No podía dormir, eso me perseguía, sentía su pesada respiración en mi nuca y sus constates gruñidos, esa noche no dormí en mi cuarto, me quede a dormir con mis padres, pero ellos no sentían esa extraña presencia, no podían ver sus aterradores dientes filosos y esa fea sonrisa, era el único que podía verla, escuchaba su maníaca risita de bebé y temblaba al ver su cara observándome por la ventana, lo peor de todo esto es que el cuarto de mis padres estaba en el segundo piso, y podía ver sus enormes garras, esa cosa que quería, lo sabia, sabia que me observaba para conocer mi punto débil y así terminar como el perro del vecino, en una bolsa de plástico manchada de sangre y enterrado a lo mas profundo del bosque...

La cosa era el reflejo de mis peores miedos, ya que lloraba sangre cuando yo la ignoraba y cuando se enojaba por no prestarle atención, deformaba su rostro, sacaba arañas de su boca y serpientes de sus ojos, y si a ustedes no les da miedo, solo imaginen como seria todo eso, pero para un niño de 4 años...

Día y noche la cosa me seguía y pareciera que solo quería verme muerto del terror y mi mayor miedo de ese entonces, era que ella encontrara la forma de romper mi mente y así poder llevarme...     

Esa cosa me seguía a todas partes, la escuela, la casa, la calle, a la tiendita de la esquina y siempre tomaba una forma diferente, convirtiéndose en toro, araña, gallo, un cuervo, pero el que mas me dio miedo fue cuando se transformo en una vieja decrepita de un solo diente y ojos negro como el carbón. 

 Por la noche, ella me comenzó a hablar....

Jadeaba y gruñía al pronunciar una palabra, cada oración la decía con odio y rabia, todo lo que salia de su boca, era un inquietante murmulló casi audible para mi... 

Su voz no era femenina, pero no era masculina, era una espantosa voz rasposa, sacada de alguna parte del inframundo, o mas bien una versión maníaca y drogada de Mickey Mouse no sonaba para nada humana, y que para nada era amistosa.

Mi pesadilla parlante me hizo el día horrible, no importaba donde estuviera, la veía todo el tiempo, reflejada en lo peor que un niño se puede imaginar, siendo un dibujo animado tétrico y con una asquerosa sonrisa, mostrando sus dientes llenos de sangre y bien amarillos....

Papá no podía ver aquel monstruo que se escondía debajo de mi cama, era el único que podía verla, y verán, mi cazo es simple, Mi familia no lo sabe pero yo si, ella quiere verme muerto....