Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPITULO 57

— Así que deseabas hablar conmigo — empezó a decir Harry sin estar completamente seguro de como debería empezar dicha escena. Ni mucho menos como debería expresarse frente a un niño, en especial hacia el querido hermano de Regina.

— Seamos sinceros, es bastante incomodo obligarnos a relacionarnos. Así que seré claro ¿cuáles son tus intenciones con mi hermana? — dijo de manera directa segundos después de que ambos tomaran asiento.

No había esperado que alguien de su edad se atreviese a declarar una pregunta semejante con aquella soltura.

Era cierto que la situación era incomoda y no solo para él, supuso que el pequeño hermano de Regina se sentía de la misma forma, aunque de alguna desconocida y admirable manera lo estaba disimulando bastante bien.

Aunque contestar aquella pregunta era sencillo, eso no dejaba de resultar incómodo.

— No estaría siendo honesto ni contigo ni conmigo mismo, ni mucho menos con mis propios sentimientos si no declarará que deseo que tu hermana ocupe el lugar a mi lado el resto de su vida.

— ¿Así que matrimonio? — murmuro Edwards mirándolo con un poco de incredulidad.
Lo que el duque le decía, no iba de acuerdo a el tipo de personalidad con el que lo habían descrito. No iba a decir que el duque de Saint Albans tenía una reputación mala, pues si fuese ese el caso no habrían tantas damas casaderas con la esperanza de casarlo. Más tenía entendido que el matrimonio no era algo que se hallaba dentro de sus expectativas.

— Pareces sorprendido de que aquella sea mi meta — dijo viendo el rostro sorprendido del joven conde —. Creí que hasta el momento había sido lo bastante obvio.

— Comprendo tus términos — dijo viéndolo directamente de manera evaluadora — más eso no significa que estos parezcan coincidir.

— ¿Qué quieres decir? — pregunto confuso por sus palabras.

— Creo que su excelencia sabe muy bien a lo que me refiero, hay demasiados rumores en su entorno.

— ¿Te refieres a los rumores que circulan entorno a mi jurada soltería? o ¿a mi muy conocido terror al matrimonio? — pregunto riéndose un poco.

— Veo que lo has entendido. ¿Dirás que todo aquello es falso? ¿Puedes prometer que no son más que especulaciones?

— Seria deshonesto decir que aquellos rumores son del todo mentira. Aunque tampoco puedo asegurar que es cierto todo lo que dicen, creo que eres lo suficientemente listo como para haberte dado cuenta de que muchos de los rumores que circulan en la sociedad son mitad verdad mientras que la parte restante pertenece a exageraciones.

— ¿Qué tanto es verdad y mentira entonces? — Inquirió mirándolo con sospecha y cansancio — Nunca me habría encontrado particularmente interesado en usted, si es que mi hermana no estuviese involucrada.

— ¿Debería sentirme ofendido por eso? — Murmuro Harry — Sus palabras sin duda alguna hieren mi ego.

— Dudo que las simples palabras de un niño puedan herirlo tanto.

— ¿Un niño? — Repitió Harry burlándose un poco de la terminación que el pequeño conde había usado para describirse — Pese a que usted debería de comportarse como uno, me atrevo a decir que dejo la niñez hace demasiado tiempo. No es acaso demasiado maduro y elocuente como para aun hallarse en esa etapa.

— No sé si debería de sentirme alagado o no por sus palabras.

— Tómelo como un alago, será lo mejor para ambos.

— Probablemente así sea. — acepto Edwards tratando de formar sobre si un concepto de quien era Harry Cavender. No podía negar que era elocuente, aunque en ocasiones podía fingir despreocupación. El duque de Saint Albans por el momento presentaba un enigma que se veía en la obligación de intentar resolver rápidamente, en favor de la felicidad de su hermana.

— Deberíamos empezar entonces. — dijo para después suspirar. La situación era algo tensa y extraña, nunca se imaginó dando explicaciones sobre esa parte de su vida, y mucho menos a alguien que hasta hace muy poco tiempo había sido o aún podría seguir siendo considerado un niño. Aunque no podía hacer mucho al respecto, hacer aquello era algo más que necesario, era plenamente consciente del apego y amor que Regina le profesaba a su hermano menor. Quisiera o no, él mismo ya había planeado tener este tipo de charla con Edwards Blake, aunque el pequeño conde sin duda alguna se le había adelantado — para empezar sobre mi vida anterior y los rumores que me unen con cierto tipo de incidentes, son ciertos en su gran parte. No tenía intenciones de casarme, por lo menos no tan pronto. Siempre eh sido una persona mucho más liberal de lo que debería. Probablemente eso ha sido un problema para los que están cerca de mí.
Más hasta ahora nunca había amado tanto. No, nunca había amado.

— ¿Dice que ama a mi hermana? ¿Que está dispuesto a dejar el pasado atrás por ella?

— Si, no es como si lo pudiera olvidar dado que el pasado es algo que mi antiguo yo construyo, y es algo que no puedo borrar por más que quisiera. Solo puedo vivir con ello y ser un mejor hombre para Regina día tras día. Solo puedo prometer amarla, pues es la única a la que esto dispuesto a entregarle toda mi vida.

— Usted... ¿Su excelencia ya se lo ha propuesto a mi hermana? — pregunto al ver la seriedad que emitía el duque frente a sus preguntas.

— No, aun no — dijo extrayendo del interior de su bolsillo una fina y pequeña caja de terciopelo. — como vera eh estado llevándolo conmigo un buen tiempo. Hoy tampoco parece haber sido un buen día para intentarlo.

— Así que así son las cosas — dijo Edwards suspirando con resignación.

— Sé que es indiscreto, pero la discreción y la modestia nunca han sido mis mayores virtudes. — empezó a decir Harry nuevamente después de guardar el anillo, atrayendo de esta manera la atención de un cansado Edwards — Regina no me lo ha dicho prácticamente nada, ni mucho menos yo he querido presionarla para hablar sobre ello, más en estos días la eh notado cansada, sé que algo le preocupa y no puedo evitar sentirme impotente al no poder compartir su carga. Esto tiene que ver con el vizconde Tompred ¿verdad?

— No lo sé. — contesto Edwards con sinceridad y un poco de impotencia — Creo que había dejado entrever que a los ojos de mi hermana no soy más que un niño pequeño al que debe de cuidar, sé que se preocupa, pero incluso para ella soportar la carga sola es demasiado. Aunque aún si se lo preguntas ella solo negara encontrarse afectada, ella es ese tipo de persona.

— Es demasiado sensible y amable para su propio bien. — estuvo de acuerdo Harry de inmediato. Regina tendía a preocuparse más por el resto de personas que la rodeaban, que por ella misma. Aquello era preocupante. Pese a que le fascinaba de sobre manera, su forma de dirigirse a muchas cosas, o el esfuerzo y dedicación que ponía en muchas de las tareas en las que se proponía triunfar. No podía evitar el miedo que tenía, de que en algún momento se sobre esforzase tanto, que podría llegar a colapsar. Suponía que ese era el mayor miedo que compartían mucha de las personas que la amaban.

— En efecto, el vizconde es el tipo de persona que quiero completamente lejos de mi hermana. — Comento frunciendo el ceño como si recordase algo demasiado desagradable — ¿Puedo pretender que usted desea lo mismo que yo?

— En efecto, mi prioridad es la felicidad de Regina y tener cerca de ella a alguien como el vizconde, que no es más que un obstáculo y una considerablemente fuente de problemas para ella es algo impensable.

— Me alegra que estemos de acuerdo en algo.

— Puedo entender que me llamaste a hablar contigo justo por eso. — Dijo entendiendo alguno de los trasfondos que implicaban la conversación que habían estado manteniendo — ¿Creo que debería de sentirme ofendido por aquella comparación?

— No fue una comparación, aunque tampoco estaba seguro de que fueras diferente. Conocer a una persona a través de rumores y conocerla a través de ti mismo, en el momento en el que tus propias percepciones se hacen presentes es distinto. Lamento si fue incomodo pero fue algo necesario para mí. Necesitaba probar que no eras tan malo como los rumores decían. — contesto con sinceridad, aunque Harry había logrado ver un destello de diversión en su mirada. Sin duda alguna el pequeño conde no estaba ni un poco arrepentido de haber hecho aquello.

— Soy joven, me atrevo a decir que soy bastante atractivo, poseo un título, provengo de una familia con un legado tan antiguo que puede fácilmente competir con el de ustedes. He sido considerado el candidato a mejor partido por las madres de la sociedad desde hace varias temporadas, me atrevería a decir que ahora mismo sigo encontrándome en ese puesto, soy lo suficientemente rico como para que jamás le falte nada a Regina.
Y sobre todo la amo más de lo que alguna vez podría amar a alguien ¿eso es suficiente?

— Supongo que sí, aunque mis opiniones no importan mucho llegados al punto en el que su excelencia y mi hermana se encuentran. — Dijo dándole una sonrisa tensa — Lo que más deseo es la felicidad de Reggie, lo demás no importa. Confió en mi hermana, si ella decide aceptar tu propuesta yo no tendría motivos para negarme.

— Gracias — fue lo que dijo Harry, pues pese a las palabras que había pronunciado Edwards, este se quitaba muchos méritos. Sin duda alguna para Regina, las palabras de su preciado hermano si tenían significado. El obtener su apoyo, sería algo que aumentaría su felicidad.

Dios era fiel testigo de que lo que más anhelaban ambos era la felicidad de Regina.

De su amada Regina...

Espero que les guste el capítulo.💕

Parte (3/4) del mini maratón.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro