Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

11. Truenos y relámpagos.


Un jadeo se me escapa cuando su lengua entra en contacto con la mía, sus dedos se pierden en mi cabello y una sonrisa aparece en mi boca cuando lo siento morder mi labio inferior.

—Interrumpiste mi momento romántico, con esa pizza —señalo una vez que nos separamos, lo veo sonreír.

—Discúlpame —sacudo la cabeza. Presiono otro beso sobre sus labios y me alejo.

—Llegaste a tiempo —digo y me dispongo a buscar unos platos—. Está lloviendo mucho.

—Y se va a poner peor —dice, asiento.

Lo veo mirar los retratos que están en la pequeña mesita de centro.

—¿Es tu padre? —cuestiona, miro la foto que tiene en la mano.

—Sí —suspiro, bajo la mirada—. No lo veo desde hace como tres o cuatro meses, en cierto modo... por él estoy aquí, en Londres.

—No tienes que hablar de eso sí no quieres —se apresura a decir, niego sonriendo.

—Mi mamá y él de separaron mucho antes de que yo naciera —explico—. Nosotros vivíamos en España y él se mudó aquí, con su nueva familia. Pidió una Visa para que mamá pudiera venir y traerme con ella —siento mis ojos húmedos —. Creo que no le agrado a su esposa —susurro.

—¿Por qué no le agradarías? —lo oigo preguntar, cuando levanto la mirada lo veo al otro lado de la barra. Sin saber que responder, solo me encojo de hombros, después siento sus nudillos acariciar mi mejilla—. Me es imposible creer que haya alguien en este mundo que no te quiera —se acerca más a mí, sus dedos se apoderan de mi barbilla, elevándola hasta que mis ojos chocan con los suyos.

—No puedo caerles bien a todos —sonrío, sintiendo una lágrima bajar por mi rostro—. Y eso está bien, me hace más humana.

—En serio eres un ángel —dice, regalándome esa hermosa sonrisa suya.

—¿Por qué dices eso? —cuestiono en un susurro.

Porque con un corazón así, te mereces el cielo entero.

[...]

Un trueno resonó por toda la sala, haciendo que saltara en mi lugar, el brazo de Jordan me apretó más contra su cuerpo. Cerré los ojos cuando vi un relámpago alumbrar la estancia, sabía que iba a tronar otra vez, así que solo esperé. Volvió a tronar y volví a saltar. ¿Es estúpido que tenga diecinueve y aun así les tenga miedo a los truenos?

—¿Estás bien? —cuestionó, negué enterrando mi rostro en su pecho. Escuché su risa.

—No te burles —dije, me removí un poco para poder verlo mejor—. Es tedioso, no me gustan los truenos.

—Ya me doy cuenta —sonríe alejando el cabello de mi rostro, mis ojos no se apartan de los suyos.

Su rostro se acerca al mío, su respiración hace que cierre los ojos, deleitándome con su aroma masculino. Este hombre suda perfume.

Suelto una risita y él se aleja para verme con una ceja arqueada.

—¿Qué es tan divertido? —cuestiona, eso hace que me ría aún más.

—Solo cosas locas que vienen a mi mente, no me hagas caso —muerdo mi labio inferior, otro trueno y chillo—. Malditos truenos.

—Okey, no sabía que decías groserías —dice sonriendo, ruedo los ojos.

—Sé muchas groserías —me encojo de hombros—. Solo que no las digo porque está mal.

—Estoy pensando seriamente que eres demasiado buena para mí —dice, con esa seriedad que lo caracteriza.

—Te lo dije, Jordan —paseo mis dedos por su mejilla, su barba insipiente lo hace ver más peligroso de lo normal—. He hecho cosas malas.

—¿Cómo cuáles? —pregunta con diversión.

—Mmh... pues, copiarme en un examen, robarle dulces a mamá de su cartera, golpear a una compañera en la primaria porque se robó mis colores... ¡No te rías! —reprendo, su risa solo aumenta—. Son cosas realmente horribles...

—¿Según quién? —pregunta, me siento bien sobre el sofá.

—Según yo —me cruzo de brazos—. Creo que mentirle a Connor a cerca de mi estado de ánimo, mentirle cuando le digo que no lo quiero, hacerme oídos sordos cuando Zoe era maltratada por su novio —entrelazo mis dedos y comienzo a jugar con ellos—. Decirle a papá que es el único culpable de lo que mamá tiene cuando no es así —frunzo el ceño, muerdo mi labio inferior—. Todos cometemos errores, pero eso nos hace reaccionar y cuestionarnos que estamos haciendo mal y que podemos hacer para remediarlo —lo miro de reojo—. Nadie es perfecto, eso nos hace diferente y en cierto modo, también nos hace únicos.

—He hecho muchas cosas malas, Bailee —su mano busca la mía— He matado personas, he traficando armas, drogas... Mi vida está manchada...

—¿Has matado a alguien inocente? —le pregunto interrumpiendo su discurso, sus ojos azules se oscurecen, un destello cruza su mirada y sé que es momento de dejar de hablar—. No tienes que decirme si no te sientes cómodo hablando sobre eso —le sonrío, aprieto su mano entre las mías—. No voy a juzgarte, no... me gusta juzgar a las personas, todos tenemos una razón de porque hacemos las cosas —digo—. Estaré aquí para cuando estés listo y quieras compartirlo conmigo, ¿bien?

—Vas a enterarte de muchas cosas por parte otros —comenta— Cosas atroces que he hecho y que no te van a gustar... Soy peligroso, Bailee.

—No me asustas, Jordan —observo sus ojos, sonríe.

—Bueno, pero tú a mí si —muerdo mi labio inferior, lo veo fruncir el ceño.

—¿Por qué? —cuestiono sin entender.

—Eres muy inocente —susurra y traga forzado.

—¿Y eso está mal? —arrugo la nariz.

—Cómo la mierda que sí, pero me encanta demasiado —me sonrojé rápidamente, me reprendí internamente por ser tan blanca y permitirle ver mis mejillas rojas—. Y esto me encanta más —pasa su dedo por mi rostro—. El que te pongas como un tomate.

Bajé la mirada, mordí mi labio y lo sentí acercarse a mí, su respiración sobre mi mejilla.

—No deberías morderte el labio —se inclina más para susurrarme eso en el oído—. Solo haces que me den más ganas de comerte.

Tragué duro, elevé un poco mi cabeza. Sus labios estaban tan cerca, podía sentir el calor de su cuerpo cerca del mío. En algún momento, en mi mente pensé en lanzarme sobre él, pero eso no estaría bien. Apenas nos estamos conociendo, tenemos que ir despacio... con calma, pero el hecho de que sus labios estuvieran rozando los míos, no contribuía con mi control. Me puse sobre mis rodillas sobre el sofá, sujeté su rostro con mis manos y junté delicadamente sus labios con los míos.

Sus manos fueron a mi cintura inmediatamente, tiró de mi cuerpo hasta que estuve sentada a horcajadas sobre su regazo, rodeé su cuello con mis brazos. Su lengua comenzó a jugar con la mía, mis dedos fueron a su cabello mientras que sus manos se perdieron bajo mi blusa. La palma de su mano se posó en mi espalda baja, pegándome a su pecho.

Su teléfono sonó, un gruñido murió en nuestro beso, lo que me causó gracia.

—No te rías —me fulminó con la mirada, sonreí mordiéndome el labio—. ¿Qué ocurre? —cuestionó poniendo el celular es su oreja, su ceño se frunció—. No, no estoy conduciendo... no, estoy con Bailee... está bien, no... ¿Cómo que lo atrapaste?... Ni se te ocurra... Mierda... Yo me hago cargo... Mañana temprano —frota sus ojos con el dorso de su mano, luciendo irritado—. Si, ya... Bien... ¡Que no!... ¡Maldición, Joel! Vete a la mierda —cuelga, sonrío. Deja caer la cabeza en el respaldo del sofá, suspira.

—¿Está todo bien? —asiente, sus ojos se abren, dejándome ver el cielo azul de una mañana de verano.

—Joel te envía muchos saludos —se mofa, tiro de mi labio inferior con mis dedos ocultando mi sonrisa.

—¿Sabe que estás aquí? —asiente—. Ellos... Tu familia... ¿Sabe que nos estamos viendo?

Su mano va a mi nuca y me empuja contra su boca, saborea mis labios y se roba mis suspiros.

—Nunca supe que el cielo estaba cerca —dice mirándome con tanta intensidad que mi corazón se acelera, mi mente se eleva—, hasta que llegaste tú. Eres mía, Bailee, nadie podrá cambiar eso jamás.

Antes de que pueda sonreír, un horrible trueno retumba y las luces se apagan de golpe. Un grito escapa de mi garganta, soy consciente de que me escondí en el pecho de Jordan y que sus brazos me rodearon al instante, también podía escuchar su risa.

Esta noche iba a ser horrible, la lluvia solo amenazaba con aumentar su intensidad y los rayos acompañados de los truenos parecían no querer detenerse.

—Jordan...

—Mmh — murmuró, abrí los ojos encontrándome con la oscuridad de lleno.

—Tengo miedo, no quiero dormir sola... Puedes... Te quedarías... ¿Podrías... quedarte conmigo? —cuestiono en un susurro— No... no es una estrategia para... para dormir contigo ni nada.

Esto es estúpido, ¿quién no querría dormir con este hombre?

—Qué pena —dice, me separo un poco de él, coloco mis manos en su pecho, lo miro confundida a través de la luz que se filtra por las ventanas.

Sus manos van a mi cintura y me presiona contra la creciente erección en sus pantalones, mis ojos se abren a tope, suelto un jadeo de sorpresa.

—No soy de concreto, Bailee —dice, me sonrojo inevitablemente—. Sé que te sonrojaste —¿Qué? ¿Cómo demonios sabe eso? —. No necesito luz para saberlo.

Vuelvo a esconderme entre sus brazos, su pecho vibra y sé que se está riendo, siento sus labios en mi frente y eso me obliga acerrar los ojos.

—¿En serio quieres que me quede? —pregunta bajito, asiento.

—Sí —susurro, pero sé que me escuchó perfectamente.

Escondo mi rostro en su cuello y sus manos se pierden bajo mi blusa, sus dedos se pasean por mi espalda de arriba abajo. Nos quedamos así por lo que parecen horas, en realidad, solo siento como mi mente se desconecta de mi cuerpo y el sueño me invade por completo.







¡Que emoción!

Empezamos maratón.

1/3

Comenten muchos "🔥" y seguimos.

¡Voten y comenten mucho!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro