Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Presentimiento especial

Dublith, Amestris.

La pequeña alquimista, estaba disfrutando de una taza de café en la sala con sus padres, después de la cena, como todas las noches. Pero, no podía dejar de moverse y golpear su pie, insistentemente contra el suelo, mientras miraba los minutos pasar. Notando su evidente nerviosismo, su madre, la observaba inquisitiva.

-Gaia, hija ¿Sucede algo? Te noto un poco nerviosa...-

Claro, no era estúpida, sabía que algo le sucedía.

-No, mamá. No es nada...Ignórame-

Contestó mordiendo la uña de su dedo meñique, mirando el reloj de pared.

-¡De ninguna manera! ¡Ahora mismo me dirás que te ocurre!- exigió, mirándola fijamente -Es por un chico, ¿Verdad?-

Su hija la miraba como si se hubiera vuelto loca.

-¿Chico?- mencionó su padre de manera interrogativa, levantando la vista del periódico -¿Sabés algo de esto, Izumi?-

Preguntó a su esposa en tono inquisidor.

-¡Por supuesto que no! Justamente, es lo que le estoy preguntando. Vamos, Gaia. Habla-

Si estaba nerviosa, ahora lo estaba el doble, por culpa de la mirada acusadora de sus padres. Por suerte, casualidad o destino, alguien escuchó sus plegarías y llamó a la puerta.

-¡Yo abro!-

Gritó, poniéndose de pie como un resorte y corriendo como un animal que estaba a punto de ser devorado, hacia la puerta de entrada. Al abrirla, se encontré con su salvador, pero la bienvenida, no fue muy amistosa o grata.

-¡Hola! -

Saludó con su brillante sonrisa de héroe y bien arreglado.

-¡Llegás tarde!- le cortó sin más -¿Dónde estabas? ¡Se suponía que ibas a llegar hace media hora! ¡Casi me muero de los nervios esperándote, Keilot!- susurró exaltada.

-Fui a ducharme y a ponerme presentable- se defendió -No iba a llegar a tu casa con la ropa de trabajo y apestando a sudor-

Finalizó con el ceño fruncido por su no tan cordial bienvenida.

-Si, si, lo que sea- hizo ademanes sin importancia - Vienés a pedir permiso para un festival, no mi mano para casarnos- tiró de él, introduciéndolo a la casa -Ahora, pasa y prepárate... Esto será difícil-

Su amigo, caminó un poco aturdido por la advertencia, hacia la sala. Al entrar allí, la joven carraspeó incomoda y sus padres, los observaron desde sus respectivos lugares.

-Mamá, papá... Él es Keilot, un amigo y compañero de trabajo...- movía sus brazos en vaivén sin saber que decir -Y vino aquí para hablar con ustedes sobre un tema delicado-

Lo empujó, levemente hacia adelante, mientras observaba las distintas reacciones de sus padres. El hombre de gran porte, palideció y la mujer de cabellos oscuros, miraba al muchacho, expectante, como analizándolo.

-Eeehh...Bueno...mmm... Buenas noches señor y señora Curtís, como ella dijo, yo soy Keilot, amigo de su hija- miró de reojo a la hermosa chica junto a él, por un segundo -Y venía a hablar con ustedes, en nombre de los dos, para solicitar su permiso para...-

Fue interrumpido, estrepitosamente, por la voz grave del padre de ella.

-Si es su mano lo que viene a pedir, joven. Ahorrese el discurso, porque la respuesta es ¡NO!-

Finalizó su monólogo, haciendo énfasis en la última palabra.

-Trágame Tierra y escúpeme lejos de esta vergüenza-

Murmuró junto a su amigo, cubriendo sus ojos por la pena del momento.

-¡Sig! ¡Por favor, lo asustas! ¡Déjalo terminar!- regañó a su esposo - Continúa, querido-

Ella asintió y su hija, la miró agradecida.

-Bien, como decía, quería... En realidad, queríamos- dijo esto último, mirando a su amiga con confianza -Pedir su permiso para ir a un festival en el contiene de Keisalhima- Habló firme. No iba a  aceptar un no, se lo había prometido a ella -Está destinado para jóvenes alquimistas, hechiceros y cazadores, entre otras habilidades especiales-

Terminó, un tanto nervioso. El padre de la joven, recuperó un poco el color, pero seguía intranquilo.

-¡De ninguna manera! ¡Mi hija de veinte años, no viajará a un continente desconocido con un hombre aún más desconocido para nosotros!-

Respondió sin pelos en la lengua, el hombre frente a él. Pero su esposa, apoyó una mano en su hombro para tranquilizarlo y miró a su hija.

-Gaia, ¿Por qué no nos comentaste sobre el festival y tus deseos de ir?-

Cuestionó suavemente y ella, un poco cohibida, intentó responderle.

-Veras, mamá. Me enteré hoy en la tarde cuando Keilot me lo comentó. La verdad, es que deseo ir- contestó nerviosa, retorciendo sus dedos -Nunca he viajado a otro lugar que no sea Resembool o Ciudad Central- respiró profundo para calmarse -Soy consciente de los riesgos que corro viajando a otro sitio y mucho más, a otro continente. Pero Keilot es un gran cazador y sé que me protegerá- tomó la mano de su amigo sin darse cuenta y él, la apretó fuerte, para darle ánimos -Además, mi idea era invitar a Winry y a los Elric para no ir sola con él- aclaró, para evitar mal entendidos -¡Por favor! ¡Déjenme ir!-

Suplicó, como un perrito abandonado y hambriento. Su madre, los miraba a ambos de manera meticulosa, buscando algún ápice o rastro de mentira, cuando no lo encontró, suspiró, bajando la mirada.

-¿Qué dices, Sig?-

Preguntó a su esposo a sus espaldas.

-No lo sé, Izumi ¡Es muy peligroso y es una niña! ¡Mi niña!-

Contestó, pellizcando el puente de su nariz para evitar mirar a su hija.

Ya casi los tenía, era el momento adecuado para tirar su última carta.

-¡Por favor! ¡Prometo nunca más volver a pedir otra cosa! ¡Seré buena!-

Rogó, haciendo un mohín con sus labios y bajando la mirada. Su madre, suspiró resignada por última vez.

-Bien, ¡Ve!- Se rindió. Era una decisión tomada -Espero que te comportes como es debido y confió que sabrás protegerte ante cualquier problema que surja, ¿Entendido?-

Sin poder evitarlo, gritó de la emoción y corrió a abrazar a sus padres, llena de felicidad.

-¡Gracias! ¡Gracias! ¡Los quiero tanto!-

Estaba eufórica, abrazándolos. Su amigo, la miraba con un brillo de felicidad en sus ojos. Lo habían conseguido.

-¡Nosotros a tí, cariño!- se separó de ella, para verla a la cara -Ahora, sal con tu amigo a recorrer un poco la ciudad, mientras yo, me quedó aquí consolando a tu padre, para ayudarlo a superar la pérdida de su niña-

Murmuró a su hija, mientras su esposo, tomaba asiento de nuevo en su sillón con los ojos en blanco.

-Si, gracias mamá ¡Vámonos, Keilot!-

Lo aferró de un brazo y lo condujo a la salida de la casa.

-¡Adios! ¡Fue un placer conocerlos!- Exclamó.

No podía dejar de reír de felicidad, tenía los mejores padres del mundo. Cuando llegaron a la acera, lo abrazó con fuerza, para agradecerle todo lo que había hecho esa noche.

-¡Muchas gracias, Keilot! ¡Eres un gran amigo! ¡Gracias!- se encontraba colgada del cuello de él, sin darse cuenta de nada. Estaba feliz -¡No sé cómo podría pagarte esto que has hecho por mí!-

Estupefacto por su repentino abrazo, respondió al mismo, entre risas juntando sus mejillas. Hacía mucho tiempo que una chica no lo abrazaba de esa manera y se sentía extraño. Ella lo hacía sentir extraño.

-De nada. Con ese brillo en tus ojos y esa sonrisa, me alcanza- comentó, desarmando el abrazo y bajandola al suelo -Pero, realmente, me quito el sombrero, eres una pequeña manipuladora- la tomó del rostro, divertido -Deben ser tus ojos- se acercó a ella para verlos de cerca -¡Son hipnóticos!- mencionó entre risas.

-¡Ay! ¡Cállate!- lo apartó con un empujón amistoso -¿Qué te parece si vamos por un helado y luego llamó a Winry para contarle sobre el viaje?- sugirió, señalando sobre su hombro -¡Vaya! ¡No me había dado cuenta que eres tan alto!-

Exclamó sorprendida al medirse con él.

-Me parece bien ¡ENANA!-

Contestó, palmeándole la cabeza. Aunque tenía ganas de abrazarla hasta el fin del mundo.

-¿Sabes algo, Keilot?- comentó, caminando a su lado -Tengo el presentimiento de que en este viaje, va a suceder algo que cambiará mi vida para siempre- miró al cielo, para observar la luna -Algo mágico y que me hará muy feliz, lo presiento-

Él la observaba entre maravillado e interrogativo. Ella era tan bonita, mundana y única, que no podía evitar mirarla como lo hacía.

-¿Qué clase de presentimiento? ¿Bueno o mano?-

Cuestionó, volviendo a la realidad cuando ella volteó a verlo.

-No lo sé, vamos a llamarlo...- pensó por un momento -Un presentimiento especial-

Sonrío, mientras seguían caminando.

-¿Algo mágico y especial?- pensó en voz alta y la miró perturbado -No será... No será qué...Que vas a enamorarte en ese viaje, ¿Verdad?-

Una carcajada salió de la garganta de ella de manera inconsciente.

-No lo creo, amigo. Cuando me enamore, no será mágico- contestó sin interés -Pero, ¿Quién sabe? Seguramente lo tengo en frente y todavía no lo encontré-

Explicó de forma extraña, entre divertida e indiferente, ante la idea de enamorarse.

-Posiblemente, será cuestión de aprender a mirar más allá. Pero una cosa si te digo, señorita- la abrazó por los hombros de forma protectora -Aquel hombre que aspire a tener tu amor, de alguna u otra manera, tendrá que pasar previamente sobre mí- apretó sus hombros con fuerza -¿Queda claro? ¿¡No!?- ella asintió con una sonrisa traviesa -¡Y te puedo asegurar que no será nada bonito!-

Formuló como un hermano pseudoceloso y protector. Aunque estaba segura, que era más que eso.

-¡Mira!- señaló, al salir de sus pensamientos absurdos -Ya llegamos ¿Entramos?-

Miró el letrero sobre sus cabezas, mientras él sostenía la puerta para dejarla pasar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro