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Capítulo 4. Una Noche Salvajemente Caliente

'Me pregunto cuándo vendrá el Emperador'.

Una vez terminada la boda, JiMin fue rodeado por las asistentes imperiales y conducido a la habitación en la que se encontraba actualmente. Cuando llegaron, las asistentes se afanaron en cambiarlo, lavarlo y prepararlo para la noche. Poco después, JiMin quedó solo en la gran habitación.

La habitación era mucho más grande y lujosa que cualquiera de las que había visto en el palacio real de Navitan. Incluso todo dentro de la habitación rebosaba de extravagancia.

En la mesa a un lado de la habitación había una verdadera montaña alimentos y alcohol. La organización resultaba agradable a la vista, pero la cantidad era descomunal. Tanto que uno podría confundirlo con un banquete.

JiMin se acercó a las frutas, echando un vistazo a su alrededor a pesar de saber que no había nadie, y tomó con cuidado una rebanada de naranja. Al ingerirlo, el refrescante zumo brotó con dulzura, rejuveneciendo el interior de su boca, que estaba seca por la tensión.

-"Qué rico."

Cuando vivía en su villa real, las frutas representaban un alimento de lujo que sólo se podía obtener durante los grandes eventos. El reino de Navitan era un país con un clima desfavorable, por lo que su mercado de frutas dependía sobre todo de la importación. A JiMin le resultaba doloroso, puesto que le gustaba mucho comer frutas. Una vez había intentado valientemente cultivar un árbol frutal en el jardín de su villa real, junto con sus sirvientas, pero no había dado muchos frutos. Aunque, por supuesto, esto no quería decir que no comiera nada. Muchas veces se colaba en el invernadero del palacio principal para saquear sus tesoros.

JiMin se quedó absorto comiendo rebanada de fruta tras rebanada de fruta mientras recordaba cosas del pasado, cuando de repente su mano se detuvo.

'No se quejará de que haya comido un poco primero, ¿Verdad?'

La cara del Emperador le vino de repente a la mente. Y al mismo tiempo surgió una pregunta que había olvidado en la euforia de su festín.

'¿Por qué no me ha matado?'

Había escuchado a sus oficiales clamando por sangre en la distancia mientras lo arrastraban las asistentes después de la boda.

-¡Acabemos con el reino de Navitan!

-¡Estoy dispuesto a emprender la guerra en este mismo instante! Los haré desaparecer de la faz de la tierra.

-¡Qué indignante es que hayan enviado a un doncel tan loco!

Y a sus gritos, JiMin respondió interiormente,

'¡Sí! ¡Eso mismo pienso! ¡Aplástenlos!'

Animándolos en su interior con fervor.

Durante un largo rato, JiMin se preguntó por qué el Emperador no lo había matado en el acto, pero después se dio por vencido y se tumbó en la cama. El colchón agradablemente flexible y las suaves sábanas parecían una bendición.

'Puede que me guste ser consorte'.

Él no pudo evitar rebosar de alegría, tumbado en una cama limpia y agradable después de comer sabrosas frutas. Antes de la boda sentía que 'podría morir', pero ahora ese pensamiento se desvanecía a una velocidad increíble. Pero un momento después, el rostro de JiMin se ensombreció. ¿Qué sentido tenía tener esos pensamientos ahora?

Ya se había comportado inadecuadamente. No sabía por qué el Emperador lo había perdonado por el momento, pero su destino estaba grabado en piedra. JiMin volvió a mirar la mesa. Sus ojos se fijaron en las numerosas botellas de bebida colocadas junto a la montañosa pila de comida. Se acercó a descorchar una de ellas y una profunda fragancia salió de ella.

'¡No sé mucho de vinos, pero este tiene que ser caro!'

JiMin agarró una copa de plata y después de llenarla hasta el borde con vino, tomó un sorbo.

-"¡Ahhh!"

Exclamó.

Era una bebida muy fuerte. Sintió que el interior de su garganta ardió en el momento en que tragó.

-"Vaya, esto no es ninguna broma"

JiMin murmuró y se quedó parado, parpadeando lentamente. Sintió que el mundo comenzaba a girar en un instante. El calor del alcohol comenzó a extenderse por todo su cuerpo antes de que volviera a acercar sus labios a la copa.

-"¿Mm?"

JiMin se frotó los ojos cuando notó que su vista comenzaba a nublarse.

'¿Qué es esta bebida? ¿Existe un alcohol que emborrache de inmediato? ¿No suelen llamar a eso drogas, no alcohol? Espera. ¿Drogas?'

JiMin volvió a examinar los cambios que se estaban produciendo en su cuerpo. La mente se volvía confusa. El cuerpo ardía de calor. La respiración estaba pesada. Recordaba vagamente haber escuchado a menudo sobre una droga que inducía esos síntomas. ¿Dónde lo había escuchado? Cierto. En los libros que había compartido con sus sirvientas. Los títulos de esos libros pasaron por la cabeza de JiMin.

'Una Noche Caliente', 'El Amor Prohibido Siempre es Dulce', 'La Alondra Canta: Toque de obscenidad', entre otros. Todos ellos eran Libros Que No Deberían Nombrarse. El argumento sacado de los clichés, que ponía a los amantes románticos en la vía rápida en el dormitorio, sin ninguna narración tediosa...

JiMin tiró la copa que tenía en la mano, horrorizado.

-"¿Esto es un afrodisíaco?"

Afrodisíaco. Una droga que incineraba instantáneamente la razón con las llamas del deseo sexual.

-"¡Esos enfermos! ¿Por qué demonios habrán puesto algo como eso aquí?"

Los maldijo inconscientemente. Se metió un dedo en la boca y trató de vomitar lo que había bebido, pero era demasiado tarde. JiMin sintió que las fuerzas de su cuerpo se desvanecían rápidamente.

'No. Como... esto...'

Se tambaleó y se dejó caer sobre la cama. JiMin se preguntaba por qué esa droga estaba aquí mientras su conciencia comenzaba a desvanecerse.

'Maldito Emperador... ¿Planeabas usar eso esta noche?'

No pudo encontrar otra respuesta que esa. Sin embargo, por alguna razón, sintió lástima en medio de su ira. ¿Qué importaba que fuera guapo? No podía hacer nada sin usar drogas. Así, los ojos de JiMin se cerraron suavemente en medio de sus reflexiones. Y cuando recobró el sentido, sintió como si el mundo temblara.

'¿Qué...? '

'¿Qué diablos? Espera, ¿Dónde estoy? ¿Por qué estoy así?'

Afortunadamente, logró recordar lo que había sucedido antes de que se desplomara, incluso en su estado mental mareado. Así que lo maldijo.

-"¡Maldito Emperador!"

-"Eso lo dicen a menudo, pero había pasado mucho tiempo desde que alguien me lo decía a la cara. Qué novedad. "

-"¿Eh?"

Los ojos de JiMin se agrandaron al escuchar de repente una voz. El apuesto rostro de una persona que había visto antes lo estaba mirando. Su cabello negro representaba la personificación del cielo nocturno, y sus ojos negros contenían una oscuridad insondable, pareciendo poseer un misterio en su interior. Él lo había encontrado bastante atractivo cuando había luz en el exterior, pero no pensó que se vería aún más deslumbrante en la oscuridad de una habitación cerrada.

'Esto no es justo', él pensó.

JiMin siguió mirándolo fijamente, pero cuando su línea de visión se desplazó ligeramente hacia abajo, dijo con perplejidad.

-"¿Qué. ¿Por qué estás completamente desnudo?"

-"No completamente. Todavía tengo la ropa íntima puesta". contestó YoonGi con calma.

Con esto, JiMin se dio cuenta de por qué el mundo temblaba hace unos momentos. Antes de que se hubiera dado de cuenta, el Emperador se había subido a la cama y se estaba quitando la ropa. Vio las ropas del Emperador, esparcidas a un lado, lo que demostraba que sus pensamientos estaban en lo cierto. Mientras tanto, el Emperador recogió una prenda de ropa y la arrojó fuera de la cama.

El Emperador se echó el cabello hacia atrás, después de realizar una hazaña que no era posible sin una buena cantidad de fuerza. JiMin lo observó todo con la mente nublada.

'Tiene una buena apariencia, y también un buen cuerpo'.

Decidió dejar de pensar en la situación en la que se encontraba y disfrutar de la magnífica vista que tenía delante. Músculos esbeltos en un cuerpo moderadamente bronceado. JiMin tragó saliva cuando presenció los músculos ondulantes y las venas brotadas de su brazo al lanzar la prenda.

'Ahh. Como me gusta ese tipo de cuerpo.'

Lo que veía ante él representaba el físico ideal del protagonista masculino de las novelas que leía con sus sirvientas. Todas lamentaban el hecho de que los hombres guapos tuvieran cuerpos pésimos, y los musculosos, pésimos rostros. ¿Dónde se podría encontrar un hombre con ambas cualidades?

'¡Aquí es donde estaba ese hombre!'

Si pudiera, lo llevaría para mostrárselo a las sirvientas de la villa real. JiMin miró aturdido al Emperador durante un momento más, antes de que le hiciera una pregunta importante.

-"Espera un momento. ¿Por qué estás encima de mí?"

Le parecía bien que se desnudara y todo eso, pero ¿Por qué lo hacía encima de él? Él pensó brevemente sobre su pregunta, antes de responder.

-"¿Me quieres abajo? ¿Así como te gusta?"

-"No, ese no es el problema."

-"¿Entonces cuál es?"

La boca de JiMin reveló sus pensamientos libremente.

-"En primer lugar, creo que darle a alguien afrodisíacos no es bueno."

El rostro del Emperador se puso rígido ante sus palabras. "¿Afrodisíacos?"

-"Sí, afrodisíacos. ¿Qué tan inseguro te sientes para dárselos a alguien? Sólo la escoria usa esas cosas. Todos los que lo usan deberían ser eliminados."

Tal vez su corazón lo instaba a morir esta noche, puesto que había sobrevivido durante el día. JiMin continuó hablando, incluso sintiéndose asombrado por lo atrevido que estaba siendo en este momento.

-"Había escuchado sobre la existencia de esas dr0gas, pero por Dios, no esperaba que un Emperador recurriera a ellas."

-"Un momento. Creo que parece haber un malentendido."

-"No hace falta que te pongas excusas. De todos modos soy el único que lo sabe. Ah, claro, los asistentes que lo prepararon también deben saberlo. Pero querido... supongo eres consciente de que el sexo sin consentimiento es un delito, ¿No? Lo mismo ocurre con los afrodisíacos"

JiMin expresó sus pensamientos.

El Emperador se levantó de la cama ante sus palabras y se acercó a la mesa. Miró la botella que JiMin había abierto y le preguntó

-"¿Dices que has bebido esto y crees que es afrodisíaco?"

-"Sé que no es alcohol. ¿Qué tipo de bebida te debilita el cuerpo y te deja duerme los sentidos?"

-"Como tú dices, no es alcohol."

'Lo sabía'. Pero justo cuando JiMin estaba a punto de soltar otra oleada de maldiciones en su interior...

-"Esto es un 'suero de la verdad'."

-"...¿Perdón?"

-"Te dije que es un suero de la verdad. Uno muy puro. ¿Por qué estabas bebiendo esto? Iba a usarlo si las cosas se ponían problemáticas."

JiMin se sintió estupefacto ante la revelación.

'¿Por qué, oh, por qué pondría algo como eso en la mesa de todos los lugares?'

-"Suero de la verdad... ¿Ibas a usar eso para...?"

-"Esa no era mi intención"

En ese momento, los ojos del Emperador se entrecerraron, y echó un vistazo a la pared de la habitación. Luego, se acercó a la cama y se abalanzó sobre JiMin, inmovilizándolo.

-"¿Qué estás haciendo?"

-"Lo que debo hacer esta noche"

El Emperador respondió a su pregunta con un tono apático. Entonces lo puso boca abajo y lo agarró bruscamente por los hombros.

-"¡Agh!"

JiMin chilló ante el repentino dolor que sintió en sus hombros. Había estado agitado durante varios días durante la preparación de la boda, y además su cuerpo estaba rígido por la tensión que sintió mientras estuvo de camino al palacio imperial. Además, debido a que se había dormido en una mala postura cuando el suero lo dejó inconsciente hace un rato, le dolía el cuello. El Emperador presionó con sus dedos aquellos músculos tensados, lo que hizo que JiMin soltara un grito. La mano del Emperador volvió a moverse.

-"¡Ahhh! ¡Augh! ¡Detente!"

JiMin gemía continuamente ante el despiadado agarre del Emperador. Antes de darse cuenta, estaban cubiertos por las sábanas de la cama. En medio de la oscuridad, JiMin se retorcía y giraba en una lucha por evitar sus manos, gimiendo todo el tiempo.

-"¡No! ¡Ahí no! ¡Para, para! ¡Aghh!"

-"Quédate quieto, ¿Quieres?"

-"¡No! ¡Deja de hacerlo!"

JiMin suplicó.

Cada vez que las manos del Emperador se movían se producían intensos sonidos. Cuando una lágrima brotó de uno de sus ojos, a JiMin le pareció algo extraño.

'¿Se siente increíblemente bien?'

Aunque le dolía porque el Emperador sólo se dirigía a las zonas de los músculos tensados, lo que vino después del dolor fue una sensación de liberación totalmente nueva. En poco tiempo, su cuello, que antes estaba dolorido, se sentía perfectamente bien. Tras darse cuenta de ello, JiMin dejó de luchar y se confió en el Emperador.

-"¡Augh! ¡Allí...! ¡Ahh...! ¡Un poco, un poco más...!"

JiMin gimió mientras daba vueltas en la cama por la mezcla de dolor y euforia que sentía, pero de repente un pensamiento pasó por su cabeza. En una habitación oscura. En la primera noche de matrimonio. Su cuerpo curvado bajo las sábanas. Gimiendo.

'Espera un segundo. ¿No es esta una situación perfecta para darle a alguien una idea equivocada?'

Fue en ese momento...

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