Capítulo 15. Aled
JiMin comenzaba a comprender por qué el Rey de los elfos había temido a la entidad del anillo.
-"Así que te estoy diciendo que el que me llamó Aled fue el primer elfo que nació en este mundo. Soy como una sombra suya. Un alter ego, ¿Debería decir? Así que viví toda mi vida con el primer elfo. Después de todo, era el único que conocía en el mundo. Honestamente, las únicas otras criaturas alrededor eran los humanos, los hombres bestias y demás, pero se veían tan feos que no quería hablar con ellos. Los humanos como tú no lo saben, pero los elfos son seres muy delicados. Mirar cosas feas nos inflige heridas mentales. Por eso sólo vivimos entre los nuestros en el bosque. Todos los que no son hermosos viven en pecado. A veces, esos humanos salen con alguna tontería ridícula, comparando nuestro parecido en que tenemos dos ojos, una nariz y una boca, pero si nos guiáramos por eso, ¿No sería correcto decir que todos los humanos son exactamente iguales? En fin... Oye, ¿Te estás durmiendo?"
-"¡No, señor, no me he dormido!"
JiMin se limpió apresuradamente la saliva saliendo de su boca y se esforzó en enfocar los ojos, pero comenzó a adormecerse lentamente de nuevo mientras la entidad continuaba hablando. 'Sálvame...'
JiMin se pellizcó el muslo mientras escuchaba la continua charla de Aled. Ya habían pasado cuatro horas. Durante ese tiempo, Aled había seguido hablando de sí mismo sin descanso. Sobre cómo había nacido, cómo se llamaba, entre otras cosas. Sí, podía aguantar tanto. Pero en el momento en que el espíritu comenzó a divagar y a contar una historia de hace 851 años sobre alguien que plantó tres árboles en una aldea de elfos y cómo contó sus hojas hasta sumar un total de 18.376.261 hojas, él no podía entender por qué tenía que escuchar esto.
Muchas veces él había intentado detenerlo y volver al tema principal del dinero, pero cada uno de sus intentos fue respondido por Aled con una mirada de, '¿Acabas de interrumpir mis palabras?' Ante una mirada tan feroz, JiMin sólo podía encogerse de nuevo y responder 'Por favor, continúa'.
Ahora él lo sabía, divagaciones interminables. Ese era el poder de Aled que el Rey de los elfos temía.
'Su Majestad, ¿Cuándo va a volver?'
Él necesitaba a YoonGi en ese momento más que nunca, pero él estaba en algún lugar haciendo quién sabe qué. Normalmente, siempre hacía su aparición cuando caía la noche, pero no había señales de que fuera a venir esta noche a pesar de que era muy tarde. Quería pedirle que ocupara su lugar por un momento, mientras él se marchaba a taparse los oídos a algún rincón tranquilo.
Pasaron minutos en los que JiMin se pellizcaba repetidamente por todo el cuerpo para intentar mantenerse despierto, hasta que afortunadamente para él, Aled regresó al tema que él esperaba.
-"...Así que firmé un contrato con los espíritus y compré esa gema. Alguien como yo no podría quedarse en cualquier cosa, ¿No estás de acuerdo? Y por suerte, los espíritus me ofrecieron un tipo de interés fijo. Como sabrás, los tipos de interés no suelen bajar nunca. Por no mencionar que en aquella época, la situación en el reino de los espíritus era extremadamente inestable. Todos los asesores de inversión que conocí entonces también esperaban una subida continua."
JiMin asintió al conocer que incluso los espíritus realizaban operaciones financieras.
-"Así que trabajé duro todos los meses durante los últimos 1.252 años, y ahora sólo me faltan 247 años de préstamo. A pesar de todo, hice lo posible por decorar el interior. Pero entonces tiraste mi joya."
-"Lo siento mucho..."
JiMin se inclinó completamente en el momento en que Aled comenzó a culparlo. Después de todo, tenía que suplicar primero y preguntar después.
Aled miró al postrado JiMin con satisfacción.
'Bien. Parece que él cree que ha sido completamente su culpa'.
En realidad, la joya no se había roto cuando JiMin la lanzó. Por supuesto, era cierto que se había producido cierto daño en ella. Sin embargo, fue cuando el Emperador la lanzó contra la pared cuando la casa alquilada de Aled se resquebrajó por completo.
'¿Cómo es que todos y cada uno de estos Emperadores son tan estúpidamente fuertes?'
Aled al principio tenía la intención de discutir con el Emperador, pero luego cambió de idea al observar la espada que llevaba en el cinto. ¿Por qué un humano estaba en posesión de una espada de acero negro, que se suponía que los Elfos se habían llevado cuando abandonaron esta tierra? ¿Y cómo un humano la usaba tan bien? Eso no era algo que los mortales pudieran manejar.
Las espadas de acero negro eran lo único que Aled temía, pues era lo único que podía dañarlo, una entidad espiritual. Las espadas, de las que se decía que habían sido forjadas con la recolección de la oscuridad durante la Primera Era del continente, mataban a su alrededor con sólo sostenerlas. Su poder era tan gran que también afectaba a las entidades espirituales, que sufrirían la muerte al menor rasguño de esas armas.
'Dejando de lado si realmente es un humano o no, este Emperador no parece alguien con quien se pueda hablar', pensó sintiendo un escalofrío'
A pesar de que sólo había echado un vistazo al Emperador, Aled sabía que el hombre definitivamente sacaría su espada y no escucharía amablemente cuando le pidiera una compensación. Aled entró en la joya destrozada y revisó la póliza de seguro que recibió junto con el préstamo. Para desgracia del espíritu, en la póliza de seguro estaba escrito que 'los daños causados por los humanos no están cubiertos por el seguro'. Entonces, ¿Qué iba a hacer? ¿Cómo compensaría las pérdidas sufridas cuando no era más que un plebeyo que había estado pagando un préstamo durante 1.252 años?
Fue entonces cuando Aled vio a JiMin, que lloraba al creer que había despertado al espíritu y pensó.
'¡Es él! ¡Él es el indicado!'
El Emperador parecía tratarlo con bastante cariño, y por eso intentó hablar con él después de que el Emperador saliera de la habitación. Aled comenzó a hablarle a JiMin, que seguía haciendo la reverencia.
-"Bueno, como dicen, lo justo es lo justo. Viendo que estás tan dispuesto a compensarme, te dejaré tranquilo por esta vez si me pagas lo que te corresponde."
-"¿De verdad?"
-"El préstamo que he pagado hasta ahora, así como la suma restante. Además de una indemnización por haberme causado angustia emocional y el coste de lo que ha costado el interior de mi casa. Para explicarlo con más detalle, siguiendo el cálculo de 250 de oro al mes y 12 meses cada año, puesto que compré la casa con un préstamo de 1.500 años, eso suma un total de 4.500.000 de oro. Y después de incluir la compensación por mi bienestar mental, así como el valor de todo el diseño de interiores que hice durante 1.252 años frugales, eso llega a 10.000.000 de oro. Así que págalo todo."
-"..."
JiMin se quedó quieto un rato por las palabras del espíritu antes de arrastrarse para recoger la Esmeralda de Aled que había caído al suelo. Luego, se puso en pie, caminó hacia la terraza y lo lanzó con todas sus fuerzas. El anillo surcó los aires en dirección al estanque cercano, golpeando la cabeza de un cisne dormido y rebotando para golpear la cabeza del pato que estaba a su lado, antes de aterrizar finalmente con precisión en el plato destinado para lanzar monedas.
Aled observó inexpresivamente todo lo que sucedía y estuvo a punto de aplaudir, pero entonces se percató de la identidad del objeto lanzado.
-"¡Tú, tú! ¿Qué has hecho? ¡Mi casa!"
-"Demándame, entonces"
Respondió JiMin con una radiante sonrisa ante el gritón Aled.
'Se ha hecho demasiado tarde'.
YoonGi había discutido mucho con Namjoon sobre cómo se prepararían para la elección de la doncella o doncel de compañía del Consorte, y sin darse cuenta se había hecho muy de noche. Se dirigió al palacio del Consorte con pasos apresurados. A su llegada, las asistentes en espera lo saludaron con alegría.
-"¡Su Majestad, ha venido!"
Por el aspecto algo nervioso de las asistentes, YoonGi pudo darse cuenta de que algo había sucedido. Su tono se hizo más bajo.
-"Les dije que enviaran inmediatamente un mensaje si ocurría algo."
-"¡Te ruego que nos perdones! Pero era algo difícil de contar Su..."
Fue entonces cuando la puerta de la habitación del Consorte se abrió de golpe y salió JiMin, gritando.
-"¡Esto no sirve! Tráeme algo... ¿Eh, Su Majestad está aquí?"
-"¿Qué estás haciendo?"
Él preguntó.
JiMin, que había salido por la puerta, llevaba accesorios por todo el cuerpo. Viéndolo, YoonGi se volvió hacia la asistente y ésta asintió con una cara que decía, 'Sí, por eso no te lo había dicho'. ¿Por qué tenía todo eso ahora? YoonGi miró a JiMin con desconcierto durante un momento, pero luego sus ojos se entrecerraron.
-"¿Por qué no llevas ropa?"
-"¡Ha sido usted quien las ha quitado, su Majestad!"
Él exclamó.
Por supuesto, él no se las había quitado todas. JiMin llevaba un camisón. Pero aunque todos las asistentes presentes eran mujeres, no le gustaba que echaran miradas a JiMin. YoonGi se quitó la capa y lo envolvió, luego lo subió a sus brazos. Lo cubrió porque, en primer lugar, no le gustaba que las asistentes miraran. Pero más que eso, no podía aguantar más. Le había parecido divertido cuando colgaba varias gemas en él durante el día, pero cuando vio a JiMin ahora engalanado con joyas mientras estaba casi desnudo, casi sintió ganas de abalanzarse. 'Iba a dormir esta noche ya que no quería despertarlo, pero...'
Viendo a JiMin despierto y decorándose con gusto, pensó que estaría bien alargar la noche ahora. Pero, cuando estaba a punto de entrar en la habitación, JiMin gritó para detenerlo:
-"¡No puedes!"
Entonces, se zafó de sus brazos y se precipitó hacia las asistentes, ordenándoles que hicieran algo de nuevo.
-"¿Qué es lo que necesitas?"
Preguntó el Emperador.
JiMin respondió a su pregunta
-"¡Joyas! ¡Y muchas! ¡Grandes!"
-"¿Qué tal esto...?"
JiMin se frotó los pesados párpados con una mano mientras que con la otra extendía un gran rubí. Frente a él se apilaban las joyas que había recibido de YoonGi durante el día, así como otras joyas. Había una razón para ello.
Aled había sugerido una solución alternativa a el desafiante JiMin. La sugerencia del espíritu consistía en entregarle otra joya digna de un hogar si no podía pagar y, tras horas en las que JiMin revisó una joya tras otra, buscando el nuevo hogar de Aled, ahora estaba amaneciendo afuera.
-"No se puede. Es un fracaso. La elaboración no es lo suficientemente delicada"
Aled negó con la cabeza después de mirar el rubí que le mostraba JiMin. Él enterró la cabeza en su escritorio, frustrado por su evaluación. YoonGi, que estaba sentado frente a JiMin y lo observaba, se levantó y blandió su espada ante Aled.
-"¿Qué te parece si dejas de ser exigente y entras en cualquiera?"
El Emperador habló con frialdad.
-"¡Oye, oye! ¡Aleja esa espada de mí! ¡Dios mío, estoy a punto de ser asesinado por un humano! ¡Estarás maldito durante generaciones! ¡Es cierto, lo que digo! Nosotros, los seres espirituales, somos expertos en ese aspecto."
-"Entonces, mejor matarte, puesto que no pensaba tener hijos."
Las orejas de JiMin se agudizaron al escuchar sus palabras mientras estaba recostado sobre el escritorio, pero YoonGi no lo notó. Acercó aún más la punta de la espada a Aled.
-"¡Oh, vamos! Hablemos, ¿De acuerdo? Mi condición para mi futuro hogar es..." Aled pidió.
-"Cállate. Ya lo he escuchado cinco veces. Dilo otra vez y te cortaré."
-"¡Querrás decir, 'sólo' cinco veces!"
'Debería matar a este bastardo'
Pensó YoonGi.
Agarró con más fuerza la espada que tenía en la mano ante la réplica de Aled. Fue entonces cuando JiMin levantó su rostro del escritorio. Una sonrisa radiante colgaba de sus labios.
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