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Capítulo 4: Una Hermosa Amistad... ¿O algo más?

Había pasado ya un tiempo, no mucho más de un mes o mes y medio, desde lo ocurrido en el bar, y los Weiss seguían investigando quién era el misterioso sujeto que se había encargado de liquidar a su objetivo aquella vez. Lo único que pudieron averiguar de él era que pertenecía a una banda criminal tan poderosa como la de Takatori en su tiempo, solo eso.

También había pasado un tiempo desde que conocieron a Aiko y a Naomi. Ya era cotidiano el ver a Naomi en la florería casi desde que abría, para estar junto a Youji, quien siempre la esperaba. Naomi arrastraba cada vez con ella a Aiko para que la acompañara a la florería, y mientras ésta "hablaba"con Youji, Aiko conversaba animadamente con Omi y Ken cada vez que podía. Hasta Aya se estaba acostumbrado a la presencia de las dos chicas. La única cosa que les llamaba la atención era que siempre antes del atardecer ellas se iban, sin dar explicaciones, sólo se les hacía tarde. Muchas veces les habían intentado preguntar por qué la prisa por irse antes de que anocheciera, pero ellas sabían evadir muy bien ese tema, en especial si se trataba de Naomi con Youji.

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Era un día normal en la florería. Los cuatro estaban abriéndola, y unos minutos después llegaron las chicas. Naomi saludó al pasar a Momoe, quien permanecía sentada junto a su gato, como siempre. Rápidamente saludó a Omi, Ken y Aya, a la inversa de como solía hacer Aiko. Mientras Youji hablaba con Naomi, Aya fue al invernadero para cortar algunas flores para hacer ramos, y Aiko comenzó a charlar con Ken y Omi.

-¡No puedo creer que Youji se la pase hablando con Naomi! –comentó el menor del grupo- ¡Casi ni presta atención al negocio!

-A mí lo que me sorprende es que desde que Naomi está con él, ha dejado de coquetear con nuestras clientas –agregó Ken.

-A mí me sorprende que Naomi haya dejado de coquetear con otros chicos y que lo único de lo que habla en el día sea Youji –se unió Aiko.

-Sí, tú y Naomi se han convertido en la envidia de algunas de las chicas que vienen aquí –rió Omi.

-Sí, he visto cómo miran a Naomi por estar todo el tiempo pegada a Youji pero, ¿por qué yo? –preguntó con inocencia la chica.

-Porque te pasas todo el día hablando con Ken –largó las palabras Aya, con indiferencia al pasar por ahí para acomodar un ramo de rosas. Ken y Aiko se miraron sonrojándose.

-Si me disculpan, voy a trabajar –se excusó Omi al ver a un cliente desorientado.

-Sí, es cierto. Hablamos mucho –dijo Aiko, riendo nerviosamente al igual que Ken.

-Eehm...Aiko... -balbuceó Ken ruborizado- ¿Te... gustaría ir conmigo a un partido de soccer esta tarde?

-¡Me encantaría! –respondió entusiasmada- Pero no puedo –agregó con decepción.

-¿Por qué? 

-Por que...tengo que... ensayar -estaba nerviosa, no quería hablar de ese tema.

-Eso no es cierto –dijo el chico, ella era transparente para él- Sabes que puedes confiar en mí. Si tienes algún problema tal vez pueda ayudarte.

Aiko miró los ojos de Ken, los cuales reflejaban sinceridad, y eso fue lo que le dio a ella el valor para hablar. Desvió su mirada para ver el piso por un momento.

-Si, tengo un problema, pero no puedes ayudarme –su respuesta preocupó a Ken, y agregó ella con una sonrisa- Sólo digamos que a mi padre no le gusta que esté en la calle de noche.

Luego, Aiko empezó a hablar de otra cosa para no volver a tocar ese tema, y Ken lo respetó. Cuando la florería se llenó, como siempre, Ken fue a ayudar a Omi.

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-Deberíamos salir de vez en cuando –dijo Youji- Solos, sin nadie que nos moleste. ¿Qué tal esta noche?

-Suena muy tentador –le respondió seductoramente Naomi- Pero no puedo –agregó cambiando su tono a uno de frustración.

-¿Qué? ¿Por qué? –preguntó sorprendido y desilusionado.

-Porque estoy de niñera –contestó mirando a Aiko con rabia.

-¿Por qué? –se interesó él- ¿Es por ella que siempre te vas al atardecer?

-Sí –respondió ella dejando de ver a Youji para fijar su mirada al piso- Ojalá pudiera decírtelo.

-Puedes hacerlo –dijo Youji con un poco de seriedad- Linda, confía en mí. Tal vez pueda ayudar.

Naomi sonrió, pero no con esa sonrisa coqueta que siempre utilizaba con él, sino una más bien de ternura. Levantó la vista para fijar sus ojos en los de él.

-Eres muy lindo, Youji –le dijo repentinamente acariciándole la mejilla- Pero es un problema de Aiko, y le corresponde a ella contarlo, no a mí.

Youji se perdió durante un instante en esos ojos de un azul oscuro e intenso, que brillaban como las estrellas en el cielo nocturno.

-¿Y qué tan lindo soy? –dijo con su típica sonrisa, haciendo que la chica carcajeara sutilmente.

-¿De verdad quieres saber? –ella lo rodeó con sus brazos el cuello del chico, y se acercó lentamente a sus labios.

Pero se vieron interrumpidos por Aya, quien ya estaba cansado de que Naomi y Aiko distrajeran a sus compañeros de su trabajo en la florería.

-Sino vas a... -comenzó a decir, pero Naomi lo interrumpió.

-¡Ya sé, ya sé! ¡Si no voy a comprar nada, que me vaya! –luego de decir esto, ella miró su reloj y agregó entristecida- Y parece que tendré que hacerlo...

-¿Qué? ¿Por qué? –Youji estaba pasmado- ¡Ni siquiera atardeció!

-No, tontito –dijo ella riendo- Tenemos una audición dentro de tres horas, pero aún no hemos ensayado.

-¿Tú también cantas?

-No, yo soy el coro, por así decirlo –respondió Naomi, y riendo agregó- Pero bueno, me pagan igual. Dinero es dinero.

Naomi le hizo una seña a Aiko de que tenían que irse, y mientras ella se despedía de Ken y Omi, les daba la misma explicación que Naomi le dio a Youji.

-Bien, Youji –dijo Naomi con picardía- Nos vemos pronto.

-Nos vemos –dijo él acercándose a ella para besarla, pero una vez más lo interrumpieron.

-Coff coff... -tosió Aya.

-Espero y te estés ahogando con algo –pronunció Youji entre dientes a Aya, mientras Naomi se alejaba de él.

-Bien, ¿nos vamos? –preguntó Aiko aproximándose a su amiga.

-Sí, nos vamos. Porque al parecer hoy estoy maldita –dijo Naomi molesta- Adiós a todos.

-Nos vemos –se despidió Aiko.

-¡¿Se puede saber cuál es tu problema?! –gritó furioso Youji, en cuanto las chicas se fueron de la florería.

-¿Qué te pasa? –Ken se acercaba con Omi hacia donde él y Aya se encontraban.

-Adivinaré –dijo Omi- Estás enojado con Aya porque espantó a Naomi otra vez, ¿verdad?

-¡Ustedes deberían concentrarse más en el trabajo y en la investigación que en estar perdiendo tiempo con sus novias! –Aya dirigió sus palabras a Youji y a Ken, muy molesto.

-¡Si yo no tengo novia! –se eximieron ellos a la vez, poniéndose rojos.

-No, pero bien que les gustaría –comentó Omi riendo.

-¡Cállate, Omi! –dijeron casi amenazando al chico.

-Pónganse a trabajar –ordenó Aya con su típico tono frío- Y no me refiero sólo a la florería.

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