Capítulo 9: No metas las narices
Luan: Otro día otra moneda, levántate bello durmiente.
Lincoln: Ah Luan, buenos días.
Luan: Haré una rutina en la entrada.
Lincoln: Oh, lo lamento, pero Lucy me dijo que la acompañara
Lucy: Técnicamente te lo pedí.
Los chicos se asustan, Lincoln salta de la cama a los brazos de Luan, provocando que ambos se sonrojasen.
Lincoln: ¿Puedes aparecer como una persona normal?
Lucy: Auch, eso dolió.
Lincoln: Ah, Luan, ya puedes bajarme.
Luan: Oh... c-cierto.
Dice bajándolo con cuidado
Lincoln: Gracias y lamento no acompañarte, pero te prometo que si tengo tiempo o a la próxima lo haré.
Luan: Claro, no hay problema, puedo apañármelas sola.
Lincoln: Me agrada que entiendas.
Lucy: ¿Terminaron?
Lincoln: Sí, solo deja vestirme y salgo. ¿Eh pasa algo Luan?
Pregunta al ver que la comediante aún se encontraba allí.
Luan: ¿Ah? Oh, sí ya me iba, ustedes disfruten su... búsqueda de muertos vivientes.
Lucy: De hecho, solo son muertos que manifiestan su alma.
Luan: Claro...
Dice yéndose sin entender del todo.
Pasado unos minutos se encontraba en la entrada del lugar para hacer su rutina gratuita, solo para hacer sonreír a la gente, lo que para ella era su forma de vivir, comenzaba su monologo para ver si era apto para ser contado.
Luan: ¿Qué le dijo...? Que le dijo...
Por primera vez su mente se había bloqueado, no como anteriormente cuando simplemente no quería decir nada, sino que no puede decir algo, aunque quisiera.
Luan: Que le... aah vamos Luan.
Se dice a si misma golpeándose la cabeza. Algo fallaba, pero no sabía qué.
Luan: No... no puedo... no lo entiendo. Que te pasa.
En un pequeño momento de silencio escucha unas voces que provienen prácticamente debajo de sus pies, al observar se fija que hay una rejilla de aire acondicionado, al parecer era el sótano.
Luan: Parece ser que los chicos están allí. No debería meter las narices en donde no debo... jaja ese estuvo bueno, como sea escucharé igual.
Dice acercándose con curiosidad, la típica cara de alguien escuchando a través de una abertura, y lengua afuera en el labio superior.
Lucy: ¿Aun nada?
Lincoln: Nada.
Lucy: Vaya, entonces al final nunca hubo nadie, decepción.
Lincoln: No digas eso Lucy, tal vez ya lo hayan echado o algo.
Lucy: Eso no ayuda para ser sincera.
Lincoln: Perdón.
Lucy: Bueno, iré a preguntar a más personas, si quieres puedes ir con Luan...
Lincoln: No gracias.
Lucy: ¿Por qué no?
Lincoln: Es que... es complicado.
La chica oscura lo mira sin decir nada, aunque siempre hacia eso.
Lincoln: Bien te lo diré, solo no me mires así. Yo... aun le temo.
La cara de la comediante cambia repentinamente a una faceta seria.
Lucy: Pero, ayer vi que ella y tú se divertían.
Luan: Eso es cierto.
Lincoln: Lo hice porque estaba sola, me dio lastima verla así. Ahora que lo pienso ¿por qué nadie fue con ella? También debieron ayudarla, no pueden dejarme todo el trabajo a mí, menos si se trata de Luan.
Luan: ¿Q...qué?
Lucy: Ni me había fijado y creo que las demás tampoco... si es que no se dieron cuenta.
La castaña suelta un pequeño gemido de tristeza, para después irse al cuarto en donde se hospedaban.
Lincoln: ¿Qué fue eso?
Lucy: Ese hermano mío, es el sonido de un corazón rompiéndose
Lincoln: ¿Cómo puedes saber eso?
Lucy: Está muy ligado a la oscuridad.
Lincoln: Espera... ¿crees que era...?
Lucy: Lo más probable es que sí.
Lincoln: Mejor vamos a verla.
Lucy: Me suena a manada.
Lincoln: Ah, ¿así que tengo que arreglármelas solo otra vez?
Lucy: Ella se sintió herida con lo que tú dijiste.
Dice apuntándole en el pecho.
Lucy: Yo estaría para rellenar y por presencia mía se sentiría obligada a perdonarte, pero no sería de corazón como lo sería que fueras solo.
Lincoln: Odio cuando tienes razón...
Dice yéndose.
Lucy: Recuerda las cartas Lincoln.
Lincoln: Gracias por recordarme eso, ahora estaré más nervioso.
Ya estando fuera de la puerta de la habitación, este se queda mirando la puerta con la cara sudorosa. Al tocar una sola vez la puerta, unas manos rápidamente salen y lo entran rápidamente al cuarto dejándolo en la pared.
Lincoln: ¿¡Que esto!? ¿¡Que pasa!?
Lynn: ¿¡Que le hiciste Luan!?
Luna: ¿¡Por qué está llorando!?
Lincoln: ¿Y cómo podría ser yo?
Lynn: ¡Ah claro, hazte el que no sabe!
Luna: Escuchamos a Luan llorando encerrada "¿por qué Lincoln? ¿por qué?"
Lincoln: ...
Lynn: ¿Nada que decir? Lori no es la única que sabe hacer pretzels humanos.
Lincoln: Les contaré... Lucy y yo conversamos en el sótano del hotel, andábamos buscando un fantasma como la última vez, pero fue un fracaso. Ella me preguntó si quería ir con Luan, yo le dije que aún me asustaba estar con ella... debo pensar que eso fue lo que la hizo llorar.
Luna: Espera, no pudo ser solo eso.
Lynn: No te creemos, siempre le decimos que ella nos aterra y no pasa a mayores.
Lincoln: Es que... miren, no hay tiempo para esto, tengo que hablar con ella.
Luna: Lo siento hermano, pero tú la hiciste llorar, no podemos simplemente dejarte pasar, a menos que nos cuentes la historia completa.
Lincoln: No puedo, es un secreto entre...
Lynn: Entre mis puños y tus dientes si no te apresuras.
Lincoln: ¡Esta bien! Pero no se lo digan a las de más y tampoco a papá y mamá.
Luna: Continua.
Lincoln: Luan dijo que no me haría más bromas.
Lynn: Sí claro.
Lincoln: ¿Por qué crees que no me hizo nada el día de los inocentes?
Lynn: Tal vez te hará algo más tarde.
Luna: No hermana... ni ella aguanta tanto como ahora, parece que es cierto. La pregunta es ¿por qué?
Lincoln: Tampoco lo sé, y ella dice tampoco saberlo.
Lynn: ¿Ves? Es una broma que vendrá.
Luna: Pero eso no explica del todo porque llora porque dijiste que te asustaba.
Un pequeño flashback regresa a la mente del peliblanco haciéndolo sentir una culpabilidad sin precedentes "Escuché varias veces a Lori diciendo que te protegería... de mi... no soy un monstruo Lincoln..."
Lincoln: Ella... me decía que no era un monstruo... Ya les dije todo, ¿ahora puedo pasar?
Luna: Bien pasa, cuida tus palabras hermano, está muy herida por lo que dijiste, déjalo pasar Lynn.
Lynn: Como digas, pero si la situación empeora estarás en propiedad de ciudad nudillos.
Al entrar ve a la joven que reía por cada chiste malo llorando bajo las sabanas de la cama.
Lincoln: ¿Luan?
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