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Capítulo 3. Rezar Rápido y Cantar Más Rápido

JiMin se sintió totalmente desconcertado. Nunca había pensado que el Emperador era alguien guapo.

'¿Por qué supuse que el Emperador sería feo?'

Se preguntó. Nadie le había dicho nunca que fuera horrible, pero ¿Por qué lo había asumido? JiMin pronto se dio cuenta de la razón.

'Para empezar, no había ningún retrato suyo'.

Todos los nobles dejaban montones de retratos con todo tipo de poses en cada nueva conmemoración, evento y similares, hasta el punto de que había que construir una mansión aparte para guardarlos todos. Si los nobles se comportaban de esa manera, Si los nobles se comportaban de esa manera, ¿Cómo serían los miembros de la realeza... no, los emperadores? Pero él nunca había escuchado que alguien hubiera visto un retrato del Emperador.

'Ahora que lo pienso, se supone que hay que enviar un retrato con la carta de propuesta de matrimonio'.

Reflexionó JiMin.

El rey de Navitan nunca le había mostrado eso. En otras palabras, no existía. De lo contrario, seguramente le habría dicho, '¡Contempla! ¿¡No tiene un aspecto maravilloso!?' Aunque, por supuesto, JiMin seguramente le habría gritado, '¡Sin duda, un engaño!'

Y en segundo lugar, nadie hablaba del aspecto del Emperador. Cuando buscó en su memoria algo relacionado con el aspecto del Emperador, todo lo que recordaba eran palabras que ilustraban 'el maldito demonio del campo de batalla' y 'la encarnación del dios de la guerra'.

'Pero el dios de la guerra es feo'.

Se decía que el dios de la guerra en la mitología estaba desfigurado con todo tipo de cicatrices. Sabiendo que la gente decía que se parecía al dios de la guerra, ¿Cómo podría imaginarse que fuera una belleza?

'Aunque, en parte, es culpa mía por no preguntar'.

En primer lugar, JiMin no tenía el más mínimo interés en el Emperador como individuo, razón por la cual no preguntó por el color de su cabello, tampoco por su aspecto.

'Pero, aún así. ¿No debieron avisarme que era tan guapo?'

JiMin se limpió discretamente la saliva que casi se le escapaba de la boca mientras echaba otro vistazo al Emperador. Se veía muy bien. Tan bien, que si él no estuviera en esta situación, y si él no tuviera el título de Emperador, se habría sentido muy dispuesto a invitarlo a que se sentara a su lado, luego a preguntarle su nombre y a pedirle la dirección de su casa, hasta que finalmente... él le tomara la mano fingiendo hacerlo accidentalmente.

'¿De verdad? ¿Un hombre con estas características es el peor tirano del Imperio?'

Él sentía tanta discrepancia que comenzaba a sospechar que esos rumores estaban equivocados de alguna manera. El hombre parecía más adecuado para un escenario de teatro, que para un campo de batalla.

Mientras JiMin contemplaba al Emperador, olvidando la situación en la que se encontraba, él comenzó a hablar.

-"Los tutores que te enseñaron."

-"¿?"

-¿Qué pasa con ellos?

-"Debería matarlos a todos."

Él continuó.

Al escuchar sus palabras, JiMin sintió como si hubiera sido mojado bruscamente con agua helada. Se distrajo momentáneamente con su rostro, pero el hombre que tenía delante no era otro que el Emperador YoonGi. El mismo emperador que iba a matarlo.

"¿Por qué...?"

En el momento en que él estaba a punto de preguntar por qué iba a matar a los tutores, el Emperador dio un paso hacia el carruaje y se inclinó hacia el interior. Extendió la mano para agarrar el brazo de JiMin y tirar de él. JiMin no tuvo tiempo ni de gritar cuando comenzó a caer hacia delante, arrastrado por su poderosa fuerza. Instintivamente cerró los ojos con fuerza, esperando el impacto de la caída, pero en cambio sintió como si su cuerpo girara en el aire.

-"¿Eh?"

Cuando volvió a abrir los ojos, JiMin se encontró en los brazos del Emperador.

-"¿Qué estás haciendo?"

La incredulidad sustituyó su sorpresa.

-"¿No dijiste que esto era una costumbre de Navitan? Estoy haciendo lo que deseabas, ¿Qué tiene de extraño?"

-"¿No me matarás?"

-"¿Por qué lo haría?"

-"Sólo me trajeron para dar a luz a un heredero, procedente de un país pequeño elegido por sorteo, y aun así pedí tonterías como que el Emperador viniera a recogerme, me llevara al interior y cambiara los colores de las flores."

El Emperador durante un momento miró fijamente a JiMin antes de responder.

-"Elegí tirando un dado, no por sorteo. Por supuesto, no lo hice por número. Seleccioné el país en el que se detuvo el dado."

JiMin se quedó sin palabras ante su explicación. En todo caso, su elección se hizo aleatoriamente, ¿Cierto?

Antes de que JiMin se diera cuenta, puesto que aún estaba aturdido, el Emperador lo había llevado a la catedral. Giró la cabeza para mirar todo el interior.

Las miradas agudas de los hombres presentes, que evidentemente eran ministros del Imperio, hacían que se le erizara la piel.

'Pensé que el Emperador sería el que mostraría este tipo de reacción. ¿Qué está pasando aquí?'

A pesar de la atmósfera amenazante, el Emperador se dirigió al altar. Cuando llegaron le preguntó a JiMin

-"En Navitan, ¿Es obligatorio sostener al novio durante toda la boda?".

-"...No."

Para comenzar, en Navitan no existía la costumbre de llevar a los novios a la iglesia. Simplemente se trataba de una tradición retratada en una de las novelas románticas que leyó hace tiempo con las sirvientas de su villa real.

Y diez horas más tarde...

'Las cosas están sucediendo un poco diferente de lo que esperaba...'

JiMin reflexionó sobre la situación mientras veía a YoonGi subirse sobre él y quitarse la ropa.

La boda avanzó en un parpadeo.

-"Que toda la ceremonia terminen en 10 minutos. "

-"¡Eso es imposible, Su Majestad!"

El pontífice dijo con la cara al borde de las lágrimas ante la orden de YoonGi. ¿Qué boda se hacía en 10 minutos?

-"Aunque los procedimientos se reduzcan al mínimo, hay que rezar y cantar himnos, así que cómo..."

-"Lo único que hay que hacer es rezar rápido y cantar más rápido."

-"..."

El pontífice sólo pudo quedarse con la boca abierta en respuesta.

-"¿Por qué? ¿No puedes hacerlo?"

Preguntó YoonGi, y luego desvió la mirada del pontífice, señalando al sumo sacerdote que estaba detrás de él.

-"Tú, ahí, pareces un hombre que sabe rezar y cantar bien."

-"¿Sí?"

-"Y también parece que puedes rezar rápido y cantar más rápido."

-"...¿Si?"

-"Eres el pontífice a partir de ahora. Bueno, ¿Por qué sigues parado? Vosotros dos, intercambien la ropa."

De esa manera, el pontífice fue sustituido. El sacerdote que lo sustituyó hizo el milagro de rezar todas las oraciones y cantar los himnos necesarios en sólo nueve minutos. Aunque, por supuesto, se desplomó justo después debido a la falta de aire durante todo el proceso.

La boda terminó de esa manera y 30 minutos después, YoonGi estaba sentado en su despacho. El palacio imperial que se veía por las ventanas seguía bellamente decorado para la boda, pero el novio convertido en esposo no sentía nada en su corazón.

'Así comienza'.

Se sabía públicamente que había recurrido al matrimonio para silenciar a los funcionarios que le molestaban. Sin embargo, YoonGi tenía el presentimiento de que este matrimonio iba a provocar una perturbación aún más grande. Su trabajo siempre había sido el mismo. Ocuparse de los asuntos de Estado la mayor parte del tiempo y librar guerras en ocasiones. Desde obtuvo el trono, su rutina diaria había consistido sólo en estas dos cosas. Pero hoy eso cambió por primera vez.

'¿JiMin, no?'

Había escuchado a uno de sus funcionarios que estaba a su lado murmurar su nombre, repetidamente. YoonGi tomó un documento del extremo de su amplio escritorio y comenzó a leerlo. Fue entonces cuando alguien tocó la puerta.

-"Entre."

La puerta se abrió y entró un caballero de cabello rojo de fuerte complexión.

-"Con respecto a su pedido de hace un rato..." Namjoon comenzó.

-"¿Cuál?"

-"El relacionado con los tutores encargados de educar al Consorte."

-"¿Ya has vuelto después de matarlos? ¿Estaban en un lugar tan cercano?"

YoonGi había ordenado a Namjoon que matara a todos los encargados de la educación de JiMin. JiMin le había llamado guapo en cuanto se conocieron. Eso indicaba que los tutores no le habían enseñado a JiMin que despreciaba totalmente hablaran de su aspecto.

No era que lo hubieran olvidado. Estaba claro que lo habían omitido para que JiMin muriera.

-"No, Su Majestad. Me estaba preparando para hacer un movimiento cuando recibí un reporte sobre el asunto. Me han dicho que todos se han suicidado con veneno."

YoonGi asintió sin un rastro de emoción ante las palabras de Namjoon, como si lo hubiera previsto. Si permanecían vivos, entonces se habría revelado la persona que estaba detrás de ellos. Estaba claro que les había ordenado suicidarse, o les habían obligado a hacerlo.

"Como esperaba, parece que una compañía de conspiradores ha hecho su jugada."

"¿Todo salió según lo planeaste?"

"¿Por qué lo crees?"

"Porque de otro modo habrías estado monitoreando todo de cerca. Pero, estuviste demasiado indiferente a los procedimientos de la boda, ¿No? Por eso el enemigo aprovechó la oportunidad, a pesar de sus sospechas. Qué gran jugada desde el principio. Ah, ¿Qué te pareció el consorte? ¿Parecía experto en la espada? ¿O en el uso de veneno?"

Preguntó Namjoon, curioso.

YoonGi recordó a JiMin ante la pregunta de Namjoon.

¿Experimentado en la espada? Sería sorprendente que JiMin pudiera levantar una espada con sus brazos, por no hablar de manejarla con eficacia. ¿Veneno? Posiblemente, sí. Sin embargo, no percibió en él las características oscuras de los que manejan el veneno. De hecho, le pareció que un simple toque de veneno lo haría desplomarse y morir.

-"No sé nada de eso. Sólo se veía bonit."

-"¿Perdón?"

Las palabras de YoonGi dejaron a Namjoon asombrado. Sin embargo, a YoonGi no le importó en lo más mínimo la expresión de Namjoon y retomó la lectura del documento que había agarrado antes. Era un informe sobre JiMin. Contenía información detallada sobre su estatus de príncipe doncel, cómo vivía, e incluso a quién había conocido después de llegar al imperio.

-"Nada sorprendente"

Murmuró. Tanto los tutores que lo educaron tras llegar al imperio, como las sirvientas que frecuentaban la mansión en la que se alojaba, no había una sola persona que no fuera sospechosa.

'Todo es tan sospechoso que él podría ser el líder en todo esto'.

¿De qué otra forma podría explicarse que estuviera rodeado de individuos sospechosos? Pero YoonGi percibió fácilmente que todo formaba parte de un plan. La situación había sido preparada para que, en caso de que ocurriera algo, JiMin y el reino de Navitan asumieran la culpa de todo.

YoonGi soltó el documento y cerró los ojos. Por alguna extraña razón, el recuerdo de cierto doncel diciéndole '¿Hola, hermoso?', mirándolo sin un rastro de miedo, estaba alterando el orden en su mente. YoonGi sintió una oleada de irritación ante aquella sensación desconocida.

'El plan consistía en traer a un doncel adecuado y hacerlos salir...'

Pero consiguió un doncel algo extraño.

YoonGi se apoyó en su silla, murmurando para sí mismo.

-"Sea como sea, haré lo que tengo que hacer hoy."

-"¿Tu agenda del día es...?"

-"Me he casado. "

-"¡Eso significa...!"

La molestia se esparció por el rostro de YoonGi.

-"Que los huéspedes inesperados vendrán a llamar."

-"..."

-"¿Entonces? Si has terminado de informarme, vete... Hoy, eres responsable de la seguridad del palacio del consorte. Se pondrá un poco ruidoso al anochecer, pero hazte el sordo. Porque será una noche absolutamente increíble."

-"En... entendido"

Namjoon tartamudeó con el rostro rígido mientras se marchaba, y YoonGi abrió el cajón de su escritorio. En su interior había docenas de dagas ordenadas. Escogió la más afilada de todas y la colocó sobre su escritorio. Si las cosas se desarrollaban como había predicho, esta noche sería muy caliente.

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