Llegó el día y todos se marcharon a la mitad del claro y los lobos parecían enfadados y los Cullen decepcionados. Habían oído la conversación entre Jacob y Bella y por la comunicación de Seth, la manada pudo ver como se besaban.

Rosalie no podía creer que estuvieran ahí dispuestos a jugársela por esa humana que solo sabía jugar con su hermano y el chucho. Y rechinó los dientes cuando escuchó a Edward decir a Bella que no estaba enfadado con ella.

- Bien - habló Jasper intentando aligerar el ambiente cuando vieron llegar a Jacob en su forma lobuna - tenemos la habilidad, el entrenamiento y la sorpresa de nuestra parte. La lucha acabará pronto.

- Tened cuidado - les dijo Carlisle a los suyos.

Todos asintieron y se prepararon al ver a los neófitos.

Emmett fue el primero en lanzarse a por ellos y se lo estaba pasando genial. Uno de los neófitos descubrió el olor de Edward y Bella y Leah se adelantó despedazándolo con la ayuda de Sam.

Paul ayudó a Alice a quitarse a uno arrancándole la cabeza.

Emmett ayudó a Jacob al ver que uno de ellos lo hizo rodar.

Uno de ellos se lanzó a por Evie y no le dio tiempo a reaccionar, así que los dos rodaron por el suelo. Ella con magia le sacó la cabeza, se levantó agitada viendo a más de ellos y furiosa levantó las manos dejando salir fuego quemándolos a todos.

Cuando creyeron que habían acabado, uno apareció por detrás de Leah y Jacob se lo quitó de encima. Entonces todos oyeron como el neófito le rompió las costillas; Sam y los demás mataron al neófito y se lo llevaron antes de que los Vulturis llegaran.

Al ver a Evie desmayada su familia se asustó, pero se aliviaron al ver que no tenia rasguño alguno. Tuvieron que dejar que Leah se la llevara para que los Vulturis no supieran de ella.

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Evie empezó a abrir los ojos al notar como unos brazos la levantaban y la sentaban en el regazo de alguien.

- Despierta hija, por favor - susurró Carlisle angustiado.

Ella pudo ver siluetas borrosas aunque las voces se hacían cada vez mas audibles.

- Papá - susurró a penas, aunque todos la oyeron, con dificultad le puso dos dedos en la sien y le mostró lo que estaba pasando.

- ¿Qué? ¿Qué te a mostrado? - Rosalie se desesperó al oír un quejido de dolor de su hermana.

- Esther a resucitado y a traído de vuelta a dos de sus hijos en cuerpos de brujos. Quiere canalizar a Evie para tener más poder y así poner las almas de sus hijos en otros cuerpos y destruir los originales.

- Duele - apretó los ojos y se encogió cuando sintió algo, como si estuvieran apretándola con una cuerda invisible y sacar todo el poder.

- ¿Qué pasaría si lo consigue? - preguntó Bella.

- Si lo consigue, todos los vampiros desaparecerán del planeta junto a Evie.

Todos jadearon de horror, Leah no quería que le pasara nada a su mejor amiga.

- ¿Quién es Esther? - preguntó Sam.

- La madre biológica de Evie - respondió Jasper.

- ¿Estás diciendo que esa mujer quiere matar a su propia hija? - se sorprendió Seth.

- Los padres de Evangeline los convirtieron en lo que son y ahora quieren destruirlos, pero la única manera de hacerlo es dejándola vulnerable para quitarle los poderes. Esther tendría todo el poder para acabar con todos sus hijos.

La manada estaba horrorizada al enterarse cuanto había sufrido; ninguno quería que muriera pero tampoco sabían que hacer.

- Papá - éste la miró muy preocupado - pase lo que pase, no dejes que mi corazón se pare - y cerro los ojos.

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Evangeline apareció en una sala donde vio a sus hermanos Elijah y Klaus.

El noble cuando la vio, la abrazó.

- ¿Estás bien? - dijo cuando se separó de ella.

- Eso creo - frunció el ceño - lo último que recuerdo es como Esther intentaba quitarme los poderes.

- Tenemos que detenerla antes de que lo consiga y nos mate a todos.

Evie giró la cabeza y vio a Klaus.

- ¿Podrías dejar de odiarme aunque sea cinco minutos para que pueda darte un abrazo?

- ¿Qué te hace pensar que querría un abrazo de una traidora como tú?

Evangeline bajó la cabeza.

- Niklaus - le advirtió Elijah.

- No, está bien - suspiró Evie y subió la mirada hasta encontrase con la de su hermano indiferente - pero al menos déjame enseñarte algo - cuando fue a poner sus dedos en su sien, Klaus agarró su mano haciéndola daño, Elijah se tensó - por favor, Klaus - éste al ver la súplica en su mirada, la soltó y ella pudo tocar su sien.

En ese momento, Klaus vio a una niña de unos cinco o seis años junto a él curando el ala de una mariposa con su magia.

- ¿Es...? - a Klaus se le escapó una lágrima.

- Hope - sonrió - tu hija crecerá sana y fuerte.

Klaus la envolvió en un abrazo realmente agradecido por esa imagen en el que su pequeña estaría a salvo y junto a él.

Elijah sonrio, pero se le quito al oir una voz que reconocería en cualquier sitio.

- Siento interrumpir este lindo reencuentro entre hermanos, pero Evangeline cariño, tengo que terminar lo que empecé.

- No lo conseguirás, antes acabaremos contigo.

Elijah se puso a su derecha y Klaus a su izquierda.

Los tres se miraron y asintieron.

Era hora de acabar con Esther.