Capítulo 18. He Regresado, Consorte
Después de que todos las asistentes se retiraran, quedando sólo ellos dos en la habitación, JiMin se desplomó en el suelo.
-"Eso estuvo cerca."
-"Su Majestad, ¿Está usted bien?"
Preguntó Tzuyu, preocupada.
-"Mhm, estoy bien. Sólo me sentí desfallecer en el momento en que pensé que se iba a descubrir"
En ausencia de las asistentes, JiMin abandonó inmediatamente su actitud formal hacia Tzuyu y comenzó a charlar en tono amistoso.
-"Por cierto, Tzuyu. ¿Cómo te fue con las cosas que te pedí?"
"¡No te preocupes! Las he traído todas."
"¿De verdad? ¡Eres la mejor, Tzuyu!"
JiMin abrazó a Tzuyu y ésta soltó una risa tonta en sus brazos. Las asistentes no podían ni siquiera adivinar lo que contenía la bolsa traída por Tzuyu.
Había pasado una semana desde que Tzuyu se convirtió en la dama de compañía de JiMin. Al principio, se sintió incrédula ante su buena suerte. El condado de Kaniche, en el que había vivido toda su vida, era como decían las jóvenes parlanchinas durante la jornada de elección de la dama de compañía, la más remota de las zonas rurales.
Un día, Tzuyu expresó su descontento por este hecho, a lo que su madre, la Margrave Kaniche, le respondió.
-"¿Hubo algo que no pude hacer por ti? Te di de comer lo que querías, te dejé hacer lo que querías. ¿De qué te quejas si no sabes lo bendecida que eres? ¡Dicen que hay niños en países lejanos que viven días muy duros sin una sola comida que les permita salir adelante! Deberías saber estar agradecida por la ropa que llevas puesta y las comidas que te llenan la barriga. Aparte de eso, ¿Hiciste los deberes que te encomendé? ¿Terminaste mil golpes con la espada? ¡¿Y no te dije que dispararas cien rayos al día?! ¡He escuchado que Nian, de la provincia vecina, ya puede dispararle a una abeja a más de cien metros de distancia!"
Tzuyu se tapó los oídos ante el torrente de regaños de su madre.
'Ah, otra vez. No entiendo por qué todas las hijas de los amigos de mamá son buenas usando la espada, disparando el arco, ideando nuevas tácticas, y demonios, incluso tienen talento para el asesinato'.
Mientras Tzuyu cerraba los oídos, negándose a escuchar, Margrave Kaniche suspiró pesadamente antes de reanudar su regaño.
-"Eso me recuerda que me enteré de todo por el mayordomo. Me han dicho que prácticamente estás patrocinando la librería de la comunidad... Leer no es algo malo. ¡Pero no puedo soportar mostrar mi cara por vergüenza después de escuchar los títulos de los libros que siempre estás mirando! '¿La Alondra Grita: Toque de Obscenidad?' '¿Una Dura Noche de Amor del Duque?' '¿Átame Para Siempre?' Es por eso que tu habilidad en la esgrima es un desastre en estos días, ¡Porque siempre te aferras a este tipo de libros! ¡Voy a tirar todos y cada uno de ellos!"
-"¡Mamá, te odio!"
Esos días de regaño continuaron hasta que su padre regresó de su viaje a la capital.
-"He escuchado que Su Majestad acogió a un Consorte y que pronto habrá una elección de dama de compañía, cariño."
-"¿Es eso cierto?"
A Tzuyu le brillaron los ojos ante la conversación en la comida familiar y dijo.
-"¡Mamá, quiero ir! Yo también quiero ser la dama de compañía de Su Majestad el Consorte."
Su padre sonrió suavemente ante sus palabras mientras extendía la mano hacia su esposa.
-"Cariño, no creo que esté bien tirar cuchillos en el desayuno. Y Tzuyu. ¿Qué te ha dicho papá?"
-"Que no digas nada que haga enfadar a mamá cuando esté comiendo."
Margrave Kaniche se masajeó el pecho para calmarse mientras miraba con odio a Tzuyu.
-"¿Dices esas cosas a pesar de saberlo? Por otra parte, ¿Piensas convertirte en la dama de compañía de Su Majestad? ¿Acaso sabes lo que implica esa posición?"
-"¡Sí! ¡Es una posición en la que puedes cortejar a un elegante caballero mientras eres testigo de implacables luchas encubiertas!"
-"¡¿No te dijo mamá que leyeras novelas románticas con moderación?!"
Aquel día, Tzuyu fue regañada hasta el límite de estar a punto de morir. Mientras Tzuyu escribía una disculpa en la noche, moqueando todo el tiempo, su padre vino a visitarla.
-"Tzuyu, he hablado con tu madre y..."
-"Hicc... ¿Dijo que me daría de comer a los osos pardos?"
-"No, eso no. Tu madre dice que te enviará a la capital para unirte a la elección de la dama de honor."
-"¿Qué?"
Según la explicación de su padre, su madre pensaba que Tzuyu estaba malinterpretando la realidad. Su hija se daría cuenta de lo absurdas que eran esas novelas románticas después de experimentar la vida real en el palacio imperial y sus nobles. Pensó que era una buena oportunidad para romper todas sus ilusiones.
"Pero es imposible que mamá haya cedido tan fácilmente"
Cuestionó Tzuyu con incredulidad.
-"Papá se esforzó al máximo. Consideraremos esto como el regalo de cumpleaños tuyo. ¿De acuerdo?"
Pero por supuesto. A cambio, Tzuyu debía prometer a su padre no replicar a mamá, balancear su espada 2.000 veces y disparar 150 pernos cada día. De este modo, Tzuyu llegó a la capital para unirse a la elección de la dama de compañía.
Pero gracias a que su madre le dijo 'sólo te daré el dinero suficiente para cubrir los gastos de viaje y las comidas, así que confórmate con la ropa y las joyas que hay en el castillo', acabó asistiendo con un atuendo bastante cutre.
Pero no tenía esperanzas de convertirse en dama de compañía.
Tania conocía su lugar. Le divertía salir del Condado para conocer los lugares que sirvieron de escenario en innumerables novelas románticas. ¿Qué diversión podría haber en hacer el trabajo de dama de compañía? Además, no es que el Consorte le fuera a prestar a una pueblerina como ella. Y según los rumores, tenía una personalidad vil.
Ella nunca podría acercarse a un Consorte como ese, ni el Consorte mostraría el más mínimo interés por ella, por lo que sería imposible que se convirtiera en dama de compañía. '...O eso es lo que pensé una vez'.
Tzuyu observó a el Consorte absorto en la lectura del libro que había traído. La bolsa que las asistentes habían supuesto que contenía joyas estaba, en realidad estaba llena de novelas románticas, elegidas por ella misma.
Después de que JiMin declarara a Tzuyu como su dama de compañía y regresara al palacio del Consorte, ésta había gritado cuando vio su estantería.
—¡Oh! ¡Eso es, 'Se Convierte En Una bestia Bajo La Noche'!
Tzuyu pudo reconocer al instante el libro, a pesar de que estaba colocado al revés para disimular el título. Un momento después de su grito involuntario, cerró la boca y se giró hacia el Consorte, que la miraba con el rostro pálido.
—Todas, fuera.
Y así se hizo salir a todos las asistentes y sólo se quedó con Tzuyu. Se quedó temblando, sin saber qué demonios le pasaba al Consorte, cuando éste le agarró las manos y exclamó eufórico.
—¡A ti también te gustan!
Lo que siguió fue una conversación que básicamente decía; '¿Tú también? ¡Yo también!'. No tardaron en darse cuenta de que habían encontrado un compañero de lectura de novelas románticas.
Cuando JiMin mencionó que le resultaba difícil conseguir ese tipo de libros, Tzuyu le dijo que no se preocupara, y hoy demostró sus palabras; todo lo que trajo hoy fue a petición de JiMin.
-"Tzuyu, de verdad... es como si te hubieran enviado a mi lado desde los cielos"
Murmuró JiMin con voz entrecortada de la emoción mientras miraba los títulos de los libros, lo que hizo que Tzuyu se rascara tímidamente las mejillas... pero fue entonces cuando su mirada se posó en un rincón de la habitación del Consorte. pero fue entonces cuando su mirada se posó en un rincón de la habitación del Consorte. Allí vio el broche de esmeralda que había llevado durante su primer encuentro con el Consorte, colocado ordenadamente encima de un cojín de aspecto suave.
'Parece diferente', pensó Tzuyu. Era una joya estúpidamente grande, pero parecía haber adquirido un brillo aún mayor después de habérsela dado al Consorte. Sentía como si se hubiera llenado de luz.
'Bueno, de todos modos no hay problema, puesto que mamá me lo dio para que hiciera lo que quisiera con ella'.
Tzuyu se volteó para mirar al Consorte de nuevo. Él ya estaba colocando cuidadosamente los libros en la estantería. Viendo cómo el Consorte los organizaba por tamaños y colores, ocultando sus títulos con papeles gruesos, Tzuyu pudo comprobar que su amor por este tipo de libros no era de hace un día o dos.
-"Gracias, Tzuyu. Los devolveré después de leerlos lo antes posible."
-"No pasa nada. No hace falta que los devuelvas."
-"No, se debe devolver los libros prestados."
Tzuyu asintió casi inconscientemente. Él estaba en lo cierto.
-"Por lo que dice el Señor Namjoon, no hay mucho que hacer hoy. Así que si te parece bien, ¿Por qué no te quedas conmigo hasta la noche antes de irte?"
El Consorte le sugirió cariñosamente a Tzuyu que se quedara, y ésta asintió en respuesta. No podía soportar negarse con el Consorte invitándola de esa manera tan amable.
'No es de extrañar que Su Majestad esté embelesado'.
Tzuyu podía empatizar con el Emperador, al que no había visto ni una sola vez. Ajeno a los pensamientos de su dama de compañía, JiMin recogió una fresas de las que habían dejado las asistentes y se la acercó a Tzuyu.
-"Prueba algunas de estas. Son fresas cultivadas en el invernadero imperial y están deliciosas, te lo aseguro. Toma, di ah."
Tzuyu abrió la boca para comer la fresa que le ofrecía JiMin, pero fue en ese momento...
-"¡!"
De repente sintió una intención asesina en el aire y trató de moverse. Sin embargo, la fuente de la hostilidad actuó más rápido; la cuchilla de una espada negra tocó su garganta.
-"¿Quién...?"
¿¡Quién se atrevía a entrar en el palacio del Consorte, intentando matar a la dama de compañía del Consorte...!?
JiMin soltó entonces una exclamación, con los ojos agrandados.
-"Su Majestad, ¿Qué está haciendo?"
¿Su Majestad? Ante esas palabras, Tzuyu giró los ojos y vio al hombre que la apuntaba con su espada. Tenía el cabello negro, los ojos negros y un aspecto elegante... e irradiaba un aura de intimidación que no se debía en absoluto a su espada. Se trataba del Emperador.
Él lanzó una mirada a Tzuyu antes de tomar la fresa en la mano del Consorte para sí mismo, y sólo entonces la satisfacción iluminó su rostro.
-"He regresado, Consorte. ¿Pero por qué no has salido a recibirme? ¿Y qué es esto? ¿Por qué la alimentas con la mano?"
Tzuyu pensó para sí misma mientras miraba el fuego abrasador de los ojos del Emperador.
'He escuchado que el Emperador se había enamorado del Consorte, pero no. No parece simplemente enamorado, parece totalmente loco'.
-"Uf, en serio..."
El santo miraba el palacio imperial con admiración en su rostro. Había resumido la descripción del lugar en una sola frase que decía, 'El palacio imperial era la edificación más magnífica y hermosa del continente'. Después de eso, no pensó más en ello, y sin embargo esa única frase había acabado creando algo tan impresionante.
-"4D es sublime."
La palabra magnífica por sí sola no podía hacerle justicia. El palacio imperial estaba situado en el norte de la capital. Innumerables edificios grandes y pequeños estaban conectados entre sí, dando como resultado algo que se asemejaba a un gigantesco organismo vivo.
Especialmente en momentos como ahora, cuando el sol se estaba ocultando, daba la sensación de que el palacio se había convertido en otro enorme sol, puesto que sus blancas paredes se teñían de rojo bajo la luz del sol.
El santo se metió en la boca el bocadillo frito que tenía en la mano mientras contemplaba el espectáculo. La harina crujiente y la azúcar espolvoreada sobre ella formaban la mezcla perfecta.
-"Menos mal que he puesto que los mejores restaurantes del imperio están agrupados frente al palacio imperial"
Dijo y se dedicó a comer los bocadillos que había comprado durante un tiempo. Sólo después de terminarlos, y de echarse a la boca las migas que había en la bolsa de papel de los bocadillos, finalmente se dio la vuelta para mirar el nombre de un edificio.
'Centro de Detención Imperial'.
El santo se encogió de hombros al leer el nombre antes de murmurar para sí mismo.
-"Supongo que debería ir a buscarla ya que he disfrutado bastante."
-"¡Dama!"
Irene se giró para mirar a su sirviente, que se acercaba corriendo con cara de alegría al verla.
-"¡Hey! ¿Por qué tardaste en venir?"
A diferencia de ella, que se sentía terriblemente molesta durante todo el día, la emoción era evidente en el rostro de su sirviente. Incluso había algo que parecían migas de bocadillo pegadas a su boca. La visión de todo ello molestó a Irene hasta el punto de gritar.
-"¡Por qué llegas ahora!"
-"¿Lo has olvidado? Dijiste, 'De todos modos, no podrás entrar en el palacio principal con tu bajo estatus, así que espérame en el vestíbulo exterior. En realidad, sal del palacio y juega mientras esperas. Hace tiempo que no me encuentro con Su Majestad, así que podría tardar más. Tendremos que hablar para compensar el tiempo perdido, después de todo'. Y sólo me diste el pase de entrada al palacio exterior antes de salir. Gracias a eso, fue difícil incluso entrar en el centro de detención aquí. No habría pasado nada de esto si me hubieras dado el pase de entrada al palacio interior desde el principio."
-"..."
Estaba en lo cierto, pero por alguna razón, sonaba como si dijera, 'Es tu culpa que hayas terminado así', y eso irritaba a Irene. Había contratado a este chico de origen desconocido por su misteriosa capacidad de adivinar su estado de ánimo y por su servilismo, pero ahora parecía haber llegado el momento de despedirlo.
Sin embargo, justo cuando Irene estaba a punto de gritar '¡Estás despedido!', una bolsa de papel apareció repentinamente frente a ella.
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