Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

5. Propuestas inesperadas.


Benjamín aparca la camioneta en la acera justo en frente de la discoteca.

—¿Ya saben qué hacer? —cuestiona Jonathan desde el asiento del copiloto, me limito a asentir, sin querer entablar una conversación extensa. Cómo sabía que sería, pero Joel rompió el silencio.

—Solo entramos, llevamos la mercancía y nos vamos —responde, acomodo mi arma en mi cintura en mi espalda—. Quiero que tengas la mente abierta, ¿Bien? —no lo miro, pero sé que se está dirigiendo a mí—, Debemos primero entregar el cargamento, esperar a que nos den el dinero y llevarlo a casa. Después si quieres matarlo es tu problema, ¿Entendiste?

—Lo que sea —espeto, cuando abro la puerta, la mano de Joel se pone en mi hombro.

—Mantén la calma, ¿está bien? —asiento, suspira—. No mueran.

—Trataré —dice Jonathan a modo de burla. Ruedo los ojos y salgo del auto para dirigirme hacia la entrada de la discoteca.

El vigilante se interpone en mi camino, arqueo una ceja en su dirección y solo basta esa mirada para se aparte y me deje entrar. La música está a todo volumen, el lugar está a reventar y el olor a cocaína se expande por el lugar ocasionado que frunza el ceño.

—Deben estar al fondo —dice Joel, solo asiento y nos encaminamos al interior.

Varias miradas están sobre nosotros, es normal. La mayoría de las personas de aquí saben quiénes somos y lo que no, se están enterando justo ahora. Este lugar es un antro de mala muerte, son poca las personas que solo buscan diversión sana.

A medida que caminamos puedo divisar a los desgraciados de los Forets, mis puños se cierran y se abren intentando contener a la bestia que habita en mi interior dormida, no quiero que esto se agrande más de lo que está.

—No hagas un escándalo de esto —Jonathan pone su mano en mi hombro—. Fred está aquí.

Me detengo bruscamente a mitad de mi camino y toda mi sangre empieza a hervir dentro de mis venas.

—¿Qué hace ese hijo de puta aquí? —cuestioné con los dientes apretados—. No se suponía que íbamos a tratar solo con su padre. ¿Eh?

—Y así es —sentencia—. Él sabía que vendrías —dice Joel—. Esto será una masacre si no te controlas...

—Voy a matarlo y él lo sabe —siseo, Jonathan se pasa las manos por el cabello, claramente frustrado—. Se lo dije, maldición. ¿No lo recuerdas? Si lo veo, lo mato.

Siento la ira crecer en mi interior, las ganas de partirle la cara a ese imbécil y estrellarle el cráneo contra el pavimento, una y otra vez, sin parar.

—Voy a matarlo, Joel —siento mi respiración entrecortarse, todos los recuerdos llegaron a mi mente de un solo golpe, cegándome completamente. Cerré los ojos apretando los puños a mis costados—. Voy a matarlo.

—Solo relájate, ¿está bien? —me pide, pero es imposible—. Jordan, no hagas...

Su voz se pierde entre la música cuando me dispongo a buscarlo y sacarle la mierda a balas, a hacer que se coma sus propios intestinos, a volverlo cenizas... un cuerpo más pequeño choca contra el mío.

Un sutil aroma a coco me invadió, ese olor lo conozco, pues me ha estado persiguiendo todos estos días.

—Lo siento, no te vi —dice esa melodiosa voz, bajo mi mirada hacia ella, su cabello castaño es inconfundible.

—¿Bailee? —cuestiono. ¿Qué hace aquí? Su cuerpo se paraliza al escuchar mi voz, la veo parpadear con rapidez y sacudir imperceptiblemente su cabeza, sus ojos azules miran los míos cuando su rostro se eleva—. ¿Qué demonios haces aquí?

Sus ojos se expanden, no sé si por mi tono de voz, el hecho de verme o porque la asusté. Esto último me hace sentir culpable de repente.

Bájale la intensidad a tu coraje.

—Jordan —la punta de su lengua saborea mi nombre, el enojo se esfuma de golpe, solo queda su voz latiendo en mi sistema.

—¡Maldición! —escucho la voz de Jonathan detrás de mí—. ¿Puedes pensar con la cabeza de arriba un momento? —su mano en mi hombro me hace girar, lo veo abrir la boca, pero la cierra otra vez cuando ve a Bailee.

—Pero... ¡Bailee, hola! — dice Joel con usual carisma, haciéndome fruncir el ceño cuando mi castaña le sonríe. Esperen, ¿dije mi castaña?

—Hola, no pensé... verlos aquí —dice lo último mirándome, su labio inferior es atrapado entre sus dientes, captando mi atención.

—Bueno, Jordan ya se iba, ¿cierto, hermano? —Joel palmea mi hombro, frunzo el ceño—. No le gusta mucho este ambiente y entonces decidió irse.

—Joel...

—Vamos, Jordan —me interrumpe abriendo muchos los ojos—. No te sientas mal por no acompañarnos, estaremos bien —sonríe forzado, aprieto la mandíbula y lo fulminó con la mirada—. Nos vemos después.

Es todo lo que dice, Jonathan me regala una extraña mirada que desconozco y observa a Bailee por unos instantes, ambos se van hacia la mesa del fondo. Centro mi atención en la castaña frente a mí, quien retuerce sus manos con nerviosismo.

—¿Qué haces aquí? —pregunté con más calma, ignorando el hecho de que quería matar a alguien en ese preciso momento.

—Vine con unos amigos —responde ladeando el rostro, sus mejillas rosadas se ven más rojas a causa de las luces—. No esperé encontrarte aquí.

—Yo tampoco —me sincero frunciendo el ceño—. En este lugar las personas no tienen muy buenas intenciones.

—¿Qué haces aquí, entonces? —cuestionó con una sonrisa ladina, sonreí.

—No querrás saberlo —alejo el mechón de cabello que escapa de su coleta colocándolo detrás de su oreja, sus párpados revoloteando por la caricia que le regalo a su mejilla con mis nudillos.

Mierda, solo quería estamparla contra la pared y besarla de nuevo.

—¿Quién dice eso? —la curiosidad en sus ojos solo me da ganas de morderla... alejé esos pensamientos de mi mente.

—Yo lo digo —paso mi vista por sobre su cabeza, Joel y Jonathan están hablando atentamente con Forets, pero no veo al maldito de Fred por ninguna parte—. Vámonos —digo fijando nuevamente mi mirada en Bailee, ella entreabre los labios.

—No puedo —niega—. Vine con mis amigos...

—Salgamos de aquí —tiendo mi mano en su dirección, veo la duda en su mirada, pero la curiosidad vence cuando sujeta mi mano.

—Espera —dice antes de que pueda tirar de ella—. Tengo que decirle a Connor.

Asiento, no soy caracterizado por tener paciencia, todo lo contrario, pierdo la cordura con lo más mínimo que me moleste. Pero hay algo que me impulsa a seguirla, acompañar sus pasos a dónde quiera que vaya.

No sé por qué me siento de este modo.

—Hey... ya me voy —dice la castaña una vez que nos acercamos a su amigo, el cual se gira, cuando está apunto de decir algo sus ojos se posan en mí.

—Está bien —le da un corto abrazo—. Ten cuidado —Bailee le da un beso en la mejilla, cosa que, por alguna extraña razón, me molesta. Otro sujeto se acerca y sus ojos se expanden por sorpresa, pero no dice nada más.

—Adiós, Elton —se despide y camina hacia mí.

—¿Lista? pregunto una vez que la tengo frente a mí, asiente con una pequeña sonrisa. Ella y su siempre presente sonrisa que me vuelve un maldito loco—. Vamos.





Ay, Jordan. Eres un oso de peluche y un ogro cuando quieres.

¿Quién lo ama así?

¡Voten y comenten mucho!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro