Capítulo 8: Iocis Aqua
Ese mismo día, los hermanos decidieron ir a la piscina, como cada uno le gustara usarla, como en las piscinas públicas, un desastre como siempre, no hace falta describir los mismos detalles que ocurren. Aun así, la familia se divertía, todos excepto una, pero estaban tan distraídos en su entretención que nadie se dio cuenta, claro, solo una persona la vio.
Lincoln: Ah, no puede ser.
Luan se veía decaída observando a lo lejos como la familia se divertía. El joven peliblanco que se encontraba encima de un flotador fue el único en darse cuenta de esto.
Lincoln: Luan no se ha metido en el agua y se ve decaída. Ella jamás le diría que no a la diversión ¿Qué le pasa? No me gusta ver a ninguna de mis hermanas así, iré a hablarle.
Al caminar recuerda las palabras de Lori, y otras que nunca dijo, pero que lo hubiera hecho.
Lori: ¿Qué tal si es una broma? No deberías ir.
Lincoln: ¿Estás segura? Se ve muy triste.
Lori: Yo que sé, soy un producto de tu imaginación.
Lincoln: Pero es algo que la verdadera Lori diría.
Lori: Haz lo que quiera.
Con esas últimas palabras la Lori imaginaria se va. Después de esa rara conversación el joven se acerca a la bromista para hablar con ella.
Lincoln: Hey, te veo algo... decaída... sola... triste.
Luan: Oh... ¿Yo? No, no, solo es que... no quiero mojarme.
Lincoln: Estás en traje de baño.
Luan: ¿Ah sí? No me había dado cuenta.
Lincoln: Ven con nosotros, necesitas divertirte.
Le toma la mano provocando que se sonroje un poco.
Lincoln: Mira si hay algo que me molesta más que tus bromas, es verte triste.
La joven mira hacia abajo con pena.
Lincoln: Así que contaré unos chistes malos hasta que rías... y serán de... agua.
Luan: No hace falta Lincoln.
Lincoln: ¿Qué pasa cuando tiras un pato al agua? Nada.
Esto hace levantar la sonrisa de la payasa junto con un leve soplido.
Lincoln: ¿Sabes que cuando veo a Lori pienso en el mar?
Luan: ¿El mar? ¿por qué?
Lincoln: Porque no hace nada más que marearme.
Esto hace estallar de risa a la castaña, hace días no reía tanto. Hasta algunas de sus hermanas se percataron.
Lucy: El viejo Lincoln, levantando de las ruinas de la tristeza a quien lo necesite.
Lisa: Solo tiene once años hermana, no es para nada viejo.
Lucy: Yo solo... olvídalo.
Lincoln: Espero que con eso
Luan: Sí, claro, aunque no es mejor que mi material.
Lincoln: ¿Ah no?
Luan: No
Lincoln: ¿Aaaah noooo?
Luan: Por supuesto que no.
Dice con mucha soberbia.
Lincoln: Sí, creo que tienes razón, veamos si es verdad. Cuenta un chiste, o tendré que quitarte tu negocio... por segunda vez.
Ambos se ríen.
Luan: Bien... ¿Qué le dice un jardinero a otro jardinero? Disfrutemos mientras PODAMOS.
El joven a penas le da gracia, pero no menos que sus pésimos chistes, aun así, fuerza su risa, a la vez que ella se revuelca en el suelo por lo gracioso que era.
Lincoln: Esta bien, tú ganas. Te quedarás con tu negocio.
Luan: Como si hubieras tenido oportunidad.
Lincoln: Una carrera a la piscina.
Luan: ¡El último es un huevo podrido!
Salvavidas: ¡Oigan, sin correr!
Sin hacer caso siguen corriendo hasta llegar y hacer una bala de cañón juntos. Al salir a la superficie empiezan a tirarse agua entre ellos riendo.
Lynn: Oigan, estamos haciendo luchas en hombros ¿se unen?
Lincoln: ¿Que dices Luan? ¿vamos?
Luan: Ya vas vaquero.
Luan sostiene a Lincoln en sus hombros mientras lucha con Lynn en los hombros de Luna.
Luna: Vamos hermana que haremos llorar a estos chicos.
Lincoln: La única que llorará serás tú.
Salvavidas: ¡Oigan sin luchas...! Ah olvídenlo yo me voy de aquí.
Lori: Chicos no jueguen tan brusco.
Lynn y Luna se acercan para mojarla mientras ella se encontraba en el borde leyendo una revista de moda
Lori: Con que así será... ¡Leni, ven aquí! Le daremos una lección.
Leni: Pero Lori, yo no sé enseñar...
Lori: Solo ven aquí y súbete en mis hombros.
La estilista se sube en los hombros de la mayor para jugar con los demás.
Leni: Oh, ya veo.
Luan: Oye no es justo, son mucho más grandes que nosotras.
Lori: Tú molestaste al Toro y te tocarán los cuernos.
Leni: ¿Toro?
Lori: Después te explico.
Luna: Vaya hermana entonces déjanos luchar junto con Luan y Lincoln.
Lori: Da igual, ganaremos,
Lincoln: ¿Qué dices Luan? ¿Lista para las ligas mayores?
Luan: Yo nací lista.
Lynn: ¡A la carga!
El gran combate terminó con las mayores victoriosas dejando flotando boquiabiertos a los demás.
Luan: ¿Qué pasó?
Lincoln: Nos pulverizaron, eso pasó.
Luna: Honestamente no creí que Leni fuera tan agresiva.
Lynn: ¿No recuerdas cuando le enseñamos a ser así?
Luna: Ah, cierto.
Luna: ¿Quieren la revancha?
La luz de la luna se colaba por la ventana, los hermanos ya se habían ido a dormir, estaban demasiado cansados después de tanto jugar. En medio de la noche, unos pasos se escuchaban, una silueta aparece en donde el joven albino dormía, esta se acercaba hasta que una de sus manos tocaba su cabello blanco como la nieve.
Luan: Gracias por este bonito día.
Le dice besando su mejilla. Al momento de hacerlo el joven muestra una pequeña sonrisa placida, ella se da cuenta y de la misma manera responde, incluso algo sonrojada. Para después agregar.
Luan: Tanto te he hecho sufrir hermanito, te juro que algún día lo compensaré...
Dice extremadamente silenciosa yéndose de donde dormía su hermano.
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