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2. MI PEQUEÑO PASTOR.

Nota: ¡¡Hola, hola, hola a tod@s!!.

Bendiciones 🥰🥰🥰.

No puedo creer que vaya a subir este capítulo.

La verdad es que he estado más centrada en el libro de: TE ENCONTRÉ.

Así que este posiblemente sea uno de los últimos después de escribir los otros libros que tengo pendientes.

Pero se me ocurrió hacer una promoción a través del grupo de Wasapp.

Por cierto si alguien quiere que lo agregue, envié su número al privado.

Bueno la promoción que hice fue está:

Si quieren que publique otro capítulo de la historia de Mibsan, necesito cincuenta comentarios.

Pensé que no comentarían.

Pero Gracias a Caritho Galindes eso fue posible.

Así que si están leyendo este capítulo es gracias a ella.

No siendo más, Dios les bendiga a tod@s.

No olviden que les amo mucho en el amor del Señor.

Disfruten la historia.

No olviden comentar.

Si lo hacen romperé las reglas de escribir un solo libro jejeje.

🧐 Que sean más de cincuenta jeje 😬.

Santa Biblia Reina Valera 1960 - Isaías 45
4 Por amor de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse sobrenombre, aunque no me conociste.

- Isaías 41
9 Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché.



Abro mis ojos y me doy cuenta de que todo fue un simple sueño.

Bueno pues como todos los que han leído los libros anteriores, saben mi historia, no hay mucho que contar.

Aún así hay cosas que no se llegaron a saber, pero que aquí se sabrán.

Hola, soy Mibsan y está es mi historia.

Considerando que todo tiene un principio, hasta la creación, entonces yo también voy a comenzar desde el principio.

Para los que se leyeron la historia de: TE VOY A ENCONTRAR, ya saben más o menos como fue mi infancia, pero para los que no la han leído les voy a contar como fue y como a mi no me gusta repetir lo mismo, les contaré algo diferente.

Les voy a contar lo que la escritora no contó en: TE VOY A ENCONTRAR.


Narra Fares:

En medio de un frío terrible que calava mis huesos, el cual la calefacción no podía calmar, elevaba una oración a Dios pidiéndole para que el parto saliera bien sin ninguna complicación.

—Señor —decía en voz baja mientras me paseaba de un lado a otro —gracias por la hermosa oportunidad que me das de ser padre, yo te pido que por favor tomes en tus manos la vida de mi esposa para que todo salga bien.

A última hora nos enteramos que eran mellizos y eso me ha puesto muy nervioso, ya que solo nos habían dicho que no se sabía si era niño o niña, pero resultó ser mellizos.

Lo bueno fue que traje dos pañaleras, una de niño y otra de niña.

De pronto sale una enfermera, corro hacia ella para saber el estado de mi amada esposa.

—¿Es usted el señor Montreal? —pregunta.

—si señorita, yo soy —respondo.

—acompañeme, los niños acaban de nacer.

No saben lo feliz que me hicieron esas palabras.

Tenía deseos de gritar y saltar de la felicidad.

—¡Gloria a Dios! —exclame en voz alta llamando la atención de varios familiares de pacientes.

La doctora me mira como si estuviera chiflado.

—lo que pasa es que estoy muy feliz —le explico —Dios me ha concedido el privilegio de ser papá.

—ajá si —dice la doctora incrédula —acompañeme por favor.

Es como sino creyera en el milagro de la vida, pero bueno, lo importante es que yo si lo creo y estoy supremamente agradecido con Dios.

Me dan una vatola, gorro guantes y tapabocas los cuales tengo que ponerme para poder ver a mi amada y a mis pequeños.

Luego de ponerme todo eso, entro a la habitación en donde mi esposa está reposando.

A mi nariz llega el olor de muchos medicamentos, veo a mi bella amada acostada en una cama con rostro pálido y en cada uno de sus brazos tiene a dos hermosos bebés.

Al conectarse nuestras miradas, ella comienza a sonreír.

A pesar de lo pálida que está debido al trabajo de parto, aún así se ve muy hermosa e irradia mucha felicidad.

Me acerco a ella, me bajo el tapabocas y depósito un beso en sus labios, a través de eso beso le expresó lo mucho que la amo y también le digo que me hace muy feliz y que quiero estar a su lado por el resto de mis días.

—te amo —digo separándome de sus labios.

—lo sé —responde con suficiencia pero con voz débil —pero aún así yo te amo mucho más.

—falso —le digo.

—¿Falso?, no sabes todo lo que estoy dispuesta a hacer por amor. —mira los bebés —¿Cierto que son hermosos?. —me pregunta con lágrimas en sus ojos aunque eso sonó más que afirmación.

—por supuesto, lo son —respondo acariciando la cabecita de la niña.

—cargalos —me dice.

—no —me niego —de pronto se me caen.

—no seas cobarde —me regaña —al menos toma uno.

Me quedo mirando a los dos bebés y al final me decido por el niño.

«Si se me cae supongo que es más fuerte que la niña».

Lo tomo con supremo cuidado, ya que parece como si su cuerpo fuera de gelatina y como si alguna de sus extremidades se le fuera a caer en cualquier momento.

Depósito un beso en su frente y lo acunó en mis brazos con sumo cuidado de no irlo a sostener muy duro por miedo a que se desbarate.

Lo miro y su parecido conmigo es admirable a pesar de lo pequeño que está.

—se va a llamar...

—ni se te ocurra ponerle nombre —me interrumpe Alice —del nombre del niño me encargo yo, tu le pones a la niña.

—¿Ha sí? —la miró sorprendido —¿Y como le vas a poner? —pregunto curioso.

—se llamará Mibsan y será un futuro pastor —dice muy segura.

—¿Mibsan?.

—por supuesto —responde —es un nombre bíblico además tiene un significado hermoso.

Por lo visto mi esposa ha estado investigando sin yo saberlo.

—¿Que significa? —vuelvo a preguntar.

—según la biblia, significa que huele a dulce, que es agradable fragancia, que esta relacionado con el balsamo, su nombre en hebreo se dice: Mivsan; pero también teóricamente significa que...

Dijo tantas cosas que yo les voy a resumir lo que significa teóricamente.

Significa que es Colorido y fascinante que es una persona increíble con una personalidad magnética!.

Ama la vida y sus placeres no se priva de los placeres terrenales.

Los deseos materialistas son siempre la prioridad principal. A veces sobreexcitado, pero sobre todo dinámico y emprendedor.

Un idealista intuitiva que tiene que ser reconocido con el fin de sentir satisfacción. Su forma única de comunicación puede ser seductora y llena de placer.

Tiene mucha curiosidad y sed de conocimientos que necesita para entender el mundo que nos rodea.

Independiente por naturaleza. Constantemente aspirando a la libertad, mientras que la necesidad de tener un puerto de origen!

Tambien tiene inteligencia práctica y un buen sentido de la capacidad de observación que permite analizar correctamente las situaciones y reunir gente buena a su alrededor.

Sus ambiciones independientes no lo dejan trabajar en equipo.

También es fuerte pero intuitivo muy trabajador que nunca tiene miedo de las responsabilidades.

De verdad que es arto, lo que significa, cabe aclarar que lo resumi.

Luego de tener a Mibsan en mis brazos, decidí cargar la niña, la cual es hermosa.

—¿Como le vas a poner? —pregunta mi esposa.

—se llamará Diana —bromeó.

Inmediatamente veo la molestia en el rostro de Alice.

—de ninguna manera —contesta. —ese nombre me recuerda a Diana de los efecios.

Yo río.

—solo era broma —le digo —en realidad se llamará Linda.

—¿Y por qué se llamará así? —pregunta mi amada confundida.

—porque es linda como tú —le explico.

—y ¿Que significa? —vuelve a preguntar.

Que bueno que yo también investigue.

—significa que es bella, valiente, su nombre es español —respondo —es decidida, curiosa e inteligente entre otras cosas.

Alice sonríe complacida por el nombre que le dí a la niña.

Fin de la narración.

Cinco años después.

No les voy a negar que durante todos esos benditos años viví la infancia más hermosa que halla vivido cualquier niño.

Lamentablemente lo bueno nunca dura para siempre.

Eso se los puedo asegurar.

Ese trascurso de tiempo me encargue de proteger a mi melliza en todo tiempo, vaya que si le gustaba meterse en problemas.

En estos momentos estoy en el colegio saliendo del salón para ver en dónde está Linda.

—¡Ven! —Linda desafiaba a otro niño más grande que ella —¡Atrévete a pegarme!, ¡Si me pegas mi hermano te pegará peor!.

Dejó de ponerle cuidado y voy hacia ella porque ese grandulón está decidido a pegarle.

—¡No te atrevas! —le digo sacando valor de dónde no lo tengo.

Generalmente no me gusta meterme en problemas, solo me preocupo por mis estudios y de cuidar a mi pequeña hermana, tiene mi misma edad, pero aún así es pequeña de estatura y mente.

—¿Que vas a hacer si lo hago? —pregunta el sujeto divertido mientras se mete un dedo en la nariz.

«Wakala».

—¡Eu! —Linda hace una mueca —¡Asqueroso!.

—si lo haces yo...yo —intento responder al chico.

La verdad es que no sé cómo defenderme de ese él.

Además no quiero pelear porque los niños de Dios no pelean.

Tomo la mano de Linda con todas mis fuerzas.

—¡Corramos! —le digo comenzando a correr con ella de la mano.

Escucho las pisadas del grandote y corro con mucha más fuerza.

Siento como la respiración se me acelera, también siento mis pies cansados pero no me pienso detener, no al menos hasta estar seguros.

También escucho a Linda quejarse, quisiera cargarla, pero si me detengo a hacerlo, nos alcanzaran.

Finalmente llegamos al fondo de los pasillos en dónde están los baños.

Abro una puerta y me encierro ahí con Linda.

—tengo miedo —habla ella pasito.

—shsh —la callo —te dije que no te metieras en problemas, nosotros somos hijos de Dios.

Le repito lo que mamá nos dice todos los días antes de venir a estudiar.

—pero él comenzó. —se defiende.

—no importa quien comenzaré, no debiste hacerle caso.

Me quedo callado al escuchar los pasos del grandulón.

Recuerdo las palabras de mamá.

«Siempre que estés en un momento de angustia, clama a Dios y él te va a ayudar».

«Dios mío, no le tomes en cuenta está falta a mi hermana y al menos líbranos de esta».

Minutos después.

Ya tenía los pies entumidos de estar ahí sentado en esa tasa con los pies alzados para que ese chico no nos viera.

Por si fuera poco Linda estaba sentada encima mío.

«Siempre tengo que pagar los platos rotos por ella».

En momentos así me aburre ser el mayor.

Pero me agrada porque soy el que mando.

Aunque mamá dice que todos somos iguales, pero en lo profundo yo sé que no es así.

Además en la biblia le dan privilegios a los mayores.

Poco a poco se oyen los pasos de ese chico alejarse.

«Por fin».

Bajo los pies al suelo sintiendo un hormigueo por todas mis piernas.

Eso sí que es feo.

—bajate —le digo a Linda.

—¿Ya se fue? —pregunta con miedo aferrada a mi.

—por supuesto ya se fue —respondo un poco molesto.

—perdon —se lamenta —ya no lo vuelvo a hacer, solo no se lo digas a papi.

—esta bien —ruedo los ojos.

«Cuántas veces ha dicho lo mismo».

Horas después.

Finalmente estamos en casa disfrutando de unas deliciosas galletas que hace mamá.

Para mí mamá es la mejor cocinera, no la cambiaría por nadie.

Sus galletas saben a dulce mesclado con mantequilla, entre otros ingredientes que saben riquísimo, además son tan suaves que se deshacen en tu boca.

Ojalá las pudieran probar.

Hay veces que se me ocurren cosas cada vez que estoy comiendo, pero siempre lo guardo en mi cabeza, pero solo hoy, por está vez lo diré en voz alta.

—¡Mami! —rompo el cómodo silencio.

—¿Si? —me voltea a ver con esa hermosa sonrisa que ella tiene.

Esa sonrisa que me inspira confianza, por la cual me dan ganas de tirarme a sus brazos, pero como siempre ahí está Annie la consentida que no quiere bajarse de su regazo.

—estaba pensando que me encantaría llevarle a los niños de la calle una canasta llena de tus galletas.

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