Ken no podía dejar de pensar en lo que había pasado la noche anterior. Estaba completamente seguro de que Aiko lo amaba tanto como él a ella. Aiko estaba tratando de ignorarlo, pero mucho no le funcionaba. No es fácil ignorar a alguien que te besa y te dice "te amo" mientras duermes. Aún así hizo el esfuerzo. Por otra parte, se sentía vigilada por Aya. Sabía a la perfección que él sospechaba de ella, pero por el momento era mejor disimular.

-¡Buen día a todos! –dijo Omi, que volvía del colegio, rompiendo el hielo entre todos.

-¡Hola! –respondieron los presentes.

-Ahora que Omi volvió, yo me voy... -dijo la única chica presente dejando el delantal y tomando su chaqueta.

-¿A dónde vas? –preguntó Aya desconfiado al ver la prisa que ella llevaba. 

-Tengo...una presentación en la tarde y... debo ensayar... Adiós –se despidió yéndose lo más rápido que pudo. Esto levantó aún más las sospechas de Aya. Ken se percató, por el tono nervioso de Aiko, que ésta mentía y comenzó a preocuparse.

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Unas horas antes de cerrar, Youji había subido a su cuarto en busca de su celular, que lo había dejado sobre su cama. Al revisarlo, tenía un mensaje de voz de Naomi, el cual escuchó de inmediato.

-"¡Hola, Youji! Llamaba para agradecerte por el cachorro... es hermoso, ¡Gracias! Y..." -de pronto se escuchan unos golpes y un grito-. "¡Aiko!" –la voz de Naomi se siente desesperada y asustada. Cae el tubo de teléfono y se oyen voces masculinas, pero es difícil entender lo que dicen. Se escucha un golpe y se corta la llamada.

"¡Oh, por Dios! ¡Naomi y Aiko!" pensó Youji, invadido por una sensación de terror, imaginándose lo peor por lo que había escuchado.

Tomó su arma, el auto, y salió lo más rápido que pudo en dirección a la casa de Naomi, sin haberle avisado a sus amigos sobre aquel mensaje.

Al llegar encontró la puerta rota y todo en el departamento estaba destrozado; indicios de que ahí hubo una pelea. Podía oír los ladridos del perro, los cuales siguió y encontró al pequeño cachorro en su caja, encerrado en el ropero. Youji sacó con delicadeza la caja con el akita; éste temblaba y lloraba mucho. Al regresar al living, descubrió el cuerpo de Naomi desplomado en el suelo. Corrió desesperadamente hacia ella y se calmó un poco al comprobar que sólo estaba desmayada.

-Aiko...no se la lleven... por favor... -comenzó a desvariar ella.

El chico tomó a Naomi en brazos y se la llevó, luego de avisar por teléfono a sus amigos sobre lo sucedido.

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Al despertar, Naomi se encontró con que tenía una venda en la cabeza y que estaba en un cuarto, en la cama de Youji. Naomi tocó su vendaje e hizo una mueca de dolor; le dolía mucho la cabeza. Al parecer había recibido un golpe muy fuerte.

-Al fin despertaste –dijo un joven de cabello largo aliviado, acercándose a ella.

-Youji...Aiko... ¡Se la llevaron! ¡Tengo que ayudarla! ¡Van a lastimarla! –estaba desesperada, había recordado lo sucedido en su departamento.

-Naomi, tranquilízate –le pidió él. En ese momento entraron el resto de los chicos.

-¿Qué son esos gritos? –preguntó Ken un tanto sobresaltado, entrando a la habitación seguido por Omi y Aya. 

-¡Naomi! ¡Despertaste! –Omi sonrió al ver que ella se encontraba bien.

-¿Qué es lo que te sucede? –preguntó el castaño al ver el estado de la chica.

-¡Es Aiko! ¡Está en grave peligro! –respondió ella muy alterada.

-Necesitamos que nos digas qué fue exactamente lo que pasó –se pronunció Aya seriamente.

-Yo...había llamado a Youji por teléfono... -relató, recordando lo que pasó.

FlashBack

Naomi hablaba nerviosa y un poco sonrojada por teléfono. De pronto, escuchó un par de fuertes golpes en la puerta. Aiko se asomó del cuarto al living para ver qué ocurría. La puerta cayó y Aiko gritó con desesperación, muerta de terror, al ver de quienes se trataba. Los causantes del alboroto, Kunio, Haruki y dos hombres más, entraron para llevarse a Aiko.

-¡Aiko! –gritó Naomi espantada, dejando caer el tubo del teléfono.

Aiko forcejeó con esos dos extraños para que la soltaran.

-¡Ya basta! ¡Déjenla! –dijo tratando de ayudar a su amiga, pero Kunio la tomó por atrás y la tiró con furia al piso. Naomi trató de defenderse y ayudar a Aiko, pero esta vez Haruki se interpuso. La abofeteó sin piedad y ésta cayó al piso, golpeándose fuerte la cabeza. Desmayada, pero aún consciente, escuchó lo que decían.

-¡Tranquila, niñita! –Kunio tapó la boca de Aiko con un pañuelo con cloroformo. Ella se desmayó; fue más fácil para ellos llevársela así.

-¿Qué haremos con Naomi? –dijo Haruki acariciando el rostro de la chica.

-Matarla –respondió Kunio indiferente.

-¡No! –se sobresaltó su compañero- ¡Ella es mía y nadie le pondrá una mano encima!

-Entonces déjala ahí, igual no puede hacer nada. Además, conociéndola, irá a buscarla por su cuenta... y ahí, si la quieres, será tuya...

Haruki sonrió maliciosamente y besó a Naomi antes de irse.

-Nos veremos pronto, fiera –le dijo, para luego marcharse con Kunio.

Fin del Flash Back

Lo que Naomi les dijo concordaba perfectamente con lo que Omi había averiguado al analizar el mensaje de voz en el celular de Youji.

-Muy bien, chicos. Alístense, iremos a buscar a Midorikawa –declaró Aya muy serio.

-¡Pero es muy peligroso! –protestó Naomi preocupada.

-Eso no importa, traeremos de regreso a Aiko –trató de tranquilizarla Ken antes de salir del cuarto junto con Aya, para alistarse para la batalla.

-Iré a traerte un vaso de agua y un analgésico –dijo Omi viendo como temblaba Naomi.

-Te lo agradezco -susurró ella viendo el piso, mientras Omi se retiraba. Youji se sentó en la cama al lado de ella.

-Tranquila. Traeremos a Aiko sana y salva de regreso –él quiso calmarla acariciando su mejilla.

-Akira... -recordó ella- ¿Dónde está? 

-¿El cachorro? Está durmiendo –respondió Youji, señalando la caja en la que encontró al perro, al lado de la cama. Efectivamente, el cachorro se encontraba durmiendo con serenidad.

-Lo trajiste... -dijo Naomi con un tono dulce, observando a Akira.

-Sí. ¡Ese perro me costó un ojo de la cara! No pretendías que lo fuera a abandonar, ¿o sí? –contestó Youji bromeando.

-No debiste molestarte...

-¿En traerlo? ¡Si no fue nada!  Sólo lo subí con la caja al auto...

-No debiste molestarte en regalármelo... -interrumpió Naomi, con un tono más tímido.

-Querías mucho a Gina, adorabas a ese perro... Debiste de sentirte terrible después de lo que hicieron con él... -dijo Youji observándola con ternura, pero ella no se atrevía a verlo a los ojos- Creí que te sentirías mejor si tenías una compañía como Akira... 

-¿Es verdad lo que dijiste en esa tarjeta? –preguntó ella, aún con la vista fija en el piso.

-Todo lo que te he dicho desde que nos conocimos, es la pura verdad –le respondió con franqueza.

Naomi tomó valor y levantó la mirada para fijarla en los ojos de él. Al ver la sinceridad con la que Youji le hablaba, comenzó a sentirse nuevamente culpable por haberlo dejado, y las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos.

-Hey, ¿por qué lloras? –preguntó Youji abrazándola. Naomi no contestó, sólo se limitó a responder a ese tierno abrazo.

De golpe la puerta se abre y ellos se separan sobresaltados.

-Ups...perdonen, ¿interrumpí algo? –el menor sus compañeros entraba con el vaso de agua en la mano. 

-No, igual yo ya me iba –Youji se puso de pie, dispuesto a prepararse para la pelea que se avecinaba- Omi, quédate con ella.

-Note preocupes, Youji –asintió, mientras él se retiraba.