Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 21: Misión Cumplida


Youji despertó adolorido y un poco confuso. Miró en todas direcciones, estaba en su cuarto. Con gran dificultad se sentó en la cama. Tenía vendas en el pecho, en los brazos y piernas. Notó que en su mesita de luz había un pequeño ramo de tulipanes azules con una tarjeta. Extrañado, tomó la tarjeta y la leyó:

Ven, te voy a contar, porqué la vida nos puso en el mismo camino.

Ven, te voy a contar, porqué estoy convencida que eres mío.

Soy para ti, lo sé, lo supe desde la primera vez.

Quédate conmigo y ve, como te puedo hacer feliz...

"Esta es la estrofa de una canción", pensó Youji viendo la tarjeta y las flores. Un pensamiento cruzó su mente y trató de levantarse lo más rápido que pudo de su cama. Escuchó pasos en el pasillo. Al abrir la puerta vio una silueta, la cual reconoció.

-Naomi –dijo. Ésta paró al escucharlo y se volteó lentamente hacia él para verlo.

-Youji... -estaba sorprendida y aliviada de verlo de pie- ¿Qué haces levantado? ¡Deberías estar en la cama descansando!

-Sí, lo sé –concordó haciendo una mueca de dolor- Pero necesitaba saber... ¿fuiste tú la que puso ese ramo sobre la mesita de luz?

-Salvaste mi vida... tenía que agradecerte de alguna forma –dijo con un tono tímido, que para Youji la hacía ver aún más hermosa- ¡Pero qué tonta! Yo regalándote flores y tú vives en una florería.

-Son hermosas... igual que tú –le dijo él mirándola fijamente. Naomi bajó el rostro con un leve rubor en sus mejillas.

-Y... ¿cómo te sientes? –preguntó ella cambiando de tema.

-Estoy acostumbrado a esto, créeme... ¿Qué pasó con Haruki?

-¿No recuerdas lo que pasó?

-Creo que me golpeé fuerte la cabeza –le respondió tocando su cabeza, adolorido- Lo último que recuerdo es a ese maldito apuntándote con un arma y...

-Lo mataste... -interrumpió ella agachando la cabeza sin saber exactamente cómo sentirse al respecto.

Youji lo notó. Recordó todo lo que Naomi le había dicho en los últimos días y no pudo evitar preguntárselo.

-¿Amabas a Haruki? 

Ella sonrió tristemente.

-Hace un par de meses te hubiera dicho que sí –contestó acercándose a él- Pero apareció alguien... alguien que siento que me respeta, que me cuida, que le importo...

-Y... ¿quién es esa persona? –preguntó curioso sin ocultar su interés. 

Naomi lo miró con seriedad, y acercándose le susurró al oído:

-Tú, tontito... 

Youji la miró con asombro, extrañado sin entender el por qué de todo lo que ella le había dicho. Ella le sonreía, divertida ante su cara de confusión.

-Pero... entonces... ¿Por qué me dejaste? ¿Por qué dijiste todas esas cosas? ¿Por qué dijiste que no me amabas?

-Porque Haruki me amenazó –respondió ella desanimada- Dijo que sabía quién eras, que podía acabar contigo cuando menos lo esperara, y que lo del tiroteo del departamento no era nada comparado con lo que te haría... Yo... me asusté... y preferí dejarte fuera de esto... Lo que le pasó a Gina fue una muestra de lo que él podía hacer...

El silencio se apoderó del lugar. Fue sólo por unos minutos, pero éstos parecieron eternos.

-Yo... entiendo que no me perdones por todo lo que te dije... -la voz culpable de la chica rompió el silencio- Te hice sufrir mucho y... de verdad lo siento...

-Lo que escribiste en la tarjeta... ¿Era verdad? –le preguntó mirándola fijo a los ojos- ¿Estás convencida de...?

-Convencida que soy la mujer para ti, no me dejes ir... -respondió ella, acercándose y cantando seductoramente el resto de la estrofa que escribió en la tarjeta. 

Youji no lo pensó y la tomó con delicadeza del rostro, besándola súbitamente. Ella lo abrazó fuertemente y lo besó con pasión. Youji se sentía en las nubes, besándola con locura, aún mejor que la última vez.

-Ejem... Ejem... -tosió alguien detrás de ellos, quienes, sobresaltados, se separaron.

-¡Omi! ¡Qué alegría verte! –dijo Youji entre dientes. 

-Disculpen que los interrumpa –el joven estaba muy apenado por haber presenciado esa escena- Pero es que acabo de venir de curar las heridas de Aiko, y ella está exigiendo ver a su amiga...

Naomi miró a Youji acariciando su mejilla, y éste le dedicó una mirada de comprensión y le besó su mano mientras observaba como se alejaba junto a Omi.

--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--

Aiko estaba temblando; se sentía muy mal por todo lo que había pasado, por lo que había hecho. Naomi se quedó junto a su amiga, tratando de tranquilizarla.

Mientras tanto, los chicos se encontraban en la sala hablando sobre lo sucedido y esperando a Manx, quien los había llamado para avisarles que iría a comunicarles algo importante.

-¿Qué será lo que Manx querrá decirnos? –se preguntó Omi.

-No lo sé –el pelirrojo se mantenía inmutable- Tal vez tiene que ver con las chicas y la misión.

-Espero que no sea porque las chicas se enteraron de la existencia de Weiss y nosotros no cumplimos con las órdenes –su compañero de cabello largo apareció adolorido, sentándose en el sillón. Le llamó la atención lo callado y pensativo que Ken estaba, había estado así desde que volvieron.

-Ken, ¿qué te sucede? –se adelantó a preguntar Omi.

-Sí, has estado muy callado –agregó Youji- Incluso más que Aya.

-Es que... estoy preocupado por Aiko... -respondió.

-¿No has subido a verla? –preguntó extrañado el menor del equipo.

-No... no me atrevo... 

El timbre sonó y Aya se dirigió a abrir la puerta. La joven mujer pelirroja se adentro en la casa sin esperar a que le indicaran que pasara.

-Manx, ¿qué era eso tan importante que tenías que decirnos? –preguntó Aya.

-Ahora no, primero tengo que hablar con Aiko Midorikawa y Naomi Nakajima –respondió muy seria.

Le indicaron en qué cuarto estaban. Manx insistió en hablar a solas con las chicas, así que ellos esperaron en la sala. Había pasado más de media hora desde que Manx había subido, y comenzaron a impacientarse.

-¿Por qué tardará tanto? –preguntó Omi.

-¿Qué estarán hablando allá arriba? –Aya estaba intrigado, cuando Manx comenzó a bajar las escaleras, y cruzándose de brazos frente a ellos dijo:

-No encontraron el CD, ¿verdad?

-No, aún no –respondió el líder del grupo.

-No completaron la misión y no cumplieron sus órdenes –dijo muy seria. Los chicos la miraron confundidos, por lo que ella les dijo- Ellas los descubrieron y siguen vivas.

-¡No podíamos matarlas! ¡Son nuestras amigas! –objetó el menor.

-Además, pueden ayudarnos a encontrar el CD –agregó Youji, cone esperanzas de no verse obligado a seguir ese mandato.

-De Omi, Ken y Youji me lo hubiera esperado, pero Aya... -extrañada miró al susodicho- Tu siempre sigues las ordenes estrictamente al pie de la letra, ¿Qué fue lo que ocurrió esta vez?

-No lo creí necesario... -fue todo lo que Aya respondió, con su tono monótono. Manx lo vio pensativa por unos momentos, conociendo a Aya supuso que no quiso eliminar a las chicas debido al cariño que sus compañeros les habían tomado.

-En cuanto al CD no se preocupen –añadió, mostrándoles uno. 

-¿Qué? ¿Dónde lo conseguiste? –dijeron sorprendidos.

-Sus amigas me lo dieron.

-Pero... ¿cómo?

-Yo se los puedo explicar... -dijo Naomi bajando las escaleras, mientras todas las miradas se posaron en ella- La noche que Aiko volvió con ustedes, luego de esa pelea que tuvieron, me dijo que tenía un plan para vengarse de su padre y los demás, pero los necesitaba a ustedes y por eso volvió.

-¿Qué plan era ese? –Ken estaba confuso, intrigado al igual que sus compañeros.

-Dijo que existía una información comprometedora, pruebas de los delitos que ellos tenían –explicó- Las últimas noches, Aiko ha estado entrando a su casa para investigar cómo intervenir la red de su padre, averiguó todas las contraseñas y claves para poder acceder a ella. Cuando lo consiguió, bajó toda la información a ese CD.

-¿Pero cómo hizo para entrar a su casa sin que la descubrieran? –cuestionó Omi .

-Tiene experiencia de cuando se escapaba para cantar –respondió ella algo divertida, guiñándoles un ojo- Durante el día, Midorikawa estaba en su empresa, y en las noches dábamos falsas alarmas sobre inconvenientes que pudiera tener la empresa desde alguna computadora. Aún así era peligroso, corría el riesgo de ser descubierta.

-¿Qué pasó con el CD original? –esta vez habló el Weiss de cabello largo.

-No sabemos, creemos que quien lo tenga lo ha destruido –respondió la mujer pelirroja.

-Manx, ¿qué pasará con ellas? –preguntó Aya con seriedad, era un tema delicado y de sumo interés para el resto del equipo.

-Bueno, les ayudaron a concluir la misión –pensó en voz alta, mirando a Naomi con detenimiento- Mientras prometan mantener guardado el secreto de Weiss Kreuz, no veo que sean alguna clase de amenaza.

Los chicos se sintieron verdaderamente aliviados, en especial Youji y Ken. Pero eso cambió cuando Manx volvió a hablar.

-Sin embargo, tengo lo que creo será una mala noticia para ustedes.

Antes de seguir hablando, Manx mandó llamar a Aiko, y al estar ésta presente continuó.

-Aiko, según tengo entendido tu padre era tu único pariente vivo en Japón, ¿no es así? –Aiko asintió- Estuvimos investigando, y al parecer tienes una tía en Sudamérica... Creemos que lo mejor para ti es que empieces una nueva vida lejos de aquí, por lo menos hasta que las cosas se calmen.

-Pero... eso significa... -comenzó a decir ella.

-Que te irás a vivir a Sudamérica con tu tía. Persian hizo los arreglos pertinentes, éste es tu pasaje –dijo Manx entregándoselo- Te irás mañana temprano.

-¿Qué? ¿Tan pronto? ¿Así como si nada? –Naomi se sobre saltó ante tal noticia.

-Es mejor así –la voz de Aiko era casi audible, al punto de parecer un susurro- Necesito estar lejos de todos mis malos recuerdos...

Subió rápidamente las escaleras, entrando a su cuarto.

--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--

Luego de unas horas, tocaron a la puerta de Aiko.

-Si eres Naomi, pasa.

-No soy ella, ¿igual puedo pasar? –dijo un castaño entrando en la habitación- ¿Cómo... te sientes?

-Mal, no pensé que me iría tan pronto –respondió, un poco molesta y a la vez triste por la situación, sentándose a su vez en la cama.

-Veo que estás empacando –la vista del chico se dirigió hacia la valija sobre la cama.

-Sí, acabo de terminar –respondió ella con desaire- ¿Y Naomi?

-Se fue. Dijo que tenía que prepararte una sorpresa para despedirte.

-Ella siempre tan atenta. Hemos pasado por tanto, es casi como una hermana para mi–las lágrimas comenzaban a escapar de sus ojos, aunque ella luchaba para evitarlo.

-Hey, aunque te vayas a Sudamérica podrán seguir en contacto... –Ken trataba de animarla un poco, le partía el corazón verla así.

-No es por eso que estoy así –esta vez, sus lágrimas caían con mayor fluidez.

-Entonces, ¿por qué estás así? –su voz se oía preocupada, y sentándose a su lado trató de reconfortarla.

-Es que yo... yo... ¡no puedo olvidar lo que hice! –respondió cubriéndose el rostro mientras las lágrimas corrían por el- ¡Maté a mi padre! ¡A mi padre!

-No lo hiciste porque quisiste, el arma se disparó sola. Fue un accidente –Ken trató de tranquilizarla.

-Lo sé. Pero aún así fue una sensación horrible –sus palabras brotaron entre sollozos- La sangre en mis manos... el arma... su cuerpo en el suelo...

Ken no se contuvo más y la abrazó. Detestaba verla así, sufría cada vez que la veía mal. Ella seguía con el rostro cubierto por sus manos, sin parar de llorar.

-¡Mató a mi madre! ¡Él arruino mi vida! ¡Y yo acabé con la de él! –estaba afligida, la culpa la estaba carcomiendo.

-Entonces... ¿ya lo sabías? 

-Él me lo confesó cuando estábamos en la oficina...

Flash Back

Midorikawa empujó a Aiko dentro de la oficina. Ella cayó sentada en el sillón.

-¡Condenada! ¡Traidora! –gritó él- ¡¿Cómo pudiste hacerme esto?!

-¡Es menos de lo que te mereces por todo lo que hiciste! ¡Delincuente! –respondió ella- ¡Les robaste a tus empleados! ¡Los explotaste y extorsionaste! ¡Y los matabas si no accedían a pagarte!

-¡Esas sabandijas creían que podían hacer lo que quisieran! ¡Merecían un escarmiento! –se defendió.

-¿Escarmiento? ¡Mataste a tu secretario!

-Ese... es el precio de la traición, querida... -contestó su padre con un tono siniestro en la voz, lo que hizo que Aiko se estremeciera- Sino pregúntale a tu madre...

-¿Qué quieres decir con eso? –preguntó confundida.

-¿De verdad todo este tiempo creíste que eso fue un accidente? –su pregunta fue más en tono de burla que interrogante- ¿Acaso no leíste los archivos que bajaste de la red?

-Sí, pero... tú no lo harías -su hija lo miró dudosa,sin querer creer que su padre llegaría tan lejos- Sólo discutieron... ¿Por qué habrías...? 

-¡Ella me descubrió! ¡Iba a delatarme! –gritó furioso- Descubrió mis negocios con Eszett. Ella quiso que me entregara por las buenas o sino me entregaría...

-¡Pero... eso fue un accidente! –levantó la voz, alterada, poniéndose de pie.

-La verdad, no –contestó su padre con su diabólica sonrisa- Dime... ¿no se te hace extraño que de la nada un auto atropelle a Ariasu, el conductor la ayude, y luego desaparezcan él y el auto?

-No... no puede ser... -analizaba la situación, queriendo aguantar las lágrimas, no encontraba nada de lógica a lo que su padre relataba.

-Pero es... -dijo Midorikawa- Le dije a Ariasu que tuviera cuidado por la calle, que andar en motocicleta es peligroso... Sabía que te saludaría como siempre acostumbraba hacerlo...Yo mandé a ese hombre a atropellarla.

-¡No! –gritó Aiko llorando al recordar el rostro de su madre. Ahora entendía por qué esa mirada; su madre temía por lo que le pudieran hacer a ella y a su hija. Pero no le dieron tiempo de reaccionar cuando la atropellaron. Aiko se sentía terrible recordando ese traumático momento.

-Se lo advertí –su padre tenía una mirada terrorífica y su voz era suave y maliciosa- Pero ella es así, arriesgada, nunca piensa en las consecuencias...

Fin del Flash Back

Aiko lloraba para desahogar su dolor, pero no podía parar. Eso ponía mal a Ken, que no sabía si quedarse con ella o dejarla sola. Prefería quedarse junto a ella, pero eso no era decisión de él.

-¿Quieres que me vaya y te deje sola? –preguntó Ken luego de un rato de contenerla.

-¡No! –gritó desesperada, abrazándolo con fuerza- No me dejes sola... por favor... quédate conmigo...

Él acarició el cabello de Aiko mientras la abrazaba. Por supuesto que no iba a dejarla, pero tampoco quería que se fuera, se sentía tan bien al estar con ella. Si su decisión era irse él no podía hacer nada al respecto. La quería y quería lo mejor para ella, y lo mejor era alejarse por algún tiempo de todo ese sufrimiento y olvidar lo ocurrido en el hotel.

Ken se quedó con ella, abrazándola, conteniéndola y cuidándola como lo había hecho siempre. Ella se sentía segura con él, y le hubiera gustado quedarse ahí, así para siempre, con él y nadie más...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro