29. PERDONAME.
Nota: hola😒.
Este saludo va de manera especial para un público en particular 😤.
Es para aquellos que están ahí aunque no lo parezca 😭.
Que leen, pero no votan, ni comentan😭.
Queridos lectores, está dedicación es para ti.
Quería decirles que los amo a pesar de todo 😭😭😭😭.
Pero si me regalan un comentario y voto, los amare más, porque sé que me estáis leyendo 🥰.
También quiero agradecer mucho a los que apoyan este libro con sus comentarios y votos.
Cómo ustedes saben está historia a avanzado gracias a Dios y a ustedes.
Porque como lo dije antes, este libro avanza es por comentarios.
Así que muchas gracias.
En especial quiero agradecer inmensamente a Erika Quispe.
Gracias por sacar parte de tu tiempo para dejar muchos comentarios para que la historia avance.
Dios te bendiga por eso.
También gracias a todos los demás que también comentan.
Cómo lo es Scarlet10_.
Dios te bendiga mucho, mucho, mucho 🥰🥰🥰.
Por cierto extraño mucho a Mara y a Jovanna Torres.
Si me volvéis a leer os saludo en el amor de Cristo.
También agradezco a los que vendrán después.
No importa que ya el libro esté escrito.
Si Dios me da vida e internet con teléfono jejeje.
Estaré encantada de responder sus comentarios.
No siendo más Dios los bendiga.
Ahí les dejo otro capítulo.
Creo que volveré al libro de Fabricio ya que ya lo alcanzamos jejeje, pero aún así no voy a desamparar está historia.
Después de que hayan más de 50 comentarios o solo los 50 ya es un hecho que él capítulo se escribirá, a menos que pase algo que me lo impida.
De lo contrario el capítulo está asegurado 🥰.
Bendiciones.
Ya no hablo más jejeje.
Disfruten el capítulo.
Mateo 10
36 y los enemigos del hombre serán los de su casa.
Sé que está decisión marcará un antes y un después en mi vida, pero lo dicho, dicho está y no puedo retractarme, aunque me da un poco de terror volver a esa mansión la cual se ve llena de muchos misterios.
La hermana Alice me da una sonrisa sincera, viene hacia mi y me abraza.
—gracias hija —dice mientras me abraza.
Nuevamente hace que mi corazón se comprima al escuchar esa palabra hija.
Incluso imagino cómo sería mi vida si mamá no se hubiera ido para siempre.
Cierro los ojos con fuerza para no llorar.
Él tema de mi madre es algo que me pone bastante sensible.
—¿Podrías empezar hoy? —me pide.
Me quedo pensando.
—no te preocupes —me dice —puedes seguir con tus prácticas, también puedes ir a los cultos y a evangelizar, no voy a interferir en tu vida personal, estarás el tiempo que puedas al lado de mi hijo, el resto de tiempo voy a estar yo.
Esas palabras me animan.
No lo había pensado, pero un trabajo que me impida buscar a mi Señor, sería un trabajo imposible de realizar.
—si, —respondo —puedo empezar ahora.
Ella suspira aliviada.
—eres la mejor.
Sonrió ante sus palabras.
Sé que lo dice porque acepté ayudar a su hijo, aunque todavía hay cosas que no me cuadran del todo.
Pero si se trata de la salvación de un alma debo ayudar.
Aunque me meteré en la grande con mi primo.
Después que la hermana Alice tomó algo, nos dirigimos a su auto.
Apenas esté estuvo en marcha, decidí llamar a mi primo y contarle la decisión que tomé, antes de que él lo supiera por otro lado.
—¡¿Que hiciste que?! —por poco y rompe mis tímpanos con ese grito.
—tampoco es para que te sobresaltes así —digo en voz baja disimulando que la hermana Alice está a mi lado.
—¿Mi prima se mete en la boca del depredador y no debo sobresaltarme?. —pregunta molesto.
Guardo silencio sin saber que decir.
Me lo imagino sentado en su oficina sobándose la cien, estresado.
Si sigo así creo que le voy a sacar canas.
Pero es su culpa al querer hacer de padre conmigo.
—sabes que —me dice al ver que no obtuvo respuesta de mi parte —haz lo que bien te parezca, siempre te gusta arriesgarte, ahora no solo los J5 me dan dolores de cabeza, sino mi prima también.
Eso me hizo sentir un poco mal.
Si hay algo con lo que mi pobre primo ha batallado es con esos chicos, aparte de que tiene muchas más cargas y preocupaciones.
Tampoco es que quiera ser un dolor de cabeza, pero es que me encontraba en una encrucijada sin saber que hacer.
—te quiero primo —es todo lo que me limito a decir.
No sé qué más añadir a sus palabras.
Él bufa antes de cortar la llamada.
—¿Todo bien? —pregunta la hermana Alice.
Yo asiento con la cabeza.
—¿Solo tienes a tu primo como pariente? —me pregunta.
Su pregunta me toma por sorpresa.
—no señora —me apresuró a responder —hay más, solo que con él soy un poco más cercana aparentemente.
—se nota que se preocupa mucho por ti.
Yo asiento mientras sonrió.
—parece que pronto va ha pasar el invierno —digo cambiando de tema.
No quiero que de pronto me pregunte por el nombre de mi primo, prefiero que su identidad siga oculta.
—ya está pasando —comenta ella.
Luego de eso nos quedamos en silencio.
Ella mira por la ventana.
Yo abro mi biblia y comienzo a leerla.
Una hora después.
—hemos llegado —anuncia la hermana Alice sacándome de mi concentración en la lectura.
Levantó mi mirada y efectivamente ya estamos en la mansión Montreal.
Un escalofrío recorre mi cuerpo con solo ver la cara de esos hombres que escoltan la mansión.
Las caras de los escoltas de Xian son un poco más nobles.
En cambio los rostros de estos hombres son bastante endurecidos.
Parecen de león feroz.
—ven conmigo —me dice la hermana Alice al ver que he bajado del auto pero no me muevo.
Me toma del brazo y me lleva consigo.
De verdad que pisar dentro del portón, ya se siente que se está caminando sobre brasas.
Tal parece que lo único bueno de este lugar es la señora Alice.
Justo cuando llegamos a las puertas de la gran mansión, estás se abren dejándonos ver a la hija menor de la hermana, la cual trae un maquillaje bastante rebosante en su rostro.
Ella es una joven muy bonita, pero ese maquillaje la hace ver bastante mayor.
Pienso que se vería más linda natural.
Apenas miro su vestimenta, casi abro la boca con horror, pero disimule muy bien.
Lleva una blusa de vestido, la cual prácticamente deja ver su ropa interior porque es trasparente.
¿Como puede existir ropa así?.
Miró hacia otro lado tratando de disimular.
—¿Para donde vas? —le pregunta la señora Alice con el mismo tono que le hablo a su hijo Zuar la vez pasada.
—a divertirme —responde la chica con toda la indiferencia del mundo.
—yo no te dí permiso —rebate la hermana Alice —regresa ahora mismo a tu habitación, estás castigada.
La chica zapatea con rabia.
—no puedes hacerme esto —contesta —yo ya no soy una niña para que me trates así.
La hermana Alice suspira.
—pues hasta que no te comportes como una persona madura, te seguiré tratando así.
—pero ma...
—te entras o te entró —dice la hermana decidida.
Ella se da vuelta y se entra corriendo.
De verdad que no me quiero ni imaginar que habría pasado si le hubiera dado por desobedecer, la hermana Alice no se ve que sea muy tolerable con sus hijos, aunque con Linda se llevan muy bien.
—que pena —se excusa conmigo —esta niña por ratos me saca el estrés.
—tranquila —le resto importancia.
—entremos.
Nuevamente vuelvo a poner mis pies dentro de esta mansión.
Siempre y cuando esté cerca de la hermana, se siente un ambiente agradable, pero cuando se aleja, no les voy a negar que me da un poco de miedo.
—¿Deseas algo de tomar? —me pregunta amablemente cuando llegamos a la sala.
Mi mirada va hacia las escaleras en donde sé que se llega a la habitación de Mibsan.
Quiero ir a verlo ya, pero a la vez tengo un poco de nervios.
No sé qué sorpresa me pueda encontrar.
—un capuchino está bien —respondo volviendo mi mirada hacia la hermana.
—de acuerdo, —le da indicaciones a una joven, vuelve su mirada a mi y sonríe —me recuerdas a mí yerno.
—¿A Deimond? —pregunto lo obvio.
—no, —responde —a mi otro yerno.
—¿Cual? —pregunto confundida.
Eso me hace pensar que tiene más hijas aparte de Linda y la rulitos.
O quizás la rulitos tiene novio.
—el joven Xian —me dice.
De inmediato mis sentidos se alarmaron pero lo disimule bien o al menos eso creo.
—pero luego Emily no es hija de otra mujer —hablo sin pensar.
Ella suspira.
—es verdad, pero es tan tierna que la quiero como si fuera mi propia hija —dice. —aunque casi no me visite.
Vaya, es la primera mujer que le escucho hablar así de la hija de su esposo por fuera del matrimonio.
Por cierto no entiendo cómo fue que eso pasó.
¿Osea que el señor Fares que dice tanto amar a la señora Alice, le puso el cuerno?.
No me había puesto a meditar en eso.
Aunque ahora que recuerdo un poco, yo siempre vi que era un hombre solo.
¿Como es que resultó tener esposa e hijos?.
Esto si que es raro.
Ni modo de preguntar a mi primo porque me tratará de chismosa con diferentes palabras.
Él no es de las personas que le guste dar información.
La joven de hace un momento viene a mi y me trae mi capuchino.
Lo tomo en mis manos y no pierdo tiempo para disfrutar de aquella deliciosa bebida.
Amo el capuchino.
Minutos después.
—acompañame —dice la hermana Alice.
Camino con ella en dirección a las escaleras.
A medida que las subo el temor se comienza a apoderar de mi como la primera vez y no sé si fue buena idea del todo haber aceptado este contrato, lo más tremendo es que hace poco lo he firmado.
Llegamos a la puerta de la habitación de Mibsan y la hermana sin pensarlo la abrió de golpe.
La primera persona que me encuentro es a Zuar el cual nos mira un poco nervioso, pero luego sonríe con una ternura increíble.
Cualquiera que lo viera diría que es un amor.
Excepto yo, porque la vez pasada vio que me iban a hacer daño y solo sonrió complacido sin siquiera importarle.
Así que por tanto no creo que sea tan tierno como aparenta ser.
—mami —dice sin dejar de sonreír.
Se acerca y deposita unos cuantos besos en las mejillas de la hermana.
Es ahí cuando me doy cuenta que guardo algo en su bolsillo.
Algo parecido a una jeringa.
Él nota que me he dado cuenta y me da una mirada maliciosa sin que la hermana Alice lo noté mientras sigue besando sus mejillas, por último le da tremendo abrazo.
—te amo mucho mami —le dice —eres la mejor mamá del mundo.
—yo también te amo demasiado —dice ella abrazándolo también —no sé que haría sin mí ternura.
Mientras ellos se consienten mutuamente, yo no dejo de pensar en lo que él guardo en el bolsillo y ciertamente me da un poco de desconfianza, no sé porque.
Miró más allá y veo a Mibsan tendido en aquella cama sin señal de movimiento alguno.
Eso es algo que me estruja el corazón.
—¿Que hacías aquí? —le pregunta la hermana Alice a Zuar.
—me cansé de jugar videojuegos y vine a ver a mi hermanito querido y a charlar con él —responde.
—¿Solo a eso? —pregunta ella un poco dudosa.
«¿Por que habría de estar con desconfianza?».
—solo a eso —dice un Zuar muy seguro.
Luego fija su mirada en mi.
—hola —me dice —no te habia visto —miente —tengo solamente ojos para mamá.
No respondo nada, solo le doy una sonrisa de boca cerrada por educación nada más.
—creo que ya me voy —dice pasando por mi lado.
Es ahí donde logro a detectar un leve olor a un medicamento que conozco muy bien.
Pero es algo muy leve, no sé si es simplemente por la desconfianza tan grande que tengo que lo imaginé.
Camino lentamente hasta llegar a la cama donde está Mibsan.
Apenas lo miro me doy cuenta de lo que está pasando.
Definitivamente si le están poniendo ese medicamento para que no despierte.
El solo hecho de pensar que lo está haciendo su propio hermano, me dan arcadas.
Su rostro está pálido incluso sus labios estan resecos y se ve fatal, como la primera vez que lo ví.
Me acerco un poco más y tocó su frente con el dorso de mi mano.
Está totalmente congelado.
No pierdo tiempo y muevo mi mano hacia su pulso afortunadamente todavía se siente pero es un pulso bastante leve.
—¿Que pasa? —me pregunta la hermana Alice al ver mi cara de horror.
Levanto mi rostro para mirarla.
Una lágrima traicionera rueda por mi mejilla, pero la seco rápidamente.
Es que me duele demasiado que le estén haciendo daño a Mibsan.
Lo que más me duele es que llegue a ser alguien de su propia familia, eso me destroza.
Se supone que la familia está para ayudarse y apoyarse mutuamente.
—creo que a Mibsan le están poniendo el mismo medicamento de antes para que no despierte —respondo.
Para ese entonces mi rostro está empapado en llanto.
Ella niega con la cabeza mientras sus ojos también se cristalizan.
—p...pe...pero...—tartamudea —es...eso es...es imposible, yo no he permitido que ningún extraño se acerque a él.
Ahora sí que está más confirmado.
Definitivamente es alguien de la familia.
A mí no me gusta juzgar a nadie, pero me atrevo a creer que es Zuar.
Que Dios me perdone sino es así, pero su forma de ser me es muy sospechosa.
—¿Estás 100% segura de lo que me estás diciendo? —me pregunta mientras seca sus lágrimas.
Yo asiento.
Ella suspira.
—iré a buscar a Fares —es lo último que dice antes de salir de la habitación.
Yo guardo silencio, no me atrevo a hacer un juicio apresurado sin antes tener pruebas.
Tomo una silla y me siento al pie de la cabecera de Mibsan.
—no te preocupes —digo pasando mi mano por su cabello lacio.
No sé en qué momento mi mano fue hasta ahí.
Al notar que es un toque bastante cercano, quito mi mano rápidamente.
—perdón, —me disculpo —no quise hacerlo.
Sé que posiblemente por su estado ni siquiera me oye, pero aún así pido disculpas.
—perdoname por no estar aquí cuando más me necesitas —le digo llorando.
Sé que no somos nada, pero me atrevo a creer que él me necesita y yo quiero estar ahí para él.
Definitivamente lo protegeré.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro