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Capítulo II

1939
8 y 9 años

Segunda guerra mundial, el mundo siendo nuevamente azotado por la maldad de gente egoísta e ignorante como lo era Wehrmacht de Hitler a Polonia. La invasión fue una de las primeras acciones que llevaron a la Segunda Guerra Mundial. La invasión de Polonia también provocó una serie de acontecimientos que llevaron a la participación de Gran Bretaña y Francia en la guerra. La invasión de Polonia por Alemania desencadenó la intervención de las potencias aliadas. Gran Bretaña y Francia se habían comprometido a defender a Polonia en el caso de que esta fuera invadida. Además, ambos países habían formulado el tratado de no agresión con Polonia en ese año con la intención de protegerla. Cuando Alemania invadió Polonia, Gran Bretaña y Francia declararon la guerra.

¿Esto qué había desatado en las calles de pensilvania? Miedo, un miedo irracional y desgarrador de almas, uno que volvía a las personas tan paranoicas y temerosas hasta de sí mismos. Muchos solían decir que hasta tu propia sombra te traiciona, y nunca miente.

Algo así jamás mentiría.

¿Y en qué fecha esto se desató? El 1 de Septiembre..

Sí, el cumpleaños número ocho de Jungkook.

La familia de Jungkook por parte de su difunto padre Dae-hyun, le tenían algo especialmente organizado, una fiesta que seguramente el chiquillo no le iba a prestar atención por andar correteando con Taehyung, pero daba igual, los Baek querían algo grande y glorioso para llamar la atención como siempre han tratado de hacerlo. Jiwon sí quería algo muy pequeño y tranquilo  que solo su hijo disfrutara, porque sabía que Jungkook era alguien muy cohibido y tener a miles de personas felicitandote en cada esquina de la casa lo abrumaba al punto de querer llorar. El niño sufría de pánico escénico. La ansiedad de recibir atención que no buscaba no le era para nada agradable, era detestable.

Pero por suerte, o mala suerte de Jungkook, todo fue cancelado aquella mañana que las noticias anunciaron con mucho sobresalto que la segunda guerra mundial se desencadenó y con más furia que hace ya años. Primero de Septiembre, su cumpleaños, el cual ya estaba totalmente tachado en los calendarios como un año crucial lleno de mala muerte.

La sangre corrió ese día de manera desorbitante.

La mansión Kim y Jeon cerraron sus puertas, teniendo muy en mente que el cuidado de sus hijos y familia era primordial que una fecha que cada año se repetía. Jiwon sabía que esto iba a entristecer a Jungkook y que posiblemente pase toda la noche llorando, por ello, en la tarde para ser exactos, Jiwon se encargó de llenarlos de regalos, dulces y todos los postres que haya deseado alguna vez en su corta vida, para que al menos Jungkook se olvidara de pasar tiempo con Taehyung, algo que era mucho más importante para él.

Pero Jungkook no se olvidó ni un poco de Taehyung.

¿Qué gracia tenía el tener todo el dinero del mundo, regalos, postres si no tienes la felicidad al lado de tu mejor amigo pecoso?

Jungkook entendía muy bien que los cumpleaños no se trata de solo recibir  regalos—algo que ama mucho—, sino más de ver a las personas como el mejor regalo, porque no cualquiera aparecía en tu cumpleaños sin recibir invitación para recibir algún beneficio, en este caso la atención y mayor estatus de los Jeon.

No cualquiera sabía apreciar tu sola presencia.

Y aunque aquella tarde que compartió solo con su madre había sido divertida, estaba ese algo en su pecho que no lo dejaba aún ser feliz. Kim Taehyung era el nombre de la pieza faltante en su pequeño corazón. Quería que su mejor amigo estuviese ahí con él.

Más en aquella noche, donde la penumbra soledad de su casa era cubierta de punta a punta, los quisquillosos pasos de Jungkook bajaron las escaleras, con el mínimo intento de hacer ruido, porque de lo contrario su madre despertaría y seguramente lo reprenderia por tratar de escapar de casa.

Pero la cuestión era que su madre tampoco estaba en casa..

Eran máximo las diez de la noche, hora que para Jungkook era bastante tarde para hallarse despierto, cuando su hora de sueño eran aproximadamente a las nueve. Su fiebre llena de emoción por salir de casa y estar con Taehyung era más atrayente que ir a dormir. La adrenalina cobrando vida en su cuerpo y apaciguando el sueño que posiblemente no tuvo desde que despertó aquella mañana.

El que no arriesga no gana.

A pesar de que Jiwon le explicó a Jungkook de manera no tan explícita y temorizante de que la familia Kim no podría salir de casa y que ellos muchos menos debían por lo que se desató en las personas ese dia, Jungkook no aceptaba la sola idea de pasar su cumpleaños sin Taehyung. Era un niño, no iba a entender la gravedad del asunto y no le importaría mucho menos desobedecer a su madre para cumplir su capricho de ver a su amigo pecoso.

Así que ambos tras una llamada telefónica bastante sigilosa, se pusieron de acuerdo para escaparse de sus casas antes de dar las doce, hora que seguramente todos estarían dormidos para dejar de sentir ansiedad.

Y ahí estaba la señal. La ventana fue tocada, Jungkook rápidamente agarró una linterna que había escondido en uno de los rincones de las escaleras y se colocó sus botas de lluvia. No estaba lloviendo, pero seguramente Taehyung lo llevaría a un lugar lodoso, ya que le había comentado de que había encontrado un lugar detrás de sus casas, un poco alejado en realidad.

Taehyung y Jungkook no vivían tan lejos como tal. Taehyung vivía a seis cuadras de la comunidad de Jungkook, es un lugar donde las casas más grandes eran tan pronunciadas. Así que se le hizo fácil llegar.

—Hazte a un lado. —dijo una vez Jungkook cuando abrió en silencio la ventana. Taehyung lo hizo y Jungkook trepó a ella y con bastante esfuerzo se agarro del metal de las barandas—A-ayudame. —Taehyung soltó una risita baja y Jungkook gruñó. Lo agarró de los ante brazos y lo impulsó a saltar, cayendo de pie en el pasto.

—Vamonos ya antes de que sean las doce. —incentivó el pecoso, tomando rápidamente la mano de Jungkook y comenzando a correr. A Jungkook le costó agarrar el paso, pero finalmente comenzó a carcajearse junto a Taehyung, bastante agitados tomados de las manos. El viento da en sus caras de lleno, sus cabellos lisos danzando con el mismo en un vaivén suave. La brisa abrazadora tan acogedora y el silencio sepulcral con solo el canto de unos grillos pintorescos.

Si un tercero viera la escena sin duda se le haría las más hermosa. Para Jungkook lo era, el estar ahí con Taehyung, su mano derecha, su mejor amigo, su hermano.

《 "El amor de mi vida" 》

El cielo estaba muy despejado, no había ni una sola estrella, más que solo la dueña del cielo, aquella luna plateada que les iluminaba el camino pese a las linternas que tenían en sus manos. El agarre en la mano de Taehyung se volvió fuerte a medida que las casas desaparecían y solo se podía ver carretera, árboles y la espesa oscuridad. El frío aumentó de repente.

—Esto se ve feo. —Jungkook comentó, aferrado ahora al brazo de Taehyung una vez pararon de correr.

—Los hombres fuertes como yo no tememos. Estar a mi lado también te hace un hombre fuerte, así que no temas. —y Jungkook no supo descifrar esa calidez repentina de saber que Taehyung lo consideraba valiente y que lo protegería si el monstruo come galletas llegaría a comérselos a ellos. Sonrió bastante encantado con la respuesta de su amigo, conforme con ello que hasta sus ojos brillaron.

Taehyung era un encanto.

《 "Un encanto que me hechizó en ese solo instante" 》

Tal vez en ese momento no se dió cuenta de la sonrisa tonta y risueña que tenía en sus labios, problammete Taehyung sí y fue por eso que cuando llegaron al lugar que tanto quería enseñarle, sonrió con ternura al verlo y lo abrazó por detrás mientras que con sus pequeñas manos tapaba los grandes ojos de Jungkook.

—¿Qué haces?

—Qué no ves.

—Tonto, que me tapas los ojos, no veo nada.

—Cierto. —el mayor soltó una risa— ¡No veas! Es parte de la sorpresa. Te gustará,  hasta he traído algunas cosas para atraparlas y verlas de cerca.

—¿Atraparlas? —Jungkook cuestionó frunciendo las cejas, con las manos de Taehyung en sus ojos y sus pasos torpes guiando a Jungkook.

—¡No seas necio! Ya verás. —El silencio volvió a reinar, Jungkook ansiosamente camina queriendo llegar cuanto antes. La brisa era cada vez más fría, se quiso abrazar pero solo jadeó por el frío. Taehyung lo envolvió, apretando de más y Jungkook sintió su pecho inflarse.

¿Qué era era sensación?

"¿Por qué su abrazo se siente tan suave como el de un oso afelpado?"

《 "Porque seguramente, mi pequeño yo, estabas comenzando a sentir más que solo cariño por él. Estabas sintiendo amor." 》

Su sonrisa volvió a aparecer y Taehyung paró en seco.

—¡Llegamos! ¡Abre los ojos, Kookie! —sus manos fueron retiradas y Jungkook abrió sus ojos, enfocando poco a poco un lago lleno de césped verde, árboles, hojas, incluso flores pequeñas amarillas. Sus labios se abrieron en  asombro y sus perlas de leche se notaron con tanto entusiasmo.

Pero eso no era lo mejor.

—¡Luciérnagas! —Jungkook corrió hacia ellas, fascinando al verlas por todos lados, iluminando minimamente con sus pequeñas esferas doradas— ¡Taetae, son luciérnagas! —Taehyung soltó una risa ante el asombro de su mejor amigo y corrió a su lado.

—Feliz cumpleaños, Kookie. —Taehyung lo envolvió en un abrazo fuerte de oso como ellos lo llamaban y Jungkook se carcajeó bastante feliz. —¿Quieres atrapar una? —Jungkook lo miró con ojos grandes y llenos de un no sé qué que hizo que el corazón de Taehyung latiera fuertemente de alegría.

Probablemente de algo más..

—¿Se puede?

—¡Sipie Dipie! Ven, he traído unos frascos, solo las atraparemos y las veremos, después las liberaremos. —Taehyung se saca la mochila de encima, cosa que Jungkook nunca había notado anteriormente por  la adrenalina. El pecoso se sienta en el suelo y Jungkook al verlo hace lo mismo, bastante curioso — Mamá me dijo que las luciérnagas significan la resiliencia y la capacidad de encontrar la luz en la oscuridad. Dijo que era una metáfora.

—¿Eso qué significa?

—No lo sé, —se encogió el mayor—pero suena muy filosófico.— saca dos frascos del bolso.

—¿Y eso qué significa?

—Tampoco lo sé. —Taehyung rió y Jungkook solo pudo rodar los ojos.

—Tonto.

—¡Tú eres tonto! —Taehyung se levanta y le extiende un frasco a Jungkook— Con esto las atraparemos. ¿Listo?—Jungkook asintió contento y toma el frasco, quitando la tapa.

Y en ese instante comenzaron a correr sin rumbo detrás de las luciérnagas, soltando carcajadas que resonaban por todo aquel extenso lago. Taehyung atrapó varias, las cuales enfrascó de inmediato poniéndoles la tapa, en cambio Jungkook, él no atrapó ninguna.

—¡Ninguna me quiere!

—A mí sí. Ven. —Taehyung sonrió con esa sonrisita cuadrada que volvió a inflar el pecho de Jungkook. El más pequeño se acercó con repentina timidez y Kim alzó el frasco —Son más lindas de cerca.

—Oh. —los ojos de Jungkook se expandieron, volviendo a brillar y Taehyung no pasó desapercibido esto. Las luciérnagas chocan dentro del frasco, buscando una salida. Su luz dorada era tan poca, pero tan hermosa y divina para los ojos curiosos de un Jeon encantado.

Tus ojos brillan así de bonitos como ellas. —aquella frase. Aquella frase que lo hizo boquear extrañamente. Era extraño volver a sentir su pecho inflar. Taehyung sonrió con mucho cariño, su mirada reflejaba eso.

Reflejaba más que eso..

Y de nuevo el pecho de Jungkook se infló por este acto.

Pero no fue su pecho, sino su corazón que se sacudió.

Ambos amigos se miraron fijamente, uno con brillos ilusos y confusos en sus ojos y el otro con un cariño tan puro e inocente.

Sí, ellos eran el uno para el otro.

—¿¡Qué me miras!? —Jungkook fue el primero en quitar la mirada, poniendo sus brazos en jarra.

—¡Tu cara de mono! —Taehyung le sacó la lengua y esto desató en Jungkook molestia, comenzando a perseguirlo por todo el lugar con la única forma de también sacarle la lengua en su cara.

Las risas no faltaron aquella noche, el cariño mucho menos y las luciérnagas reposando en los cabellos de ambos tampoco.

《 "Esa noche fue tan mágica. Ambos en medio de una segunda guerra mundial, despreocupados mientras saltabamos y nos creíamos luciérnagas, brillando en una noche tan penumbra y triste, con un aire a cenizas.

Kim Taehyung, ¿en qué momento calaste tan profundo mi alma? La tomaste y la hiciste tuya en aquella noche, en aquella madrugada. Porque después de eso dieron las doce y ambos quedamos rendidos, en aquel césped verde largo, con las pequeñas flores amarillas envolviendonos como una manta y las luciérnagas siendo nuestra luz que ilumina nuestros caminos entrelazados, abrazados y respirando el aire del otro.

Taehyung, ¿tampoco lo sentiste? ¿No sentiste esa mirada de amor que te dí por primera vez? ¿Realmente no te diste cuenta?

Él nunca se dio cuenta." 》

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