24. Siestas
Fue difícil lidiar con las secuelas de una pelea una vez llegada la calma. Cuando la mente de Max se había mentalizado, decidió ir primero a ver cómo estaba su esposo.
Ha pasado una hora y él no ha hecho ninguna señal de su presencia en el apartamento, como si quisiese desaparecer.
No sabía si quería verle, al menos dará el intento.
—¿Griff...? — habló primero detrás de la puerta.
Nada. Total silencio.
Con un gran suspiro, giró la perilla y se percató que estaba sin seguro todo este tiempo, dándole entrada libre a cualquiera que quisiera pasar.
Griffin estaba sentado en la cama, dándole la espalda. Varias cartas fuero sacadas de una caja y esparcidas sobre el colchón. De apreciar esa imagen desde la lejanía, Max supo de qué pensaba su pareja.
Al sentarse a su lado, Griffin no despegó el corazón de origami que sostenía entre sus dedos con una delicada firme.
Max sonrió suavemente.
—Aún lo conservas... — carcajeó con dulzura pero inseguro. —. Si hubiera sabido que te encantaba tanto, te habría hecho cientos cada vez que te enojas conmigo.
No supo si lo había estropeado, pero la baja risilla de su esposo le dio más ánimos.
—Eres un bufón — lo empujó débilmente hombro contra hombro, sin verlo al rostro. —. Por supuesto que lo guardo, fue el primer regalo que me diste... —poco a poco comenzó a hacerse un ovillo. —, fue una esperanza para mí.
—Griffin... — palpó su mano con la suya y relajó su rostro.
—Lo veo cada vez que necesito pensar...
Al ser más receptivo ante sus muestras de afecto, Max prosiguió con las mismas:
—Hmm, ¿acaso se volvió tu consciencia?
Max suprimió su sorpresa. Era increíble el ambiente que se estaba formando después de la pelea con Ash. El Griffin del pasado se hubiese quebrado por tan sólo verlo y buscar confort en sus brazos. Ahora no... Estaba reflexivo, tranquilo pero aún dolido.
—En realidad tú eres como mi Pepe Grillo — sus músculos estaban desestresados pero en su voz denotaba culpa. —. Escuché que Aslan está con Shorter...
Max permitió que hablara de cualquier cosa:
—Correcto.
—Y Jessica estuvo aquí para llevarse a Michael... Le había prometido a tu hijo que haríamos más galletas... — cerró sus ojos con fuerza, sintiendo la textura del papel. Desde la habitación pudo escuchar los sollozos del niño. —. Ahora me siento mal.
En señal de apoyo, Max rodeó su brazo alrededor del cuerpo de Griffin y lo consoló con besos ligeros en su frente.
—No te preocupes... Michael entenderá...
Griffin asintió, acurrucándose mejor en su esposo.
—¿Crees qué... Aslan lo entenderá también?
Oh Dios... Ahora la conversación se volvió seria, por lo que Max también debía de serlo.
—Griff...
—¿En serio vive tan mal con nosotros? — apretó sus dientes, retumbándole sus alegatos en su mente. —. ¿O conmigo...?
—Él es un mocoso adolescente... — a esa edad son un dolor en el culo omitió agregar. —. No lo dijo con maldad...
Bueno, Max intentó ser serio cuando se trataba de esa fiereza en Ash.
—Aún así — dijo con un hilo de voz, ignorando que su esposo quería calmarlo con palabras graciosas. —... Fue sincero con sus sentimientos —exhaló agobiado. —. No pensé que se sentía de esa manera...
Max frunció su ceño, de a poco su amado estaba sucumbiendo en la tristeza, pensando solo en Ash. ¿Y él? ¿Qué sucede con sus sentimientos? Son válidos de igual forma.
—Sabes —suspiró profundamente. —, Ash ya tiene el raciocinio suficiente para tomar sus propias decisiones —juntó sus labios entre sus cabellos castaños. No quiso echarle en cara que no era un niño tal y como Ash se lo hizo entrever cruelmente. —, aún si consideramos que son erróneas.
—Lo sé... —musitó al abrazarlo mejor en su pecho.
Al verse menos incómodos, Max se atrevió a entrar al meollo, al tema sensible para Griffin:
—Y también... está en su derecho de saber cómo fue que... —dio una bocanada de aire. —, rompiste lazos con tu padre...
Griffin endureció su rostro.
—M-Max.
—Jim también es su papá —recalcó con cierto pesar. —. Ash puede ser muy inteligente en intuir que pasó pero... Por la discusión de hoy... Creo que lo quiere escuchar de tu propia boca...
En eso, Griffin apartó el corazón de papel con el resto que se hallaban esparcidos sobre la cama y entrelazó con desespero sus dedos con los de Max.
—He estado analizando las palabras de Aslan y... él tiene una razón para pensar así.
Max a solo le bastó unos minutos para conocer a Jim para desenmascarar el mal hombre que es. Asi que la posición de Ash era curiosa y ahora la conclusión de Griffin también.
—¿Por qué lo dices?
—Dejando a un lado lo sucedido con el entrenador Wilson, Aslan recuerda a papá con cariño: las veces que le enseñó cómo usar la escopeta, cuando le hizo su cabeza de calabaza para Halloween o presumía a sus amigos en el bar lo bien que se les daba con las matemáticas para cobrar en el bar... —jadeó con pesadez. —. Aslan no vivió mucho tiempo bajo su mismo techo; esa percepción de un padre negligente no la adecua del todo, ni siquiera de las penas que sufrimos porque no nos mantenía... Porque yo...
De esa manera, Max lo comprendió.
—No le hizo falta... —completó la oración de su esposo al estar imposibilitado de sus abrumadoras emociones. —, porque estabas en ese rol de padre...
Griffin asintió y observó el rostro empático de su pareja.
—Debió de sentirse extraño... De porque ya no podía ver a papá o a Jennifer... Yo se lo prohibía... —Griffin abrió sus ojos en shock. —. Nunca se lo pregunté...
—Griff... — lo besó con más esmero alrededor de su rostro tras vislumbrar algunas lágrimas formándose en aquellos ojos azules que tanto adoraba.
—Y-Yo asumí que lo odiaba por lo que le hizo... Bueno... Sí sentía rencor pero... Ya lo perdonó — tragó saliva y sus labios temblaron. ¿Cómo es posible que su hermanito sea empático? Entonces empezó a cuestionarse sobre sus sentimientos hacia Jim, ese odio que lo consumía era antes del abuso de Ash. Al estar encerrado en su habitación, se percató de algo importante. —. Cuando yo era niño, también le tenía esa misma estima a él... Papá era feliz.
—¿En serio? — Max quedó patidifuso. No podía imaginar a ese hombre sonriéndole a la vida.
En eso, Griffin asintió.
—Cuando Aslan nació, todo fue distinto —su expresión decayó en aflicción. —; se fue deformando esa imagen de un padre cruel, indiferente e hiriente al estar decepcionado de lo que era y lo que no logré ser—aún le penetran en sus recuerdos las constantes peleas y gritos en el bar sobre acudir a una Universidad o al cuestionarlo si era capaz de tener una novia. —. Ahí me di cuenta el otro lado de mi padre que negaba a ver...
—Griffin...
—Aunque me dio la impresión de que sintió orgullo cuando dije que me uniría al ejército —todo era tan ambivalente para Griffin. —. Me cuesta mucho ahora creer que él haya cambiado... o lo intente. Yo confíe en él para cuidar de Aslan antes de irme... Y... —su voz se quebró.
Max tenía el corazón en la mano. ¿Entonces por qué Ash piensa laxamente lo contrario?
Ah...
Arriesgarse también es confiar.
Max le ha ido enseñando aquello y se le ha grabado permanentemente en su mente. Ash no pasó por alto los incesantes intentos de Jim en querer comunicarse con ellos, debían de significar algo, y se frustró al notar que Griffin se encerraba en su terquedad y no verlo.
Jim le ha fallado varias veces a Griffin. Sin embargo, aún no ha roto las esperanzas a Ash.
Aquello era cruel de concluir.
—Honestamente a mi me cuesta creerlo también. — dijo su opinión Max, procurando respetar lo que el corazón del adolescente dictaba.
—Quizá Aslan tenga razón... — tembló sus labios. —. Soy un rencoroso... e idiota.
Ese estado vulnerable de Griffin se sintió como una presión en el pecho de Max pero a la vez le gustaba ser su soporte. Su esposo ha estado ceñido de sus convicciones en no ahogar las penas en las drogas u otra forma análoga que no fueran sus brazos. Estar cerca, escuchar su palpitar de sus emociones expuestas ante él era más que acogedor.
—No, mi amor... eres la persona más perfecta que conozco —alzó su rostro y besó firmemente sus labios, escuchándolo suspirar. —. Tienes tus motivos al igual que tu hermano... Ninguno es más importante que el otro...
—M-Max...
—Desde mi punto de vista, los dos actuaron mal... —antes de que Griffin replicara, sonrió de oreja a oreja. —; pero, hey, escuché por ahí que la pelea entre hermanos es un proceso de sanación. Así que no todo es malo.
Luego, el hombre limpió con su pulgar la lágrima rebelde que se resbaló en la mejilla de su esposo y continuó besándolo, cada vez más profundo e íntimo.
El corazón de origami se hallaba no muy lejos de ellos, resaltando su historia de amor y apoyo que comenzó hace años.
Estuvieron así por un rato hasta que aseguraron que irían juntos a la casa de Wong.
*
Al llegar, Shorter los estaba esperando con una expresión preocupada.
—Intenté hablar con él pero es muy terco — dijo mientras los guiaba a su habitación. —, no quiere abrir la puerta y tampoco quiero involucrar a mis padres o a Nadia... Ellos si derribarían la puerta.
Griffin apretó sus dientes ante eso, su hermanito permanecía enojado y no sabía si hablarle afuera de la habitación sería lo ideal o empeoraría su ánimo.
Bendito sea la adolescencia.
Sin embargo, Max sonrió ampliamente, poseyendo un destello travieso en sus ojos.
—Sé cómo sacarlo de ahí. —anunció frente a las miradas incrédulas de los presentes.
Al momento de llegar, el hombre aclaró su garganta y dio una bocanada de aire para gritar.
—¿Qué va hacer? — Shorter preguntó, levantando una ceja y Griffin encogió sus hombros.
De esa manera, con voz fuerte y clara, Max empezó a cantar:
—¡Oh my darling, oh my darling, my Clementine!
Por su lado, Shorter era ajeno de lo que significaba esa canción, así que observó incrédulo y más confundido que antes; mas Griffin se dio un suave manotazo en su frente.
La cuestión es que dentro del cuarto emanaron ruidos alborotados y violentos. Un ápice de angustia se formó en el chino al estar en la incógnita que estaba destruyendo su bro en su habitación hasta que se abrió la puerta y se mostró a un irritado Ash, despeinado, vestido con las ropas de Shorter y con los músculos tensos.
—¡¡Cierra la boca, estúpido!! — al percatarse que no solo Max estaba en el pasillo con Shorter, su vista se enfocó en su hermano y frunció el ceño.
—Funcionó. —el hombre alzó su pulgar orgulloso.
Sin embargo, Griffin dio un paso hacia adelante para interponer su cuerpo en la puerta para que Ash no la cerrara de golpe repentino.
—Tengo que decirte algo, Aslan.
—Creo que ya me dijiste lo suficiente... —cruzó sus brazos y desvió su mirada.
—No, hablemos — rogó pavoroso . —, sin pelearnos... Lo prometo.
Por ese timbre de voz suave, característico de él, fue que Ash accedió. No era de corazón de piedra para negarse.
Así, Ash se hizo a un lado y Griffin entró.
—Bro, te encargo que no rompas nada.
Y así cerró la puerta en la cara de Shorter una vez que se hallaban solos con Griffin. Al ver a sus alrededores, la habitación estaba desordenado: ropa tirada por doquier, latas de cerveza, restos de comida rápida y variedad de repuestos de gafas de sol.
—Ya estaba así — aclaró Ash al sentarse en la cama rechinadora. —, no me sorprendería si aparece alguna rata.
Griffin asintió, pensando que en Irak tuvo que comerlas asadas para sobrevivir. La ligera curvatura en los labios de Ash, pareciera que se estaba divirtiendo por su perturbación. Eso rompió un poco la tensión entre ellos.
De ese modo, Griffin se sentó en la esquina más limpia de la cama, juntando el valor de hablar.
—Lo que pasó hoy... — suspiró y cerró sus ojos. —, pido una disculpa... mi comportamiento no fue el mejor.
En eso, Ash masculló, sintiéndose raro pero sin dar su brazo a torcer.
—Ni que lo digas. No quisiste aceptar la verdad y ahora andas con la cola entre las patas.
Griffin frunció su ceño en congoja. Esas respuestas carentes de afecto eran como una puñalada en el corazón. Así que decidió ser honesto y directo de una buena vez.
—Aslan, si quieres hablar con papá... no te detendré...
Ash se aproximó a su rostro, estupefacto. Nunca pensó que su hermano le salieran eso de la boca.
—¿Qué? — lo observó incrédulo.
Sin darse cuenta, Griffin tembló al hacerse un ovillo ahí mismo sentado. Era mucho para él dejar fluir sus emociones libremente con respecto a Jim. Sin embargo, Max tenía razón, su hermanito debía saberlo de su parte que pasó.
—Por mi parte, yo no estoy listo para hacerlo, Aslan... — cubrió su rostro con ambas manos. —, él me hizo mucho daño... Eras muy pequeño para recordarlo...
—H-Hey... — empezó a preocuparse.
—Me humilló al ser un don nadie e inútil en el bar... Era su vergüenza en Cape Cod por ser homosexual y me dio la espalda... Y lo que hizo contigo durante mi ausencia —exhaló para calmarse y cambiar el tono de su confesión. —. Tuve que arreglármelas solo... Para criarte.
— Pero...
—No quiero nublar tu juicio con mis sentimientos o causarte lástima, Aslan —le sonrió con debilidad. —. Ya tomaste la decisión de ir a verlo y la respeto —bajó la mirada con dolor. —. Pero no puedo perdonarlo tan fácil... —murmuró. —, no soy tan fuerte como tú...
Así, escuchó un rechinido a su lado y ladeó su rostro hacia el origen del mismo. Tenía a Ash frente a frente, con su expresión suavizada y tierna.
—Griffin... — limpió las lágrimas de su hermano mayor con delicadeza. En ese momento, el mayor supo que estaba llorando.
Incapaz de seguir exponiendo su tirria hacia su padre, Griffin sonrió cálidamente.
—Sé que necesitas espacio, ya no eres un niño —sus ojos azules se aguadaron por lo dicho. ¿Cuándo fue que creció tanto? —, pero eres mi hermanito... — apreció la estupefacción en la expresión de Ash. —. No puedo retenerte a que crezcas, ten por seguro que, el camino que escojas, aún si es separarte de mí, tendrás un hogar conmigo... —besó su mejilla con cariño. —, como ha sido siempre.
Repentinamente, Ash abrazó a Griffin con fervor, rodeando su cuello con sus brazos y ocultando el rostro de su hermano mayor en su pecho para que escuchara su errático corazón.
—No quiero que pienses que te estoy sustituyendo por papá, claro que no... No eres un idiota —su voz se quebró sutilmente. —, eres muchísimo mejor que él.
—A-Aslan... —lo sujetó suavemente de su espalda.
—S-Solo quiero darle una segunda oportunidad... todos se merecen una, ¿no? —su garganta se quemaba de la crudeza de su tormento. —, si sigue igual de mierda, entonces lo jodo por el orto hasta que nos deje en paz.
Griffin sonrió entre lágrimas.
—O-Oye... ese vocabulario... — carcajeó y le dio una nalgada suave al aprovechar la oportunidad de estar retenido en sus brazos. Ash simplemente emitió un pujido.
Sin embargo, aún con ese regaño, el chico no se molestó.
—Perdón... no te debí gritar así... — se acurrucó en la cabellera lacia de su hermano. —, nada de lo que dije sobre ti es cierto... —lo observó al rostro y lo besó en su mejilla. Era raro mostrarle esa clase de gesto, pero eso arrulló en amparo el alma de Griffin. —, yo te admiro mucho...
Griffin quedó sin aliento, una corriente tibia traspasó su sensible corazón y lo ablandó.
—Y-Yo tampoco me controlé... nunca creí que te sentías así — se inclinó para separase y palpó su mejilla con vergüenza. —. ¿Te duele?
Ash asintió y se abalanzó nuevamente hacia su hermano.
—No lo parece... Pero tienes mucha fuerza, Griff... —ocultó su rostro en el pecho de su hermano. —. Con razón papá se fue al hospital...
Permanecieron de esa manera por un largo tiempo. Incluso Max y Shorter, al no escuchar la conversación amortiguada detrás de la puerta, decidieron entrar para saber que pasó.
Ahí contemplaron a los hermanos Callenreese dormidos en la cama del chino, todavía estando abrazados.
Días después de Navidad, Ash tomó solo un viaje a Cape Cod.
Max y Griffin no sabían con exactitud qué pasó ahí; no obstante, no fue la última vez que visitó a Jim y Jennifer. Era un indicio de éxito y la pareja Glenreed no podía estar más que conformes con eso.
N/A: Antes de irnos, hay unos puntos que debo de aclarar con respecto a Ash: él no es ningún malagradecido con Griffin o lo "traicionó" al querer recuperar los lazos con Jim. Ash sabe perfectamente lo que hizo su hermano por él y lo ama muchísimo.
Sin embargo, Ash no fue criado como Griffin, ambos hermanos vivieron en ambientes muy distintos: Griffin fue de caos y familia disfuncional, sin mencionar el contexto de la guerra que tuvo que lidiar también junto con sus adicciones; en cambio, Ash pudo salir de ese círculo de violencia y de abuso gracias a su hermano y estuvo rodeado de amor, no solo de Griff, sino que estaba Max, Jessica, Michael, hasta Shorter. Recuperar a su padre en su vida no lo ve tan alocado porque él siente que puede confiar más o menos en él por esos regalos, como una muestra sincera de hacer las pases.
Todavía no terminamos con Jim, desgraciadamente xD No ha aparecido en estos capítulos y miren el estrago que ha provocado su nombre.
¡Muchas gracias por el apoyo a esta historia! ♥♥♥♥♥
¡Nos vemos mañana ♥!
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