corresponder.

Y Jungkook en ese instante lo comprendió.

No temas de amar, porque nos hace sentir vivos y nos transforma a una mejor versión, a una más amorosa, más colorida y dorada. Las emociones intensas en tu ser, llenando de calidez tu interior, volviendo rosas tus mejillas y querer morder tus labios de ansias. Y a pesar de que puede doler, vale la pena arriesgarse y experimentarlo, porque en el fondo de ese dolor hay la posibilidad de encontrar una conexión profunda y significativa.

¿Pero por qué duele?

El amor puede doler por muchas razones. A veces, puede doler porque nos enfrentamos a situaciones en las que los sentimientos no son correspondidos. El corazón se rompe cuando nuestras expectativas no se cumplen o cuando las circunstancias nos separan de la persona que amamos. También puede doler cuando nos damos cuenta de que una relación no es sana o no nos brinda la felicidad que buscamos.

Amar duele, pero el sentimiento de amar es una fuerza poderosa y misteriosa que nos envuelve y nos consume. Es un sentimiento tan profundo y apasionado que nos hace sentir vivos y nos conecta con alguien más de una manera única. El amor es esa chispa que enciende nuestras almas y nos llena de alegría y felicidad. Es un lazo que nos une, nos apoya y nos impulsa a ser mejores versiones de nosotros mismos. El amor es un viaje emocional lleno de altibajos, pero vale la pena cada momento difícil porque nos brinda momentos de pura dicha y éxtasis. Es un regalo precioso que debemos cuidar y valorar. Y cuando encuentras a alguien que te ama de verdad, el amor puede ser la más hermosa y satisfactoria de las experiencias humanas.

—¿Y tú me amas?—Jungkook esta vez se giró para ver a Taehyung y ver su reacción ante esta pregunta suya, cosa que para Taehyung fue difícil de responder, de nuevo. Así que también lo miró y le sonrió de lado, regalandole en aquella noche fría, la calidez de sus palabras y del tacto de su mano rozando la de Jungkook.

—Aún no sé cómo se siente. Pero yo, Kookie, yo te quiero.

Palabras pequeñas, simples, sencillas y comunes, pero para Jungkook lo fueron todo, porque era primera vez que las escuchaba.

Era lo único que necesitaba.

Sentirse querido por alguien.

Por alguien que lo viera como su hogar.

—También te quiero, Taetae.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro