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CAPITULO 5

Alistarse para la velada le había tomado más tiempo del que le gustaría admitir, ataviada de un vestido azul que resaltaba su belleza. Más si era posible Regina Blake, no Regina Brown estaba bellísima esta noche como otras tantas.
Si se veía obligada a usar un apellido falso era debido a sus circunstancias, Federik era su primo en aquella vids cosa que era cierta y Pru era su hermana algo que le hubiese gustado que fuera cierto en la vida de Regina Blake, ambos iban con ella a este tipo de eventos.

— Vamos Pru no pongas esa cara —la animaba Federik — el que debería tenerla sería yo.

— Es que estoy cansada, eso es todo—respondió con sinceridad, ella tenía un punto a su favor con aquella corta frase. Era poco probable que rebosara de alegría al ir a una velada solo a unas horas de haber llegado , y claro con el cansancio del viaje sobre sus hombros — y tu ¿porque deberías estar así Federick?

— Yo... —dijo poniéndose algo nervioso, pues al parecer se había ido de lengua y bastante — yo, no por nada en especial.

— Vamos Federik no me lo contaras —dije tratando de animarlo a que lo hiciera.

— De acuerdo, con ustedes simplemente no se puede guardar ninguna información —suspiro con pesadez — la señorita Mary parece... — se detuvo un momento sopesando la situación —parece más que dispuesta a conseguir que me case con ella, y no sé cómo evitarla eso es todo.

— Vaya así que Federik quiere huir —dijo Pru divertida con aquello —creí que te gustaba la Señorita Mary.

— Sí, pero—contestó haciendo una pausa — no deseo casarme ahora y no creo que sea algo que ella entienda —bueno ese ahora había sonado como de aquí a mil años y haciendo honor a la verdad era bien sabido que él le tenía algo de fobia al matrimonio, ni aunque la linda Mary fuera la candidata, ese canalla aceptaría.

— De acuerdo —dijo Pru con diplomacia antes de bajar del carruaje ya que Federik había bajado primero para ayudarlas —estaré pegada a ti toda la velada, si te complace —agregó limpiando una pequeña arruga inexistente en aquel vestido olivo que parecía envolver su figura con gracia.

— Eso sería de gran ayuda Pru—dijo sonriendo le esperanzado— supongo que no puedo pedirte lo mismo a ti ¿verdad Regina? —dijo mientras le daba la mano para ayudar la a bajar.

— No Federik —contesto con una sonrisa impregnada en el rostro —debes salir de esta tu solo, además pienso disfrutar la velada y ya comprenderás...

— Tan linda como siempre primita —respondió juguetón.

— Ya vez — agregó siguiéndole el juego — creo que podrás arreglártelas solo, no debe ser tan difícil escapar de las garras de una indefensa señorita ¿o sí? —añadío riéndose, por lo que se ganó una mirada fulminante de parte de us querido primo.

Ella era bastante consciente de que escapar de las garras de una indefensa señorita si era toda una proeza, en el poco tiempo que pudo disfrutar de la temporada se dieronmas de dos matrimonios apresurados, ambos por situaciones "especiales", en una los encontraron en una situación bastante comprometedora en el jardín, y en el otro caso un pequeño bebé ya venía en camino.

Había escuchado a unas matronas hablar que aquello era la causa de la huida de muchos caballeros, su creciente miedo al compromiso se había extendido como una plaga entre los salones de Londres.

Aunque debia de admitir que le resultaría bastante divertido y entretenido ver a la señorita Mary intentar cazar a su escurridizo primo.

Ingresamos siendo escoltadas por Federik, la residencia de los Winston era bastante bonita, no demasiado grande, pero sin duda jamás sería llamada pequeña.

Mantenía un buen estilo tal y como dictaba la moda del momento, no había tantos invitados como en un baile Londinense, pero si los suficientes como para no conocerlos todos y si es que se daba el caso, no recordar sus nombres con exactitud.

— Señorita Brown —llamaba una delicada voz, la que levantó la mirada fue Pru pues ese era su apellido, al ver quien era le dio un ligero codazo a Regina. Esta reaccionó al instante, aún no se acostumbraba a que al decir señorita Brown también se refirieran a ella, pero debía hacerlo esa era la decisión que había tomado para protegerse.

— Señorita Winston—hablo con ligereza mientras hacía una leve reverencia en señal de saludo —gracias por invitarnos esta noche.

— Oh no se preocupen por eso, sin ustedes la cena sería muy aburrida —dijo viéndonos, aunque no dejaba de mirar a alguien en especial. Su primo, no sabía si sentir lástima por el o por la señorita Mary.

— Señorita Winston — saludo Federick besando su mano, mientras ella le hacía una reverencia algo tosca probablemente provocada por los incontrolables nervios que parecían situarse en ella al estar en orecencia de su primo.

— Señor Walsh me alegra que haya podido honrarnos con su presencia —dijo coquetamente, omitiendo por completo la presencia de Regina y Prudence. La única palabra que pudo cruzar la mente de Regina fue "perfecto".

— Es encantador escuchar eso de usted — contestó este con galanteria, aunque podría jurar que con la mirada le decía a Pru "socorro"

Si definitivamente aquella sería una velada muy divertida

...

— Ay amigo mío te perderemos pronto, al parecer serás el primero en ir derechito al paredón —decía Francis burlándose de Damon.

— Tienes razón, pero no creo ser el único ¿o si Harry? —dijo este atrayendo la atención hacia el.

— Yo no tengo intenciones de casarme Damon y lo sabes soy demasiado joven y guapo para que una sola mujer me admire — dijo con bastante  "humildad"

—Y ya volvió el narcisista —bufó Francis —creí que tu madre quería que te casaras pronto.

—Tienes razón, ella quiere que me case —respondío con una sonrisa impregnada en el rostro — pero nunca eh dicho que yo vaya a hacerlo.

— Pues, la linda Lorraine parece no pensar lo mismo —agregó Damon recordándole el motivo por el cual se encontraba en la residencia Winston y no entre los brazos de su bella amante, o bueno ex amante.

—Ya no tengo nada que me una a ella —dije bebiendo.

—Vaya y eso ¿porque? —Preguntó Francis intrigado —creí que dijiste que era bastante dotada.

— Y lo es créeme, pero parece que piensa que me ama y ya sabes lo que viene después de eso...

— Sí, lo típico piensan en matrimonio —completo Damon como si conociera esa secuencia, como la palma de su mano.

— Son tan predecibles —concluyó Francis—porque no pueden sólo disfrutar del momento y no pensar en cosas tan innecesarias.

— ¡Mujeres! nunca las entendemos, pero en fin no pienso casarme me gustaría mantener mi libertad ya saben un guapo libertino y así me quedaré — afirmo con seguridad, sabia que aquellas palabras no eran muy humildes, pero hay que presumir los dones que Dios nos regaló o ¿no?

—Brindemos por la soltería eterna, aunque Damon vaya a la horca pronto siempre será uno de nosotros —decía Francis.

— Si por la soltería... —decíamos jovialmente, no pude evitar voltear ligeramente el rostro y preguntarme.

¿Quién es esa hermosa criatura?
No pude evitar empezar a divagar, entre mis pensamientos al ver a aquel ángel desplazarse en medio de la multitud con bastante soltura, las personas parecían bailar a su son, su piel se veía tan suave, aquel cabello era de un rubio tan vibrante como si fueran hilos de oro, sus ojos eran simplemente hechiceros y sus labios ¡por dios! sus labios eran el pecado en su forma más primitiva, estaba completamente embelesado por ella me era imposible apartar la mirada solo seguí sus movimientos, mi dios ¿cómo se sentirá besarla? Debe ser magnífico...

— Harry... Harry —dijo Francis llamando su atención y sacándolo de aquel delicioso pasatiempo —pareces muy absorto que miras —añadió siguiendo la dirección de la mirada de este descubriendo a aquella hermosa criatura, que Harry hubiese preferido, claro si es que pudiera, mantener oculta y guardar como un tesoro.

— Ya veo, como siempre digo tu gusto es excelente — contestó al aire devorándola con la mirada.

— Ya basta —respondió con un gruñido, vaya que ni el mismo se reconocía el gruñirle a uno de sus amigos por una mujer por Dios, eso había sido imposible por más hermosa que fuera, ellos siempre bromeaban al respecto, que tenía aquella diosa para hacerlo sentir así; su instinto de soltería era muy agudo y ya se había activado cuando Lorraine se en cariño demasiado con él obligándolo a deshacer la situación, mientras pensaba no podía dejar de verla entonces ella se giró dándole una perfecta vista de sus delicadas y gráciles facciones , sus miradas se cruzaron unos segundos más tarde y entonces él lo supo estaba irremediablemente perdido, su instinto le decía ¡Huye! ¡Huye! si quieres seguir soltero y vaya que lo intentaría aunque tal vez con menos ímpetu del necesario para lograr esa proeza.

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