Capítulo 8
- ¿Por qué estás tan contenta, Alice? - preguntó Evie bajando hacia la cocina y desayunar.
- Hoy es el cumpleaños de Bella - sonrió emocionada - y le gustará mi regalo.
- ¿Y los nuestros? - preguntó Emmett.
- También.
- Vamos, Evie - la cogió de la mano Rosalie - llegaremos tarde.
- ¡ADIOS PAPÁ, ADIOS MAMÁ, OS AMO! - gritó Evie mientras era arrastrada por la rubia.
- ¡Y NOSOTROS A TI! - rió Carlisle al ver como la pequeña de la casa se quejaba porque su hermana no la había dejado terminar su desayuno.
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En la entrada estaban los Cullen esperando a Edward que estaba hablando con su novia.
- ¿Qué problema tiene con la edad? - bufó Evie - tiene dieciocho y se queja porque está envejeciendo. ¿Saben lo que daría yo por haber llegado a esa edad?
Jasper pasó el brazo por sus hombros acercándola a él.
- Bella será uno de nosotros - habló Alice - lo e visto.
Todos entraron, y cada uno se fue a su correspondiente clase.
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Después de clase, Alice obligó a Rosalie y Evie a ir a comprar vestidos.
- ¿Es realmente necesario?
- Si - respondió escogiendo dos para sus hermanas - hacedlo por Edward.
Las dos se miraron y suspiraron.
- De acuerdo.
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Alice los posicionó por el salón a la espera de Edward y Bella.
-¡Ya es hora! - soltó emocionada agarrándola del brazo acercándola a la familia - vamos, vamos, vamos.
- Lamento todo esto - dijo Carlisle - tratamos de controlar a Alice.
- Pero es imposible - sonrió Esme abrazando a Bella - feliz cumpleaños.
- Toma - dijo Emmett dándole una caja envuelta - el regalo de Evie y mío.
Bella la miró sorprendida; no había esperado nada de ella. Todos sabían que a Evie y Rosalie no les caía bien. Agitó la caja al sentirla liviana, y los miró extrañada.
- Emmett ya lo instaló en tu camioneta - respondió Evie al notar su mirada.
- Si - siguió su hermano - al final tendrás un equipo de sonido decente en ese montón de chatarra.
- ¡OYE! - se rió Bella.
- Umm...bueno, toma - dijo Rosalie dándole una pequeña caja - es un collar, Alice lo escogió.
- Gracias - le sonrió.
Cuando iba a abrir el regalo de Esme y Carlisle, hizo un movimiento brusco y se cortó. Una pequeña gota de sangre salió de su dedo índice.
Jasper se puso como loco y corrió hacia ella. Edward la empujó hacia atrás haciendo que saliera volando y se impactara con la pared para después caer. Rápidamente lanzó a Jasper por los aires alejándolo de Bella y se impactara contra el piano. En el momento en el que Jasper se levantó, Evangeline levantó la mano dejándolo inmóvil.
- Tranquilo hermano, no atacaras a Bella.
Todos observaban el brazo de Bella; Carlisle y Esme eran los que tenían más control.
- Alice, saca a Jasper de aquí - dijo Carlisle.
Los vampiros se fueron con Jasper mientras que Edward se quedó observando a Bella.
- Tendré que suturar la herida - dijo Carlisle - Edward, ve con ellos, y habla con Jasper. Estará muy molesto consigo mismo por lo que pasó, y dudo que escuche a alguien más en estos momentos.
Edward se fue después de mirar unos segundos de más a Bella.
Evie acompañó a su padre y a Bella a una habitación para curarla.
- Lo siento - se lamentó Bella - por todo.
- No fue tu culpa - respondió Carlisle.
- ¿Como logras contenerte?
- Años y años de práctica.
Evie sonrió orgullosa.
- ¿Por qué elegiste ser doctor?
- Siempre supe lo que quería hacer. Ayudar a la gente de la mejor manera posible, eso me hace feliz - sonrió - Aún cuando eso me condene.
- ¡Papá! - lo regañó Evie; Carlisle y Bella la miraron - deja de ser tan duro contigo mismo. Tienes el alma más pura que e conocido y no voy a dejar que pienses lo contrario - se cruzó de brazos.
Carlisle la miró con cariño.
- ¿Es por eso? - preguntó Bella confundiendo a los otros dos - ¿por eso no me transformará?
- Imagina que la situación fuera al revés - explicó Carlisle - si creyeras lo mismo que Edward...¿le quitarías el alma? - terminó de desinfectar la herida - pequeña - miró a su hija - ¿puedes...?
Evangeline asintió y se acercó a Bella.
- ¿Qué va a...?
No pudo terminar la frase al quedarse muda cuando vio como Evie acercaba la mano a la herida y ésta se iba cerrando poco a poco.
- Ya está.
- ¿Como has hecho eso? - ya no tenía rastro de la herida.
- Soy una bruja - se encogió de hombros.
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