Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

31. Miedo paralizante.



Subí la falda de jeans por mis piernas abrochándola justo bajo mi ombligo, luego bajé el dobladillo por mis piernas para que esta se ajustara en el inicio de mis muslos. Tomo el buzo morado que estaba en el borde de la cama y lo pasé por mi cabeza, luego acomodé las mangas sobre mis brazos. Me senté sobre la cama y me calcé mis Converse blancas para después soltarme el cabello y dejarlo caer sobre mis hombros.

Salgo a la cocina en busca de un gran vaso de agua helada, observo el reloj que está en una de las paredes de la sala, comprobando que son las seis y Jordan aún no ha llegado.

Mi teléfono vibra después de ese pensamiento y me apresuro a contestar, observando que Jordan es el que está llamando.

—Hola...

—Cariño, no podré ir por ti —dice de golpe, lo que hace fruncir el ceño—. Pero Jonathan pasará por ti.

—¿Okey? —digo algo confundida, un bullicio al otro lado de la línea llama mi atención—. ¿Está todo bien?

—Sí, todo está... Mierda —dice, cosa que me deja desconcertada. Seguido de un disparo que me hace saltar sobre mi lugar.

—Jordan...

—Tranquila, todo está bien... Jonathan estará contigo pronto. ¿Estás en tu departamento? —cuestiona y escucho su respiración agitada.

—Sí, estoy aquí... ¿Qué está sucediendo? —cuestiono con rapidez, otro disparo resuena y mi miedo incrementa—. ¡Jordan!

—Estoy bien... No te preocupes —suspira—. Todo está bien, amor. No te alteres... —mi pulso estaba en la parte trasera de mis oídos, mis ojos estaban húmedos y sentía las lágrimas subir por mi garganta—. No te separes de Jonathan. ¿Me escuchas? No te alejes de él...

—Jordan, ¿por qué...? —jadeo cuando tocan la puerta—. ¿Dónde estás?

—Estoy bien, no quiero que te preocupes. Solo necesito que no te alejes de Jonathan, ¿entiendes? —asiento caminando hacia la puerta y cuando la abro, observo a mi cuñado al otro lado.

—¿Qué está pasando? —le pregunto a Jonathan sin importarme que Jordan está al teléfono, el rubio frente mí se encoje de hombros, fingiendo inocencia—. ¡Jonathan, le están disparando!

—Él está bien... —maldice por lo bajo y saca su teléfono, llevándolo con rapidez a su oreja—. Sí, ya estoy aquí... Se ve molesta... y asustada —me echa un vistazo con rapidez, frunzo el ceño y observo mi teléfono, dándome cuenta que Jordan ha colgado—. No le pasará nada... Lo prometo... No, Jordan, por supuesto que no...

—¡¿Qué demonios está pasando?! —cuestiono una vez que le arranqué el teléfono a Jonathan y lo puse en mi oreja—. ¡Y no me digas que no está ocurriendo nada!

—Amor, calmante... No puedo hablar mucho ahora, pero necesito que me escuches —suspiro y cierro los ojos, pasándome la mano por la frente, sintiendo un nudo en la boca de mi estómago—. Quédate con Jonathan, ¿sí? Estaré contigo lo más pronto posible, ¿está bien?

—¿Lo prometes? —una lágrima baja por mi mejilla.

—Te lo prometo, mi ángel —muerdo mi labio intentando no sollozar—. Todo estará bien, tranquila.

—¿Estarás bien? —cuestiono con miedo a escuchar su respuesta.

—Sí, tomate. No te preocupes por mí —trato de agudizar mi oído e intentar escuchar algo más, aparte de su voz.

—No me pidas cosas imposibles, Jordan —siseo entre dientes, escucho su risa al otro lado.

—Oye...

—¿Sí?

—Te amo —y en medio del terror, sus palabras me hacen sonreír.

—Yo te amo a ti —sorbo mi nariz.

—No llores, cariño, por favor —suplica, asiento como si pudiera verme.

—No lo haré —prometí—. Vuelve a mí, ¿quieres?

—Lo haré, lo juro —escucho la duda en su voz ronca y algo en mi corazón se aprieta— ¿Puedes pasarme a Jonathan?

—Bien —despegué el aparato y se lo entregué a su dueño, no queriendo seguir escuchando la voz asustada de Jordan.

—¿A dónde?... ¿A casa? —pregunta y camina hacia mí, lo que me hace retroceder un poco. Luego lo veo cerrar detrás de sí y apoyarse sobre la puerta—. Sí, lo sé...Ya sé dónde... La del lago... Nadie sabe dónde está, Jordan... —me observa unos segundos y luego asiente distraído—. Lo haré, si... ¿Estás bien? —contengo el aire en mis pulmones, atenta a la respuesta, pero él solo asiente otra vez—. Está bien... Jordan, ten cuidado.

Jonathan cuelga y me observa con detenimiento, yo por mi parte observo un punto fijo en el suelo, totalmente perdida ante la situación... ¿Qué se supone que deba hacer ahora?

—Tienes que explicarme qué está ocurriendo —siseo y Jonathan eleva una ceja en mi dirección, niega con rapidez—. ¡Tienes que contarme! ¡Pueden estar matando a Jordan en este preciso momento! y tú...

—Tienes que calmarte —se acerca a mí y me sujeta por los hombros—. No soy bueno siendo niñera, cuñadita... Así que haz silencio y busca algo de ropa.

—¿Qué? —pregunto confundida, él solo señala el interior de mi departamento—. Jonathan...

—Te contaré en el camino, solo busca ropa... para dos días cuando mucho —seco la humedad de mi rostro y me giro para ir a mi habitación.

Mientras busco un bolso, cierro los ojos y ruego internamente porque Jordan este bien y no le pase nada. Recuerdo el compromiso con papá y maldigo por lo bajo, busco mi teléfono y marco su número. Uno, dos, tres... contesta.

—¿Bailee? —dice confundido.

—Hola, papá —aclaro mi garganta—. Papá, te llamé para decirte que surgió un inconveniente y... no podré ir mañana.

—¿Estás bien?

—Sí, no te preocupes —alejo el cabello de mi frente—. De verdad lo lamento, papá.

—No te preocupes, cielo. Podemos dejarlo para el próximo fin de semana, ¿te parece?

—Sí, estaría bien —confieso.

—Okey, ¿segura que estás bien? —pregunta otra vez.

—Sí, papá. Tranquilo.

—Bien, nos vemos.

—Adiós.

Cuelgo y termino de guardar lo necesario. Inhalo profundo y luego exhalo por la boca, reuniendo toda la calma física que pueda, porque será difícil conseguir paz mental. Cuando salgo de la habitación, encontré a Jonathan con sus manos en sus caderas, la cabeza agacha y sus ojos cerrados. No pude pasar desapercibido el hecho de que tenía la mandíbula apretada, lo que hizo que el nudo en mi garganta creciera más.

—¿Tan malo es lo que está pasando? —mi voz llama su atención, sus ojos llegaron a los míos y negó—. Sé sincero conmigo, por favor —supliqué, porque estaba aterrada, no sabía lo que pasaba realmente—. Sonará estúpido e incluso extraño, pero... Jordan es todo lo que tengo y no sé qué está pasando con él... —sabía que las lágrimas eran libres en mis mejillas— Necesito saber si voy a volver a verlo...

—Supongo que te contó sobre el inconveniente que tuvimos ayer —asiento con rapidez—. Bueno, él... mató a ese tipo y resultó ser el jefe de una mafia muy grande —trago forzado—. La trata de blancas es un mundo muy ruin y Jordan lo sabe, pero de algún modo... ver a esa niña a punto de ser abusada, le afectó y de gran manera —frunce el entrecejo—. Traté de detenerlo, pero no lo logré. Le disparó sin pensarlo y luego estuvo muy ido y algo traumatizado, cosa que nunca había visto en él —sacude la cabeza—. La cosa está en que, de alguna manera estas personas se enteraron y los interceptaron. Jordan estaba con Joel y supongo que lo sigue estando... No lo sé realmente. Solo recibí su llamada y me pidió que te pusiera a salvo, cosa que haré.

Bajo la mirada y una corriente de terror me aborda nuevamente.

—¿Crees que esté bien? — pregunto en un susurro.

—Es Jordan, Bailee —ríe negando con diversión—. Él, de algún modo u otro... siempre sale ileso de los embrollos como estos —va hacia la puerta y la abre, esperando a que yo salga.

Lo sigo fuera de mi departamento, aseguro la puerta correctamente y nos encaminamos hacia su camioneta. Me aferro con fuerza al cinturón de seguridad, buscando la manera de tranquilizarme y de no crear ideas traumáticas en mi cabeza.

Que esté bien, por favor. Que Jordan esté bien.

[...]

Observo detenidamente el color rojizo anaranjado de las llamas de la chimenea, viendo cómo se pelean entre ellas por dejar que un color destaque más que los demás. El ladrillo de granito rodea toda la pared, dándole un toque rústico y tosco al mismo tiempo. Pero creo que es la única parte de la casa que luce así, pues el resto de las paredes son de un color durazno y la decoración en tonos amarillentos hacen que el lugar luzca acogedor. Y hasta cierto punto, hogareño. Puede decirse que es un lugar muy bonito y especial para pasar un tiempo a solas y también para pensar.

Cómo ahora, no tengo más nada en mente, solo Jordan.

¿Dónde estará? ¿Está bien? ¿Estará herido?

—Deja de agobiarte tanto —la voz de Jonathan llamó mi atención, pero yo solo tragué forzado. Una tela gruesa de cuadros negros y verdes llenó mi campo de visión—. Debes tener frío.

—Gracias —le dediqué una débil sonrisa y me apresuré a enrollar la gruesa manta a mi alrededor, logrando que mi cuerpo entrara en calor con rapidez.

—Joel está con él —afirma, y aunque parecida dudarlo un poco, en sus palabras escuché seguridad—. No dejará que le pase nada, Jordan es nuestro hermanito menor y... sin él el clan D'Arco estaría incompleto —ríe un poco, para después dejarse caer sobre el sofá individual que estaba frente a mí—. Su temperamento y sus constantes impulsos estúpidos, hacen de nuestra vida más divertida.

—¿Por qué notó el miedo en tu voz? —cuestiono bajito, jugando con mis dedos y un pequeño hilo que se desprende el edredón.

—Porque lo tengo —eso último genera un nudo en mi estómago—. Mis hermanos están en peligro y justamente no por hacer algo malo, Jordan salvó una niña inocente de las garras de un pedófilo de mierda y ahora su vida está en juego por ello —suspiró pesadamente y apretó el puente de su nariz con algo de fuerza—. Solo debemos tener en claro dos cosas está noche, Bailee —me observó en medio de la penumbra—. Mis hermanos acabarán con una de las mafias más grande de este país o... Simplemente ninguno volverá a ver la luz del sol.





¿Que estará pasando?

¿Por que nos haces sufrir tanto, Jordan?

¡Voten y comenten mucho!

* • • *

¡Sígueme!

Instagram: @Valeryn_caceres2 @entreletras2003

Grupo de Facebook: Panditas Burbujeantes

Página de Facebook: Entre Letras

Tik Tok: @Valeryncaceres2

* • • *


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro