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CAPITULO 59

— Veo que por fin muestras algo de felicidad al verme querida — dijo el vizconde Tompred al ver una más que radiante sonrisa acompañando el rostro de su futura esposa, más al ver que aquella felicidad se esfumaba tan rápido como había parecido agrego — ¿o tal vez aquello iba dirigido a alguien más?

— Si ya ha deducido tanto por sí mismo, debo de suponer que nuestros negocios han terminado — contesto Regina fingiendo serenidad. — Si no le importa, tendría la amabilidad de soltar mi brazo — añadió con frialdad.

— No está usted demasiado orgullosa de ello Lady Regina — respondió soltando una risita sarcástica — usted está abusando demasiado de su propia posición, ¿cree que la sociedad le permitirá todo?

— No está usted haciendo lo mismo, si no le molesta agradecería que tuviera la amabilidad de soltarme, me está haciendo daño.

— Sea paciente, aún no hemos terminado nuestra amena platica. No querrá hacer un escándalo ¿verdad?

— Suélteme — exigió fríamente, lo suficientemente fuerte como para ser oída perfectamente por el receptor de su demandas — el que está fomentando un escándalo no es otro más que usted. Dudo que a los distinguidos miembros de la sociedad a precien enterarse de como el distinguido Lord Tompred esta corrompido por el poder, tanto que a denigrado su nobleza y la de su familia por completo. Gracias — agrego al ser soltada finalmente por dicho caballero.

Aunque ella hubiese dicho aquello, no era tonta como para saber que un escándalo no solo afectaría al vizconde Tompred. De hecho entre ambos la única que recibiría todo el perjuicio de la sociedad seria ella. Los nobles olvidarían rápidamente y perdonarían cualquier desliz que un noble cometiera. Mas el mismo tipo de juicio no era proyectado a las damas, los escándalos significaban la ruina social.

— Por más que esta situación resulta infausta, creo firmemente que debemos tratar de evitar que este tipo de situación se vuelva a repetir. Por lo cual me obligo a preguntarle ¿Qué desea?

— Veo que por fin estamos en la misma página Lady Regina — contesto dando un paso más cerca de ella con una sonrisa satisfecha al ver el estremecimiento que le causaba. — Que más podría desear salvo convertirla en mi querida vizcondesa.

— Mi lord, no cree usted que se adelanta demasiado en los hechos — respondió con una sonrisa vacía — no recuerdo haber acepado dicha propuesta nunca.

— No es algo que le incumba hasta dicho punto, aquello es algo que está más que destinado a suceder. No debe de temer nada mi Lady pese a sus recientes, y más que infructuosos y desafortunados y condenables deslices, esto no la hace una dama menos elegible. Considero que su estatus aún puede ser salvado. Vivirá una vida lujosa, conservara su estatus y será la envidia de todas las damas por tener la bendición de haber sido desposada por mí. Tendrás obligaciones más confió firmemente en que no has desperdiciado por completo la educación que se le impartió, deberás tener un par de herederos para que me sucedan en el futuro. Mas aquellos detalles los veremos luego no cr...

— Le importaría detener sus palabras — dijo interrumpiendo al vizconde que parecía más que gustoso de explicar, como había planificado la vida de ambos por los siguientes años.

— Supongo que dije demasiado, fue demasiado para una pequeña criatura como tú. No debes preocuparte por nada, solo deja todo en mis manos.

— El que parece no entender es usted vizconde — contesto fríamente, aquel hombre nunca le había caído bien. Más con cada inoportuna conversación que mantenían, el desprecio que sentía parecía crecer a pasos agigantados — al parecer pese a todos mis esfuerzos eh sido demasiado considerada con usted. Lamento profundamente no haber sido lo suficientemente clara al expresarme, más aquello es algo que pienso corregir en este mismo momento. No tengo la más mínima intención, ni deseo de casarme con usted mi lord.

— Creo que Lady Regina no se encuentra demasiado bien, pues de sus labios no están saliendo más que disparates, deberíamos de tener esta conversación en otro momento.

— No creo que eso vaya a ser necesario, posponer esta conversación sobre un tema sin sentido solo nos causara molestias a ambos. — Dijo deteniendo cualquier intención que el caballero pudiese tener — más de las que ya nos recurren.

— No dice más que insensateces, ¿cree que usted tiene poder? — Comento sardónico — No se equivoque Lady Regina. Solo porque la eh tratado con cordialidad esto no quiere decir que mi paciencia vaya a ser infinita, ni que no pueda llevarla a la ruina en el momento en que me provoque.

— Debería de tomarme sus palabras como una amenaza directa así mi familia, a si mi misma o solo son palabras sin fundamento con el fin de resquebrajar mi espíritu.

— Querida mía, mis palabras no son vacías — respondió riéndose — son mucho más que eso, son hechos que usted tiene la posibilidad de evitar.

— Desconocía que usted tuviese poderes divinos, como para servir de oráculo mi lord. Mas lamento informarle que nunca he sido demasiado partidaria de las adivinaciones.

— No cree que esta tentando su suerte demasiado mi Lady, es bella. No es algo que se pueda negar, más su belleza no la salvara mucho tiempo.

— Agradezco vuestras palabras mi lord, mas no recuerdo haber usado dicha belleza a mi favor. Mucho menos con usted.

— No debería de seguir retándome de manera irreflexiva — dijo riéndose tensamente — ¿se ha vuelto más astuta, porque cree que ese insignificante duque la protegerá? ¿No es demasiado ilusa entonces?

— ¿No cree que usted es el que está siendo demasiado presuntuoso? — empezó a decir molesta por la repentina alusión a Harry por parte del vizconde — Tal y como usted lo ha señalado en innumerables ocasiones, cada uno de nosotros debería de poseer la suficiente sensatez como para conocer nuestro lugar. No está usted propasando el suyo tanto con su excelencia, como conmigo. Debería recordar que su estatus es mucho menor que el nuestro, un simple vizconde no debería de aspirar más allá de sus posibilidades.

— ¿Y cree usted que está más allá de mis posibilidades? — pregunto con acritud, mientras luchaba por contener su molestia.

— No lo creo, estoy completamente segura de ello — respondió con una genuina sonrisa llena de confianza.

— ¿Segura? mi lady, creo que su confianza esta sementada en el aire. Su enfermedad parece haber hecho mella en su sentido común. — Comento despectivamente, para que segundos después en su rostro apareciera una inocente sonrisa — ¿enfermedad? Lo olvidaba, usted nunca estuvo enferma ¿no es cierto mi querida dama? Me pregunto cómo reaccionarían los amados miembros de nuestra distinguida sociedad al enterarse de que fueron engañados por usted, más aun, cuando descubran que estuvo haciendo en todo ese tiempo. Estoy seguro que su excelencia también disfrutara de saber dicha información.

— Según usted ¿que estuve haciendo todo este tiempo? — contrarresto con una fría serenidad.

— ¿Qué estuvo haciendo? No crees que la pregunta más idónea seria ¿Qué no estuvo haciendo? — respondió burlonamente. — ¿Cómo estuvo el clima de Francia? ¿Fue favorable para usted? ¿Se divirtió en las fiestas plagadas de burgueses? ¿Tuvo algún romance?

— Lo que insinúa es algo bastante tonto, ¿Quién creería algo semejante? — respondió Regina con el mismo tono burlón que él había usado antes en ella.

— ¿Quién lo creería? Creo que usted olvida que soy un respetable miembro de la sociedad, hacer que algo de esta magnitud tome revuelo no será ningún inconveniente para mí.

— Soy una dama, espero que no haya olvidado ese punto, y tal y como usted lo ha señalado desde hace mucho, se el poder que los rumores tienen. No cree que alardea demasiado tras hablar sobre una historia sin sentido, sin tener pruebas.

— Nunca dije que no las tuviera.

— Tampoco ha dicho lo contrario mi lord.

— Tal vez eh estado esperando el momento adecuado, o quizás usted agoto mis expectativas.

— Por el bien de ambos pensemos que es por lo primero, no quisiera que mi persona le fuera la causante de algún tipo de mortificación hacia usted.

— Impertinente, necesita reeducarse, ya me encargare de ello. ¿Me pregunto qué opinara cierto duque al saber sobre sus deslices? Sospecho que él no será tan benevolente.

— Puede hacer lo que desee, vuestras acciones no son de mi incumbencia, ni tampoco influirán en mi negativa a casarme con usted. — Dijo mientras hacia una ligerísima reverencia como señal de despedida — que tenga una bella semana vizconde, mis mejores deseos para usted, me retiro.

...

Aquel absurdo desconsiderado, sabía más de lo que ella habría cabido imaginar. De donde había obtenido dicha información era algo que debería de asegurarse de averiguar,

No podía permitirle tener algún tipo de ventaja sobre ella. Era consciente de que el vizconde no podía usar libremente las pruebas que pudiese poseer, sobre su estadía fuera de Inglaterra.

Después de todo casarse con ella sería una de sus mayores ventajas para apoderarse del patrimonio de su familia. Casarse con una dama involucrada en un escándalo no era algo que el haría, ya que lo arrastraría a aquel poso de vergüenza en el que se había asegurado de jamás caer. Aun así, esto no significaba que no pudiera hacer uso de aquella arma en el momento en el que ya no la considerase necesaria.

De ser así, podría de significar la ruina para ella. Bien podría estar bien con aquel prospecto, más el escandalo no sería algo que solo la persiguiera a ella, era algo que se expandiría hacia todos los que mantuvieran una relación con ella.

Su tía Charlotte y su hermano serían los más lastimados por sus acciones. Aunque hubiese aparentado despreocupación, aquel sentimiento era uno que no podía poseer en dichos momentos.

El vizconde buscaba acorralarla, teniendo como rehenes a las personas que amaba. Aquello era algo ruin, mas no podía dejar de darle cierto merito por haber encontrado su pequeño secreto.

Más aun asi lo que debía de hacer e...

Regina — escucho que una voz altamente reconocible para ella susurraba tras sí. Volteo tras unos instantes de confusión, en esta ocasión no mostro la sonrisa de antes, mas no por ello su felicidad fue menos al ver a la persona que había pronunciado su nombre — por fin puedo verte.

— Harry yo...

— Si, si ya entiendo tortolitos — dijo Eloise interponiéndose entre ambos— antes de que se sumerjan en su apasionado y dulce mundo lleno de felicidad y dulces colores. Tal vez deseen hablar en un lugar menos público — acoto señalando con la mirada a las personas que miraban disimuladamente en su dirección.

— Eloise no es como si nosotros...

— Lo se Regina tú no tienes la culpa de nada, el culpable de cualquier alboroto no será otro más que mi tonto hermano mayor — comento riéndose — ¿ve que tienes dos limonadas? ¿Puedo suponer que ambas no son para ti?

— ¿Limonadas...? — dijo bajando la mirada hacia los vasos que llevaba. ¿Cómo había podido olvidar su existencia? ¿Cómo había logrado no tirarlos con el asalto del vizconde? — Si... Eran para Prudence y para mí, el intermedio está por terminar — dijo al ver a las personas caminar lentamente hacia sus respectivo lugares — yo debería de regresar...

— ¿Prudence? La chica del vestido verde con la que llegaste — pregunto Eloise recibiendo un desconcertado asentimiento de parte de Regina— bien, creo que ha llegado el momento de saludar a Prudence. — comento con renovada energía, mientras que tomaba ambas limonadas de las manos de Regina.

— Que estas...

— Ambos deberían de ser agradecidos, sufriré horas de tortura por ustedes — dijo mientras avanzaba dispuesta a sentarse en una de las primera filas, en las que sin duda alguna el terror musical tendría una potencia increíblemente notable — Diviértanse, no me hagan tía tan pronto ¿de acuerdo? Bien Eloise, un nido de arpías te espera — susurro animadamente para si al ver quienes se sentaban cerca de la señorita Prudence.

Ante aquel acto deliberado ambos no pudieron mas que reírse. Eloise sin duda alguna era única.

— Entonces mi lady ¿me permitirá aprovechar la oportunidad que nuestra benevolente Eloise nos ha dado?

— No me atrevería a desperdiciar tal sacrificio.

Después de dichas palabras ambos lograron escabullirse del lugar sin ser vistos, las personas no estaban prestando demasiado atención a algo ajeno a la salida del lugar. Bien podían decir que era algún instintivo modo de preservación.

Ambos descendieron por las escaleras laterales hacia el jardín.

— ¿Debería de cuestionar como conocías la existencia de esta salida? — pregunto Regina fingiendo cierta sospecha.

— Seria más entretenido si pudiese ser algo cuestionable, mas lamento desvanecer tus expectativas. — Dijo con una cálida sonrisa mientras la ayudaba a descender el ultimo escalón — Soy amigo del único hijo de Lord Hubbson.

— ¿Es así?, pensé que sería algo mucho más escandaloso.

— Lamento decepcionarte, aunque si el escandalo es tu deseo. Estaré gustoso de ser tu compañero.

— Te agradezco la amble oferta, lo tendré en cuenta para el momento en el que me provoque tener uno. — dijo riéndose.

— Me alegra verte reír — dijo Harry acariciando ligeramente su mejilla, mientras le daba una cálida mirada. — Estaba preocupado de no ser capaz de ver tu sonrisa esta noche. ¿Me dirás el motivo de tu preocupación?

— No es nada, solo son...

— Regina, cariño mío. Dudo que nada produzca que tu bello rostro tenga una expresión tan dura.

— Es solo... solo es algo de lo que no deseo hablar esta noche ¿puedes concederme eso?

— Sabes que soy incapaz de negarme a tus deseos — dijo acercándose a ella tanto que sus respiraciones bien podría ser confundidas como una sola — puedes contar conmigo siempre Regina, te protegeré.

— ¿Lo dice enserio su excelencia? — respondió ella de manera juguetona — tal vez sea yo quien lo proteja.

Ante semejante acción, el solo pudo negar ligeramente con una sonrisa. Sin duda alguna la mujer que amaba, era la única capaz de robarle el corazón a cada instante

— Somos uno Regina, protejámonos juntos — susurro finalmente, para cerrar por completo el escaso espacio que aún quedaba entre ambos...

¡Hola a todos! Espero que les guste el capítulo, por favor avisenme si no pueden leerlo. Mi internet no ha estado en su mejor momento (creí que ya lo había publicado) , pero en fin.

Espero que lo hayan disfrutado, los y las amo.

Psdt: un mes y llegan las vacaciones 😉

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