Capítulo 14: El regreso de Aiko
Aiko ayudaba a los chicos en la florería, aunque era muy fría con ellos. No como Aya porque no hay quien lo supere, pero les hablaba lo mínimo imprescindible. Ken no podía sacarle la vista de encima; trataba de hablarle, pero ella siempre lo evadía. Youji seguía deprimido, ignorando a las chicas que venían al local. No coqueteaba con ninguna, y eso llamó la atención de Aiko.
-¿Se puede saber qué te pasa? –le preguntó mientras lo ayudaba a regar algunas plantas.
-¿Es algo que te importe? –respondió extrañado por el repentino interés de la chica.
-A mí no, pero tal vez a Naomi sí –el leve tono de fastidio acompañó sus palabras.
-No creo que a ella le interese –contestó Youji- Si me dejó, no creo que le importe...
-¡¿Qué?! ¿Na...Naomi te dejó? –la expresión de sorpresa que se reflejaba en la cara de la chica, dio a entender que no era conocedora de aquella noticia. Lo que generó el asombro de Youji.
-¿No lo sabías? Creí que lo sabías, que tú le habías dicho algo.
-Para tu información, yo no le dije nada. Pero me alegra que te dejara. Ella ha sufrido mucho por culpa del maldito de Haruki, no se merece otra decepción con otro asesino. Se merece algo mejor que esto...
Aiko se fue, pero sus palabras resonaban en la mente de Youji. En cierto modo ella tenía razón; Naomi había sufrido mucho por culpa de aquel rufián, y él podía decepcionarla si se llegaba a enterarse de su doble vida. Después de todo, ¿qué diferencia había entre ellos? Era un asesino, verdugo de las bestias sombrías, con toda la sangra que sus manos cargaban, él no tenía derecho a amar a nadie ni a ser amado. Era verdad, ella se merecía algo mejor...
--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--
Youji estuvo deprimido todo el día, en parte por pensar en las palabras de Aiko, y en sus propios pensamientos. Omi y Aya estaban cerrando el negocio, y Aiko estaba de salida.
-¿A dónde vas? –preguntó Omi extrañado de que la chica saliera a esa hora.
-Les recuerdo que soy cantante, tengo una presentación ahora. Trataré de volver temprano –respondió ella, y se fue sin dar más explicaciones.
Youji estaba en su cuarto, recostado en la cama. Repentinamente oyó un maullido. Volteó a ver; había un gato en la ventana de su cuarto. Al acercase, el felino se asustó y salió corriendo. Eso le recordó mucho a la primera vez que habló con Naomi, cuando su perro armó ese revuelo en la florería. Al fijar su vista en la mesa, vio una foto en la que estaba abrazando de espaldas a Naomi y tenían sus rostros juntos. Se veían felices.
"No puedo creerlo, nunca imaginé que extrañaría tanto a alguien" pensó, observando la foto con una sonrisa. Todos los buenos momentos que había pasado con Naomi venían a su mente. Todavía no comprendía porqué lo había dejado, pero estaba seguro que no era por las razones que ella decía. Tampoco comprendía bien lo que le estaba pasando con ella, pero estaba dispuesto a averiguarlo, y no rendirse hasta descubrirlo.
--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--:--
Era de noche y los chicos se habían ido a dormir, aunque Aiko no había vuelto todavía. Ken no podía dormir y bajó las escaleras. Se quedó en el living esperando a que Aiko regresara, y sin darse cuenta se durmió en el sofá.
A la mañana siguiente, un par de horas luego de que amaneciera, Aiko entró a la casa y vio a Ken dormido en el sofá. Se acercó un poco a él, con cuidado de no despertarlo. Lo observó con ternura, pero sacudió su cabeza sin entender por qué se sentía así. Estaba a punto de retirarse, pero una voz la detuvo.
-Aiko, ¿eres tú? –dijo Ken medio dormido.
-Sí, perdóname si te desperté –ella trataba de aparentar frialdad.
-¿Dónde estabas? –preguntó mientras se sentaba.
-Eso no te incumbe –respondió antes de retirarse.
-¡Claro que sí! ¿No dijiste que te protegiéramos? ¡Eso hago!
-Sí, claro... ¿Y dormiste aquí porque me estabas esperando? –su sarcasmo era notorio .
-¡Me preocupé por ti! ¡Creí que te había pasado algo grave!
-Estaba con Naomi... ella se sintió mal y me pidió que me quedara con ella.
-¿Le pasó algo grave? –preguntó Ken levantándose de su lugar.
-¿Recuerdas a Gina, el perro de Naomi? –preguntó ella, a lo que Ken asintió- Ayer acompañé a Naomi hasta su casa, y cuando entramos encontramos al animal muerto, descuartizado, con una nota de Haruki, amenazándola...
-¡Eso es terrible! ¡Ese tipo es...!
-¡Una basura, lo sé! –interrumpió ella molesta- ¿Ahora comprendes por qué vine a esta hora?
-Aún así me preocupé por ti... -la mirada del chico hacia ella reflejaba ternura- Temí que te pasara algo...
-¡Sabes que no te creo!
-Sí, lo sé... pero no me importa. De alguna forma te voy a demostrar que soy franco contigo.
-Necesitarás algo mejor que esto para que vuelva a confiar en ti –fueron las últimas palabras de Aiko antes de retirarse a su cuarto.
Ken volvió a tirarse en el sofá. No importaba cómo, pero él estaba dispuesto a recuperar la confianza y el amor de Aiko sin importar cuánto le costara.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro