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que...

🎄

El año pasado Taehyung había decidido volver a disfrutar de la navidad, hacía menos de un año que el castaño se había permitido formar nuevos recuerdos en aquellas tristes y frías fechas, empezando por honrar una de las mejores y más bonitas costumbres de su padre.

—¿Vas a ayudarme o solo verás cómo lo hago? —preguntó mientras se limpiaba el sudor de la frente, ladeando el sombrero de paja que le cubría el rostro del fuerte sol.

—Lo siento cariño, pero luces tan sexy todo sudado, con esa camiseta sin mangas, los pantalones rasgados y todo lleno de tierra... —Seokjin suspiró mientras se acercaba para acomodar el sombrero de su novio, depositando un beso pequeño en sus labios —. Que diga... ten, bebe de la limonada que preparé.

Taehyung rodó los ojos, pero aceptó el gran vaso de limonada que su novio le ofrecía, dando un largo y refrescante trago.

—Es increíble que siendo mediados de Septiembre haga tanto calor. —Se quejó antes de devolver el recipiente casi vacío y otro beso de pico.

—¿Estás seguro de que esto funcionará? Se supone que debes sembrar en primavera ¿No?

—Es un pino Seokjin, sobrevivirá al otoño e invierno.

—Entonces te dejo seguir.

—Jin... —Taehyung lo observó alejarse un par de pasos, no pasando desapercibido el leve encogimiento de hombros que el mayor hizo.

—¿Sí mi amor?

—Necesito ayuda, cavar es un martirio.

—Pero ayer me hice un manicure...

—Yo también.

—La mascarilla...

—No te estoy pidiendo que caves con los dientes.

—Es que yo...

—¿Qué?

—Yo...

—¡Seokjin!

—Le temo mucho a los bichos, detesto los gusanos con toda el alma y... —el pelinegro se rascó la nuca con vergüenza —, no puedo mantener vivo ni un pequeño cactus, cuando en la escuela nos pidieron germinar una semilla, la mía ni siquiera dio indicios de vida. Estoy seguro de que si yo toco ese pobre pino, morirá en días.

Taehyung lo observó con atención mientras Seokjin sentía sus orejas calentarse a cada segundo que pasaba, sintiéndose cada vez más cohibido hasta que una carcajada mal disimulada llamó su atención.

—¿Qué es tan gracioso? —refunfuñó cruzándose de brazos.

—Nada, nada. Lo siento mi amor, puedes ir adentro entonces, intentaré acabar rápido.

Seokjin observó al castaño con una ceja levantada y semblante serio, pero duró solo un par de segundos, porque Taehyung lo tomó con delicadeza de la cintura antes de plantar un enorme y lento beso en sus labios.

El sabor a limón, azúcar y lo burbujeante del agua mineral estalló en sus bocas conforme la lengua de uno delineaba los labios del contrario, arrancando un pequeño suspiro del mayor, quien se separó solo segundos después con la punta de las orejas enrojecida y una pequeña sonrisa satisfecha en sus esponjosos labios.

—Iré a preparar una ducha caliente para ti, termina pronto ¿Quieres?

—¿Serás parte de la ducha? —murmuró Taehyung mientras observaba al mayor caminar hacia la casa, recibiendo una mirada suspicaz por encima de su hombro.

—Eso lo veremos —sentenció con tono juguetón antes de desaparecer por la puerta, dejando a un muy cautivado y alegre Taehyung.

Con energía renovada y una chispa de diversión alojada en su interior, Taehyung siguió cavando mientras tarareaba alegremente.

Es increíble cómo la vida cambia en solo unos años, el castaño que solía huír de los villancicos, aquél que incluso consideró dejar de existir, ahora se encontraba silbando una canción navideña mientras sembraba un pino que posteriormente adornará con luces y esferas.

Taehyung lanzó la última palada de tierra, sintiéndose satisfecho con su trabajo y suspirando a modo de liberación, pero un grito de sorpresa lo interrumpió antes de siquiera poder regocijarse en su triunfo.

—¡Oh por dios! Mi pequeño, ¿Estás bien?

Una joven se acercó corriendo hasta donde la tierra había caído, pero debajo de toda la suciedad, Taehyung pudo ver a un lindo cachorro color café sacudir su largo y esponjoso pelaje ahora lleno de lodo.

—¡Cómo lo siento! No lo vi, me disculpo con usted —dijo mientras dejaba caer la pala y corría en dirección al cachorro para asegurarse de no haberlo lastimado.

—Mi pobre bebé ¿Estás bien? —preguntó la mujer sin siquiera mirar en dirección del preocupado castaño —. ¡Deberías tener más cuidado! ¿Qué harás si le haces daño? No creas que... Oh.

Taehyung observó a la chica a los ojos, recibiendo una leve sonrisa de parte de sus delgados y rosados labios.

—¿Está bien? —La fémina parpadeó al escuchar la profunda voz del hombre frente a ella.

—¿Quién? —preguntó ella mientras parpadeaba repetidas veces, moviendo su largo y negro cabello.

—El cachorro. No fue mi intención, no había visto que estaba ahí.

—Ah sí, sí, claro... —la recién llegada agitó las maquilladas y largas pestañas mientras sus mejillas adquirían un tono más rosa.

—¿Y usted?

—Estoy perfectamente, gracias.

—¿Segura? ¿No tiene tierra en los ojos? —La chica sonrió en grande mientras una falsa carcajada salía de sus labios.

—Eres tan gracioso —murmuró mientras tocaba el desnudo y fuerte bíceps del castaño —. Mi nombre es Jennie, mucho gusto. Soy nueva en el vecindario.

—Me alegra que esté bien, es un lindo cachorro de pomerania.

—Su nombre es Tan, le gusta explorar los jardines de hombres guapos.

Taehyung sonrió forzadamente, sintiéndose incómodo por alguna razón.

—Bien... si está todo en orden, seguiré con esto —advirtió antes de caminar hasta su lugar junto al pino, comenzando a sacar la bolsa plástica que envolvía las raíces.

—Es un lindo árbol —Escuchó a sus espaldas, muy cerca de su oreja —. ¿Sabes? Siempre he querido tener flores en casa, podrías venir un día y ayudarme.

Taehyung rasgó la bolsa con las tijeras de jardinería, salpicando tierra por todos lados, lo que provocó que la mujer chillara y retrocediera un par de pasos, revisando que su ropa no se hubiese manchado.

—Lo pensaré, no soy bueno con las cosas delicadas.

—Hombre rudo, me gusta. — murmuró Jennie con tono demasiado bajo como para ser escuchada y observó con atención los músculos del castaño tensarse y destensarse mientras acomodaba el pino en su lugar para empezar a cubrir sus raíces con tierra —. No importa, tampoco me gustan.

Taehyung pasó por su lado sin prestarle mucha atención para abrir la llave del agua y regar al recién plantado árbol.

—Eres muy bueno en esto —insistió la chica.

—Gracias.

—¿Tienes sed? Puedo invitarte una cerveza y así nos conocemos un poco más, no me gusta ser la nueva y no tener a nadie conocido.

—Ay cómo lo siento, pero él está muy ocupado. —La voz de Seokjin se adelantó a la negativa del castaño —. Tae, mi amor, el agua se enfría.

La chica observó a Seokjin acercarse lentamente, recargando una mano en la cintura del castaño, quien tenía la camiseta pegada gracias al sudor y el agua que le había salpicado.

—Vaya, no sabía que aún vivías con tu padre, un placer señor.

Seokjin casi se atragantó con la saliva, pero se recompuso al instante, elevando el mentón antes de responder, pero la risa de Taehyung lo interrumpió.

—No es mi padre, es mi novio —dijo entre risas antes de girarse hacia el mayor, que lo miraba estupefacto —. Voy en un momento, guapo. Solo debo terminar aquí.

Los ojos del mayor se posaron en el rostro estupefacto de la mujer, haciendo un esfuerzo descomunal para no echarse a reír en su cara.

—Bien, date prisa o voy a acabarme las burbujas.

Seokjin entró con paso decidido, dejando a una muy desconcertada chica detrás.

—Y-yo... no...

—Nos vemos después señorita Jennie. —Se despidió Taehyung una vez hubo recogido todo del suelo, optando por no seguir generando conversación con la mujer.

La pelinegra se quedó en su lugar mientras el cachorro entre sus brazos se removía incómodo.

—Agh, estúpido perro... Jamás debí decirle a mi hermana que te cuidaría por una semana, eres odioso.

🎄

—¿Qué te pasa? Solo fui a guardar las cosas de jardinería.

—No dije nada Taehyung.

—Ese es el problema Seokjin.

El nombrado intentó salir de la habitación, pero el sudoroso y sucio cuerpo de Taehyung se lo impidió por tercera vez, tapando la entrada.

—Déjame pasar Taehyung —masculló cruzándose de brazos.

—No lo haré hasta que me digas qué te pasa.

—¡Que no me pasa nada!

—¿Y por qué gritas?

—No grité, solo hablé fuerte. —La fuerza con la que el mayor apretaba sus propios brazos comenzaba a lastimarlo.

—Vamos a bañarnos, estoy exhausto y tengo demasiada tierra en el cabello.

—Ve tú, me bañaré después.

—Pero quiero que me ayudes a tallarme la espalda.

—¡Ve a que te ayude esa! —explotó el mayor, soltando su agarre y elevando el tono de voz.

Taehyung sonrió de lado, haciéndolo enojar mucho más, provocando que Jin bufara antes de arremeter contra el cuerpo que le bloqueaba la única salida, cosa que Taehyung aprovechó para apresarlo entre sus brazos, ganándose un quejido alto y un suave empujón.

—Vas a llenarme de tierra Taehyung.

—No me importa, no te dejaré ir hasta que me expliques por qué estás tan molesto conmigo.

—Esa mujer estaba coqueteando contigo.

—¿Y? Yo ni siquiera le respondí.

—Pero tampoco te alejaste.

—Estaba en nuestro jardín, plantando nuestro próximo árbol de navidad. No iba a irme y dejar el trabajo a la mitad —murmuró sobre el cuello del mayor, mandando escalofríos por todo su cuerpo, sintiendo cómo este se destensaba de a poco —. No debes estar celoso, mi amor.

—No estoy celoso —mintió mientras intentaba concentrarse en mantener su enojo y no en el cálido aliento sobre su piel.

—¿Ah no? Entonces supongo que no te molestará que le ayude a sembrar sus flores.

—Adelante —masculló antes de zafarse del abrazo del castaño y comenzar a caminar hacia el pasillo.

Una fuerte y enorme mano lo sostuvo por el antebrazo, haciéndolo girar furioso hacia su novio con la intención de gritarle que lo soltara, pero sus planes fueron interrumpidos por unos labios que, violentos, certeros y cálidos, le arrancaron el aliento con un fogoso beso en donde la hábil lengua del castaño se filtró en su cavidad bucal, dominándolo por completo.

Su espalda chocó con fuerza contra la pared detrás de él mientras sus palmas empujaban la delgada figura del castaño en un intento desesperado por alejarlo.

Pero la determinación de Taehyung era mayor, él tenía el factor sorpresa de su lado, así que haciendo uso de él, con una de sus enormes manos tomó con fuerza ambas muñecas del mayor, colocándolas por encima de su cabeza y haciendo uso del resto de su cuerpo, apresó a un muy renuente Seokjin contra aquél muro.

El beso, repleto de saliva, mordidas y calientes recorridos de la hábil lengua del castaño, pronto lo hizo sucumbir ante sus encantos, dejándose llevar por la mano que acunaba su creciente erección, suspirando entre cada beso y reprendiendo su endeble autocontrol.

—No debes ponerte celoso cariño —murmuró Taehyung con voz profunda junto a la oreja del mayor mientras dejaba un pequeño y sugerente beso al inicio de su mandíbula —. Pero aprovecharé esto para recordarte que soy solo tuyo y tú, eres solo mío.

Con un pequeño esfuerzo extra, Taehyung despegó el cuerpo del mayor de la pared mientras continuaba besándolo con pasión y necesidad. Sus lenguas se tocaban con desesperación mientras sus piernas se movían solas sobre aquél más que aprendido sendero hasta el cuarto de baño, en donde la humeante y olorosa ducha los esperaba, invitándolos no solo a desnudarse, sino a poseerse y disfrutar de la creciente calentura.

Ni el chasquido de la puerta al ser cerrada para evitar la salida del calor ni el sonido de las correspondientes cremalleras siendo abiertas pudieron perturbar los suaves gemidos y constantes jadeos que ambos soltaban, tan perdidos en los roces y besos, que por un momento se olvidaron de la reciente discusión.

O al menos Seokjin lo hizo, disfrutando de las traviesas y bien amaestradas manos de su novio sobre su cuerpo. Mientras una le acariciaba el cabello de la nuca, la otra presionaba su cintura y amasaba la piel de aquella zona, usando el resto de su cuerpo para mantenerlo pegado al frío mármol del lavamanos.

Ambos pechos desnudos y sudorosos chocaban entre sí a cada agitada respiración; la erección de Seokjin dolía y suplicaba más contacto del que la cálida piel canela le proporcionaba, el mayor podía sentir el largo y duro falo de su novio golpear contra uno de sus muslos con cada beso y acercamiento, incluso podía jurar que su propia erección comenzaba a gotear líquido transparente a medida que él movía las caderas para crear fricción y aliviar un poco del dolor de la entrepierna.

—Mmm... Tae, necesito más que esto... —murmuró mientras abría aún más el arco de sus piernas, permitiendo al castaño posicionarse en medio de ellas.

Seokjin recargó su cuerpo sobre la barra que sostenía el lavamanos, exhibiendo sin pudor alguno la imponente erección entre sus piernas, llamando e incitando a su novio a tomarlo, satisfacerlo y recorrerle el cuerpo con algo más que la mirada.

—Luces majestuoso, cariño —susurró Taehyung antes de tomar la cintura del contrario con ambas manos y pegarlo aún más contra el mueble, arrancando un respingo entremezclado con un gemido de los carnosos labios contrarios.

Seokjin sonrió de lado mientras sentía al castaño besarle la mandíbula, el cuello y mordisquear sus clavículas.

—Lo sé —dijo con tono satisfecho, a sabiendas de lo mucho que ponía a Taehyung su descaro y seguridad.

—Y si lo sabes... —Taehyung sonrió tras dar una pequeña mordida sobre el hombro del mayor —. ¿Por qué...? —Con un poco de fuerza y de manera inesperada, Taehyung giró el cuerpo de Seokjin, dejándolo de espaldas a él.

El rostro sorprendido del mayor se vio reflejado en el espejo frente a ellos, pero rápidamente cambió a uno de completo éxtasis y un sonrojo furioso al sentir un largo, ágil y escurridizo dedo en su interior.

—Ah... T-tae...

—¿... te pusiste celoso? —La fuerte y firme mano del castaño sostenía al mayor por la cintura contra el mármol, impidiendo que este se moviera de su lugar.

Taehyung embistió con firmeza, estimulando y preparando la apretada entrada de su amado novio mientras él se retorcía de placer, con el frío del mueble contrastando en comparación con lo caliente que se sentía el toque de la piel sobre él.

Sus rodillas temblaban mientras sentía la erección contraria pasear sobre sus nalgas, solo tentándolo y provocándolo. Podía ver el rostro triunfante de Taehyung a través del espejo, pero sus ojos comenzaban a desenfocar, víctimas de la sobre estimulación.

—Recuerda esto, mi amor... —susurró el castaño mientras se acomodaba detrás del mayor, alineando la punta de su miembro con la bien dilata entrada —, tú eres lo único que amo en este mundo y a quien no cambiaría por nada.

Con un rápido movimiento, Taehyung se hundió entre las húmedas y apretadas paredes, siseando de placer, deleitándose con el hermoso gemido agudo de su novio. Seokjin se aferró al mármol, mordió su labio inferior y cerró los ojos con fuerza, tan extasiado y complacido que no le importó si sus vecinos escuchaban sus gemidos.

—S-sí.

—¿Sí qué? —Lo animó el castaño, acariciando su cintura, amasando sus nalgas y comenzando a salir lentamente de él.

—L-lo recordaré... ¡Ah! Mierda... —Seokjin fue embestido nuevamente, con fuerza y precisión, estimulando uno de sus lugares más sensibles en todo el cuerpo.

—Eso espero... —Taehyung tomó su cabello con toda la mano, estirando hacia atrás el cuello del contrario, admirando sus abultados, rosados y algo maltratados labios, dejando expuesto el hermoso cuello con la manzana de Adán subiendo y bajando y el aliento saliendo entrecortado.

Seokjin gimió al sentir lo brusco de los movimientos, encantado y sintiendo que podría correrse solo con eso.

—Aunque no me importaría que me lo recordaras así más seguido. —Se burló en cuanto pudo hablar sin que le temblara la voz, retando al castaño, quien solo atinó a sonreír de lado y besar el cuello de su novio.

—Ya veremos...

Taehyung mantuvo el firme agarre alrededor del cabello azabache mientras su otra mano aferraba la cadera contraria para poder pegarla más a su cuerpo y evitar que Seokjin se separara demasiado de él. Las embestidas eran profundas, fuertes y certeras, generando fuertes jadeos y gemidos combinados con maldiciones de parte del mayor, que perdido en su éxtasis, solo atinaba a sostenerse de las manos contrarias, invitándolo a ser más rudo.

Taehyung podía sentir las húmedas, resbaladizas y cálidas paredes aprisionar su miembro, estimulándolo sobremanera.

—Ah Tae-taehyung... ya no puedo —gimió Seokjin al sentir su próstata siendo estimulada, golpeada constantemente con una fuerza y ritmo extasiantes.

—Sostente bien, mi amor —masculló con placer, soltando por un momento a Seokjin para reacomodar sus manos en la cadera ajena y tomarlo con fuerza.

Seokjin se inclinó sobre el ahora tibio material; los ojos cristalizados, enmarcados por lágrimas de profundo placer y los labios rojizos de un rostro casi desconocido para él le regresaron la mirada a través del espejo, porque no podía decir que era él, no se reconocía tan perdido en el placer y la lujuria.

Taehyung estaba completamente embelesado ante tal imagen del pelinegro, con la amplia espalda arqueada, sus dedos marcados sobre la tersa piel, el sonrojado rostro de labios entreabiertos y aliento jadeante observando todo desde el espejo y la piel rosada rebotando bajo cada dura embestida.

El eco del baño amplificaba los jadeos y agudos gemidos, el vapor se extendía hasta el techo y los vidrios, espejos y demás superficies estaban cubiertas por un espeso vaho que nada tenía qué ver con lo caliente del agua en la bañera.

Ambos amantes respiraban entrecortadamente, con sus nombres siendo pronunciados por el contrario a media voz, entre jadeos y cada vez más ininteligibles a medida que las embestidas se volvían más erráticas y desordenadas.

—Mierda...

—Tae...

Fueron las últimas palabras antes de que con un último golpe sobre la próstata del pelinegro y los dientes apretados del castaño, ambos se corrieran con un estruendoso gemido. Taehyung se aferró a las caderas del contrario, pegando su trasero a su pelvis mientras llenaba su interior con el cálido semen que salía en espesos chorros. Seokjin arqueó la espalda mientras se aferraba al mármol, manchando las baldosas y el espejo frente a él con el líquido blanco que brotó a borbotones.

Durante un par de minutos el único ruido dentro de la habitación era el de las aceleradas respiraciones que intentaban regular.

—¿Estás bien? —preguntó el castaño cuando pudo recuperar el aliento —. ¿Te lastimé?

Ahora que recuperaba un poco de la cordura luego del inmenso placer que nublaba su mente, se preocupó por las piernas temblorosas y la casi inexistente actividad del mayor.

Seokjin negó lentamente, con la frente recargada en su antebrazo.

—Estoy bien, no te preocupes —susurró, soltando un pequeño gemido cuando sintió a su novio salir lentamente de su interior.

Taehyung lo tomó con amor y delicadeza, guiando sus pasos hasta el pequeño escalón que conducía al interior de la bañera. Seokjin se dejó hacer, complacido, enamorado y cansado, agradeciendo el firme agarre del castaño, pues no estaba seguro de que sus rodillas pudieran sostenerlo muy bien.

El silencio durante los momentos siguientes fue profundo y cómodo, apenas interrumpido por el susurro que generaba la esponja de baño al ser pasada sobre el cuerpo del mayor. Taehyung lavó diligentemente la espalda de su amado, masajeando los músculos del cuello, besando cada tanto la húmeda y cálida piel, deleitándose con los suspiros complacidos que le eran dedicados.

Seokjin también ayudó al castaño a tallar su cabello, masajeando el cuero cabelludo, sonriendo cada vez que sus ojos se encontraban y besando los finos labios, robando sonrisas, suspiros y un poco más del corazón contrario.

Para cuando ambos terminaron de enjuagarse y se envolvieron en las mullidas batas, el agua comenzaba a enfriarse y el vapor había desaparecido del lugar, pero ni siquiera les importó, menos aún cuando sin siquiera formular palabra alguna, se metieron debajo de las cobijas; desnudos, calientitos y enamorados.

24 de Diciembre. 2031

—El dorado y el azúl le quedan precioso —felicitó Taehyung mientras veía a su amado colocar la última esfera con forma de campana en el pino completamente adornado.

Seokjin sonrió animado y alegre, pero una punzada de tristeza lo hizo dudar por un momento al recordar la conversación que había tenido hacía unos meses con Taehyung, en donde este le contaba toda la historia detrás de su aversión por la navidad.

"¿Cómo se supone que yo le ayude a superar eso? ¿Será infeliz conmigo si me pongo demasiado alegre con esas fechas? Quiero ayudarlo, pero... ¿Cómo?" Esas y otras dudas rondaban en la mente del pelinegro desde que supo la verdad, pero jamás se atrevió a externarles, decidido a dar lo mejor de sí para hacer de esos momentos algo más llevadero y hasta feliz para el castaño.

—¡Sí! Ahora vamos adentro, tengo que hacer el chocolate.

—¿Me dejas ayudarte? Prometo no volver a confundir la leche.

Seokjin frunció los labios, pero asintió, tomando la mano del castaño para entrar juntos a la casa. Las luces navideñas se reflejaban alegremente en la ventana, iluminando también el interior con una tenue luz ámbar.

Parecía que las cosas pintaban bien para Taehyung, que relajado y alegre, se permitió disfrutar de esos hermosos momentos, llenándose de nuevos recuerdos y agradeciendo toda la comprensión, paciencia y felicidad que su novio lograba darle.

—Creo que no hay mejor regalo que la vida haya podido darme, tú eres lo más hermoso que jamás me imaginé que podría tener, eres como un deseo de navidad hecho realidad —confesó el castaño mientras se acurrucaba en los brazos de Seokjin, con pijamas coloridas y abrigadoras, listos para cumplir con su ocupada agenda de diez películas para ver. 

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Hoy no se me olvidó actualizar jajsjdjd

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Gracias por leer y votar, lo aprecio como no tienen idea.

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