Capítulo 30
Evie se despertó al día siguiente con dolor de cabeza por haber estado casi toda la noche leyendo sobre esa cura; así que para despejarse, se duchó y bajó a desayunar.
- Hola pequeñaja.
Evie se atragantó con los cereales y Jacob le dio palmaditas.
- ¿Sabes? Existe algo llamado timbre - lo miró - es ese botón que cuando lo presionas...
Jacob le dio un beso y fue a prepararse su propio desayuno.
Evie entrecerró los ojos y luego suspiró; si no fuera porque los estaba ayudando con el tema de Sam, no le dejaría tener tanta confianza.
- ¿Qué sucede ahí arriba?
- Creo que el bebé le ha roto algo más - dijo haciendo una mueca.
- ¿Otra costilla?
- No sé - se encogió de hombros.
- ¿Te pasa algo? - preguntó Jacob al verla cabecear - tienes unas ojeras horribles.
- Oh, gracias es lo que toda chica quiere escuchar - respondió sarcástica.
- ¿Has dormido? - se acercó y posó sus manos en las siens comenzando a masajear.
- A penas - cerró los ojos disfrutando del masaje - pero creo que tu has dormido menos, ¿no?
- Quiero asegurarme de que no hay ningún tipo de sorpresa con Sam - le dio un beso en la frente - pero tú deberías descansar.
En ese momento se escuchó la voz de Rosalie en el piso de arriba.
- ¿Lo ves? Te dije que no habías oído chasquido alguno. Necesitas revisarte los oídos, Edward.
Evie suspiró.
- Edward va a terminar por hacer picadillo a Rosalie - dijo al no oír respuesta por parte de Edward - puede que no se de cuenta o piense que Emmett sería capaz de frenarle.
- Puedo encargarme de Emmett - bromeó - tú puedes ayudar a Edward a destrozar a Rosalie.
Evie le dio un golpe en el brazo sonriendo a medias.
- No seas así, Rosalie es un amor.
- Si tú lo dices.
- Claro que lo digo yo.
- ¿Ya está discutiendo la parejita?
Los dos voltearon al oír a Seth.
- Claro, pasa, no te cortes - bufó Evie y frunció el ceño al darse cuenta - ¿nos ha llamado parejita? Porque no lo somos.
- Ah, ¿no? - preguntaron los dos confundidos.
- No, ni siquiera me lo has pedido.
En ese momento vieron bajar a Edward cargando a Bella que sostenía con ambas manos una copa de sangre. Jacob y Seth disimularon como pudieron la mueca de asco.
- Hola chicos - saludó Bella.
Edward la depositó con todo cuidado en el sofá y se sentó en el suelo junto a su cabeza.
Evangeline vio bajar a su padre por las escaleras con paso lento y la preocupación en el rostro.
- ¿Papa? - se preocupó ella; y se acercó a él - ¿estás bien?
Carlisle acarició su cabeza con cariño y miró a Jacob.
- ¿Crees que podríamos...
- Hemos llegado casi hasta medio camino de Seattle sin hallar rastro alguno de la manada - asintió - tenéis vía libre.
- Gracias - suspiró aliviado mirando de reojo la copa de sangre - nuestra necesidad es grande.
- Podréis ir en grupos de más de tres - siguió Jacob - estoy convencido de que Sam permanece acuartelado en la Push.
Carlisle asintió.
- Entonces, Alice, Esme, Jasper y yo iremos primero. Luego Alice puede llevarse a Emmett y Rosal...
- Ni en broma - bufó Rosalie - Emmett puede acompañarte ahora.
- Tú también deberías ir de caza, Rose - dijo Evie.
- Y lo haré, pero en el mismo grupo que él - señaló a Edward con un movimiento brusco de la cabeza y luego se echó hacia atrás el cabello.
- Bien - suspiró Carlisle y miró a Evie - deberías descansar, cariño, no se te ve bien.
- Eso es porque no duerme - respondió Jacob.
Ella lo miró mal.
Jasper y Emmett bajaron los escalones en un abrir y cerrar de ojos y Alice se unió a ellos cerca de la puerta trasera.
Esme también fue mientras Carlisle le puso una mano en el brazo a Jacob.
- Gracias - agradeció antes de salir disparado por la puerta junto a los demás.
Evie se sentó en el sofá y Jacob junto a ella mientras que Seth se sentó al lado de Bella.
- Puaj, que alguien saque al perro - murmuró Rosalie arrugando la nariz.
- A ver si te sabes este chiste, psicópata, ¿como muere el cerebro de una rubia?
- Rose, no contestes, y tú, ¿podrías dejar de fastidiarla?
- Evie, ¿estás bien? - preguntó Edward a su hermana al verla frotarse la frente - Jacob y tú tenéis pinta de cansados.
- Estoy reventado - admitió Jacob mientras que Evie le ignoró.
- Ya me gustaría reventarte a palos, ya me gustaría - murmuró Rosalie demasiado bajo para los oídos de su hermana.
Bella le pidió a Rosalie que le rellenara la copa y la rubia salió disparada hacia las escaleras en busca de más sangre.
- ¿Has dicho algo? - preguntó Edward llamando la atención de todos en el salón.
- ¿Yo? - preguntó Bella confusa - no he dicho nada.
Edward se removió hasta quedarse de rodillas y se inclinó fijando los ojos en los de Bella.
- ¿Qué acabas de pensar ahora mismo?
- Nada, ¿qué ocurre?
- ¿Y hace un minuto?
- Pues...en la isla Esme...y en plumas.
- ¿Porqué pensaste en plumas? - frunció el ceño Evie.
Los dos lobos también se lo preguntaron, pero al ver a Bella ponerse roja como un tomate, desearon no ser tan curiosos.
- Di algo, lo que sea - siguió Edward.
- ¿Como qué...?
Edward se movió con extremo cuidado mientras colocaba ambas manos sobre el enorme vientre redondeado.
- El fet...- tragó saliva - al...al bebé le gusta el sonido de tu voz.
Todos se quedaron boquiabiertos al escuchar a Edward.
- ¡CIELO SANTO, PUEDES OIRLE! - gritó Bella; hizo un gesto de dolor.
- Le has asustado - siguió Edward acariciando con suavidad la zona donde el bebé debía de haber propinado la patada.
- Lo siento, peque.
- Esto es lo más loco que e escuchado en mi vida y viniendo de una Mikaelson es decir demasiado. ¿En qué piensa ahora?
- Él o ella...- alzó la mirada viendo a todos - está feliz.
- Claro que eres feliz, bonito, por supuesto que sí - canturreó Bella con las mejillas bañadas en lágrimas mientras se acariciaba el vientre - ¿como no ibas a serlo, estando sano y salvo y siendo tan querido? Te quiero mucho pequeño E.J. por supuesto que eres feliz.
- ¿Como le has llamado? - preguntó Edward curioso.
- ¿E.J? Vamos, Bella, es horrible, no le hagas eso a mi sobrin@ - bufó Evie.
- Puede que...- Edward hizo una pausa y luego dijo - vaya.
- ¿Qué?
- También le gusta nuestras voces - dijo mirando a Evie.
Ella sonrió orgullosa.
- ¿Y si él resulta ser ella? - preguntó Rosalie.
- He jugado con Renée y Esme, algo así como Renesmee. ¿Es demasiado raro?
- No, me gusta - aseguró Rose.
- Es bonito - asintió Evie.
Jacob y Seth asintieron al ver como Bella miraba a todos como pidiendo aprobación por el nombre.
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