CAPITULO 43
— Así que ahora ya estás aquí — comentó con una ligera pisca de diversión la duquesa viuda de Saint Albans, deteniéndose en el umbral del despacho de su hijo. Se quedó unos segundos observándolo fijamente, como intentando descubrir cuáles eran los pensamientos que al parecer fluían con gran intensidad, ya que el duque se encontraba viendo a través de la ventana, como si buscase algo desesperadamente, como si no concibiera algo.
— Madre, ¿me necesitabas? — preguntó casi sin pensar.
— Si te respondiera que sí, generalmente buscarías alguna manera de librarte de ello, más en este momento creo que estas bastante más factible. Debería aprovecharme de la situación, más como soy una buena madre, me implicare en tus asuntos enteramente. — dijo finalmente entrando por completo al despacho y cerrándolo tras ella. — Siéntate por favor. Creo que ambos nos merecemos una larga charla.
El obedeció en silencio recordando lo que su madre había dicho.
« Hablaremos pronto»
Esas sencillas palabras unidas, formaban un conjunto de lo más desfavorecedor para su persona, más aun si venían con la prerrogativa de lo que se avecinaba. No tanto por el, si no por Regina, no podría llegar a soportar que ella tuviese que sufrir las consecuencias de sus acciones.
Era consiente de sus propias imprudencias, imprudencias que jamás había cometido tan libremente. Pero que ahora parecían salir de él, de manera instantánea, se veía incapaz de detenerse cuando la tenía a ella en sus pensamientos de manera continua. Era como intentar escapar de una trampa, siendo completamente consciente de que no deseas hacerlo, al contrario, deseas verte apresado de tal manera que tu determinación por huir desaparezca por completo.
Era como una trampa, una atrayente y encantadora trampa en la que él estaba más que gustoso de caer.
Dado el previo « Hablaremos pronto»
Supuso que ese era el tiempo que puedo otorgarle. Unas dos horas. Había sido un tiempo bastante amplio, debía sentirse hasta cierto punto agradecido por el temple de su madre al otorgare magnánimamente el tiempo suficiente para pensar con claridad.
— No debería admitir esto, pero me encuentro algo temeroso y bastante renuente a esta, "pequeña charla", madre.
— ¿Porque? — pregunto fingiendo ignorancia e inocencia — Soy tu madre, deberías de sentirte cómodo.
— Es justo porque es mi madre, no sé bien que esperar de usted en este aspecto, ni que es lo que desea que yo le diga.
— Me creerías si te dijera que es una sencilla charla sobre la vida. — comento ella de manera discreta.
— En absoluto, si es una charla sobre la vida, no habría manera alguna en la que esta resultase simple, mucho más aun tratándose de usted.
— Eres demasiado cruel con tu querida madre — dijo fingiendo haberse ofendido profundamente, por aquella prerrogativa hacia su persona. Más segundos después, su mirada cambió a una llena de resignación — pero tienes razón, no vengo a hablar contigo sobre la vida, aunque se podría decir que si sobre una parte importante en ella.
— ¿Debería pedir té? — ofreció Harry al imaginarse lo largo que podría llegar a ser aquel interludio entre ambos.
— No, creo que por esta ocasión prescindiremos de las formas corteses, sirve un poco de Brandy.
— Creí que eras una fiel seguidora de las restricciones de consumir alcohol, en especial cuando tienes invitados. — acoto no pudiendo evitar molestar un poco a su madre, por ponerlo en una situación incómoda.
— Si, pero esta es una ocasión diferente querido, una excepción a la regla. Además, dudo mucho que alguien lo note, y si lo hacen no dirán nada al respecto. Ser duquesa, y ser mayor, me otorga la suficiente valentía como para permitirme algunos vicios y excentricidades. Y el suficiente poder como para acallar a quien no le guste. A los miembros de la sociedad no les importara y si les incomoda, no es mi problema.
El no objeto al respecto.
Desde su punto de vista, el Brandy era muchísimo más apetecible que un simple té.
— Así que mí adorada madre ha decidido ser atrevida —. Comento sonriendo abiertamente, su madre era sin duda sorprendente. Aun no comprendía porque en ocasiones reprendía a Eloise, ambas eran demasiado parecidas, aunque aquello era algo que ambas negarían — Aunque aún debo averiguar si aquello es algo que debo celebrar o por el contrario, si aquello no será nada bueno para mí.
— Depende de tu sinceridad, Harry.
— Vamos, creo que ya hemos empezado mal esta charla. Si todo va a depender de mi sinceridad, usted ya me está condenando, antes de que siquiera tenga oportunidad de alegar algo en mi defensa.
— Tal vez, si eres un chico obediente puede que te deje decir algo al final. —dijo con deferencia después de beber un poco del Brandy que su hijo había servido para ella unos instantes antes.
— Lo intentaré, aunque como usted bien sabe la obediencia nunca ha sido una de mis mayores virtudes.
— Procuraré mantener mis estándares al mínimo en esta ocasión, todo en harás de tu bienestar.
— Se lo agradezco.
— Bien ¿porque deberíamos empezar? — pregunto al aire, cavilando entre las distintas opciones que caían frente a ella — deberíamos hablar de temas triviales como el clima y tus deberes, para entablar la conversación, o ¿deberíamos hablar sobre tus relaciones sentimentales?
— Encuentro la primera opción mucho más atractiva a tratar, de que le gustaría saber, ¿sobre los arrendamientos? ¿Tal vez sobre los ferrocarriles? o ¿sobre la producción de la madera? — Propuso rápidamente — Si no desea hablar de ello podemos dedicar un par de horas a hablar sobre el clima, por usted estaría incluso dispuesto a citar uno que otro poema que le hagan referencia.
— Estoy agradecida por la gran variedad de opciones que magnánimamente me has brindado, más si estas ofreciéndote a recitar algún tipo de poesía, porque no empiezas diciéndome que hacías esta tarde en el Galería central.
— Que más podría hacer en un lugar como ese, solo quería ver a mis antepasados y prometerles firmemente que mantendría mis obligaciones de manera diligente, ¿qué más podría hacer?
— ¿Así? — inquirió frunciendo ligeramente el ceño, para concentrar toda su atención en su bebida por unos instantes, como si estuviese pensando en su siguiente paso — ¿Creo que no estabas solo Harry?
— Como cree madre, estaba completamente solo.
— Lo diré de otra manera, sé que estuviste dentro con Lady Regina.
— ¿Cómo lo sabe? — preguntó sabiendo que sería imposible negarlo, pero al menos lo había intentado.
— Intuición, una buena madre siempre sabe este tipo de cosas, ¿puedo saber qué hacías? — preguntó rápidamente tratando de desviar la atención de su hijo, no quería que siguiera indagando respecto al como se había enterado. Ella tenía alguna que otra fuente dentro de la casa. Y una amiga magnífica, en la recaudación de información, estaba segura que ella sería capaz de sonsacarle verdades hasta a una roca.
— Solo estaba mostrándole el lugar a Lady Regina, ella es del tipo de persona que aprecia el arte — contestó, no había mentido, ambos habían ido a un par de exposiciones en Francia. Bellos recuerdos. Se recordó a sí mismo, sabía que había dejado salir una ligera sonrisa, más esperaba que su madre no lo hubiese notado.
Esperanzas vanas, ya que con total probabilidad no tendría suerte en este último punto.
— No dudo que a Lady Regina tenga un gusto exquisito, más creo recordar tus antiguas palabras « La galería central, es algo privado, estrictamente familiar, incluso el rey debería de pedir permiso antes de ingresar» aquel no era acaso tu lema desde siempre, para impedir que cualquiera de nuestros invitados entrara al recinto. ¿Porque has cambiado de opinión ahora? No es acaso Lady Regina una dama como cualquier otra, no pertenece a nuestra familia, y fueron presentados de manera muy reciente.
— Es sólo consideración madre, además creí que tú me la habías presentado de manera ferviente. No es acaso tu candidata esta temporada. Solo intentaba cumplir tus deseos.
— Vaya, que considerado estas siendo Harry. No deberías limitarte solo a mis deseos, ¿debería presentarte a otras damas también? — Pregunto retándolo a decir algo, mas ante su silencio empezó a enumerar a las damas que se encontraban en la residencia según llegasen a su mente — Lady Elizabeth puede ser una buena opción, o tal vez Lady Margaret o Lady Va...
— De acuerdo, cooperare, ¿que deseas saber?
— La noche que los presentamos, no fue la primera vez para ustedes ¿verdad?
— Tienes razón, ya nos conocíamos — acepto rápidamente, tratando de anticipar las preguntas de su madre, aunque admitiera este hecho jamás diría donde se habían conocido, no porque no quisiese hacerlo, la manera en la que ambos se habían conocido, y el posterior cortejo que había surgido de su parte no era algo que le avergonzase, más sabia que Regina no apreciaría que dicha información fuese difundida. Más aun cuando ella había dado como excusa un delicado estado de salud, posterior al fallecimiento de su padre. Cómo podría sostener eso mientras había tenido un romance en Francia, aquello sería un escándalo de proporciones inimaginables, un escándalo con el que no le importaría lidiar, pero era lo suficientemente sensato como para saber que aquello le causaría un daño irreparable a Regina, y entre su pasado en común y la felicidad de Regina, no era necesario pensar demasiado para hallar la respuesta que saltaba frente así. La felicidad del ser amado siempre será antepuesta, pues su propia felicidad dependía de la de la otra persona.
— Te preguntaría de donde, más por tu sola mirada ya sé que no es una pregunta que esté dispuesto a contestar. Pero no importa, es algo que puedo pasar por alto.
— Muy benévolo de tu parte, madre. — contesto con algo de sarcasmo.
— Si, lo sé. Se sinceró conmigo Harry, ¿entre ustedes existió algún tipo de relación?
— Si — fue todo lo que contesto, no tenía sentido negarlo.
— Vaya, me sorprende que me hayas dado una respuesta tan rápida y concisa. Generalmente hubiese esperado «los caballeros no tenemos memoria» o algo parecido y luego te hubieses desentendido por completo de la situación. ¿Qué significa Lady Regina para ti, Harry? — pregunto seria, más seria de lo que había estado en mucho tiempo.
— Hay cosas que no puedo contarle y las cuales preferiría guardar para mí, solé le diré que no hay otra persona más con la que desee pasar el resto de mi vida.
Después de decir aquello ambos se quedaron en silencio por unos segundos.
Harry tomó lo que le quedaba a su bebida y salió rápidamente de la habitación, con una sonrisa de satisfacción adornando su rostro.
La duquesa se quedó algo aturdida, por el despliegue de palabras que había recibido su hijo.
Él había dicho «El resto de su vida»
Rememoró ella una y otra vez, asegurándose de haber oído bien.
Claro que había oído bien, se dijo a sí misma. Ensimismada en sus propios planes lo suficiente como para restarle importancia, a la pronta huida de su hijo.
Pero si Harry lo había admitido de esa manera significaba que él ya había empezado a poner marcha al reloj.
Eso significaba que...
Debía hablar con Charlotte de inmediato, antes de que su plan de despertar a la fiera dormida, terminará en un estrepitoso espectáculo en el que dicha fiera despertaba su ira contra todos.
Sólo esperaba que aún no fuese demasiado tarde como para poder dar marcha atrás en su pequeño y hasta cierto punto descabellado plan...
¡Listo! aquí les dejo el capítulo 43 de la historia, espero que la estén disfrutando, el 14 de febrero publicare los prólogos y el primer capítulo de dos novelas en las que eh estado trabajando estos días, espero poder contar con su apoyo en ellas también, les agradezco desde ya. Besos a todos, espero que tengan una bella semana los y las adoro. 😍❤️
Cómo ya lo publique en mi perfil, estoy avanzando una muy buena cantidad de capítulos de esta historia, y he decidido publicarlos el 14 de febrero 💘 como un Gran maratón por estas bella fiesta. 💕
Sin más los dejo, pásense por mi perfil siempre dejo mis avisos por allí.
Acabo de subir una historia corta de solo un capítulo, escrita para un concurso espero puedan leerla.
Besos 😍💕
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